Partida Rol por web

Mientras discutis el trato se acerca a la puerta uno de los guardias, da un par de golpes para llamar la atencion antes de hablar.

- Hora de dormir, si os oigo desde fuera pasareis el resto de la noche fuera de Corona.

Os sorprende la imposicion, a Ivan no tanto, parece que ya conoce las costumbres del lugar. El guardia cierra la puerta del establo antes de marcharse. Ivan susurra para que no le oigan desde el exterior.

- Su castillo, sus normas. No os preocupeis, la buena noticia es que ya no entrará nadie. En cuanto al negocio, mañana antes de partir efectuamos el cambio, no tengo prisa por tener un caballo mientras duermo.

El mercader y su escolta se levantan y se van a un rincon, se tumban sobre un par de colchones y cierran los ojos para intentar dormir.
La seleccion de lechos no es muy amplia, aunque al haber solo cuatro personas podeis optar por un lugar alejado de los animales y del resto de residentes.

El mercenario levantó la cabeza como un chacal al oir el ruido. Siempre estaba alerta y tenía esa paranoia de que todos eran el enemigo picándole.

Asintió a lo que le dijo el mercader.

-De acuerdo, será lo mejor. Menudo sitio este...

Anunció en voz baja. Le hizo un gesto a Maiara para que fuera con él. Lo mejor es que ella usara la cama pegada a la pared, por si ha algún cabrón le daba por meter mano de noche, ahí se enteraría el primero y si se enteraba, todos iban a morir (incluido él seguramente) antes de que la tocaran.

El mercenario se tumbó en el lecho, era una porquería, pero después de dormir a la interperie, clavado por rocas, con el frío de la noche y atento a cualquier ruido, eso para él era oro.

-Será mejor que descanses, si oyes algo antes que yo, dame un golpe ¿eh? creo que haremos un buen trato mañana...

Se giró rápida cuando abrieron la puerta para decirles que se fueran a dormir, aún estaba alerta por lo que había pasado tiempo antes.. pero este lugar parecía tranquilo y tambien parecía que iban a conseguir un buen trato.

Recogió las cosas y siguió a Wright, puso en su cabeza su mochila con sus cosas y se tumbó tras su amigo. Cogió la manta y se arropó casi hasta la cabeza, desde alli le escuchaba.

- Si.. yo creo que tambien, aquí me siento más segura aunque tengan tantas normas..

Susurró y cerró los ojos. Cuando Wright se tumbó, se acercó más a él y le abrazó, asi estarían ambos más calientes y ella tambien se siente mejor asi, más segura.

Despertais repentinamente, aunque no alarmados, cuando escuchais ruidos procedentes del exterior del establo. Brevemente repican unas campanas, el ritmo y la ausencia de mas ruido os hace despejar la idea de un ataque.
Una vez pasado el susto inicial os dais cuenta de que estais completamente abrazados. Wright esta tumbado boca arriba pasando una brazo bajo la cabeza de Maiara, que hasta hace segundos estaba apoyando su mejilla sobre el pecho del mercenario.
Al fondo del establo podeis ver vuestros caballos con las alforjas intactas asi como el caballo de Ivan. El comerciante y su escolta estan despiertos, sentados en el mismo lugar de la noche anterior y comiendo algo parecido a fruta.
La escasa luz que se cuela por la ventana tiene ciertos toques naranjas, asi que debe estar amaneciendo y, seguramente, esa sea la causa del campaneo anterior.

Wright se despertó al oir ruido, entreabrió los ojos y metió mano bajo la almohada, donde solía llevar el cuchillo, aunque recordó que ya no lo tenía allí.

Al oir que pasaban de largo y junto a las campanas, el mercenario se recostó, mas tranquilo. Miró a su alrededor mientras resoplaba hasta darse cuenta de que Maiara estaba cerca, pero muy cerca de él. Su mano le rodeaba y su mejilla estaba en su pecho.

Wright hizo ademán de despertarla, no sabía como actuar, pero por un momento, pensó en su pasado y en como le gustaba aquella sensación. Sonrió un poco, pero mucho más de lo que había sonreido hasta ahora en todo el viaje y dudó antes de poner la mano en el pelo de ella. Las viejas costumbres como el cariño se le estaban empezando a olvidar.

-Mai...despierta...

Le susurró, pero estuvo tentando de no decir nada y quedarse así más tiempo; como en aquella epoca que tanto le gustaba. Pero la realidad era dura, y ahora no sabian si estaban siendo perseguidos o no y eso era algo que le ponía muy nervioso.

Abrió los ojos poco a poco, se despertó por las caricias de Wright y sus palabras más que por el ruido que se estaba formando. Estaba profundamente dormida, esta noche había dormido como hacía muchisimo tiempo, totalmente relajada y tranquila, tanto.. que se sorprendió al verse como estaba colocada, no recordaba que ella fue la que se abrazó a él.

- Hola.. perdona..

Sonrió levemente discúlpandose por la escena y se incorporó desperezándose. Miró a su alrededor comprobando que todo seguía tal cual lo dejaron la noche anterior, pero no entendía a que se debía esas campanas.

- Buenos días

Dijo a los comerciantes al verles que estaban despiertos.

- ¿Lo que ha sonado es una alarma para despertar..??

Pregunta mientras se pone en pie.

Lentamente os incorporais mientras Ivan, el mercader, responde a Maiara.

- Las campanas suenan cuando amanece para que comiencen las patrullas y vuelven a sonar al anochecer para que regresen. Esta hecho para los guardias, pero todo el mundo lo usa como aviso para comenzar a trabajar.

Como si hubiesen oido las palabras de Ivan un guardia entra en el establo. No se trata del mismo guardia de la noche anterior, aunque es dificil diferenciarlos a todos con la misma ropa.

- Hora de abandonar Corona. Podeis esperar fuera si quereis comerciar con nuestros mercaderes.

El guardia se queda en la puerta esperando que hagais lo que ha dicho. Vuestros compañeros de albergue se levantan mientras terminan de comer y cargan sus cosas para marcharse.

- Os esperamos fuera para hacer el negocio. Nos tenemos que poner en marcha si queremos llegar a nuestro destino, por favor no tardeis.

Sin mas dilacion Ivan y su escolta salen del establo. Ahora si se oye gente y movimiento en el exterior, veis pasar por la puerta en direccion al exterior a habitantes de Corona.

Wright no comprendía muchas cosas de las que pasaban en esa ciudad, no conocía sus costumbres y, la verdad, no quería hacerlo, ¿para qué? ese no iba a ser su hogar.

El mercenario miró al mercader y asintió. Se incorporó y empiezó a meter las cosas en la mochila. Se puso las botas y las amarró, luego cogió la maleta y se la colocó en los hombros.

Bostezó y se pasó las manos por el pelo, suerte que lo tenía rapado ya que sino estaría despeinado.

Al salir, el sol apuñaló sus ojos y tuvo que entrecerrarlos, ya de por si, eran pequeños, ahora casi parecía que tenía los ojos cerrados. El mercenario se acercó a la pareja de mercaderes, colocó la mano en su hombro, para avisarle de su presencia.

-Perfecto, pues ese es el trato, un caballo, por todo el lote. El caballo está sano y no lo hemos quemado demasiado durante el viaje, así que será un buen negocio para ambas partes.

Wright le ofreció la mano al mercader para cerrar el trato.

Terminó de recoger sus cosas y se echó la mochila a los hombros para salir de alli. Una vez que estuvieran fuera ya harían el trato con ese mercader.

Espera a que su compañero estuviese listo y salió junto con él al exterior. Ella miraba a su alrededor, a la gente que por allí se movía mientras terminaban en trato que habían acordado la noche anterior.

Mientras hablais con Ivan veis como salen pequeñas patrullas de Corona al tiempo que algunos habitantes se reunen en las murallas exteriores para montar pequeños puestos de trueque.

- Perfecto entonces, aqui teneis. La ametralladora, el fusil y su municion. Y las medicinas, aqui hay un poco de todo pero sirven para problemas comunes.

El escolta de Ivan carga todo en dos sacos unidos por una cuerda, equilibra el peso y despues lo pone en uno de vuestros caballos. Por como lo levanta esta claro que la ametralladora es realmente pesada.
Tras estrechar la mano de Wright hace una leve reverencia a Maiara y ata el caballo que le habeis dado al suyo.

- No se hacia donde os dirigis exactamente, pero no intenteis cruzar el gran valle. He oido que hay problemas en el aerodromo. Espero que no necesiteis usar las armas, eso querrá decir que estais a salvo. Hasta la vista.

El comerciante y su compañero suben a sus caballos y se alejan lentamente hacia el Sur. Vosotros, ahora con dos caballos, teneis vuestro destino en el Este. Por suerte no teneis que pisar el gran valle, que queda justo al norte de vuestro camino.
Aunque el Sol acaba de salir, pese a que apenas ilumine la tierra, es hora de ponerse en marcha. Segun el mapa que os dio Nadia el camino hasta Iglesia bordea el gran valle haciendo una ligera curva por el Sur, en el camino no hay ubicaciones conocidas, esta será vuestra ultima parada.

Como no podía ser de otra manera, Wright ayudó a los hombres con la mercancía y comprobó que estaba todo, con la excusa de echar una mano, luego acarició el lomo del caballo y le dio las riendas al que ahora era su dueño.

-Muchas gracias, sacarás mucho dinero por él, no se ven muchas criaturas como esa y menos en su estado.

El mercenario estrechó la mano con el comerciante.

-Ojala que no las necesitemos, pero esto es impredecible.

Se despidió de los mercaderes y luego acompañó a Maiara por los puestos.

-Deberíamos movernos ya, que aun hay luz.

De vez en cuando miraba algún puesto y se interesaba por algo, pero la cosa no estaba precisamente bien.

Se despidió de aquellos hombres, habían hecho un buen trato.. ahora tenían de todo y podían defenderse bien, ahora solo faltaba que ella supiera usarla como debía, pero seguro que con un par de tiros malos, el siguiente ya sería más certero.

Se acercó a mirar en los puestos y se quedó mirando en uno.

- ¿Tú recuerdas como era todo esto antes de lo que pasó? Una vez mis padres nos llevaron a un mercadillo.. todo esto antes de que él llegara a ser tan importante. Mi hermana pequeña se perdió.. había tanta gente.. y ella corría detrás de un perro. Al poco la encontramos, sentada al lado de una mujer que vendía patatas, patatas fritas, y alli estaba, sentada sonriendo mientras comía las patatas al lado del perro. Como han cambiado las cosas..

Sonrie levemente y se girar para mirarle.

- Tienes razón, partamos cuanto antes para que no nos pille la noche.

Se coloca bien la mochila y se acerca a su caballo, coloca allí sus cosas y sube de un salto, ya va siendo mejor amazona, la necesidad la ha llevado a aprender muchas cosas y a hacer otras tantas si quería mantenerse con vida. Una vez está colocada sobre el caballo, se coloca la bufanda a modo de pañuelo, para tapar su cara y su melena.

Reanudais el viaje tras descansar en Corona. Dejais atras el castillo y continuais por la antigua carretera mientras observais pequeños huertos y plantaciones poco fructiferas a ambos lados del camino.
Aunque hacia el norte se abre el llamado Gran Valle vuestro camino os lleva hacia el suroeste. Seguis durante algunos kilometros rodeados de piedra y arbustos aislados hasta que llegais a una zona lisa y con algo mas de vegetacion.
Si bien el suelo no llega a ser del todo fertil si se aprecian algunos grupos de plantas que sobreviven, eso si, con muy poca agua y escasa necesidad de Sol. Aun asi veis que el camino continua entre terreno escarpado durante algunos kilometros mas.
Mientras observais la gran planicie que se abre hacie el Sur os percatais de la presencia de personas en la carretera, junto a un desvio hacia el sur.. A unos quinientos metros frente a vosotros distinguis la figura de dos personas, una a cada lado de la carretera, acompañadas de sendos caballos. Desde donde estais no podeis distinguir su aspecto, parecen hombres por su corpulencia y cabello, aunque es imposible conocer su bando y por tanto sus intenciones.

La unica opcion para evitarlos es bordear su posicion dando un gran rodeo por el Sur para despues regresar a la carretera. Por el momento parece que no os han visto, y si lo han hecho no han reaccionado de manera alguna, y rodearlos en campo abierto no asegura que paseis desapercibidos.
Otra opcion logicamente es acercarse y comprobar sus intenciones.

Volvían a moverse. Volvía a tomar la carretera, el largo camino de la tierra yerma. Su hogar, muy a su pesar. Wright casi siempre iba andando para no quemar al animal, puesto que, ya iba demasiado cargado con sus proviciones (parte de ellas) y las armas. Pese a que ya no le importaban muchas cosas del mundo, evitó pisar las plantas con las botas, no por ser ecologista ni nada de eso, simplemente por respeto, respeto a un ser que sobrevivió al holocausto, como ellos.

Por el camino pensaba en lo que le dijo Maiara y amenizó el camino con su historia.

-Antes preguntaste si me acordaba de algo de antes ¿verdad?

Inquirió, de repente, sin venir a cuento.

-Si, de algunas cosas. Recuerdo la televisión, la radio, a mi padre y a mi madre, a mi hermana. Si, recuerdo algo. Recuerdo cuando el aviso, cuando mi madre me dijo que todo iba a caer, recuerdo que mi casa se convirtió en un campo de batalla, recuerdo los disparos y los gritos, los saqueos a veces.

Sonrió un poco.

-Ni se acercaba a lo que vivimos ahora, pero era un buen prólogo. Pero lo más que recuerdo era el refugio.

Su sonrisa se hizo más grande.

-Las tardes tranquilas, las clases, Lisa Miller jajaja Ben. Ben...

Su sonrisa se borró y negó con la cabeza.

-Es curioso, a veces, uno intenta olvidar las cosas, olvidar que eres humano, que no tienes sentimientos, los sentimientos solo te convierten en cadaver. Pero no se puede borrar lo que somos, tarde o temprano, recuerdas algo, un nombre, un olor familiar, un sueño, y todo vuelve a ser como antes.

Reflexionó en voz alta.

-Todas esas personas están muertas. Yo no.

Sentenció, grave, sin rastro de su anterior sonrisa.

Justo entonces, vieron a dos siluetas en la carretera. El desconfiado mercenario se hizo a un lado y detuvo al caballo con una caricia en su morro.

-Deberíamos evitarlos. Cualquiera puede ser un Omega o un saqueador. He visto esa táctica antes: se usa un cebo en la carretera, y se aposta un francotirador o varios hombres escondidos y cuando se acercan los viajeros, se les rodea.

Dijo en un susurro. Miró a su compañera y luego hacia el horizonte de nuevo.

Ella imitaba a su compañero, ahora todo estaba tranquilo, lo mejor es que el caballo fuera andando sin su peso para que estuviera descansado a la hora que tocara echar a correr.

Escuchó su historia, era una forma de recordar todo aquello que habían vivido y no olvidarlo, de conseguir sacarle una sonrisa y una forma de intimar más, de sentirse más unida a él, a esa persona que lo estaba dando todo por ella y que parecía no esperar nada a cambio. Podía haberse aprovechado en varias ocasiones de ella, pero no lo ha hecho, y eso demuestra que puede confiar ciegamente en él. Ójala no se equivocara.

Sonreía y reía con sus palabras, le gustaba verle tan alegre, tan despreocupado, algo que era muy dificil en esa situación. Pero sus últimas palabras la hicieron recordar lo mismo, que muchas personas que ella quería estaban muertos, menos ella.

- Bueno.. piensa que ellos se alegrarían de saber que sigues vivo, que vives por ellos. Y quien sabe.. quizás todo esto cambie, o encontremos un lugar tranquilo donde podamos echar raices y se pueda dejar atrás todo esto. Sueño demasiado.. - rie - ..pero puedes contar conmigo para..

Se calló cuando vieron esas siluetas y asintió a esas palabras, de nuevo volvía el miedo, en ningún momento te podías permitir dejar de estar alerta.

- Rodeemosles..

Susurró antes de que ambos fueran a rodearles por el sur, aunque eso conllevara que el viaje fuera más largo, pero al menos sería lo más seguro. Antes de emprender la marcha, se cubrió la cabeza con un pañuelo que llevaba, escondiendo el pelo.

Rodeais el improvisado control de carretera formado por los dos hombres y sus caballos. A mitad de camino veis como uno de ellos sube a su caballo y os observa a traves de unos prismaticos. Tras aproximadamente treinta segundos deja de observaros y regresa a su posicion inicial junto al camino.
Es evidente que os ha identificado como viajeros o comerciantes, al fin y al cabo es el aspecto que teneis desde la distancia gracias a los caballos y el equipaje que portais. Curiosamente no han hecho nada al respecto, puede que no seais un botin lo suficientemente valioso o puede que sencillamente no sean peligrosos.
Lo que es seguro es que habeis llegado rodeado a esos dos hombres y ahora podeis continuar el camino hacia Iglesia. Apenas habeis salido de la llanura cuando os topais con un nuevo problema, aunque a priori este es de facil resolucion. El camino se divide en dos, uno parte hacia el Norte y el otro hacia el Sur. Consultais el mapa y comprobais que ambos rodean una pequeña montaña para terminar en Iglesia. Su longitud es similar, asi que lo descartais como un factor determinante.
El camino Norte bordea el Gran Valle y lleva hasta Boxter, aunque vosotros tomariais un desvio muchos kilometros antes.
Por su parte, la ruta Sur no es una carretera, ni siquiera un camino, apenas es un sendero natural que rodea la montaña y os lleva hasta vuestro destino.
Una tercera opcion, si no fuese por los caballos, seria escalar la montaña. La pared es lo suficientemente practicable como para tomar una ruta directa sin necesidad de equipo ni una habilidad elevada.

Wright estaba tenso. Incluso llegó a sacar la escopeta de la montura para parecer más intimidante y estar preparado. Detecto que uno de aquellos usaban prismáticos, puesto que el cristal reflectaba un poco. Pasó un tiempo, mientras seguían caminando, un tiempo que se hizo eterno por la tensión, pero que luego, al no haber nada por parte de ninguno, todo se calmó. Wright bajó el arma y resopló.

Continuaron el viaje, sin parar a comer, salvo que lo hacían de pies, mientras andaban, y bebían algo de agua, racionandola para el resto del viaje. Por fin llegaron a un camino, el mercenario se detuvo entre ambos y se adelantó unos pasos, apoyando las manos en las caderas y mirando, con los ojos entrecerrados, hacia el horizonte.

Tras unos minutos callado, señaló hacia el "camino de tierra"

-Creo que deberíamos ir por aquí. No hemos parado de recibir advertencias sobre que no nos acerquemos demasiado a la zona de Boxter, dicen que allí la cosa está caliente.

Se frotó la barbilla, donde una barba castaña había empezado a nacer y se dio la vuelta para acercarse a Maiara.

-La otra zona me es desconocida, y no es una carretera, quizá sea peligrosa, quizá no. Pero entre algo seguro y algo que no lo es, prefiero arriesgarme ¿qué te parece?

Procura no mirar mucho hacia la zona donde estaban aquellos hombres, no quería parecer sospechosa. Caminaba a la altura de la cabeza del caballo, que algo más la tapaba, aunque a la distancia a la que se encontraban no debían de verlos muy claramente.

Una vez pasaron por delante de ellos sin levantar sospecha, suspiró tranquila, un problema que se habían quitado aunque ahora tenían otro.. elegir el camino. Se detuvieron antes y miró en el mapa para situarse, Wright tenía toda la razón.

- Si, mejor no ir hacia Boxter, aunque no lleguemos del todo podemos cruzarnos con cualquiera por ahi.

Guardó el mapa de nuevo y acarició el hocico del caballo después de darle un trozo de su comida.

- Cúanto crees que tardaremos?? Espero que encontremos algún lugar para pasar la noche y descansar un poco, al menos los caballos.

Emprendió la marcha por el camino de tierra, siguiendo a su compañero, aún se mantenía con la cabeza tapada

Optais por el camino del Sur, evitando rutas conocidas y la cercania con Boxter. Caminais durante un par de horas siguiendo el camino, no avanzais todo lo rapido que podeis debido a las inoportunas rocas a rodear y los desniveles no aptos para los caballos.
Cuando ya casi habeis sorteado la montaña y comenzais a avanzar hacia el noroeste os encontrais con un nuevo avatar en vuestro viaje. A unos treinta metros al frente veis un caballo caido. El animal no parece llevar mucho tiempo alli puesto que su pelaje blanco mantiene el color, ademas esta ensillado. Se mantiene inmovil, dudais que siga con vida.
Para mayor sorpresa comprobais que hay alguien debajo del animal, no podeis apreciar con detalle de que clase de persona puede tratarse pero si observais que tambien permanece inmovil.
La persona bajo el caballo viste ropa blanca, su cabeza esta cubierta con una capucha y no parece de gran tamaño.