Partida Rol por web

El despertador lanzó su pitido eléctrico exactamente tres veces, tras las cuales abrió los ojos de golpe y sus profundas pupilas se fueron contrayendo ante la débil luz de la habitación. Ahora miraban el techo un par de grandes iris negras sin parpadear por bastante tiempo, así lo delataban las continuas llamadas del despertador.

Se levanto y ducho normal...

Toda una vida alrededor del dinero, por el dinero  y para sí misma, porque merecía cada centavo. La economía de Storybrooke se iría slgo carajo sí no fuera por ella y sería un miserable pueblito en quiebra. Por ello, terminara lo más pronto posible la agenda, le esperaba una tarde de ocio disfrazado de más tratos comerciales.

Derepente una idea pasó por su cabeza, ¿Y Zacharias? 

Durmiendo perezoso como siempre, debería despertarlo o se perderá de nuevo las clases...

Soñabas, sabías que estabas soñando pero todo te parecia tan real... Estabas en medio de un bosque, estabas perdido, nunca antes habías estado en ese bosque... era tan grande y ¿mágico?

¿Qué haces?

Miro a mi alrededor, sabía que estaba soñando, pero era de esos sueños que uno siente tan real. Como cuando sientes que te caes de algún edificio. Decido andar por el bosque, dejándome llevar por mi sueño, no se parecía en nada al que se encontraba cerca de la ciudad. Pasé la mano por el tronco de un árbol y lo mire, es extraño y bonito. Sigo andando buscando algo, cualquier cosa que mi imaginación haya creado en este sueño... "Si se que es un sueño ¿por qué no me he despertado?"

Se dirigió a su habitación con paso firme, a pesar de que sus pensamientos empezaban a distraerla cada vez más. Pero nunca le impedirían tener el control de las situaciones. Qué va. Su mente no podría controlarla, ella era más fuerte, le había costado llegar a ser como era, pero ahora que había conseguido llegar a ese punto no podía echar a perder ninguno de los pasos, o volvería a estar muchos escalones por debajo, y los logros y éxitos que había conseguido (que aún no eran suficientes) se desmoronarían delante de sus ojos. 

¿Cómo se lo tomaría Zacharias? ¿Notaría el inminente cansancio o vivía ajeno al carácter de Asiri?

Abrió la puerta de su cuarto esperando tener que tantear entre la oscuridad hasta encontrar el interruptor de la luz porque, como habitualmente, las persianas estarían bajadas por completo. En lugar de eso, se encontró con todo el esplendor del amanecer acariciando las sábanas de una cama sin deshacer, tumbado sobre la cual se encontraba el chico, vestido con la ropa de salir a la calle.

Me despierto un poco al notar la presencia de alguien entrando a la habitación. Gruño al notar que la luz del sol que entra por la ventana y empieza a molestarme. Eso hace que instintivamente me gire sobre si mismo con un poco des esfuerzo (mientras pienso por que demonios no eché la persiana), quedando boca arriba y tapándome los ojos con el brazo, para protegerme de la luz. Tengo sueño aún y estoy sin ganas de levantarme, así que me acomodo en esta postura esperando a descansar un poco más.

Asiri se acerca al muchacho, que parece ir a quedarse dormido de nuevo si le dejaran tan sólo un par de minutos, y al reparar en ello le toma broncamente del brazo para apartárselo de la cara. Sabe que hay que hacerle reaccionar si quiere que permaneza en el mismo planeta que ella y no perdido en su mundo.

- No te duermas otra vez, levanta que se te va a hacer tarde -le dijo con una voz que parecía matar cualquier ápice de tranquilidad que se concentrase en ese cuarto.

Zacharias se removió colocándose de espaldas a ella y emitió un nuevo gruñido, probablemente deseando que Asiri desapareciera de allí y él pudiera volver al séptimo sueño del que se había despertado. Si es que estaba despierto o más bien aletargado.

Mientras esperaba un movimiento del joven, la mujer elevó sus ojos púrpuras hacia la ventana, sin cambiar en absoluto su postura paciente de brazos en jarra, y tras fruncir el ceño decidió lanzar sus preguntas, arriesgándose a tornar negativamente el ánimo del chico.

- ¿Por qué no bajaste anoche las persianas? ¿Te tumbaste sobre la cama sin ni siquiera desvestirte? -preguntó tranquilamente-. Creo que yo dormía cuando llegaste...

Bostezo sin poder remediarlo y me incorporo un poco para mirar a Asiri. Me paso la mano por el pelo revuelto, mientras que con la otra mano me froto los ojos.

-Buenos días Asiri- tendré mucho sueño, pero hay que dar siempre los buenos días... ¿no? Me incorporo hasta quedarme sentado en la cama y le miro aún algo dormido.

-¿Uhm anoche? Llegué bastante cansado y se me olvidó echar las persianas, la verdad es que no se si estabas dormida- estiro mis brazos y mi espalda y vuelvo a bostezar. Miro mi camisa toda arrugada por dormir con ella puesta y suspiro frustrado, me costaría horrores quitarle todas las arrugas - tan cansado que no me quite ni la ropa si...

Me pongo en pie, me llega el olor a mezcla de colonia y tabaco "Buf espero que no se de cuenta..". Rápidamente busco nueva ropa para cambiarme, ya que esta la tendré que echar a lavar. 

Asiri le escucha mientras este se levanta a buscar algo y, cuando lo hace, una brisa de extraño olor le acaricia el rostro. Espera un rato en silencio por si Zacharias quiere darle alguna otra explicación, pero al ver que el chico está aún semidormido y se pone un calcetín diferente en cada pie, antes de quitárselos de mala gana y buscar alguna pareja, comprende que no va a hablar mucho más si no se ve obligado a ello.

- De acuerdo -asiente colocándose un mechón detrás de la oreja y dándose la vuelta lentamente en dirección a la puerta-. Espabila y prepárate para las clases -concluye antes de salir de la habitación y entornar la puerta tras de sí.

Después de buscar ropa limpia, asearme y cambiarme, ya me siento más espabilado. Preparo todas las cosas para las clases y las echo en la mochila sin tener mucho cuidado. Decido abrir la ventana para que airee un poco y cierro la puerta de mi habitación tras de mi cuando salgo de ella. Pesadamente me dirijo a la cocina para desayunar, dejándome caer en la silla. No presto mucha atención a mi entorno ahora mismo y voy desayunando lentamente, sin prisa alguna, mientras recuerdo aquel extraño sueño que he tenido. 

No piensa presionar ni preguntar más de una vez a Zacharias para que le cuente qué hizo la noche anterior. Que sea su tutora legar no significa que tenga que dedicarle más tiempo del que no le sobra para que encima luego él pueda molestarse con ella. Mejor dejar las cosas tranquilas.

Le esperaba un día de duro trabajo en Storybrooke y como se descuidara mucho la economía del pueblo podría acabar en quiebra, así que ultimó los detalles que le quedaban antes de irse y se dirigió al salón. A través de unas grandes cristaleras podía ver algunos árboles que rodeaban la casa y por un momento su mirada se desvió hacia un pajarillo que volaba delante de sus ojos al otro lado del ventanal. Atravesó el amplio salón hasta llegar a la mesa de cristal donde se encontraba su bolso y, tras esto, fue a la cocina a beber algo de agua antes de irse.

Echó un vistazo breve y somero para ver cómo Zacharias desayunaba con tranquilidad, ensimismado en quién sabe qué pensamientos.

Conseguiste despertar a Zacharias, ahora, puedes mandarle a hacer lo que tenías pensado. Tras hacer todo lo que creas pertinente con o sin su ayuda puedes elegir entre las siguientes opciones:
-Quedarte en casa un rato más para hacer algo en particular
-Dirigirte al banco
-Dirigirte a otro lugar de interés

Frente a la señorita Maywa, como es naciente de ti, esperarás respetuosamente la indicación que ella te dé. En tu mano está si cumplir o no con ello. Una vez terminada tu tarea, revisa el reloj. Puede que vayas justo al instituto:
-Ir a clases deprisa, con suerte llegas
-Ir a otro lugar de StoryBrooke, total ya no crees llegar a la primera hora.
-Mantenerse en casa cumpliendo más labores para la señorita Maywa

Miro el reloj, es tarde y no llegaré a primera hora. Me encojo de hombros sin darle mucha importancia, así que termino de desayunar tranquilamente. Si salgo ahora por la ciudad, seguramente me pillaran escaqueandome de clase. Así que haré parte de lo que Asiri me mande hasta que llegue la hora para la segunda clase. Me pongo en pie, recojo lo que puse por medio y con pereza y desgana me encargo de la tarea. 

Zacharias empieza a hacer todo lo que Asiri le manda sin rechistar. Pero a Asiri le molesta ya que las tareas debe hacerlas por la tarde, ahora es tiempo de ir al instituto...

¿Qué haces?

- Llevarlo al colegio

- Hacer la vista gorda.

Tu madre te mira fijamente, quizás no te estás empleando a fondo en tus tareas.

- Seguir limpiando y haciendo tareas.

- Hablar con ella

- Ir al colegio

- Escaparte

Asiri se preguntó si el hecho de que Zacharias la obedeciera sin rechistar era algo bueno o malo. De hecho, tendría que irse ya a clase y parecía no tener muchas ganas de ello. La idea de hacer la vista gorda pasó por su cabeza fugazmente; él se resistía a ir al instituto y no parecía tener los pies sobre la tierra. Tal vez debería pasárselo y hacerle un favor.

Sacudió la cabeza. No. Su obligación era ir a clase, y ella también tenía cosas que hacer. Demasiadas responsabilidades. Una vez tuvo todo listo para marcharse se acercó a la cocina y posó una mano sobre el hombro del chico.

- Puedo acercarte en coche -le ofreció-. ¿Vamos?

Doy un pequeño respingo al notar una mano sobre mi hombro. Me giro para encontrar a Asiri que se ofrece a llevarme al instituto en coche. Sonrió un poco y asiento con la cabeza.

-Si claro... gracias

Cojo mis cosas y espero a que ella esté lista para irnos. 

Van en coche durante el trayecto ven varias cosas curiosas.

Niños del orfanato haciendo pellas en el parque, una aglomeracion de 7 personas en una calle charlando, Naxael conduciendo un camión lleno de lo que parecen cajas de cerveza, y al señor gold saliendo de la libreria cabreado.

Aún queda trayecto para llegar al instituto.

- Hablar de algo

- Bajarse e ir a otro lado

- Mantenerse en silencio hasta llegar.