Partida Rol por web

Nada mas llegar a StoryBook me puse a buscar un lugar ideal para vivir, siempre me había gustado la paz y tranquilidad, así que me negaba rotundamente a vivir en el centro del pueblo. Me costó conseguir los permisos para edificar en medio del bosque pero sin duda mereció la pena.

Para llegar a mi casa hay que atravesar gran parte del bosque por medio de un camino rodeado por hermosos y grandes arboles, que dependiendo de la estación dan siempre un toque mágico.

Al empezar con la edificación de mi casa, tenía como idea principal no contaminar el paisaje con una estructura solida y grande, aunque teniendo en cuenta que contaba con recursos de sobra gracias a mis ahorros y a la ayuda de mis padres, cuando se comenzó la obra, la casa quedó un poquito mas grande de lo que esperaba.

La infraestructura de la casa es rectangular y aunque el exterior esta hecho completamente de madera, lo que mas resalta es su carencia casi absoluta de paredes exteriores, siendo bastante bajas y en algunas partes inexistentes, esto es aparte de por esttica, por que así la casa siempre tiene luz natural y de paso deja ver el increible paisaje que rodea la casa. Todas las ventanas de la casa como no podía ser menos están protegidas siendo aprueba de balas y el sistema de seguridad blinda la casa por completo.

Y aunque mi pequeño palacio de ensueño es todo lo que podía desear el toque añadido lo da el hermoso río que se puede ver desde la habitación personal.

Accede a venir a mi casa unos días y le respondo con una gran sonrisa, por nuestros trabajos habían días que apenas si nos comunicábamos por teléfono, así que tenerle un par de días solo para mí, era sin duda lo mejor de la semana.

Vamos hablando un poco de todo, cuando le digo a que doctores he oído hablar, mi chico se exalta insultando a la enfermera, supongo que con la que estaba hablando cuando nos encontramos y consternada alzo una ceja, pero rápidamente me explica a que ha venido su reacción y no le doy mayor importancia.

Con el tema de que vaya al médico me dice que se tomará un jarabe y ya, tuerzo los labios ya que no estoy nada de acuerdo, pero ya encontraría una manera de hacer que un médico le viese, o al menos lo intentaría, y entre una cosa y otra termina aceptando el masaje que le propongo con una sonrisa pícara.

Vamos con paso rápido al coche cuando comienza a lloviznar y una vez dentro, me pongo a buscar algo de música para amenizar el trayecto hasta mi casa.

El trayecto desde el parque a mi casa no es demasiado largo, y gracias a vivir en un pueblo pequeño, el tráfico era algo de lo que no teníamos que preocuparnos. La música inunda el coche mientras cada uno va sumido en sus pensamientos.  A pocos metros del límite del pueblo hay un sendero que atraviesa el bosque, mi chico entra por el , y el camino bordeados por arboles nos conduce a mi casa, cuando el clima es bueno, la luz se filtra por entre los enormes y hermosos arboles llenando todo de un color verdoso y dándole así, un aspecto mágico, pero ahora, con las nubes grises copando el cielo, todo a nuestro alrededor tenía el mismo color, haciendo que el bosque parezca hermosamente lúgubre. – Amor, si tu caso actual tiene que ver con Lawler, puedes pedirle una cita en su consulta y de paso hacer que te miré lo del pecho, no es una simple tos como para que se te pase con un jarabe – le digo con tono dulce mientras mi mano acaricia su pierna – Hazlo por mí ¿sí? – le pregunto esperando que mi pequeño chantaje emocional de resultado.

Las luces de mi casa están totalmente apagas, y desde fuera y gracias a los enormes ventanales, podía ver que dentro todo estaba en calma como debía ser.No era que me preocupase demasiado pero nunca se sabe. Mi novio aparca el DeLorean y entramos rápidamente en mi casa, Sam como no ,se sacude las gotas de agua le han caído encima y yo sonrío mientras niego con la cabeza- Claro, como tu no friegas después – le digo al perro que pasa olímpicamente de mí y se va en busca de Pandora o de comida.

Voy a cambiarme de ropa mi vida, ¿enciendes la chimenea? – le pregunto para después darle un beso intenso aunque breve en los labios.

Durante el trayecto hablamos un poco de todo, mi chica coge de la guantera un CD de MetallicA, se que le gusta, por eso lo llevo, a mi no me disgusta aunque prefiero Reggae, pero me encanta tener un pedacito de ella en mi coche, a veces en las vigilancias nocturnas lo pongo para recordarla.

El camino no se hace muy largo y aprovecho para fumarme un cigarro pasándole uno a ella mientras conduzco, su casa esta por el bosque, bastante cerca de la mía aunque la mía es una caravana y no la casa magnífica de ella. Cojo el camino arbolado que ahora se antoja lúgubre aunque normalmente es mágico por el día con la luz del sol incidiendo y creando unos haces fantásticos de luz.

El limpiaparabrisas se mueve de forma hipnótica retirando las gotas de lluvia alojadas en la luna delantera, los faros iluminan el camino y me alertan del desvío hacia su casa mientras mi chica me dice, mientras acaricia mi pierna, que si mi caso tiene que ver con el Dr. Lawler que pida cita y de paso le pregunte por mi dolor de pecho. -Tengo el número de su consulta cariño, no te preocupes, luego llamo delante tuya.- Aseguro para dejarla tranquila. -No te preocupes, de verdad, no voy a caer enfermo, quiero seguir sano para ti.- La digo con cariño.

Llegamos a la casa y aparco el coche, las luces estan apagadas y salimos a la carrera al refugio del porche de su casa, Sam se agita para desprenderse de las gotas sobre su pelaje y mi novia le recrima con una sonrisa. -Sam, hazla caso que el tiene que fregar tus descuidos soy yo.- Bromeo aunque es cierto, si hace algo Sam no dejaré que mi chica lo limpie. -Por cierto, Sam, caga que en la casa no puedes.- Le insto y este olisquea el exterior mojándose hasta que encuentra el lugar "optimo" y hace sus necesidades, cojo una bolsa de mi bolsillo para tal uso y la recojo. -Joder Sam, ésto apesta...- Comento arrugando la nariz, mi chica ya ha encendido las luces y yo voy con la bolsa, tras atarla, como si fuera un producto biológico peligroso.

-La basura mi amor?- Pregunto para deshacerme de tan asquerosa carga. -Déjame una toalla para Sam y soy todo tuyo cariño.- Comento dulce a mi novia. Una vez me la deja se va a cambiar y yo enciendo la chimenea como ella me pide, la casa se envuelve por el olor a madera quemada creando un ambiente delicioso.

Tras la escueta respuesta del enfermero sobre la muere de Sebastian, mi chico me pregunta donde vamos, a lo que me apresuro en decir que a casa, y al salir me doy cuenta que mi elección no es para nada desacertada, había caído sobre el pueblo una niebla densa, como no recordaba haber visto aquí, con suerte podíamos a un metro de distancia y no estaba segura como llegaría a casa en el coche, pero lo peor no era eso sino el frío que hacía, ese frío que te cala hasta los huesos dejando la sensación de llevar la ropa húmeda. Así que nos montamos en el coche y tras encender la calefacción me pongo en marcha , mas lento de lo que me gustaría a casa.

Sam se ha portado bien amor, se entretiene con Pandora, pero te echa mucho de menos, anda menos revoltoso de lo normal, aunque creo que se ha acostumbrado a dormir en tu lado de la cama – le informo con una sonrisa dulce. Tardando una cantidad de tiempo ridícula por fin llegamos a casa, y nada mas entrar y esquivar al caballo pequeño que Will tiene por perro, y que salió disparado al ver a su amo voy a la chimenea para encenderla y entrar en calor, si es que aquello era posible - ¿quieres comer algo amor?

Una vez llegamos a la casa de mi chica me informa que Sam se ha portado bien, me ha echado de menos pero juega con Pandora y lo único es que duerme en mi lado de la cama. Sam viene hacia mi y se lanza para lamerme y su rabo parece un látigo de como lo mueve. -Si... si... ya estoy aquí Sam.... estoy bien, tranquilo...- Le digo entre sus lametones hacia mi mientras mi novia prepara el fuego y me pregunta si quiero comer algo.

-Si cariño... a tí...- La digo con una sonrisa cálida y sensual, me dehago de Sam y le mando jugar con Pandora mientras me acerco a mi chica y la beso fundiéndonos en un abrazo. -Tengo unas esposas, pónmelas que no quiero irme de tu lado esta noche ni nunca más...- La digo recordando por qué estaba en el hospital...

La alegría de Sam al ver a Will es contagiosa, la adoración que el perro sentía por su dueño era increíble, aunque también reciproca por lo que no puedo evitar sonreír al ver la escena. Termino de encender el fuego, dentro de casa no hacía excesivo frío pero me había quedado congelada y necesitaba entrar en calor.

La respuesta de mi chico cuando le pregunto qué quiere comer, no sé por qué, pero hace que me sonroje levemente, y tras deshacerse de Sam enviándolo con mi gatita se acerca a mi, mientras yo me quedo prendada de su sonrisa. Me abraza al tiempo que nos besamos y rodeo su cuello con mis brazos, le había echado muchísimo de menos, y aunque era consciente de ello en los pocos días que había pasado en el hospital, tenerle otra vez conmigo, besándonos me hacía darme cuenta de la cuantía de este sentimiento. Tras separar nuestros labios me dice que lleva las esposas, que le ate ya que no quiere separarse otra vez de mi, ni esta noche ni nunca, y si bien sus palabras están cargadas de romanticismo, se muy bien por qué lo dice – no me lo pidas dos veces, que no me parece una mala idea – le respondo frunciendo levemente el ceño, el no recordaba haber salido, y eso era lo que mas me preocupaba, sin contar claro en altercado con Sebastian.

Ven , vamos la cocina que tienes que comer algo, luego me sirvo de postre para que me puedas comer -  le digo sonriendo traviesa, para después besarle nuevamente y cogiéndole de la mano llevarle a la cocina.

Mi chica me dice que no es mala idea esposarme y sonrío de forma traviesa, que aunque no va por ahí la cosa, se puede aprovechar... -Hagámoslo.- La confirmo riéndo suavemente. Me dice que coma algo y luego ella me hara de postre, me besa y me coje de la mano para ir a la cocina. -Cómo negarme a eso mi amor?- Confieso besándola y yendo con ella a la cocina.

Una vez en la cocina ayudo a mi chica a preparar la cena con juegos mimosos y sensuales, en cuanto Sam huele comida se acerca a zascandilear por si le cae algo. -Y tu amor? has echo algo estos días que he estado en el hospital?- Pregunto curioso, pues no habíamos hablado mucho la verdad...

Con una sonrisa traviesa Will insiste en que lo espose cuando nos vayamos a la cama, la idea de tener que hacerlo para que no despierte otra vez en el hospital no era mi favorita, pero viendo todo lo que le había pasado, y todo lo que estaba pasando en el pueblo tampoco me parecía descabellado. – Vale – respondí a su petición sonriendo. Responde que como negarse a mi propuesta y se deja llevar hasta la cocina, rebusco entre los armarios y la nevera para ver que podía hacer para comer, y me decanto por lasaña.

Will me ayuda en con la preparación de la comida, mientras entre una cosa y otras, jugamos tonta y sensualmente – Pasarme la mayor cantidad del tiempo en el hospital, hubo una asamblea donde la alcaldesa se ha lucido soltando gilipolleses para no variar y poco mas amor – preferí omitir los detalles de la muerte de Sebastian y también la conversación con Scott, ahora mismo no tenía sentido hablar de eso.

Supongo que mañana no pretenderás volver a trabajar no? – le pregunto alzando una ceja, mientras le doy un trozo de comida a Sam , en un intento de que deje de babear.

Nos ponemos a hacer una lasaña entre juegos sensuales, sin duda el preludio de lo que acontecería después en el postre, un precioso bombón de chocolate blanco con cereza... Dominique. Me comenta que estuvo haciendo y la beso por velar por mi. -Ainssss.... mi preciosa enfermera.- Da un poco de carne a Sam para que no de el coñazo, más bien para que se vaya de la cocina, que los tres reducimos el espacio de la misma...

Luego me dice que no pensaré ir a trabajar mañana, me encojo de hombros. -Bueno, me he quedado sin caso, y no creo que me pague por ello, así que.... no tengo nada que hacer excepto recuperarme y pasar tiempo con mi novia....- Confieso a mi chica metiendo la lasaña en el horno. -Tenemos veinte minutos a media hora, se te ocurre algo que hacer?- Pregunto alzando varias veces las cejas de forma sensualmente cómica y traviesa.

Respondo a su beso y sonrío ante su comentario por haberle cuidado, era bueno tenerle de vuelta y esperaba no tener que ir a buscarle mañana nuevamente al hospital. Mientras terminamos de cocinar me dice que ya no tiene caso, así que tiene tiempo para recuperarse y estar conmigo - Mas te vale, que me has dado un susto de muerte con todo esto y tendrás que compensarme - le respondo coqueta dandole un suave azote en el culo. Tras meter la lasaña al horno me comenta el tiempo que tenemos y me pregunta si se me ocurre como usar ese tiempo.

Río ante su gesto con las cejas y sin pensarlo dos veces le salto encima enrollando mis piernas en su cintura - Creo que te voy a adelantar el postre - le respondo mientras beso suavemente su cuello, pero siento como comienza a sonar mi móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón, lo cojo, envió un mensaje y lo dejo sobre la mesa - tengo que salir un momento, pero tenemos 20 minutos antes de que me vaya.

Mi chica responde al beso y sonríe, me dice que más me vale pues por la preocupación la tengo que compensar dándome un azote en el culo. Tras meter la lasaña me dice que en el tiempo de espera adelantamos el postre y se sube encima mía y besa mi cuello. Entonces suena su móvil, lo coge y manda un mensaje, añade que se tiene que ir y que tenemos veinte minutos.

-Necesito mucho más de veinte minutos...- La digo más defraudado que enfadado mientras me la descuelgo y la poso en el suelo, desde cuando anteponía el móvil a nosotros? Me dirijo fuera de la cocina. -Voy al baño...- La digo para no seguir la conversación, una vez en el baño saco el móvil y llamo a la Alcaldesa, ya que no iba a trabajar por mi chica y esta se pira, no tengo razones para no trabajar, o al menos ver mi actual situación pues había muerto mi objetivo...

Escuchas como descuelga el teléfono - ¿a qué se debe la llama a estas horas?- escuchas la voz de la alcaldesa, un tanto cabreada - ¿qué ocurre William?

La reacción de Will no me sorprendió demasiado, jamás le había dejado de lado por nada ni nadie, y ahora que acababa de salir del hospital debía quedarme a su lado pero, ¿podía dejar plantada a Rapha en un momento como este? Pero nada hacerme esa pregunta sabía la respuesta, claro que podía hacerlo, así que saqué el móvil y le mandé un mensaje, una mentira piadosa en pos de no tener una bronca y mantener las cosas en paz con el hombre de mi vida.

Después de mandarle el mensaje a Rapha, le mando uno a Will, como se había ido al baño tampoco tenía intención de irle a molestar ahora que estaba algo irritado conmigo, y con razón. Después de mandarle el mensaje abrí una botella de vino y esperé a que volviese.

 Domi

Al final me quedo en casa, botella de vino abierta en la cocina, no tardes. <3

 

-No se, dímelo tu.- Le contesto a la alcaldesa que parecia que la había molestado con mi llamada. -No se lo que me has hecho pero desde que te llevaste mi corazón al dormir he aparecido en el hospital, después de estar dos días inconsciente descubro que Lawyer esta fiambre, me acabo de quedar sin caso, o no?- La pregunto. -Acabo de llegar a casa porque me han dado el alta, tu dirás que pasa ahora...- La dejo la "pregunta" al aire... El móvil suena un pitido de un mensaje, pero hasta que no acabe de hablar con la alcaldesa no lo puedo mirar...

Escuchas como resopla molesta al otro lado del teléfono - Ven a verme mañana temprano, ahora mismo no puedo atenderte. Ya hablaremos sobre del doctor Lawler y tu maravilloso trabajo de investigación- escuchas como cuelga, sin darte tiempo a replicar. 

-Zorra...- Mascullo tras hablar con la alcaldesa, miro el mensaje y veo que es de mi chica, suspiro... Salgo del baño y voy a la cocina, allí esta mi novia con una botella de vino abierta, no quiero discutir con ella, no se si lo que me hizo la alcaldesa ha influido en mi o no, pero no quiero hablar de eso, tan solo quiero relajarme con mi chica y ya mañana se verá que tiene que decirme "la dueña y señora" de Storybrooke... Tan solo me acerco a mi chica y la abrazo antes de besarla, necesito el refugio de sus labios, el calor de su cuerpo envolverme, su olor embriagarme...

-Gracias...- La susurro simplemente volviendo a besarla tras separar unos milímetros nuestros labios para hablar...

Will vuelve del baño pero no me dice nada, se acerca a mi, me abraza y nos fundimos en un abrazo necesario para los dos, después de todo lo que había pasado y lo que estaba por pasar no quería estar en otro sitio que no fuera aquí, entre sus brazos.

No tienes que darlas – susurro en sus labios para volver a besarle un rato más, pero separo mis labios de los suyos y le cojo la mano y le llevo al sofá, quería por un momento olvidarme de todo y solo disfrutar, sin soltar su mano me acosté en el sofá y suavemente tiré de su mano para acercarle a mí y volver a besarle.