Partida Rol por web

Wendy le toma la mano con fuerza, no con intención para lastimarlo, sino demostrar que no se doblegará tan fácilmente. Ese habría sido un buen día para disfrutar del parque, pero no lo es.

-Todo tiene solución, Peter. Y te creo que estemos bajo una maldición, pero no por ello hay que rendirnos... debemos buscar nuestro final feliz. Te prometo que saldremos de esta, confía en mi.

La pelirroja le sonríe afable y segura, como si ya hubiese pronunciado esas palabras con anterioridad y con la misma vehemencia.

- ¿Cuento contigo?

Se aparta de ti un poco, con el ceño aún fruncido - el final feliz pudo ser antes Wendy y no habría pasado nada de esto si te hubieses quedado en Nunca Jamás- alza la cabeza para mirarte por encima de los hombros- pero ya no, ya es tarde. Ahora déjame en paz.

Con paso ligero comienza a caminar para alejarse de ti. Ni si quiera mira atrás. 

La joven permanece quieta, mirando con impotencia la decisión de Peter y cómo se aleja. Debe darle espacio, después lo buscaría. Hasta que se queda sola regresa a la banca y su nariz le pica un poco, para después soltar una que otra lágrima que se limpia rápido. Hay bastante información que debe procesar. Examina la mochila para saber qué hay dentro, descubriendo un kit improvisado de exploración. No se pregunta quién lo había hecho porque nota el libro de cuentos. Abre el objeto para distraerse y revisar el contenido.

Se sorprende al notar el estado del libro, deteriorado y magullado. Entonces al ver las imágenes de algunos protagonistas se tensa, pues se le hacen muy familiares como si los hubiese visto antes y los conociera bien. Sin embargo, se turba más al ver su propia historia y reconocerse como una protagonista. << Estos no son cuentos... son biografías... ¿Todos nosotros estamos atrapados aquí?>>.

Da vuelta a la hoja y lee la única historia completa observando con interés a J, pero cierra el libro al toparse con la Reina de Corazones. Sin pensarlo, rápidamente guarda el objeto y medita de lo que sabe.

<<Si Peter sabe de esta maldición, entonces podría ser una víctima más como otros, incluída yo... Pero dice que he recuperado mi memoria y he perdido algunos. ¿La maldición consiste en amnesia de identidad? Eso explicaría las ropas que traemos puestas y que me llamaran Antye... ¿Quién haría semejante atrocidad? >>.

Wendy se incorpora y sin saber exactamente a donde ir, se coloca la mochilla y con el zurrón sostenido en brazos se dirige a buscar las afueras de la ciudad por si encuentra algo.

- Después reviso lo que hay dentro, no parece ser algo mio... Me gustaría encontrarme con alguien de confianza...

Caminas con tus "pertenencias" hacia las afueras de la ciudad. Es un camino de carretera bastante descuidado y con nulo transito. Ambos lindes del camino es solo bosque. Cuando ya te queda poco para llegar al límite y ves a los lejos el cartel de "Saliendo de Storybrooke"  escuchas como alguien te llama. 

-Oye, chica ¿a dónde vas? - se acerca a ti al trote un poco cansada- es mejor que no te salgas ¿vale? a demás es peligroso - sonríe de forma dulce la mujer - ¿te has perdido? 

<<Ella no me "conoce"...>> Wendy se le queda viendo unos momentos y después tuerce la boca en un intento de sonrisa.

-Eso parece... estaba buscando... un lugar para comer, pero creo que me perdí.

La pelirroja asía con más fuerza sus cosas. Quería comprobar si se podía salir del lugar a pesar de esa maldición, pero es mejor seguir la recomendación para no levantar sospechas.

La mujer suspira aliviad al ver que decides no salir - ¿cómo te llamas? - te dice con voz dulce- por ahí se sale del pueblo- señala dirección opuesta- allí está el pueblo, te recomiendo el Granny's para comer. Tienen comida muy saludable ¿sabes? - se lleva una mano al mentón, de manera pensativa - creo que me suenas de algo...

Me quedo boquiabierta ante la reacción de Erick. - ¿Qué pretendías que hiciera? No tengo ni idea de nada, Sebastian quería quedar conmigo y ahora esta muerto.- Digo esa última palabra sin sentimiento alguno. Solo estaba enfadada y me daba igual a quien pudiera herir. - Aparte, he prometido que cuidaría de Zacharias. No me puedo ir tan tranquila como si nada ocurriese ¿Comprendes? Exijo una explicación. Quiero ser útil y quería unirme a vosotros, como bien sabía el Dr.Lawer y Zack... La sensación de que a mi no me permitieran entrar, como si fuera basura, no me gustó nada. Sobretodo al ver que a las otras dos sí que les dejaban ¿Y quién era esa muchacha tan pálida a la cual nunca había visto? - ¿Qué pasa? ¿Solo soy un estorbo y vosotros lo suficiente importantes como para malgastar tiempo en contarme lo que está pasando? - Digo cuando entran las chicas, asomándome por la puerta de la mansión en la que antes había entrado y habían sido hospitalarios y majos conmigo.

¿Otro muerto? Joder, esto empieza a parecer 10 negritos... Me quedo mirando extrañado la huida de Eileen hacia el bosque. Dudo por unos segundos, si cotillear más, seguir a Eileen o volver al bar, que he dejado abierto sin más (Y vale que no es un pueblo con niveles altos de delincuencia pero de ahí a dejar el negocio descuidado del todo, como que no, que borrachos como Barney sí los hay y ni la amenaza con un bate puede apartarlos de alcohol gratis).

-Bueno, estoy seguro de que nuestra querida alcaldesa nos hará saber qué ha pasado, de nuevo- respondo a la buena mujer. Al final opto por volver a mi bar, tras agradecer la información a la señora. A mediodía ya localizaría a Eileen y le preguntaría que ha pasado...

Corres dirección al bosque y te internas en él. No sabes cuan profundo has entrado, pero sigues corriendo, buscando alejarte de todo y entonces caes de bruces. Despiertas cerca del linde del bosque que da a la carretera que lleva a fuera de los límites de Storybrooke. No sabes como has llegado hasta allí, pero te has tenido que mover de alguna forma y no recuerdas como. La cabeza te da vueltas, miras a tu alrededor y no ves nada que temer, solo hojas secas aplastadas por el peso de tu cuerpo. Entonces oyes dos voces femeninas, una de ellas la reconoces como la voz de Antye Tausch. 

Erick suspira y te mira apenado. Las dos muchacha ya se habían ido cada una a un lado. Se masajea la sien y mira por donde se fueron las otras chicas- lo siento Dylan, todo esto es muy confuso... - agacha un poco la cabeza- pobre Sebastian... - aprieta los puños y alza la cabeza- ¿qué quieres saber? 

La gente comienza a irse de la Torre y poco a poco tienes a tu clientela habitual en el local. Con la cara muy larga, no parecen muy animado, algunos incluso hablan de mudarse. Aparece entonces Crystal Eriksen y se sienta en la barra - un café bien cargado, por favor- dice con una sonrisa picarona. Saca la cámara de fotos que lleva y comienza a ver las fotos que ha hecho- menudo comienzo del día ¿eh? - te dice sin levantar la mirada de la pantalla.

Llego al bar y me pongo a atender uno a uno a todos los clientes que van volviendo, decaidos, para su dosis de cafeina mañanera. Sonrío torcida y encantadoramente a la periodista más famosa del pueblo (bueno, en realidad es la única, creo) cuando me acerco a ella a por su pedido.

-Mañana atareada, ¿no?- le comento mientras le sirvo un café de máquina, cremoso y aromático -¿Alguna exclusiva interesante? Es cierto que al doctor Lawler le han encontrado... muerto?- pregunto con indiferencia fingida.

Deja la cámara sobre la mesa y le da un buen sorbo al café. Después de degustarlo un poco, decide contestar - no está mal, creo que vendré aquí más que al Granny's- sonríe burlona. Se lleva un dedo a la barbilla y se da un par de golpecitos- bueno encontrado, encontrado no... más bien le han matado - bebe otro poco de su café - decían que era el líder de esos rebeldes que hacen fechorías por el pueblo - se encoge de hombros. 

Enarco una ceja al oír la respuesta de la periodista.

-Gracias, el secreto está en los granos de café- respondo burlonamente -El líder? Si Doc era el jefe de algo, ¿quién se supone que es entonces el del otro bando, Roger Rabit del KKK?- continuo bromeando. Vale que Lawler parecía saber mucho y que era un tipo muy "nervioso", pero de ahí a líder de una rebelión me parece excesivo -Lawler es, era un tipo nervioso, no lo niego, pero no le veo siendo el cabecilla de nada la verdad, ¿no cree, Srta. Eriksen?- sonrisa encantadora de nuevo.

-Quiere tortitas con sirope de arce? Recién hechas… Hacen el café aún mejor- le propongo con voz igual de encantadora.

Una risa cantarina se le escapa y se tapa la boca con una mano- la verdad es que no lo sé, no lo conocía en persona- se muerde el labio mientras dibuja una sonría pícara- pero es la tapadera perfecta ¿no? un médico de prestigio, viudo, que vive solo con su pequeña hija enfermiza- hizo una pausa para dar más dramatismo a sus palabras- tiene una doble vida, más oscura y siniestra. Doctor de día y cabecilla de unos revolucionarios de noche. Como un anti héroe o algo así.

Da un par de suaves palmadas cuando hablas de las tortitas - oh eso sería sumamente delicioso, tú si que sabes tratar bien a tus clientes- te guiña un ojo. 

Si quieres deprimirte mas de lo que ya estás, no seré yo quien intente impedirlo – di un largo sorbo a la botella de vino después de hablar, no tenía sentido intentar hacerla sentir mejor, si la morena no estaba por la labor de cooperar, así que disistí.

Miré a mi alrededor, la casa del doctor Sebastian, suspiré ante la extraña sensación de estar aquí bajo esta circunstancia, había muchas cosas que quería preguntarle a aquél hombre, preguntas que ahora se perderían en el olvido.

Te ayudaré a darle sepultura por supuesto, y con respecto a lo demás, no tienes por qué hacerlo sola Raphaelle , pero si es eso lo que quieres tampoco voy a insistir, sabes donde encontrarme siempre que me necesites – poco mas podía decir al respecto de sus planes, la morena era totalmente libre de decírmelos o no, así como de hacerlo sola o en la compañía que quisiera, siempre había sido así de todos modos.

¿Qué vas a hacer ahora? Con tu vida

Cuando se le pregunta su nombre, Wendy medita un poco la pregunta, pues no sabe si confiar en ella o disimular lo que sabe.

-Soy... Antye.

Le inquieta desconocer su apellido, pero puede dejarlo así por ahora. Al escuchar el lugar recomendado le suena un poco sin saber por qué, por lo que asiente.

-Muy bien, iré ahí, muchas gracias-de manera educada realiza una reverencia y se encamina a la dirección señalada.

Mientras se aleja, Wendy medita la advertencia dada y deduce que ella debe seguir en la maldición, pues de lo contrario habría mencionado algo parecido como Peter.