Partida Rol por web

La zona de la cantera distaba bastante de ser una cantera normal; puesto que todo alrededor del enorme muro de piedra hecho en aquella cordillera montañosa había sido cuidadosamente vallado y precintado, así como la presencia de atalayas y otras torres de vigía a lo largo y ancho de esta. En particular en la verja de entrada.

Detrás de aquella verja se podía ver el enorme agujero en el corazón de la cantera, el inicio de la que antaño fue una mina y que ahora había sido reconvertida en una base de la marina. Sin lugar a dudas, el mejor sitio para que un grupo de piratas se pasara a saludar.

El grupo conformado por la Capitána Mari Deepsea, siendo guiados por esta y siguiéndola Rena Koumori Yudoku, Cho y Malva Indaco, y algo más alejada y oculta Kabi Aiyi emprendieron nuevamente la marcha, acompañados del sonido de las campanas de la Iglesia del pueblo que se iba distanciando cada vez más, habiendo terminado de bordear aquella playa.

En una zona apartada se encontraba no otro que aquel marine, al parecer estaba distraído trenzando unas cuantas lianas, probablemente para hacer una cuerda o quizás una hamaca. Sea como sea, estaba del mismo lado de la valla que ellos, por lo que si querían podían acercarse sin alertar a nadie desde los puestos de vigía.

   Hmmmmmm... - llevaba unos minutos pensando y pensado que era lo mejor para nosotros en estos momentos, pues una cosa era mas que clara... aquí los Marines purgan las cosas que no les agrada... y por ese mismo pensamiento susurre a mi grupo -¿  Koumori... Indaco... cuantos marines se ven en las atalayas  ? - preguntaba a ambas la primera por fungir de nuestra vigía y a la segunda por su forma de atacar con el rifle, aunque eso no me impidió intentar hacer mis propias averiguaciones - dentro quizás podamos hallar la unica via de escape que no hayan destrozado... - diciendo esto ultimo como aliciente para motivar a mi grupo ... y a mi misma realmente... 

En la atalaya cercana a la puerta se encontraba una simple marine, esta ocupaba el cargo justo por debajo del de Capitán, por lo que su fuerza y habilidad eran considerables, más aún si no se tenía en cuenta el proselitismo en esta organización. Por lo demás, esta vestía una alteración del uniforme, llevando pantaloncitos cortos con dos cartucheras a cada lado en donde guardaba las balas del gran rifle que portaba. Tenía una cicatriz en el rostro y parecía que había llorado recientemente. Fumaba un pitillo.

Me acerco a la capitana por la espalda colocando mis manos en sus hombros “distraídamente” al tiempo que observó en la dirección de los marines para craftear una cuenta de enemigos, al combinar mis habilidades para ver y mis habilidades para contar.

En la atalaya cercana a la puerta se encontraba una simple marine, esta ocupaba el cargo justo por debajo del de Capitán, por lo que su fuerza y habilidad eran considerables, más aún si no se tenía en cuenta el proselitismo en esta organización. Por lo demás, esta vestía una alteración del uniforme, llevando pantaloncitos cortos con dos cartucheras a cada lado en donde guardaba las balas del gran rifle que portaba. Tenía una cicatriz en el rostro y parecía que había llorado recientemente. Fumaba un pitillo.

Probablemente hubiera más en el interior, por las marcas de vehículos que había en el suelo, como mínimo habría un regimiento, aunque apenas se escuchaban ruidos.

Aun con mis manos en los hombros de la capitana bajé mi boca hasta su oído -Capitana allí- dije señalando -Hay una hermosa, digo hay una mujer que parece ser quien esta al mando, lleva un gran rifle, parece que recientemente ha llorado- le comento, pero no puedo apartar mi mirada de aquella mujer, conteniendo mis babas dentro de mi boca.

-Cuanto me hubiera gustado consolarla- susurre sin darme cuenta mi pensamiento en voz alta.

   Quizás fuera por el cansancio... o por que estaba logrando algo, pero a este punto ya no le hacia tantas morisquetas a los manerísmos de mi Vigía.

   Hmmmm... - musitaba mirando hacia la misma dirección - Entonces parece que solo es ella la que nos puede advertir... - susurraba como para ser solo oida por mis compañeras  -  si me hubieran puesto en la misma situación hace unas horas, hubiera dicho que lo mejor seria abogar por la diplomacia e intentar lograr el movimiento menos conflictivo... pero -  señalando hacia donde se encontraba la albina señorita con traje de - esa misma gente no a parado de atacar a nuestros amigos y camaradas, por lo que Señorita Indaco... - dibujar una pistola con mis dedos - antes de que ellos den el primer movimiento.

Me dedico a mirar con asco, Marines, más marines, eso desde luego no me gusta.

- Por fin empezaáis a pensar con cabeza, de los marines una no se puede fiar.

Me vuelvo  a retirar a las sombras, pelear no se me da bien, pero si puedo aprovechar la confusión, lo haré.

Viendo lo que en breves se iba a desarrollar, Kabi Aiyi lo tuvo bastante claro y simplemente se desvaneció en el lugar entre el follaje de la isla; al parecer el hecho de tener la piel verdosa -por algún motivo que aún desconozco- ayudaba bastante a este detalle de ocultarse en tierras frondosas.

Aquella petición le sacaba un poco de su esquema; era cierto que esta muchacha había dicho que haría cualquier cosa con tal de protegerles; pero disparar a alguien que no les había hecho nada... y más aún, a una humana. Una cosa era disparar a esos monstruos que se levantaban pero... esto era distinto...

-S-Sí... -Dijo titubeando un poco acatando la orden de su Capitana- Lo siento...

Y sin esperar ni un segundo, desde aquella lejana posición, Malva Indaco dio un primer disparo directo y certero contra la muchacha de la Atalaya.

El objetivo del disparo no era otra que una simple marine que vestía una alteración del uniforme, llevando pantaloncitos cortos con dos cartucheras a cada lado en donde guardaba las balas del gran rifle que portaba. la cual enía una cicatriz en el rostro y que estaba fumando un pitillo.

Esta muchacha fue impactada directamente en el pecho, cortándole la respiración y menguándole la fuerza; intento respirar pero lo único que logró fue escupir sangre mientras trataba de mantenerse en pie, pero también falló en eso, agarrándose a la barandilla de la atalaya para finalmente caer desplomada hacia adelante, chocando contra el suelo unos cuantos metros más abajo.

Extrañamente, luego de aquel único disparo; ni un solo Marine salió al exterior de aquella base improvisada, absolutamente nadie salió a comprobar qué era lo que estaba pasando. Por lo que, si querían hacer algo al respecto de aquello, tenían cierta vía libre a la hora de adentrarse... si encontraban una manera de superar el vallado.

Un silbido distrajo a aquellas cinco piratas; al parecer aquel marine que habían conocido antes les estaba haciendo una señal, lo que no se sabía del todo bien es si era una insinuación sexual, o si simplemente quería llamar su atención para que se reunieran con él allá donde este estaba "casi" escondido.

       Tras lo ocurrido, un pequeño silencio se formo el cual preferí romperlo pues por mi compañera tenia que dejarlo claro.

    Señorita Indaco - posando mi mano sobre su hombro - Yo le di la orden para que esto se gestara, esa vida se esfumo por mi decisión - de manera que pudiera diluir la culpa en alguien mas, y aunque mi intención era dejarle espacio a mis compañeras para que pudiera asimilar mejor este momento, cierto silbido acaparaba nuestra atención.

    Ah... el Exiliado - mentaba separando de mi tiradora y comenzando a andar hacia el sujeto - Si queremos movernos con facilidad en aquella base, lo mejor será que un Sherpa nos pueda guiar-  mientras continuaba mi andar - en especial si ya no les debe nada a toda aquella gente de trajes blancos.