Partida Rol por web

Aunque su ata que no fue mortal cumplió con su objetivo, que el alcalde dejara al capitán, pero su compañero Byro tuvo mas suerte y acabo dejando moribundo al alcalde.

Dimas vio como su compañera volvía de la cocina y aunque estaba mejor que Byro, tampoco estaba en las mejores condiciones, así que tosiendo un poco y volviendo a escupir algo de sangre dijo- Al parecer este cabrón trabajaba con Bocagrande, dijo que era su capitán- poco mas pudo decir cuando sonó el Denden Mushi del capitán y solo dijo mirando Becca- Sino te importa cógelo tu y pide un médico, no creo que Byro y yo aguantemos mucho mas en pie.- dicho esto se acerco donde Byro a ver si todavía seguia consciente y si podía echarle una mano.

Parecía ser que aún tenía tiempo, había llegado antes de que el alcalde acabara con sus amigos. - Yo... lo... - Iba a disculparse, algo poco común en Becca. Se había dejado engañar por el alcalde. ¡Lo tenía en el filo de su sable y se dejó embaucar por su palabrería! Si su capitán moría por culpa de su negligencia no tendría más remedio que quitarse ella misma su vida para compensar su error. No había otra salida. - ¡Tú! - Se dirige hacia el alcalde. - ¡Tú! El cocinero me lo ha contado. Tú estabas conchabado con Bocamuerta. ¡Tú le ordenaste al cocinero envenenar la comida! Y me llevarás donde guardas el antídoto, el cocinero me ha dicho que siempre tienes guardado... ¡MUÉVETE! - Se dirige entonces a su capitán. - He informado a Takame de la situación, estaba en el jardín aprehendiendo al jardinero. Le he dicho que busque el antídoto pero no sé si necesitaremos a éste para encontrarlo. ¿Pueden aguantar aquí mientras busco el antídoto o tienen fuerzas para acompañarme?

El alcalde no pude hacer ningún movimiento de tan malherido que estaba, apenas agonizaba, y no le quedaría mucho de vida. Luego Dexter, entre la embriaguez y el veneno tampoco tenía fuerzas. Recostado encima la mesa, levantó su mano derecha para acariciar a Becca, pero no poseía fuerza alguna. Bryo, algo mejor que el capitán, tampoco poseía excesivas fuerzas. Sin duda los venenos que habían tomado ellos dos eran bien letales, que acabaría con su vida en pocos minutos sino tomaban rápidemente la medicina.

Entonces aparecen por la puerta el mayordomo junto con dos hombres más, armados con sables. Nadie saldrá de aquí vivo. Yo soy el médico y vuestra muerte está anunciada.

El Den Den Mushi del capitán seguía sonando, sin que nadie contestara por ahora.

Ninguno de ellos parecía que pudiera desplazarse hasta el despacho del alcalde en busca del antídoto, mucho menos de defenderse ante aquellos malnacidos que ahora los amenazaban. - Espero que Takame me haya hecho caso y llegue a tiempo con el antídoto. Aguantad, por favor... - Contempla a sus compañeros y a su capitán con una mirada tierna, casi maternal. Es la primera vez que ninguno de ellos ha visto a Becca así. Pero casi... Casi parece una ilusión ya que dura apenas un segundo en el que sus pupilas se contraen y una sonrisa de oreja a oreja muestra sus blancos dientes...

- ¿Muerte anunciada? Vuelve a repasar tus informes, "doctor". - Saca su sable de la vaina. - Y ten mucho cuidado porque hoy vas a sufrir una severa sobredosis de acero. Dos palmos. En las tripas. ¿Eso tiene vacuna, doctor?

Becca se pone al mando de la situación y se enfrenta contra el mayordomo y los dos hombres que el acompañan. Uno de los dos hombres (hombre 2) le ataca con su sable.

Esto no podía ser verdad, no había bastante con lo que tenían, el mayordomo tenía que venir con mas gente para joder mas la marrana, si bien era cierto que, por suerte, el veneno que había ingerido no era tan letal como el de Byro o el capitán, no tenia el cuerpo para muchos trotes, pero tampoco se iba a dejar rajar facilmente. 

Dimas agarro sus dos dagas, se puso en guardia al lado de su compañera y dijo- Aunque no este en buenas condiciones te cubriré la espalda- acto seguido esbozo una sonrisa y dijo- Si hay que morir mejor que sea matando a estos cabrones.

Mañana escribo mi post, pero como ya tengo el revólver desenfundado utilizare una bala explosiva.

Todo parecía ir en mal en peor, Bryo apuntaba con su pistola, pero debilitado por el veneno cae su cuerpo al suelo como una piedra. Su corazón apenas parecia latir, mientras su sistema nervioso apenas respondía perdiendo percepción en los sentidos. Los mismos síntomas padecía el Capitán Dexter, el cual yacia sobre la mesa, derramando sangre por la boca, a causa de una hemorragia interna. EL denden mushi ya no sonaba y una batalla estaba por comenzas entre Becca, Dimas y el trío del mayordomo.

En esos momentos agónicos que vivían, los tres hombres cayeron al suelo sin apenas sentir dolor, incluso el hombre que intentó atacar a Becca no tuvo el tiempo suficiente. Ante ellos aparece una chica con una katana en mano que vestía un kimono negro.

Qué ha sucedido aquí? Pregunta al ver al alcalde muerto, al Capitan sobre la mesa y a Bryo en el suelo, el cual respiraba agonizando.

Desde el lavabo escuchas lo que parece ser algún tipo de pelea en el comedor, así como grito de dolor.

Mientras tenías al jardinero apuntandole por detrás, este se mantenía inmovil. Desde la vetana de la cocina ves como Becca salio corriendo hacia el interior de la casa otra vez. Estaba claro que allí dentro en el comedor estaría pasando algo. El jardinero sin duda parecía no saber mucho del tema.

Me siento un poco mejor después de haber resistido el efecto del veneno y reposar un poco, escucho lo que parece ser una pelea a mi lado, y bueno, pues eso era algo mas que obvio si Becca lo logro también, a veces me sorprende bastante la fortaleza de esa mujer, ya que había comido mucho mas que yo, por ende resistió una dosis mucho mayor. 

-Bueno... manos a la obra - Digo finalmente, volviendo a preparar mi arma abro la puerta para entrar en el pasillo que da al comedor - Tengo que verificar el estado del capitán y de los otros, Becca ha dicho que están jodidos y puede que intenten darles el golpe de gracia mientras no estemos vigilando... aun me sorprende que hayan intentado algo como esto, ya decía yo que parecía tan fácil lo de Boca Grande...

Comienzo ha avanzar en dirección al comedor. 

Solo veia miedo en los ojos del jardinero, pero odiaba las traiciones y estaba dispuesto a enfrentarse a cualquiera. Hasta que el aviso de Becca le saco de sus pensamientos.

-Sal de aqui, las cosas se van a poner muy feas- le aparto la pistola de la cabeza -hazme un favor, y llama a la Marina desde el primer Den-Den Mushi que encuentres, diles que el Capitan Muller esta en peligro por una trampa- no sabia como iban a ir las cosas, pero lo mejor era pedir refuerzos -Ahora, ¡corre!- le dijo mientras hacia un gesto con la cabeza.

Seguramente esta en el piso de arriba, asi que volvere a entrar por la ventana del baño, y subire por las escaleras. Pistolas en mano, se dirigio una vez mas hacia el interior de la casa.

Entras de nuevo en el lavabo dejando librea al jardinero, el cual todavía por el miedo, tarda algo más en reaccionar. Solo te responde: Esta esta esta bien... Bajando los brazos y caminando para rodear la casa.

En el lavabo te cruzas con Kuu que todavía seguía en su interior atenta a las voces de Becca y viendo tus movimientos también a la espera de novedades, sin saber actuar por un momento. Le indicas que te acompañe, tras la alarma de Becca, y los dos salis del lavabo dando la vuelta a la escaleras para subir por ellas. Girais y observais un panorama nada halagüeño en su interior. En la puerta se encuentra de espaldas una chica samurai vestida con un kimono negro, el cual Takame reconoce rápidamente. En el suelo el cuerpo de tres hombres (dos mas el mayordomo junto con sables en mano, no muertos pero si heridos y desmayados). Becca se encuentra frente la chica desconocida. En el interior estaba Dimas con un cuchillo ensangrentado delante del cuerpo del alcalde que yacía herido en el suelo apenas con vida ya.

Bryo yacía en el suelo a un lado de la mesa tambien apenas con vida, pero sin heridas, sino con un poco de sangre por la boca y convulsiones, mientras el Capitan estaba con la cabeza encima la mesa posado sobre un vómito de sangre. La vida de los dos estaban pendientes de un hilo sino se hacía alguna cosa rápido.

Detrás de la chica samurai aparecen Takame y Kuu todo corriendo y parandose de lleno al ver todo aquel panorama desolador.

Estaba a punto de desencadenar su ira homicida contra el mayordomo y sus secuaces cuando aparece una mujer con kimono que los despacha en segundos. Le había quitado su presa. Becca aprieta con fuerza el mango de su sable, tanto que incluso se hace sangre. Le había quitado su presa. Se le hincha la vena del cuello. Le había quitado su presa. - Quién... eres... tú... - Aunque había cosas más importantes. Se gira y contempla a sus compañeros moribundos. No había tiempo que perder, menos aún con el alcalde muerto. - ¿Quién eres tú? - ¿Amiga o enemiga? Después del engaño del alcalde no se fiaba de nadie salvo de si misma.

Al ver la escena me siento desconcertada, varios muertos, y de forma llamativa el capitán con Bryo en muy mal estado, suelto un sonido de sorpresa y corro pasando por al lado de las otras mujeres, en estos momentos hay varios que pueden encargarse de ella si es enemiga, pero los otros necesitan atención médica con urgencia. 

-¡Capitán! ¡Bryo! - Exclamo corriendo al lado de ambos - ¡Que puedo hacer! ¡No se que hacer! ¡Piensa Kuu, piensa! ¿¡Que te enseñaron en primeros auxilios en la academia!? - A mi mente se vienen varias cosas, ejercicios para la respiración que mantienen controlado el pulso, que hacer ejercicio es saludable... ¿a maquillarse? sacudo la cabeza al notar que estaba desvariando, mientras intento recordar o pensar en algo para ayudarles. 

Me llamo Rukia Ichimonji, soy una samurai y me envia vuestro cocinero James, tras no recibir contestación a ninguna llamada y la tardanza. Al parecer he llegado a tiempo, o eso espero. Parece que se ha liado bien gorda aquí. Está claro que han sido envenenados vuestro capitán y compañero.

Rukia examina a por encima el estado de Bryo y Dexter. Todavía se les puede salvar, pero estan en su limite. Alguien sabe donde está el antídoto. Con una mirada fría hacia el alcalde, ve su cuerpo muerto. Ese no creo que nos lo diga.

¿Podía confiar en aquella autoproclamada samurai? No tenía más remedio ya que la vida de su capitán pendía de un hilo. - El cocinero me dijo que estaba en el despacho de éste. - Señala el cadáver del alcalde. - Que lo más seguro es que esté en su caja fuerte y que necesitaríamos su acceso. - Becca guarda su sable de nuevo y se acerca al cuerpo inerte del alcalde, palpándolo en busca de algún tipo de llave. 

Encuentre o no encuentre una llave o cualquier cosa que la ayude, se lanza a la carrera en busca del despacho del alcalde. ¿Por qué habría perdido tanto tiempo? ¿Por qué había confiado en el alcalde cuando su primer instinto fue acuchillarlo?