Partida Rol por web

Preferí mantenerme un tanto aislado de la conversación cuando vi que el enano empezaba a meterse en fregados aún mayores, más aún cuando ni siquiera Tet me respondía a lo que le pregunté acerca de Kidd. Todo aquello me seguía pareciendo extraño, tanto que cuando en lugar de insistir Kidd en irse con Tet, empezó a insistir en quedarse. - Bueno, si el ya no quiere el barco... Me lo quedaré yo. Debo encontrar a mi tripulación, a la cual no he dejado tirada, como otros. Aunque con un bote inicialmente que aguante un poco me vale. Ojalá hubieran naufragado por aquí y no... - no terminé la frase, pero mirando a Kidd se sobreentendía todo

-Por mi parte quiero causar los menores problemas posibles, así que no supondré una molestía. Al menos no más de lo que ya lo he sido. Cuando me recupere me marcharé de aquí. Al menos yo si se navegar - dije finalmente soltando esa puya sobre Kidd, pero sin dirigirsela a el.

-Por otro lado... ¿Como es que Tet es el hombre más util? - pregunté movido por la curiosidad

-Si no tienen torre de vigilancia... ¿Como vigilais que no vengan barcos? Oh bueno... teneis a ese chico multicolor y su impulso de fruta... En ese sentido se entiende - dije recordando lo que nos habían contado con anterioridad Elisabeth. Para suerte o para desgracia el peliblanco es posible que estuviera aquí, y viendo la decisión de Sea me encogí un poco de hombros mirando

-La verdad si quieres mirar en la costa te podría echar una mano Sea, a fin de cuentas voy al muelle, un ligero desvio para ayudarte no me importa... Pero Kaito es muy buen guardaespaldas tambien - Finalmente miré a este con expresión acusatoria - Más te vale cuidar de ella Kaito - dije para finalmente reirme por lo bajo.

-Por mi esta bien vernos por aquí en unas horas - me estiré finalmente para justo después ayudar un poco con los cacharros - Y ya de paso ayudaré con las plantas ya que vamos de camino. - Antes de ir por supuesto con Ikame, Denna y Elisabeth, me acercarí un poco a Sea poniendole la mano en el hombro

-Seguro que le encuentras - dije sonriente - Aunque ojalá lo hubian encontrado ellas... Tampoco han dicho que no lo hayan encontrado en verdad... - me encogí de hombros y entonces fui con el resto de chicas en dirección al muelle

Cuando escuché al tal Kaito preguntar de forma tan soez a mi capitán sobre quien era, miré al hombre con dureza aunque no lo viese con mis gafas puestas -Más respeto al hombre cuyo barco habéis hundido...- dije con seriedad al tipo... O todos locos, o todos bordes. Al menos la gente de este poblado no lo es.

Preferí centrarme en la información que Elizabeth me daba sobre la planta -Si esa planta invasora se puede frenar su crecimiento y eliminar, trataré de encontrar la forma no se preocupe- le dije a la mujer. Al parecer ya nos estábamos organizando, a la vez que el capitán se presentaba a Kaito y los demás si es que no lo conocían antes -Si quieres que vayamos cuanto antes, no tengo problemas en ir ya a esa cueva- le terminé diciendo a la mujer forzuda sonriendo. Reconozco que hasta me hacía cierta ilusión poner mis conocimientos en práctica.

Lo único que me echó muy para atrás... fue ver que Denna quiso venir conmigo. Y por todo el azafrán del mundo, no era difícil notar en mi rostro que la idea de que me acompañase me resultaba no agradable -No creo que necesite tanta ayuda... pero como quieras, pero calmate- le dije... aunque realmente, y era algo que se notaba fácil... Denna me caía mal, no quería ser una de sus "super-chicas" y no se si tendré la paciencia para aguantarle... pero poco podía hacer, se notaba que iba a acompañarme quiera o no. Por mi podría irme ya a mi misión de botánica... ¡estaba lista!

Ni bien la rubia hablo sobre el como debía o no tratar a su capitán el rostro del peliblanco mostró una enorme vena inflada de sangre, como si el hecho de que se hubiera hundido hubiera sido su cqulpa, es más, aún ni siquiera recibía el agradecimiento por estar enfrentandose a un puto ser hecho de relampagos que facilmente hubiera desecho el barco y hubiera matado a todos los que estaban en mar abierto en ese momento, es decir, ellos. Si bien estaba cabreado el hecho de que el sujeto le respondiera había calmado un poco su accionar, dejo salir un leve "aja" desde su boca mientras se metía algo de comida con una cuchara, no le importaba en lo absoluto ahora mismo aunque quizás esas personas podrían sacarle de esa isla, aunque...¿A donde más iría? Ya no tenía nada o casi nada que le hiciera mover los pies hacia adelante. 

Cuando Sea le hablo, este se mantuvo en pie mientras llevaba su manos hasta la cadera respondiendo con total tranquilidad. -Voy a conseguir algo de madera y construir un sistema básico para entrenar. -Aunque si Sea estaba con él quizás podía utilizarla como ayuda para poder entrenar sin necesidad de ese sistema. -No es de mi interés buscar a quien esten buscando, si estan en la isla lo más seguro es que no pueda salir con facilidad si dan su descripción a los lugareños. -Su mente actuaba con frialdad y quizás eso le hacia ver como una persona desinteresada con los demás. Escuchó a Hitomi y mantuvo la expresión tranquila mientras añadia unas palabras. -Supongo que es mejor estar acompañado que solo. -Desvió la mirada mientras llevaba sus manos hasta los bolsillos del pantalón esperando a que Sea avanzara, le ayudaria durante un rato y luego le obligaria a ir al bosque para que le ayudase a entrenar, aún tenía la espina clavada. Dio un par de pasos hacia donde estaba Hitomi y le susurró unas palabras evitando que los demás escucharan demasiado, no podía sentirse comodo en un lugar lleno de extraños. -No bajes la guardia... Posteriormente decidió seguir a Sea.

Ikame aceptó que la ayudáramos de buen grado, o según entendió Denna, la rubia se lo agradeció muchísimo. 

- ¡Genial! ¡Equipo botánico en acción! - Agarré del brazo a mi compañera y me planté delante de Elisabeth - Sí, por mi también podemos visitar la cueva ahora mismo, hay que ayudar a los amigos y ahora Elisabeth es una buena amiga, a que sí Ikame.

Desde hacía un buen rato había algo que me rondaba la cabeza y al final tuve la imperiosa necesidad de preguntarle a la pirata*.

- Oye... en esta  isla todas las mujeres son musculosas... ¿en tu isla sois todas así de altas? ¿Tenéis una dieta especial o...? Yo dejé de crecer cuando me empezaron a salir los pechos... - miro hacia abajo señalándolos de forma inocente. 

No entendía en absoluto las palabras que Denna le susurraba, sentía que había algún tipo de confusión por lo que le levantó la mano con la palma en dirección a su propia cara para que viera la sortija con el pequeño y sencillo cristal brillante en el centro, era a todas luces un anillo de compromiso en su dedo anular de la mano izquierda. Le sonrió levemente y se despidió con la misma mano del resto en un intento de dejarlo pasar sin más, sonriendo antes de irse hacia afuera con Kaito y desaparecer junto  a el. 

-¿Así que un sistema básico para entrenar, eh? Sonrió un poco caminando a su lado mientras se dirigían a la costa. Puso sus manos a la espalda, mirando el horizonte y suspirando lentamente. -Tranquilo, si te soy sincera aún siquiera confío en vosotros del todo... Le dio un golpecito suave en el brazo y negó para si misma más que para alguien.  Siento no haber podido ayudarte más, lo único que logré con ese disparo fue condenarnos a todos... Su mirada y expresión eran de culpa, sobretodo por el chico que tenía al lado quien fue el más cercano a la ira de aquel tipo. - Aún así... Fuiste muy valiente, mientras que yo lo único que logré fue actuar como una estúpida borracha. Jamás había bebido tanto como en estos días, creo que he tomado alcohol para el resto de mi vida. No le quería aburrir mucho con su charla, ya suficiente había tenido de una Sea deprimida allí en la isla tras haber atravesado con sus armas a hombres en su pelea por salir con vida. No se daba cuenta, pero el hombre podía volver a observar a la ex-marine jugando con su anillo de compromiso, acariciándolo, manteniéndolo entre sus dedos mientras este aún seguía afianzado en su anular. Parecía que era su modo de calmarse, de mantener quizá la cordura que le faltaría a esas alturas. -No te pido que me ayudes todo el rato, ¿Sabes? Creo que solo era por despejarme pero tampoco quería perderme. Aunque no podía negar que se preocupaba en sobremanera por Nanashi. -¿Te parece si buscamos por dos horas y te ayudo a ir por materiales? 

Cuando la chica exclamó eso a tanto volumen... suspiré tapándome un poco los oídos -Por favor no grites tanto- le pedí por favor. Desde luego... parece que no se ha dado cuenta de que no me cae bien... lenta. Aunque eso que dijo sobre Elizabeth, diciendo que debíamos ayudarla por ser amiga... suspiré, y asentí -Si claro... después de lo bien que nos ha tratado desde luego- terminé diciendo. Nos habían acogido sin esperar nada a cambio... claro que sin problemas haría esto por ellos, que menos.

Pensaba que ya podríamos prepararnos e irnos... pero entonces Denna... se señaló los pechos -Dios... pero... ¿que tiene la mujer en la cabeza para preguntar esas cosas?- no pude evitar preguntar -No es por la dieta. Y no, en la isla de la que vengo era de las más altas, y la media era uno sesenta y cinco de estatura- le terminé respondiendo. Aunque de todas formas daba igual que en Fizz Island esa fuera la media... seguramente no era de ella, así que, que remedio.

 Su ceja se elevo al notar que le hablaba sobre el sistema que quería construir, respondió con rapidez sin perder el paso y manteniendo su velocidad a un punto en que la chica le pudiera seguir. -Hm.. -Pronuncio como si estuviera asintiendo. -Simplemente son un par de trampas y herramientas para mantener los reflejos afilados. -Su voz era tranquila, su altura le permitía mantener una calma similar a la de su rostro mientras caminaba casi sin dar pasos demasiado largos. El golpe de la chica en su brazo le hizo mirar el lugar donde había golpeado, no estaba muy relacionado aún con las reglas normales de comunicación, esto porque había pasado más de una década sin entablar amistades. -Hum…Esta bien. Yo tampoco confió en nadie. -Le devolvió el pequeño golpe en el brazo de la chica, no fue fuerte simplemente le toco con el puño en el hombro de la chica asumiendo que eso era algún tipo de comunicación no verbal de amistad, sin embargo, su rostro permanecía imperturbable.

-¿Condenarnos? Quizás si no lo hubieras hecho lo más seguro es que ese tipo hecho de rayos nos hubiera carbonizado a todos y si no hubiera sido él lo más seguro es que los otros tipos si lo hubieran hecho. -Respondió mirando hacia adelante, sin detener su andar. -Valiente o no, fui demasiado débil como para poder realmente enfrentarme a él. -Su mirada se poso en el anillo de la chica, ya lo había visto antes y no es como si se le fuera un detalle como ese, no sabía realmente si aquella persona estaba viva o no, pero no parecía que la chica estuviera buscandole por lo cual asumía lo peor. Kaito no era la mejor persona para consolar a alguien, ni tampoco tenía conocimientos sobre el amor o sentimentalismos, carecía de amistades adultas y nunca había estado con una chica en ningún aspecto. Aun así, algo dentro de él le hizo actuar sin mediar demasiados pensamientos, su mano derecha salió desde su bolsillo y se posiciono en la cabeza de la chica, le acaricio un par de veces mientras pronunciaba unas cuantas palabras. -Deberías elevar la mirada, eres una buena chica. Estoy seguro que debe estar orgulloso. -No le miro, ni tampoco cambio la voz, no estaba siendo condescendiente simplemente estaba expresándose como bien podía. -Si necesitas ayuda te la daré. Además, puedes ayudarme a entrenar directamente. -Esbozo una pequeña sonrisa.

 -Solemos estar bien preparadas por si vienen marines o piratas, así que una torre de vigilancia no es del todo necesaria... -explicó Elizabeth a Hitomi antes de quedarse pensativa un poco.- Aunque si es verdad que Tet hace casi todo el trabajo en esas situaciones... Es como un guardián de la isla.

 Seria entonces que empezarían a comentar sobre separarse en una u otra dirección, siendo que pronto Kaito y Sea podrían dirigirse al bosque en busca de madera o lo que quisiesen hacer, mientras la mujer albina asentía a Ikame y Denna invitándolas a que le siguiesen en una dirección diferente a la que había tomado la anterior pareja, siendo que Hitomi seguiría a estas tres chicas con el fin de dirigirse al muelle y, tal vez, ayudar con el asunto de las plantas...

 Por su parte, Holmes se quedaría en el pueblo con el resto de habitantes, seguramente queriendo estudiar un poco el lugar donde se encontraban...

 Dispuestos a encontrar a aquel pistolero albino, empezarían a andar por el bosque mientras continuaban hablando sobre distintos temas, siendo que pasados unos minutos terminarían encontrándose con aquella caballera blanca y esa cara de pocos amigos en medio de un pequeño claro, pero para disgusto de ambos no era el albino que buscaban... aunque en todo caso ya conocían a uno peor...

 -Oh, diablos... Ustedes... -se quejó el marine que en esos momentos se encontraba manteniendo encendida una pequeña fogata donde cocinaba un par de peces empalados. -. ¿Era mucho pedir que se hubiesen hundido en lo más profundo del mar sin muchas complicaciones...?

 A diferencia del encuentro anterior, el cual estuvo lleno de adrenalina, disparos, espadas, rayos, locas borrachas y albinos con capa, en aquel momento el hombre pudo mirarles detenidamente con un poco más de calma, más no por eso estaría con la guardia baja.

 -Uhm... -seria entonces que su mirada se clavaría sobre Sea por alguna razón en particular. -. Uhmmm... ¡Mierda, eres tú! -finalmente sus ojos se abrirían como platos como gesto de auténtica sorpresa, pasando entonces a darse la vuelta velozmente para que no le viesen al rosto momentáneamente, siendo que podrían escucharle susurrar algo similar a "este es tu momento" antes de voltearse y dedicarles a ambos una sonrisa tonta de confianza y superioridad. -. ¿Que pasa? ¿Habéis venido a entregaros luego de ver que huir no era una opción? -con una aptitud bastante desagradable, soltaría una leve carcajada.

 Luego de caminar varios minutos para rodear la colina que había junto al pueblo, llegarían a lo que parecía la entrada de una cueva desde la cual se empezaba a expandir una gran cantidad de maleza que se extendía por paredes, suelo, incluso por los árboles más cercanos...

 -Desde que la isla fue trasladada del Grand Line la maleza empezó a surgir del interior de esta cueva. Solemos mantener controlada la parte de afuera, pero nadie es capaz de entrar y acabar con las raíces desde dentro -explicaba la mujer de cabellos blancos mientras señalaba el interior oscuro de la cueva. -. En el interior las raíces y la maleza empiezan a volverse más abundante: los hombres no son lo suficientemente fuertes para abrirse paso, y nosotras somos demasiado grandes... -seria entonces que se fijaría en ustedes tres, momento en el que tras meditarlo un poco se acercaría a la cueva y empezaría a remover un grupo de rocas acumuladas en la entrada, revelando debajo de estás una serie de palas y machetes. -. Con esto deberían ser capaces de cortar la mayoría de cosas que encuentren.

 Sin poder evitar observarle con curiosidad, Veronica escucharía a Kidd y sus declaraciones, enarcando una ceja como si le pareciese sorprendente la aptitud del capitán... A diferencia de Tet, quién le miraba con los ojos brillantes por la forma en la que hablaba de él.

 -¡Eso es, capitán! -le animaba el niño multicolor.

 -Tienes espíritu, chico... -comentó entre leves risas la mujer. -. Creo que nos llevaremos bien... -añadió, ensanchando la sonrisa antes de volver a dar un par de palmadas sobre la cabeza de Tet.

 -¡Eso es, Veronica-sama! -animó entonces Tet, sin parecer tener claro a cual bando apoyar...

 Seria entonces que el albino comentaría algo que llamaría la atención de la mujer.

 -¿Disculpa? ¿Cuando dije yo que te daría un barco? No puedo ir regalando cosas a cualquier persona... -se excusó bastante segura de sus palabras, dirigiendo su mirada a Tet cuando el pistolero mostrase su curiosidad por el comentario que había hecho antes. -. Los hombres de esta isla no son luchadores ni trabajadores... La única protección que tenemos contra marines y piratas es el poder que tiene Tet por su akuma... Es como un guardián de la isla.

Todo habia que reconocerlo... Pese a que sus palabras pudieran ser completamente falsas, las decia con tal conviccion e inspiracion, que parecia que Kidd era capaz de mover al resto. Tenia una determinación muy grande en su interior ¿Debido a que? Me pregunte. Igual era un motivo como el mio

Me encogi pues de hombros al recibir la contestacion de Veronica, siendo que me excuse con el mas sencillo de los razonamientos - Bueno... Si se lo ibais a dar a el, pense aprovecharme para salir pronto de la isla. Tengo que buscar a unas chicas - mencione poniendo una cara un tanto de tristeza por la separación - Igual no naufragaron aqui...

No obstante más pronto que tarde surgio la autentica revelación de Tet en cuanto a por que era tan importante, mirando pues asi con sorpresa a Veronica - Pero... ¿No teneis superfuerza tu y la otra chica? Pense que eso seria suficiente para repelerlos... ¿Que tiene de especial Tet para ser tan fuerte - aunque claro esta, no me olvidaria de Kidd y de su quizas posible chasco al descubrir que jamas podria llevarse a Tet por dichas razones

-Me temo que tendras que desistir - dije poniendome del lado de Veronica - Si tiene razon y Tet se fuera contigo, dejarias a una isla entera sin protección, y si llegara a pasarle algo a cualquier habitante de la isla, ese peso recaeria sobre la conciencia de Tet, y sobre la tuya despues... - suspire incredulo ante lo que estaba a punto de decir... Pero si encontraba a Ikame y me viera sin este crio... Me la cargaria sin duda

-Puedes hacer lo que quieras, pero si estas dispuesto a olvidarte de Tet, me comprometo a ir contigo y protegerte como pueda - desde mi punto de vista, era un buen cambio, y ademas asi seria mas sencillo salir de alli. - Tendre que desempolvar lo que se de espadachin... - dije ya casi resignado.

Pero claro no se me pudo olvidar el otro extremo de la solucion - Y ya que no nos dareis un barco asi como asi... Trabajaremos para llevarnos uno. Dinos Veronica-san ¿Hay algo que podamos hacer para ayudar? 

Veronica al menos escuchó lo que tenía que decir y terminó incluso por reír, ¿eso era bueno verdad?, se estaba ganando el corazón de esa arpía, ahora solo necesitaba terminar de camelarse al personal y podría llevarse a Tet.

Por otra parte el otro individuo seguía a la suya, ¿incluso se estaba dirigiendo a el?, que le dieran morcilla…no era de su importancia ni quería tener nada que ver con un zarrapastroso, pelagatos, infantil, pesado, aburrido, albino, loco, gañán, ladrón y maloliente como el.-Como sea Veronica o como te llames…-Murmuró Kidd.-Está claro que no puedes mantener a Tet aquí por las buenas, en mi opinión deberías recapacitar sobre el asunto, pensar que es lo mejor para el chaval…además, ¿Para que necesita esta isla un guardían?, ¿acaso os atacan los peces por la noche?-Bromeó mientras comenzaba a comer de manera copiosa.

-El chico necesita ver mundo, yo he sido capitán varias veces…estará a salvo bajo mi mando.-O al revés, a fin de cuentas acababa de descubrir que el chaval no tenía poderes así como así, era un usuario de fruta del diablo, una agradable sorpresa a decir verdad, pero también peligrosa.

-Sería una lástima que alguien atacara esta isla solo porque el chico tiene poderes, hay mucho loco suelto.-Terminó por decir encogiéndose de hombros.-Sea como sea…yo necesito irme de aquí y me gustaría contar con la compañía de Tet, pero si no puede ser…me conformaré con saber donde estoy exactamente.

No sería la primera vez que sus planes se truncaban, pero al menos podría ubicarse y luego planear como marcharse de ahí.

Buscar a Nanashi no era tarea fácil, pero las cosas se pusieron aún más complicadas cuando vieron ese cabello blanco, pues... A pesar de que Sea dibujó una sonrisa momentánea, esta se difuminó al ver que claramente no era el albino que conocía y peor aún, era el marine que había visto en su barco. 

Se esperaba alguna clase de ataque, verbal o físico pero lo sucedido la dejó fuera de juego. - ¿Yo? ¿Qué pasa conmigo? Ese fue un pequeño ataque muy gratuïto... Se sentía de algún modo ofendida por la sorpresa y el improperio soltado mientras la señalaba. La siguiente frase que dijo, le hizo aguantar la risa con dificultad pero el " pfft " se le escapó de igual manera. Miró a Kaito y luego al chico de nuevo sin muchas ganas de pelear.

- No tengo ganas de pelear, estoy cansada y solo quiero pasear... No le iba a decir que habían perdido a un compañero, eso le daría ventaja en caso de querer atacar. - ¿Podemos hacer una tregua mientras estemos en esta isla?... Ojalá le hiciese caso y pudieran tener esa tregua, realmente no era de las que atacaba a la primera, nunca lo fue... Solo defendía a compañeros o a si misma por lo que no dudaría en alzar su espada si decidía atacarles pero no entraba en sus deseos ni planes. 

El haber llegado a toparse con un sujeto de cabello blanco era un cambio poco esperado en la aventura que estaban teniendo, sinceramente no le importaba demasiado que pasara con el chico que estaban buscando, aunque Sea parecia conocer al sujeto que acababan de toparse. -¿Y este quien es? Bueno da igual, al parecer te conoce. -Pronuncio a la par que iba hacia donde estaba sentado y analizaba la fogata que usaba para cocinar esos peces. -Vaya fogata más cutre. -Pronuncio mientras sacaba sus espadas y se dirigía hacia donde se encontraba un arbol de pequeño tamaño, lo suficiente como para cortarlo con sus espadas. Saco un par de pedazos de leña para luego comenzar a elaborar una especie de protección alrededor del fuego para que éste no perdiera temperatura. -Si mantienes la temperatura constante el pez se cocinara mejor. -Agarro uno de ellos y lo manipulo como si ya hubiera asumido que era para él.

Fue allí cuando se dio cuenta que Sea y el tipo estaban hablando de un tregua o entregarse a la marina, el peliblanco elevo levemente las cejas mientras sonreía ante aquella situación. -Oh ya entiendo. Bueno, tampoco es que en esta isla puedas capturarnos. -Continuo jugando con el alimento buscando que se cocinara de manera uniforme. -Aunque si quieres luego de la comida nos matamos entre nosotros.

La verdad, es que cuanto más hablaban de Tet diciendo que era como un guardian de la isla o algo así, más ganas tenía de estudiarle y examinarle... Porque sin duda las cosas que decían de su poder y demás, los cuales han sido otorgados por una fruta del diablo... mi interés era bastante grande. Asentí a Elizabeth cuando nos dijo de partir ya, y me despedí del capitán dejándole en el pueblo hablando y estudiando el lugar. Y espero que lego me explicase que cosas había descubierto... su punto de vista sería interesante de descubrir.

Al final, partimos junto con Elizabeth yo, Denna para desgracia de mi paciencia, e Hitomi aunque ella se separaría de nosotras más adelante para ir al puerto como dijo que quería hacer. La verdad es que tenía ganas de comprobar como de leve o grave era el problema de las plantas, y de dar uso a mis conocimientos cuanto antes.

Entonces, llegamos a la cueva... donde ya se podría ver de fuera el problema del que me habían estado hablando -Vaya... ahora entiendo vuestra preocupación- dije viendo el panorama de todas esas plantas que salían de aquella cueva... Menuda barbaridad. Las plantas eran capaces incluso de subir por los troncos de los árboles y asentarse sobre ellos... a saber porque superficies más podría extenderse si dejábamos que siguieran creciendo a ese ritmo. De mi bolsa, saqué un cuaderno de campo, donde fui anotando las cosas que Elizabeth iba explicándome -Así que antes de salir de Grand Line no había plantas de este tipo, entiendo. ¿Ritmo de crecimiento? ¿Ciclo de vida?- pregunté mientras anotaba cosas... aunque pensándolo bien... quizás no me entendían -Quiero decir, como habéis visto que crece. Y si habéis visto a alguna de las plantas ponerse mustia y cuanto tardó más o menos- aclaré por si mis conceptos no los habían entendido.

Escuché que el problema de los isleños era principalmente que los que podían entrar no podían hacerse cargo, y las que podían hacerse cargo no podían entrar en la cueva. Entonces vi las palas y los machetes que nos ofrecía, el cual cogí una de las hojas y la colgué en la espalda -Vale, espero solo tener que cortar plantas...- dije, esperando no hubiera bichos en la cueva. Aunque antes de abrirme paso dentro de la cueva, lo que hice fue examinar la planta con detenimiento -Veamos... ¿que eres tu?- me pregunté a mi misma mientras la estudiaba superficialmente, además de compararla con mis apuntes herbologicos a ver si tenía anotada una planta similar. Me encantaría conocer sus propiedades antes de dar muerte a una planta... ¿quien sabe si tiene propiedades beneficiosas?

Mi idea era ir directamente al puerto, no obstante, como ya lo dije, no iba a ignorar una necesidad de ayuda si lo habia en el camino, y en este caso, esa necesidad era lo de las plantas. 

Ver el lugar infectado de plantas de esa manera realmente me sorprendio. Aunque esperara realmente que no me necesitasen, tras escuchar a la mujer que nos guiaba me hizo suspirar un tanto, sobretodo despues de mirar a mis compañeras.

-Supongo que un par de manos mas no vendran mal, sobre todo si otras dos se encargan de estudiarlas y buscar un punto debil - obviamente me referí a Ikame y como estaba euforica por entender aquella vegetacion

-Además, soy la más práctica para pasar por los huecos pequeños, asi podría entrar en la cueva o cortar desde dentro - quise enorgullecerme de aquello que mas rabia me daba admitir, pero si era una forma de acabar con las plantas rapidas... Lo haria

 Escuchando los motivos de Nanashi para necesitar de un barco, la mujer negaría un par de veces con la cabeza.

 -Aquí las cosas se ganan con esfuerzo, sudor, o cayéndome bien -respondió Veronica bastante segura de sus palabras, siendo que entonces enarcaría una ceja al escuchar la deducción de Nanashi respecto a sus capacidades físicas. -. ¿Disculpa? Este cuerpo fue conseguido por pura determinación y dedicación: un espagueti como tu que se anda colocando partes mecánicas no entendería... Además, ¿eres sordo acaso? Dije que Tet es poseedor de una Akuma no mi: ¿que más necesitas saber? -estaba claro que el comentario no le había gustado, pero la mujer no le daría muchas vueltas antes de oír nuevamente las insistencias de Kidd. -. Oh, vamos, no dejes que este albino te diga que hacer: si tan decidido estás de llevarte a Tet solo tienes que convencerme... Pero ya te digo yo que será muy difícil, e intentando hacerme sentir culpable nunca conseguirás nada... -respondió finalmente la mujer dedicándole una sonrisa desafiante al pequeño capitán: parecía dispuesta a permitir a Tet tomar el camino que quisiese, pero tenían que darle un buen motivo o algo que le dejase satisfecha... -. Verán, está isla antes pertenecía al Grand Line, pero el anterior usuario de la Akuma no Mi que ahora tiene Tet la envió hasta aquí para salvarla de una catástrofe... Desde entonces, marines y piratas vienen en intentos de saquear la isla o imponer sus reglas: tal vez estén interesados en lo que sea que haya en el interior de la cueva al otro lado de la colina, pero nadie en la isla tiene la menor idea de que pueda ser...

 Seria entonces que en Tet se dibujaría una nueva sonrisa, tal vez más amplia que las otras que ya había mostrado.

 -¡Ya lo se, señorita Veronica! ¿Y si los llevamos a la cueva para que intenten ayudar a quitar la maleza? Así mi capitán podrá demostrar que está decidido a llevarme, y el otro podrá ganarse el barco que quiere -propuso con un brillo de emoción en los ojos.

 -Uhm... No suena mal... Además, sus complexiones serian de utilidad para pasar en las partes más pequeñas... -tras pensarlo un poco, la mujer empezaría a recoger los platos de comida ya vacíos. -. Muy bien: si tanto quieren lo que están pidiendo se los daré, pero solo si me ayudan con una maleza que está saliendo desde el interior de una cueva... Vamos, no será tan complicado -invitándoles a seguirla, la mujer saldría de la cocina y se dispondría a abandonar la casa, siendo seguida por un entusiasmado Tet que prácticamente iba tomando de la muñeca a Kidd para que viniese con él y Veronica.