Partida Rol por web

Suspiré ante la pregunta de la rubia - Solo cuando es necesario. De normal suelo ser muy callado - Tras eso me encogí de hombros - Vernos de nuevo cuando nos separemos solo lo sabrá el destino. Pero se hará lo que se pueda. - Tras ello me dirigí hacia Lux para ver que ya estaba pegando la oreja. Por lo menos estaba bien, eso era un alivio. Lo que no pude es evitar reirme ante su hambre voraz. Por lo menos esta vez Lux pidió permiso y el capitan nos lo concedió.

Antes de entrar le miré curioso por como estaba actuando - Sin duda parece un tipo peculiar... ¿Me pregunto que estará haciendo ahora? - Y cuando todos estaban dentro me dirigí también detrás de ellos.

Acabamos llegando a la cocina donde cierto renacuajo estaba hasta las botas de comida. Era una escena un tanto... extraña por no decir la excusa que puso el chico cuando nos vió entrar - Tu compañero tiene un ligero desorden alimenticio ¿no? - Le mencioné a la rubia en un pequeño susurro, pero no le di mucha más importancia, preferí ver como lo solucionaba ella.

Me quedé en silencio esperando a que el tuerto terminara de hablar y responderme -Pues espero que el resto del viaje lo estés... y el destino no nos vuelva a cruzar- y después de decirle muy seria aquello, me quedé callada sin dirigirle más la palabra... y seguramente así me quedara el resto del viaje, sin dirigirme más a él.

Salimos a la cubierta, y ahí la polizón pelirroja se dirigió a nosotros, diciendo que el tuerto era un algodón de azúcar cuando le conocías -Pues te lo puedes quedar todo para ti y llevártelo cuando lleguemos a puerto- le respondí con seriedad. Encima ahora se iban a comer nuestra comida... cuando ya habían intentado que nosotros pagásemos su cuenta... serán muertos de hambre. Miré con un poco de preocupación como el capitán dejaba que estos tres entrasen en la cocina... espero por Dios que no esté meditando la posibilidad de dejarles quedarse en el barco. Eso si, cuando escuché al musculoso le miré a él enfadada -¿Que parte de "no quitarte el ojo de encima" no entiendes?- le pregunté mientras me apresuraba a seguirle hasta el comedor... como que le voy a dejar precisamente a él en el comedor.

Y al llegar... ay Dios lo que encontré. Nuestra despensa vacía, los cajones saqueados, nuestras provisiones acabadas... y Kidd hinchado como un globo de agua con un pastel en la mano y una botella de sake en la otra -¿Pero que cojones...?- pregunté para mi misma, mirando fijamente a Kidd para que me diera una explicación. Aunque me arrepiento de haber escuchado esa sarta de estupideces... ¿como leches puede comer tanto, si acabamos de volver de comer y él ya se había puesto pujo? Aún tenía mi pistola agarrada, y por como tamborileaba los dedos sobre ella... se me notaba muy tentada de pegarle un disparo. Y desde luego el comentario de Nanashi ayudó a enfadarme todavía más -¿Es que en este barco no hay nadie normal?- pregunté para mi misma, yendo hacia Kidd -Tendría que haber usado la inyección de adrenalina con él... aunque aún no descarto la marrón- pensé al verle. Estaba muy enfadada... pero también avergonzada de que estuviera así delante de los polizones... ¿que ejemplo les daba? Lo tomé de las piernas y me lo empecé a llevar arrastrándolo por el suelo hasta la enfermería... pero Dios... pesaba un quintal, estaba demasiado gordo, lo que hizo que me sonrojara más al mirar a los polizones -¿Ninguno me va a ayudar a llevarle a la enfermería? Te estoy mirando a ti musculitos- dije, esperando a que me ayudara a llevarle, y con un tono que hacía evidente que no quería esperar por una respuesta. Como tuviera que llevarle a rastras y además subirle a la camilla... se me iban a saltar los puntos y a darme lumbago.

Me quede con los ojos abiertos como platos al ver aquella escena montada en la cocina. El pequeño de la tripulación se había convertido en una pelota viviente, y al menos Ikame no parecía contenta por ello.

-A lo mejor le dio miedo el barco de marines... ¡Igualmente es bueno que coma mucho para que crezca bien! -opiné positiva.

-Te ayudo, te ayudo -sin problemas con ello, Inzory cargó a Pelota Kidd para luego seguir a Ikame en la enfermería. Ya allí ella se encargaría de tratarlo.

Acababan de salir victoriosos de su primer combate marino. Empezaban a ver un buen camino delante de ustedes, y es que vuestra aventura apenas empezaba...