Partida Rol por web

     Comenzaron a hundirse más y más en el fondo hasta que la luz casi no iluminaba las frías aguas. La sirena entonces sopló con delicadeza y formó unas burbujas especiales que brillaban en la oscuridad. Era como tener cientos de diminutos reflectores iluminando el fondo del lago. Ella, muy atenta, empezó a recorrer el lugar siempre tomando a Daraen de la mano y protegiéndolo en la burbuja de aire. 

     Fue en un momento en el que la mujer se separó pero le dejó en su protección de burbuja para ir a ver un punto en particular. Luego retornó y lo llevó hacia ese sitio. Había en el suelo del lago, entre unas algas muy bonitas, una especie de marca. No era una equis como en los mapas de los tesoros sino una serpiente. Era el dibujo de uno de esos seres.

-¿Te parece que podría ser este el lugar?- preguntó la bella joven.

Ciertamente aquel tenia toda la pinta de ser el lugar elegido, un sitio indicado con la marca de un dragon o al menos eso me parecia a mi, el problema es que la unica forma de estar seguro al 100% en aquel lugar de algo era sencillamente probandolo.

- Creo que si pero tendremos que asegurarnos - la duda ahora era que tenia que hacer, alargue mi mano y toque la marca en forma de serpiente con cuidado para ver como era y si tenia algo especial.

     Al contacto de la mano de Daraen todo el mundo cambió. El agua se convirtió en selva, el frío en calor y hasta la sirena desapareció. Delante del chico apareció una mujer llena de plumas y amuletos. Su cuerpo, la parte inferior, estaba cubierto de escamas verdes y sus brazos tenían extraños tatuajes.

    -¿Qué dessseassss aquí? -preguntó con voz siseante mientras reptaba alrededor de Daraen. Lo estudiaba con sus ojos magnéticos, y el muchacho sintió que detrás de ese rostro bello se escondía algo realmente maligno. Ahora no podía apelar a la ayuda de la Sirena. Pero si precisaba estaba su guardián, él siempre le había dicho que podía contar con su presencia. 

     Respecto al cofre estaba allí mismo, semi enterrado en la tierra de esta selva y agarrado por enredaderas que lo envolvían.

- Hola- dije simplemente nada mas verla, estaba empezando acostumbrarme demasiado bien a las sorpresa en aquel mundo y si eran enemigos poderosos aun mas, por que desde luego aquel ser tenia pinta de ser uno de los enemigos mas temibles precisamente por que no era en absoluto temible, su aspceto era hasta agradable y eso hacia que diera aun mas miedo.

- Veras vengo buscando un cofre que se supone esta aqui, tendria que llevarmelo - Estaba preparado centrado en una barrera magica a mi alrededor para evitar que aquel ser pudiera sorprenderme de golep.

     -Y yo debo impedírtelo...

     Dijo la mujer y comenzó a serpentear alrededor de Daraen. El círculo de poder que lo protegía evitaba que ella se acercase más, como la mujer quería. Sin embargo, su sonrisa cínica no cesó. 

     -¿Vienes a ayudar a tu Princesa?? Sssss.... que graciosssoo.... Yo también quissssse ayudar a mi Sssssssseñor. Él esss mucho mássss divertido ahora que cuando esssstaba enamorado de esssa tonta de pelo rosssa...

     Las palabras de la mujer fueron claras como el agua para Daraen. Ella era la hechicera que había encerrado el corazón del Señor Oscuro en ese cofre. Y no cabía duda de que sus motivos eran de pura maldad. Convertir su alma en la de un ser despiadado para manipularlo. 

    -Pero no vasssss a tenerrr lo que quieresssss.... voy a matarte.... y ssssi mueressss aquí tu parte de soñador también lo hará y no recordarássss a tu Princessa...- dijo y río con una risa fría y siseante.

- Tienes razón hago todo esto por mi princesa - no sonaba para nada asustado aunque realmente estaba asustado - Lo hago por que la quiero y por que quiero que disfrute de este mundo y de su poder, quiero que sea libre y feliz aunque si te das cuenta no dije nada de que yo estuviera dentro de esa felicidad o de este mundo - suponia que no entenderia para nada mis palabras.

- vas a tener que tomar una decisión hoy bruja por que no voy a quedarme quieto y voy a ligar mi vida a la tuya si me matas te arrastrare conmigo y ambos moriremos, tu objetivo se abra cumplido y ella seguira bajo las manos del señor oscuro pero tu estaras muerta y no podras contemplar nada mas nunca, por otro lado puedes dejarme llevarme el corazón sin mas el sera libre y tu y yo estaremos vivos, en ambos casos vas a salir perdiendo y yo ganando pero así es este mundo las cosas nunca salen bien cuando las quieres -

Era una jugada arriesgada por que realmente desconocia si podia hacer eso pero este mundo tenia un poder infinito y la felicidad de mi princesa era superior a la mia en todos los sentidos si ella era libre yo era feliz y no necesitbaa nada mas aun si la perdia conseguiria su felicidad.

     Las palabras de Shiert llenaron de encono a la mujer serpiente. Lo peor era saber que el joven realmente tenía ese amor por su princesa. Algo tan fuerte que podía llegar a ser indestructible. 

     A medida que Daraen hablaba el escudo se iba haciendo más grande y luminoso obligando a la dama a retroceder. Pese a eso, ella no iba a entregar el cofre. Estaba decidida a llevar este combate hasta las últimas consecuencias. Se elevó con su cuerpo en el aire e invocó un poder. Sus manos se volvieron serpientes y éstas abrieron sus bocas. Escupieron una especie de ácido que impactó contra el escudo comenzándolo a perforar lentamente.

     La bífida joven mostró una sonrisa llena de colmillos, y volvió a hablar.

     -Si amas tanto a tu princesa, mejor que te prepares a batallar por ella... Porque voy a llevar esta pelea hasta las últimas consecuenciasssss.....

     El ácido no tardaría en llegar a Daraen. Debía pensar una táctica de contraataque usando todo el poder que realmente tenía por ser el Elegido.

Estaba claro que ella no pensaba dejarme ganar facilmente y que estaba dispuesta a luchar hasta la muerte aun si con ellos solo conseguía que yo desapareciera de este mundo.

- Pues en ese caso, es hora de luchar - no pensaba dejar que ganase tan facilmente y menos si de ello dependia mi princesa, volvi a centrarme en un cuadro en blanco donde coloque la escena que tenia delante mi barrera desaciendose, las serpientes atacando, tenia que lograr desacerme de esas serpientes como fuera y lo que mejor se me ocurria era sacar un depredador para ellas.

Los halcones comian serpientes asi que imagine halcones gigantes con mucha hambre sobre nosotros, si eliminaba las serpientes solo quedaria la bruja.

La magia de Daraen comenzó a hacer efecto. Primero salieron haces de luces, que parecían desprenderse del escudo de energía que había formado. Ellas se perfilaron luego, haciéndose más y más grandes, cubriéndose de plumas. Sus ojos aparecieron y el pico luego, curvándose hacia adelante. De sus bases salieron las patas que se definieron con garras negras de buen tamaño. Las alas se extendieron a derecha e izquierda con una envergadura colosal.

Y se multiplicaron.

La guerra con las serpientes comenzó. Algunas retrocedieron de nuevo, otras enfrentaron a los halcones. Ellos volaron, en círculo y luego bajaron en línea recta, clavando sus garras, usando sus picos curvos para destrozar la carne. La mujer siseó, llena de ira. La sangre verde comenzó a salir. Y cuando las serpientes volvieron a convertirse en sus brazos, éstos estaban llenos de cortes.

-Sssssssss...........sssssss.....!!!!!- decía la mujer ya no hablando, sino emitiendo silbidos llenos de rabia. Entonces se hechó hacia atrás con la espalda derecha y se convirtió en tierra. Solo quedó la prenda que la cubría, sobre el montículo, una especie de kimono de colores brillantes.

No era tan idiota como para creer que habia vencido tan facilmente, ella no cesaria en su empeño por destruirme, no hasta que uno de los 2 hubiera desaparecido de este mundo y yo no pensaba darme por vencido tan rapidamente.

Centrandome aun en la esfera que me protegia me concentre en levantarme del suelo, en volar como habia hecho tras veces, no dejaria que me atacara desde abajo, me cubriria con la esfera completamente estando en el aire y cuando saliera a por mi estaria preparado para detenerla pasara lo que pasara.

    Daraen salió volando en su burbuja porque no confiaba en la mujer. Sobrevoló el montículo de tierra en donde ella se había desvanecido. Lo hizo por unos dos minutos, rodeando el lugar, mirando desde lo alto la tierra y sobre ella el kimono de muchos colores. 

   Entonces una mano blanca asomó, seguida de una cabeza blanca, de tez porcelana, como la de una geisha y finalmente el resto del cuerpo. Había aparecido, surgiendo desde la tierra, al lado de sus ropas pero sin que la cubrieran. Ahora no poseía vestigios de escamas, o cola de serpiente. Tenía sus cabellos negros azulados cayendo por su espalda desnuda. Su cuerpo era sugerente, más que eso. Sonrío llevando una mano hacia el aire.

   "Ven a mí... guerrero... Olvida tu misión. No habrá placer más exquisito que el que puedo brindarte." La voz llegaba desde su mente, la mujer no había abierto la boca. Por más que quisiera negarlo la líbido de Daraen comenzó a ascender como si la serpiente tentara a Adán esta vez, en vez de a Eva. Ella se recostó sobre la tierra y se formaron una docena de rosas verdes a su alrededor. Extendió ambos brazos al aire.

   "No temas..." su cuerpo de marfil, sus rabios de rubí y sus cabellos del mismo color que la noche más oscura lo tentaron. Era otro tipo de prueba, ¿Estaba preparado para ella?

Era atractiva de eso no cabía duda, su cuerpo me llamaba de una forma tan especial que era casi impsible resistirse, aunque queria no mirar mis ojos no se aparaban mi cuerpo en si se negaba a dejar de mirar su sinuosas curvas y su cuerpo medio desnudo, queria apreciar cada detalle y para que negarlo, queria sentir cada milimetro de ese cuerpo junto al mio, pero habia algo que ella no comprendia aunque usara todo los poderes oscuros del mundo jamas lograria hacer que olvidase que mi amada era otra.

Ella podria ser hermosa incluso podria ser cierto que si cedia ante su influjo pudiera disfrutar de los placeres mas extremos, pero seguia sin ser la persona a la que yo amaba, seguia sin ser mi princesa de ensueño, no podia luchar contra eso ni ofrecer nada a cambio por que nada superaba el amor que yo sentia por ella.

- Tus malas artes jamas funcionaran, yo amo a mi princesa y ni el ser mas hermoso del universo podria hacer que olvidara eso -

     Esas palabras hicieron que la mujer serpiente se quedara quieta, boquiabierta. Se reclinó sobre sí misma y se hizo un capullo, juntando su frente con sus rodillas, posicionándose de lado, como un feto. Sus lágrimas comenzaron a correr y correr y empezaron a inundar el lugar. De pronto todo lo que era cielo y tierra, bosques y flores, se convirtió en agua. Daraen podía nadar y también respirar en el agua, aunque la sirena ya no se encontraba cerca. Y, en el sitio en donde estaba la mujer serpiente había un cofre. 

    Daraen se acercó y vio que la llave estaba puesta. Solo tenía que girarla y probar si abría. Claro que esto era otro mundo con sus propias reglas. Podía ser un engaño de la mujer pero no había quedado nada de ella. Daraen estaba solo, en lo profundo de ese lago, delante del cofre y con la única compañía del agua azul como un cielo oscuro.

Ella habia desaparecido dejandolo todo lleno de un mundo de lagrimas, podia respierar en aquella extraña gua y moverme nadando de forma normal, pero algo no encajaba y eso lo tenia muy claro, el cofre estaba alli delante de mi y la mujer habia desaparecido, pero yo no la habia matado ni ella a mi, podia retirarse dejando un mundo de lagrimas pero aquello era una trampa, al menos eso pensaba yo, el problema es que no tenia mas remedio que caer en ella para ver que ocurria.

Aun así no pensaba ponerlo todo tan sencillo, cree una nueva imagen del mundo azul a mi alrededor conmigo delante del cofre y entonces hice una locura, me borre del dibujo, me quite literalmente de la escena y dibuje otro yo, otro yo difrente delante del cofre que abriria el mismo mientras yo sencillamente estaria solo como ente observador, no sera mi cuerpo, no serian mis manos, pero el cofre se abriria.

     Daraen se duplicó para poder abrir el cofre sin caer en la trampa que pensaba tenía preparada. Así que su otro yo giró la llave. Dentro, entre almohadones carmesí, estaba un corazón. Latía lentamente. Lo rodeaban unas cadenas que lo mantenían como apretado de manera tal que el mismo tenía que latir lentamente. El otro Daraen vio que nada malo pasaba. Esperó un momento y luego estiró su mano y cogió el corazón. El latido se incrementó pero igualmente era lento. Las cadenas no le permitían latir con libertad.

    Cuando lo sacó, ni bien lo hizo, volvió a la superficie del lago helado. El dragón lo miró. Ahora el doble había desaparecido y quedaba Daraen con el pobre corazón.

    -Es difícil reparar objetos...- dijo el dragón -pero nada, nada, es tan complicado como curar un corazón. Ese es un enigma que no siquiera yo conozco. Lo que sí puedo decirte es que tu amor verdadero hizo que la mujer del lago no pudiera vencer las batallas que tenía planeadas en tu contra.

    El dragón se dispuso a volver a dormir. -Mmmm... Espero sepas curar ese corazón, hijo. Recuerda que a veces las armas más potentes son las que menos se notan.

- La verdad es que no se como curar este corazón, pero si se ha quien tengo que llevárselo para que recupere su antiguo latido y su calor - su amada era la única que podría restaurar ese corazón y estaba claro que se lo entregaría a ella para que recuperase a su amor y que yo pudiera recuperar al mio.

- Gracias por todo Dragon espero que tengas una buena vida - ahora me preocupaba saber que era eso de que mi amada habia impedido que la bruja usara todos sus poderes conmigo, imaginaba que se referiria a que frene su ataque gracias al amor que tenia por ella, o al menos eso esperaba.

     Daraen finalizó esas palabras y se sintió tironeado por una fuerza enorme. El mundo a su alrededor se volvió nuevamente borroso y todo empezó a dar vueltas... estaba despertando.

    Cuando lo hizo, se sentó nuevamente en la cama, todo transpirado. Era Shiert y el corazón le galopaba en el pecho sonoramente. Y, hablando de corazones, buscó entre sus manos. Tenía una cadena plateada en la que, al final, había un dije en forma de corazón dorado. Ese objeto, el minúsculo corazón, se hallaba atado por cadenas, las mismas se había formado en relieve sobre él. No se podían separar puesto que el dije era uno solo, el objeto y las cadenas que lo apretaban.

    Shiert pensó en cómo deshacer esta magia tan poderosa, cuando una voz lo llamó desde la puerta.

    -Cariño, soy mamá. Sentí un grito, ¿estás bien? ¿Has tenido una pesadilla?- La mamá no entraba sino que esperaba la respuesta del agitado muchacho.

- Estoy... estoy bien - respondi a mi madre con un grito casi repentino - Creo que si, me toco un sueño muy extraño - y algo mas que un sueño extraño mire la hora corriendo, seguramente seria demasiado temprano como para llamar a mi princesa así que tendria que esperar hasta que llegase la hora de irme y rezar por verla, ademas tenia el corazón en mi mano, de una forma diferente al otro mundo pero el mismo corazón al fin y al cabo, tendria que entregarselo a la profesora ella sabria como devolverselo a su legitimo dueño, el problema es que tenia que hacer ambas cosas y por mas que quisiera ir corriendo a llevar el colgante/corazón mi princesa me preocupaba mucho mas.

Me levante corriendo y me arregle a toda prisa, baje a desayunar y di un beso a mi madre todo de forma acelerada y teniendo muchisima prisa.

- Lo siento mama, es que quede con... bueno ya te imaginas con quien y no quiero llegar tarde así la recojere para ir a clase -