Partida Rol por web

–Los únicos que llaman a Tim cuando la cosa se complica son los niños que han leído mucho "Los cinco"–dijo refiriéndose al perro de la famosa saga de literatura infantil británica. El agente estaba algo molesto por el hecho de que habían fingido que no tenían el localizador y ahora lo mostraban, pero lo disimuló a la perfección con esa sonrisa canalla que hacía deslizarse la cremallera de los vestidos.–A poco bien que lo hagamos, tenemos la cosa bajo control. Como bien ha señalado George, Trevelier se ha recuperado rápidamente, pero quizás solo en apariencia. Quizás necesite otra dosis.

El más antiguo y mejor de los Bond dejó que sus palabras cayesen en los oídos de sus pupilos. Era cierto. No era lo mismo una resurreción que un rejuvenecimiento a una cura. Una cura uno sería más consciente...y además se trataba de una cura después de una resurrección. Era probable que el suero tuviese sus límites. –En todo caso, si celebran su pequeña reunión, no tardaremos demasiado en atraparlos.
 

JaJa y en que lugar te deja eso Sean porque este perro te lleva mucha ventaja, creo que M tenía que haberte dejado en el asilo donde te encontró... dijo Tim con claro tono jactandose..

Pero olvidémonos de tu ego por un momento, tenemos un tema importante entre manos y si aparece Alec alguien tendrá que detenerle de nuevo y dudo mucho que tu veborrea sea capaz de hacerlo.

Tim volvió a mirar el móvil Sigue así Anacleto nos estamos acercando, 400 metros.

Mi estimado amigo–respondió sin inmutarse ni despeinarse–Que a usted le apreciasen lo suficiente para meterlo en un asilo con monstruítos para que se entretuviese no significa que yo siguiese el mismo camino. No obstante, no te preocupes por mis habilidades. El cazador sabio observa y da oportunidad para cazar a los más jóvenes e inexpertos de la manada, pero cuando las cosas se ponen feas, actua, enseñando así a los menos preparados. Sin embargo, por una vez has acertado. Centrémonos en Alec

Debía reconocer que la eficiencia de mis compañeros había quedado demostrada, pues ambos habían actuado rápidamente y sin levantar el mínimo revuelo. El político estaba acojonado, algo que jugaba a nuestro favor, ya que así no nos iba a costar que cooperase. “Con algo de suerte lograremos saber la ubicación de Lange pronto…” –pienso mientras sostengo la pistola apuntando al hombre, cada vez más sudoroso y blanco como el papel. “Su cara es un poema…”

Una sonrisa se me dibuja en la cara sin quererlo, hasta que Froilan Igma pregunta por el lugar al que ir a interrogarle. Aunque de primeras mi intención era volver al hotel, detecto con una mirada por el retrovisor cómo un coche parece estar siguiéndonos el rastro...

-Vayamos al almacén. Nos conviene estar en un lugar apartado del mundo y del ruido de la urbe- digo guiñando un ojo a De Gea.

- ¿Le colaste un comunicador al rubio?- intervino Anacleto ignorando al pelea de gallos entre Sean y Timothy- esa ha sido buena- asintió mientras se aferraba al volante y pisaba el acelerador- 400 metros... - repitió para sí siguiendo con escrupulosidad las indicaciones del cuarto Bond- Parece que se están alejando de la vía principal...- observó más calmado adelantando a diestro y siniestro. De seguir así era probable que localizaran el automovil en poco tiempo.

Pero en medio de al carrera y la discución entre Sean y Tim, la radio del automovil saltó de repente a un volumen considerable con una extraña canción en español, que hablaba sonbre las inconveniencias del amor... pero a lo cani.

- ¡ME CAGO EN LA LECHE!- exclamó tras dar un pequeño volantazo por el susto inicial- Puto Martinez...- maldijo mientras trataba de cortar la melodía... sin éxito.

- Y encima Camela...- soltó varios insultos españoles, de esos que te dejan agusto, hasta que al final decidió pasar de tratar de quitar la canción, al parecer la radio había sido programada y entre los nervios de la persecución y su propio orgullo como agente delante de los guiris, la cabeza de Anacleto no estaba para maniobrar con aquello- LOS TENEMOS- dijo finalmente al ver un vehículo negro que circulaba con cierta velocidad- ese es el coche de De Gea, ahora sí que no se escapan- los oscuros ojos de Anacleto se fijaron en el automovil y en la carretera como un sabueso sediento de sangre.

- Da- asintió a lo ruso con la hosquedad que caracterizaba a Igma, mientras De Gea reprimía las ganas de echarse a llorar a moco tendido

- Caballero... estoy seguro de que podríamos llegar a un acuerdo sin necesidad de montar ninguna escena...

Mientras, el espejo retrovesor mostró un coche de buena gama a unos metros, estaba alejado y desde su posición no podía saber si lo estaban persiguiendo o se trataba de un mero turista con ganas de marcha.

- ¿Pasa algo kamarrada?- indagó la rusa consciente de la mirada que había echado Alec hacia atrás.

Novatos

Haciendo gala de sus portentosas habilidades, de su magnífico estado físico y de su gran inteligencia capaz de calcular las más dificiles trayectorías del disparo de una bala, Sean asomó medio cuerpo por la ventanilla y, sin importarle en absoluto que una panda de aburridos vende-sombrillas y cocina-paellas le viesen apuntó a las ruedas del coche donde iba De Gea. Aquellos madrileños no tenían estilo ninguno, y Anacleto conducía como una abuela.

Pero que bueno está el bocata de calamares de esta ciudad. Eso es verdad. Alta tecnología.

El primer disparo de Sean falló, pero por supuesto, eso solo lo había hecho para crear tensión entre sus compañeros, para hacer que la gente se llevase las manos a la boca pensando "no lo va a conseguir" y por el caballeroso respeto al rival. Un Bond nunca atacaba por la espalda. Al menos no un Sean. EL auténtico Bond. Todo el mundo lo sabe. Eso eran cosas de novatos y cutres como el cavernicola rubiales de Daniel. Puff.

El segundo disparo, sin embargo, dio en el blanco. Al fin y al cabo, era él quien había disparado, imposible fallar (si no era a proposito, claro está)

Cuánto tienen que aprender de mí, y mira que alguno casi me alcannza en edad, aunque no en estilo

Sean era un tipo de la vieja escuela, muy poco dado a andarse con medias tintas. De manera que la situación era sencilla... coche de los malos con ellos dentro, música española infernal para aderezar la persecución, un par de novatos a bordo que necesitan aprender de su maestria... el español no contaba, era sólo el taxista.

Bang

Se escuchó la detonación del arma del primer Bond, no se había parado a ver la cantidad de coches que había alrededor, ni si era conveniente detener de aquella manera el coche. Había protagonizado persecuciones mucho peores, aquello no debía ser difícil, sin embargo el disparo erró, sería cosa del arma que ya no la hacían como antes. Pero desde luego era algo un tanto desafortunado...

La bala en vez de impactar en la rueda se empotró contra uno de las luces traseras de un vehículo que se puso por medio, al adelantar así por el morro a dos coches a la vez, pasando del carril izquierdo al derecho y luego al izquierdo como en zig zag ¿PERO QUIEN LE HABÍA ENSEÑADO A CONDUCIR A AQUELLOS KAMIKAZES? ahora entendía perfectamente lo del lema Spain is different...

- ¿Pero estás loco?- le dijo Anacleto mirándolo de reojo- ¿Que quieres que salgamos en  el Salvame? Que esto está lleno de coches, joder. No es necesario llamar la atención hostia...- dijo molesto por el ruido que había hecho.

Las aguas parecían volver a su cauce cuando el coche de De Gea apareció al final de la calle, el contacto visual con el vehículo era tranquilizador. Cuando parecía que volviamos a tener la situación controlada a Sean se le cruzo el cable y como si fuera John Wayne sacando su arma y disparando entre el enjambre de vehículos.

Por suerte la bala no pareció alcanzar al vehículo oficial pasando desapercibido entre el ruidoso trafico madrileño o al menos eso parecía.

¿Pero que demonios? guarda eso antes de que tu parkinson acabe con algún herido o con nosotros en las noticias... De Gea no es nuestro objetivo sino nuestro cebo maldita sea, necesitamos que llegue a la reunión sin sospechar nada, o no veremos quien es su contacto.

Anacleto parecía estar flipando de como se las gastaba el 007 preguntandose si eso era lo que llamaban humor británico...

Apenas habíamos conseguido alcanzar al coche de De Gea cuando al bueno de Sean se le ocurrió sacar medio cuerpo por la ventanilla y comprobar si la pistola que le habían proporcionado estaba bien engrasada. Afortunadamente, su tiro no había alcanzado su objetivo y por el momento seguíamos la persecución para dar con el lugar de encuentro y desbaratar los planes de aquellos tipos.

Una cosa es el rejuvenecimiento corporal al que nos han sometido, y otra el volver a coger práctica como agentes de campo en nuestros mejores tiempos, supongo.

Escuché las barbaridades que soltó nuestro compañero del servicio español. Sin duda me dejó impresionado su capacidad de decir alguna frase coherente entre tanta palabrota. Tras el consiguiente reproche de Tim, decidí añadir algo yo también, intentando sonar algo más conciliador:
-El caso es que esa bala perdida no ha parecido alertar a nuestro cebo. Que nadie más se ponga nervioso y conseguiremos que nos lleven al punto de encuentro sin levantar demasiadas sospechas.

Tras lo cual me dispuse a tararear el estribillo de la canción que había empezado a sonar de improviso en la radio hace unos instantes. No terminaba de entender muy bien la letra, pero no podía resistirme a aquella melodía increíblemente pegadiza.

Como se notaba que George estabamás cercano en el tiempo a él que Timothy. Aún conservaba la flema británica que parecía haber ido desapareciendo generación tras generación. El otro sin embargo...vale, tenía una mirada que "podría" rivalizar con la suya si supiese usarla (no era el caso), pero poco más. Quería ser mejor que papá.

En todo caso había fallado, pero no en realidad. Puede que el plan fuese reventarle las ruedas. Pero desde el momento en el que la bala había dado al faro se había convertido en otro: comprobar si se daban cuenta, insertar un localizador en el auto para ver donde iba después de dejar a DeGea, hacer explotar el cohce con una minibomba que habría dentro de la bala pero que ¡oh! que desgracia, no había funcionado por una cagada de Q...Sí.

El plan no era disparar a la rueda. Nunca lo había sido, de modo que esbozó su mejor sonrisa de galán, como si supiese mucho pero lo estuviese ocultando para dar una lección.

"Esperad y veréis" decía su expresión ¿fallar? era posible, pero sus fallos siempre tenían una razón de ser, una explicación...Novatos.

¿Estos españoles cantan o maullan? Mira que se español, pero creo que esto no es ese idioma

-Tranquilo, amigo –le digo al secuestrado-. Claro que llegaremos a un acuerdo, pero no aquí. Vamos a hacer un tour para que veas nuestras instalaciones… -añado lanzándole una fría mirada a De Gea, cada vez más recostado en su asiento. “Cómo me divierte esto…”

Un nuevo vistazo por el espejo retrovisor no hace sino confirmar que hay un vehículo interesado en nuestro invitado e incluso en nosotros mismos.

-Creo que nos están siguiendo. No me extrañaría que alguno del MI6 estuviese rondando también al político –musito sin apartar la vista del retrovisor-. Intenta despistarlo dando rodeos y conduciendo por calles secundarias, si vemos que aun así continúa detrás de nosotros es que se trata de uno de esos cabrones.

Mientras la música del tal Martinez seguía a toda pastilla... tanto George como Tim desaprobaron el disparo realizado por Sean sólo que uno con mayor elegancia que el otro, a lo que Sean decidió pasar de ambos dedicándoles una sonrisa de condescendencia, no iba a malgastar saliva. Se centró pues en no perder de vista el coche del político mientras Anacleto decidió hacer algo más, cogió el móvil y llamó a uno de sus agentes.

- Adolfo, pásame con cualquiera que no sea Martínez... ¿Qué? Si... eso es Camela, no preguntes- dijo con cierta ira dando un volantazo para esquivar a otro Kamikaze madrileño con la tranquilidad de la rutina mientras aguardaba la respuesta- ¿García?... si, él me vale... Escuche García, voy persiguiendo el coche de De Gea por la nacional M-30 a la altura de Aranjuez, no creo que se nos escapen pero el tráfico es demasiado intenso. Ponga más hombres e interceptenos con el helicóptero de tráfico si es necesario pero que NO escape.

Ordeno el agente español mientras apuraba la marcha y se acercaba un tanto al coche en cuestión. Este por su lado aceleró la marcha y se dispuso a realizar maniobras más arriesgadas, parecía que trataba de despistarlos conduciendo por carreteras secundarias. ¡Se habían dado cuenta que ibáis tras ellos!

Hacía tiempo que habían salido de Madrid y se encontraban en la nacional M-30 sobbre la altura de Aranjuez, pero el coche seguía tras ellos, no había duda, los estaban siguiendo. De manera que Froilan Igma decidió realizar maniobras más arriesgadas, adelantando de manera indiscriminada y metiéndose por carreteras secundarias, pero parecía que el conductor era tenaz o estaba muy acostumbrado a la forma de conducir madrileña...

- No consigo quitármelos de encima Kamarrada- anunció la mujer airada, con el ceño fruncido lo que acentuaba la rudeza de sus rasgos.

En el asiento trasero Tiburón lanzó una mirada hacia atrás para después volver a mirar a Alec y sonrerir con aquel gesto bobalicón con el que tantas vidas había sesgado, mientras a su lado De Gea parecía a punto de querer vomitar.

Pero la cosa no quedó ahí, ambos conductores y pasajeros de los vehículos se dieron cuenta de la situación y ninguno de los dos estaba decidido a darse por vencido, por lo que terminaron metiéndose en varias carreteras secundarias hasta dar con un enorme tunel de esos que atravesaban una montaña entera para ahorrar curvas... ahora no había coches por doquier... sólo el asfalto, la carretera... y un motorista despistado entre ambos

Sean con su vista de halcón pudo ver a los integrantes del coche. Al volante había una mujer de aspecto muy rudo y origen ruso... por lo menos, de coopiloto se encontra el señor Alec Trevelier, mientras que en los asientos traseros había dos hombres, un mastodonte de sonrisa perturbadora y el político cagado de miedo con la cara más blanca que la cal.

–Vaya vaya, parece que además de ese policucho y de nuestro viejo amigo Alec se añaden un par más. De hecho, George creo que reconocerás a la dama...es la que conduce, lo que explica los bandazos por supuesto. Ni más ni menos que la señorita Bunt.– dijo Sean mientras se encendía un cigarrillo, sin importarle la velocidad del coche ni nada por el estilo y lanzaba una mirada al motorista. Seguramente el sería otro "colega"– Y no perdamos de vista a ese de la moto

El ojo avisor de Sean aún le dio otro dato. El motorista era un turista, que posiblemente había acudido a algún tipo de convención motera, lo supo por las pegatinas conmemorativas que tenía la moto de carrera pegada en la parte trasera.

Maldita sea pensó para si Timothy ya no había marcha atrás, la persecución se inició a toda velocidad como no podía ser de otra manera, pronto habían salido de la ciudad y de las carreteras principales para dar paso a unas sinuosas carreteras, Alec parecía haberse recuperado mejor de lo previsto por el comentario de Sean quien pareció poder identificar a sus ocupantes.

Nuevamente era momento de actuar y sin duda Tim había demostrado ser un experto en la matería, desefundó su arma al tiempo que bajaba la ventanilla para conseguir visibilidad, se incorporó lo suficiente como para sacar medía cabeza y apuntar al vehículo que les precedía, se quedo un instante calculando ajeno a las locas maniobras del español, airé, trayectoría y pan la bala salió disparada hacía el oscuro coche.