Partida Rol por web

Acepto la mano de Plectrum y me levanto. Compruebo que ya no estoy tan mareado como antes pero no me atrevo aun a retirar el tapón de mi nariz.

-¿Alguna vez has conectado una tostadora a la red de alta tensión? Eso es lo que me ha pasado. Miro hacia la puerta que da hacia los servidores. -He intentado acceder a la información que contienen los servidores y me parece que he sobrecargado el sistema. Todas mis capacidades están "out". No se si temporalmente o he frito mi procesador.

Saco mi portátil de la mochila y lo conecto. Mientras carga informo a Plectrum de la situación:

-Hasta donde yo se no ha habido una intrusión física propiamente dicha, simplemente han interceptado unos datos de un servidor en concreto, el sistema lo componen muchos servidores. No se a quien pertenece ese servidor ni de que modo se ha realizado esa interceptación; lo primero porque es confidencial y no me lo ha querido decir. Lo segundo... -Señalo el tapón de mi nariz. -Bueno, han surgido temas más urgentes que tratar.

-Antes de que ocurriese esto pude descargar algunos datos de su tablet y mandármelos al portátil pero no creo que nos sean de mucha ayuda. Hay algo que me escama, este sistema se supone que protege los datos de gobiernos, corporaciones y vete tu a saber de quien más. ¿Te parece que la seguridad del edificio es acorde con lo que supuestamente contiene? En teoría, Aiden solo puede acceder al sistema. Si vienes aquí por la fuerza y le obligas a conectarlo podrías sacar todos los datos de los servidores.

Comienzo a teclear en el portátil para ver los datos descargados de la tablet de Aiden.

-Informáticamente hablando el sistema es casi inexpugnable. Pero físicamente no. No me cuadra, se me tiene que escapar algo. ¿Tu que crees?, ¿que hacemos ahora?

El ingeniero os había dejado lo suficientemente solo, pero bien era cierto que no podía dejaros a solas a pocos metros de la sala más importante del edificio. Así que mantuvo la distancia haciendo el tonto.

Mientras pasaban los segundos, Subpython noto como la hemorragia se detenía en seco, y empezaba a sentirse mejor. El contacto de Plectrum había sido de gran ayuda.

Pero su poder estaba en ese punto en el que necesitas formatear y tardas un par de horas en sacarle partido. No estaba claro lo que iba a durar, pero seguro que no era del todo grave.

Volviendo vuestras mentes sobre el asalto a los servidores, era obvio que aquel edificio era perfectamente asaltable, y por tanto, tenía un fallo de seguridad muy grave. Y sin embargo estaba a ahí, en plena calle, publicitado. El dueño era un loco, o era de los que escondían las cosas a simple vista, porque a nadie se le ocurriría que aquello pudiera hacerse así.

No tenía sentido, o quizás había algo que apestaba mucho. El caso es que por el momento podíais cantar victoria. Los malos, fueran quienes fueran, no tenían mucho con lo que trabajar, y aunque había un claro problema de seguridad, en punto flojo de la cadena estaba fuera de allí.

Quizás la información de la tableta del ingeniero fuera de ayuda, pero el informático del grupo tendría que revisar la información a la antigua, y eso requería tranquilidad y tiempo. Y el tiempo era algo que no os sobraba, pues en cualquier momento podía darse el caso de que apareciera por allí la verdadera interpol y vuestras coberturas estuvieran comprometidas. 

Consigo descifrar pocas cosas de las palabras de Subpython. Lo más importante, que parecía que el asalto había sido informático y no físico. Algo extraño, ya que ambos coincidíamos en que el segundo sería de lo más sencillo. 

- ¿Y para que les pudo haber servido ese asalto si no consiguieron sobrepasar su... sistema? 

Estaba muy perdido en aquellos asuntos. ¿Cómo iba a saber como proceder?

- Una pregunta. - llamo la atención de Pearce mientras me acerco a él, dejando a mi compañero trabajar en su portátil.- En caso de que asaltaran este edificio por la fuerza ¿cómo responderíais? - mi mente se centra en la suya. Esperaba que no usara su jerga para responderme aquella pregunta. - Porque podrían obligarte a darles la contraseña para obtener la información ¿no? - Giro el brazo con la palma en alto para mostrar los alrededores- No veo demasiada seguridad. 

Al menos si íbamos descubriendo como funcionaba aquella empresa podríamos hacernos una mejor idea de como podrían asaltarla... Una idea tomo forma repentina en mi mente...

Asaltar el edificio...

La duda se mostro de repente en la cara del ingeniero jefe. Estaba claro que a pesar de su coeficiente intelectual, se había pasado por alto una de las cosas más obvias.

Bueno, pues lo cierto es que no se qué decirle. Supongo.- empezó a dudar-. que no habría ningún ataque porque nadie sabe que estas instalaciones contienen los servidores.

Bueno, ahora lo saben ustedes. Así que. La verdad es que no lo sé.

De todas formas, sin mis conocimientos no se puede hacer absolutamente nada, así que sería tan sencillo como irme yo.

Estaba totalmente claro que no había considerado la posibilidad de que fueran a tomarlo como rehén, o a amenazar su vida. No era esa clase de personas. Su mundo se media por conocimientos y presumíais de que seguramente lo más violento fuera que le hicieran la vida imposible lo matones en el colegio, si es que eso llego a suceder. 

Frustrado apago el portátil, había volcado toda la información en él pero lo que tocaba ahora era revisarla y eso no era tarea para hacer ni en este lugar ni en este momento. Ademas, mi cabeza únicamente pensaba en recuperar mis habilidades, si es que eso sucedía en algún momento.

Sonrío ligeramente cuando veo la cara de desconcierto del ingeniero ante la posibilidad de un asalto físico al edificio, mi curiosidad me empuja a forzarle para que desencripte los servidores y me de acceso a la información que contienen pero la verdad es que no se me ocurre ni por donde empezar para conseguirlo... aparte de que eso sería poco conveniente para nuestro objetivo, claro está.

-Una última pregunta por mi parte. -Y no miento, poco más puedo hacer aquí ahora mismo. -¿Como o donde se produjo la interceptación de los datos?

Si nos mandaron aquí es por algo, y no quiero creerme ese aura de seguridad que tiene Aiden.

Espero la respuesta mientras le susurro a Plectrum:

-Yo aquí ya no puedo hacer nada más tal como estoy. -No me puedo resistir a añadir en el último momento. -Al menos sin la información que tiene este tipo en la cabeza.

La curiosidad esta en mi programación.

Bueno, pues lo cierto es que han asaltado el centro de operaciones de… un cliente. Y allí han capturado la información entrante.

Supongo que habrán pensado que lo mas cómodo era, eh, tomar por la fuerza la información. Eh imagino que su verdadero objetivo era ese, er, cliente.

La cara de Plectrum cambia mientras escucha lo que dice el ingeniero.

Por eso les digo que no tiene sentido que nadie acuda aquí. Nadie sabe cómo sacar la información del servidor. Y bueno. Ahora mismo, solo quedan horas para que todo el esfuerzo de esos hombres, quede en nada.

El hombre parece satisfecho, y empieza a moverse hacia la salida. Como bien ya ha comentado el pelirrojo, no hay mucho más que hacer allí, y ya habéis pasado el punto del recorrido guiado por el edificio. Ahora no queda más que cerrar la puerta y echar la llave. 

En cuanto escuchas lo de cliente la primera vez sabes que ahí hay información, así que usas toda tu poder para leer lo que esté pensando aquel hombre.

Y obtienes una clara respuesta.

El cliente al que han asaltado, es un centro de operaciones del ejército francés, en un ataque relámpago, y con varias bajas de hombres que allí trabajaban.

Sin duda un golpe bien organizado. Pero si lo que dicen estos dos cerebritos es cierto, la información está completamente segura mientras nadie fuerce ese edificio, y sobre todo, mientras el ingeniero este lejos de los servidores.

Parece que esta vez tu misión es mucho más sencilla que de costumbre. El único error de aquel hombre es haberos abierto la puerta y explicado cómo funcionaba. Y todo por unas placas falsas de policía. 

Retengo a Pearce agarrando su brazo hasta que se detiene.

- Le voy a relatar una posible secuencia de acciones. - intento atrapar su mirada para que no pierda detalle ni de mis palabras ni de mis gestos. - Entran en su edificio un par de sujetos con placas falsas para atender una alerta. - hago una pequeña pausa, en aquel asunto era él quien no parecía pensar demasiado. - Sacan su pistola. - saco mi pistola. - Le apuntan a la cabeza. - le apunto a la cabeza. - Y le piden, sin ninguna amabilidad ni cortesía, que libere su sistema. - intensifico mi mirada pretendiendo intimidarlo. - Incluso pueden ver necesario meter el arma en su boca en busca de una mayor colaboración. - Meto el arma en su boca durante unos segundos y la saco para enfundarla. - ¿Ve lo fácil que puede ser? - Le otorgo unos instantes para que se tranquilice y asuma lo que acaba de pasar. - Será mejor que venga con nosotros antes de que aparezca alguien a exigir su cooperación. - 

Inicio el avance hacia el ascensor.

- Y espero que este seguro de que esos asaltantes no pueden sacar nada de la información que han obtenido de... sus clientes. Creo que no sería una misión apropiada para nosotros. - 

El hombre, que sin duda es brutalmente asustado por la iniciativa de Plectrum se deja hacer durante unos instantes.

Luego parpadea casi llorando, y espera a ver qué reacción tiene el otro policía. Pero en ningún caso se mueve del lugar, esta como congelado.

Pasan unos segundos muy tensos en los que os mira dubitativo. Y luego da un paso atrás.

Bueno, gracias por explicarme cuán fácil es “piratear” esta zona. Y ahora que soy consciente, y que entiendo perfectamente lo que está intentando decirme, le puedo decir una cosa.

Dice al tiempo que saca su teléfono móvil.

Sus superiores estarán del todo contentos con su actuación, yo por mi parte, me siento de repente mucho más inseguro. Y creo que voy a hacer uso de la sabiduría que acaba de mostrarme para que me informen sobre ustedes.

De repente estaba claro que aquel hombre no se fiaba un pelo de vosotros, ya no solo porque le hubierais dicho que las placas podían ser falsas, sino porque para demostrarlo le habían metido una pistola en la boca.

Estaba claro que no pensaba moverse de allí por las buenas.  

Miro interesado la actuación de Plectrum y, por ello, no deja de sorprenderme la reacción de Aiden cuando saca el móvil.

Este tío tiene el coeficiente intelectual de Albert Einstein y los instintos de supervivencia de un leming.

-Tranquilo Aiden. -Avanzo hacia el mientras con la mano le hago un gesto a Plectrum para que baje el arma. -¿No ves que si de verdad no fuésemos agentes de la ley ahora mismo le estaríamos forzando a soltar su móvil?

Si no tuviese mi procesador frito ahora podría dejarle sin cobertura con un solo pensamiento pero tendremos que recurrir a los métodos tradicionales.

-Esto es lo que va a ocurrir. -Saco mi propio móvil y abro un programa de hackeo sencillo. -Es tarde, muy tarde. Lo único que va a conseguir ahora es molestar a un técnico de la oficina. -Me conecto al repetidor que hay una manzana al sur, el más cercano. -Le propongo esto, una llamada directamente a nuestro superior. Sin pasar por intermediarios. -Agito mi móvil mientras tecleo para indicarle el medio con el que realizar la llamada. Solo quiero ganar tiempo, no colará. Saco el número de Aiden de los datos que me descargué antes y desvío todas sus llamadas a un número: el de Olimpo. -Todos queremos acabar cuanto antes con esto, por eso mi compañero se ha puesto rollo Bruce Willis, estamos cansados. ¿Porque no responde a nuestras preguntas rápidamente y así todos nos podremos ir a nuestras casas a resetear nuestros sistemas?.

Obviamente no me da tiempo a avisar a Olimpo, esperemos que improvise bien.

El ingeniero parece plantearse lo que dice el que sin duda es el más inteligente de los dos hombres. En su cara hay dudas, como no pueden ser de otra manera.

De acuerdo, déjeme hablar con su superior.

Tiende la mano y agarra el terminal y espera a que contesten del otro lado.

Si, buenas noches, disculpe la llamada, soy Aiden Pearce, jefe de la sección de desarrollo informático de Castle Solution.

Tras unos pocos segundos sigue hablando.

En efecto. Le agradezco la atención. Si, por supuesto. El caso es que sus hombres me han explicado de una manera muy vehemente que este edificio puede tener ciertos problemas de seguridad.

Si me hago cargo. No, no, por supuesto.

Le agradecería que sus agentes me escoltasen a la puerta exclusivamente, y marcharme a mi casa. La dirección se la puede dar cualquiera de los dos. No, no. Descuide.

La cara de Aiden iba cambiando cada pocas palabras, como si estuviera echando un pulso con la voz al otro lado del teléfono.

Intercambias miradas, preguntaos que estaba diciéndole Olimpo al hombre, para que este contestara de aquella manera, pero poco mas podíais hacer.

De acuerdo. No dude que así lo hare. Puede confirmarme la hora…, me parece perfecto. Si. Muchas gracias. Que tenga una buena noche.

Ah, por supuesto.

El hombre tiende el teléfono de nuevo al pelirrojo, en un claro gesto de que la persona que ha contestado quiere decirle algo.

Luego anda hasta la puerta del ascensor, donde Plectrum está esperando y toca el botón para pedir que suba hasta esa planta. Sonriendo nervioso e incomodo al hombre que hace tan solo dos minutos el ha metido una pistola en la boca. 

Soy Olimpo. Escolten a este hombre hasta un transporte, y luego vigilen su domicilio.

¿Alguna duda? 

Subpython se me adelanta en solucionar las dudas de nuestro genio y menos mal, pues yo solo podría probar nuevos efectos que se me habían ocurrido para experimentar con mis poderes. De los cuales podría no dar resultado ninguno. Aun así, desde la distancia, no me parece que haya optado por la mejor alternativa y era posible que me acabaran haciendo responsable de esa llamada...

Espero a que Pearce se acerque. 

- Tranquilícese - hablo con voz pausada, estirando el brazo para colocar la mano en su cuello. Gano así cercanía y contacto, algo necesario para una de mis habilidades. - No he sido lo más... delicado, pero tenía que hacerle ver la realidad con urgencia. No tenemos mucho tiempo para desalojar y debemos ponerle a salvo. No podemos permitir que le capturen y penetren en su sistema. - 

Alejo mi mano entonces y me centro en el ascensor. No sabía si era la mejor idea. ¿Cuánto podrían tardar en aparecer el resto de interesados? Echo mano a mi pistola, aun sin desenfundar de nuevo. 

¡Había funcionado!, no me lo podía creer.

Escucho lo que dice Olimpo y asiento.

-Entendido.

Me acerco a Plectrum y le susurro las ordenes de Olimpo. Veo como pone la mano sobre su pistola. Espero que no sea necesaria, primero porque yo no tengo nada similar y segundo porque, ni siquiera tengo mi poder ahora mismo. En una situación de peligro seria más inútil que el firewall de Windows.

Me dirijo a Aiden: -No va a pasar nada, es solo rutina. -O eso espero.

Esperamos que el ascensor llegue y pulsamos el botón del piso de la recepción para esperar allí al transporte que prometió Olimpo.

Le susurro a Plectrum que tenemos que escoltar a Aiden hasta la entrada y esperar a un transporte alli.

La puerta del ascensor se abre justo tras las últimas palabras de  Subpython y este está vacío.
Sin embargo el agente armado parece interesado en bajar por las escaleras, pero su compañero y Aiden entran en el ascensor antes de que pueda ponerle remedio.

Un minuto más tarde están en la planta baja, y saliendo hacia la puerta del edificio. El agente de seguridad, que ahora está un poco más preparado a lo que pase, no deja de mirar a las cámaras y a vosotros alternativamente.

Quizás la broma de Plectrum le haya puesto sobre aviso y quiera por una vez, ganarse el jornal. Al ver que os acercáis a la entrada, aprieta el botón de seguridad y esta se abre dejando el paso libre para poder salir.

Estáis en la calle, y parece despejada, muy poco tráfico en la zona, y silencio, porque en aquella parte de la ciudad, la actividad comercial estaba durmiendo, y por tanto la calle era un lugar solitario.

Allí caéis en cuenta que uno de los dos tendrá que ir a por el coche al parquin, antes de que llegue el taxi que Aiden está pidiendo desde su terminal móvil.

Y claro, solo uno de los dos sabe cómo conducir un vehículo.

El joven pelirrojo empieza a bajar la calle hasta el parking,  cuando lleva unos veinte metros, una furgoneta se acerca hasta la puerta de la empresa.

En un abrir o cerrar de ojos, en los que a Plectrum le da tiempo de sacar su arma, salen seis hombres del interior de la furgoneta, tienen armas automáticas, y van encapuchados, apuntan a Plectrum y al ingeniero y pretenden llevárselo por la fuerza.

La situación es tensa, y dos hombres apuntan a la cabeza del agente mientras este apunta su arma hacia uno de ellos, pero nada evita que se lleven al ingeniero por la fuerza de las armas.

La furgoneta, que no tiene placas de matrícula, y que va pintada de negro sin distintivos, se marcha a toda velocidad, mientras el agente que había dentro del edificio se traba con la puerta del edificio porque no ha apretado el botón y ha echado a correr hacia la cristalera.

Se han llevado a vuestro objetivo, ¿pero cómo?. Sois los únicos que sabéis que era un activo valioso. ¿O no?

Bajo el arma con frustración, observando como la furgoneta desaparece, aunque también con gran alivio. Sigo vivo... Por un instante que me pareció eterno me había visto sumergido en un tiroteo contra seis hombres donde, por mucha velocidad sobrehumana que yo pudiera imprimir a mi cuerpo, me hubieran dejado como un queso gruyer. Miro el suelo a mi espalda. Allí mismo podía estar descansando mi cuerpo ensangrentado. Quizás escupiendo las últimas palabras, luchando por respirar, esperando el perdón de Sharon por dejarme matar... Sharon...

Un temblor se propaga por mi brazo armado y me obliga a usar la zurda para paralizarlo. Aprovecho para enfundar la pistola con ambas y entonces miro hacia el guardia de seguridad del edificio, siendo consciente de nuevo de la situación de la misión. Estábamos jodidos, habíamos perdido la llave maestra. 

- ¿Como debes proceder? - pregunto, sin saber bien si me escuchaba desde su posición tras el cristal. Desvío mi mirada hacia mi compañero. - Trae el coche. - Intentaba sonar sereno, seguro, profesional... Al menos tenía una pista. Era más de lo que se podía esperar. 

-Joder. Me tiro al suelo en cuanto veo aparecer los tíos armados. No me gustan las armas y menos en gente que no es amiga mía.

Veo alejarse la furgoneta con Aiden dentro y me pongo a pensar. Rápidamente, abro el portátil ahi mismo y me conecto a internet. No me cuesta hackear el servidor de tráfico.

Oigo a Plectrum que me ordena traer el coche.

-Ahora no puedo, necesito las manos. -Joder, si mis habilidades no estuviesen hackeadas podría conducir y hacer lo que necesito a la vez. -Me es mucho más fácil seguirlos así. ¿Puedes conseguir un taxi o un coche con chófer?

En mi pantalla superpongo un mapa de la zona cercana con la posición de las cámaras de tráfico. Muestro en mi pantalla las que rodean la calle por la que se han ido y comienzo a buscarles. Con un poco más de tiempo podría incluir cámaras privadas, de cajeros automáticos o de centros comerciales pero no tengo tantos ojos para comprobarlas.

Lo que si hago es descargarme imágenes promocionales del modelo de furgoneta y activo un programa de reconocimiento de imágenes para que busque coincidencias en las cámaras de tráfico de la zona. Me saltaran muchos avisos pero de un rápido vistazo descartaré todas las que lleven matriculas o no sean negras.