Partida Rol por web

Partamos cuanto antes... ya tendremos tiempo de conocernos por el camino- dice el enano mientras carga sus pertenencias en las alforjas de su mula- iré delante.

El enano sube a la mula y con un chasqueo de lengua del enano la mula echa a caminar lentamente.

Vamos, o se nos hará de noche antes de salir de la ciudad....

Poco a poco la deriverada lnetitud del amanecer hizo acto de presencia, Cristopher comtemplaba esto todos los dias, para el significaba un nuevo renacer, nueva vida que dirigir hacia su destino.

-Al menos tengo casa donde vivir

Más que casa se podia decir que eran 4 paredes con un techo más que "suficiente". Habia pasado de ostensismos par ano tener que recordar su cruel pasado. Solo lo que sabia hacer predominaba en su vida y por lo que parecía iba a ser un dia bastante curioso contra las huestes de Hela. El paje habia sido un tanto timido en su relato por lo que no sabia que tocaria esta vez

Lanvandose y colocandose su atuendo Cristopher bajo hacia las caballerizas mientras pensaba en que les depararía el futuro. Alli habia otras dos personas pero la rapida intervenciondel ofcial de campo explicandoles su destino corto cualquier momento de comunicacion

...

El movimiento empezó y las primeras palabras fueron las del enano que iba en el grupo

-La tal conocida impaciencia de los enanos?? No la conocia aun, bueno, de momento no deberemos de preocuparnos por nimiedades en el camino mientras tengamos a la vista los muros del castillo

Un simple golpecito en los flancos de su caballo de batalla fue suficiente para que este empezara a moverse lentamente cerca del protegido.

-Sera un honor protegerle Revenful Arkidosis, aunque tal tamaño arrastrado por mulas nos puede atrasar un poco, , habra que ir con cuidado con el camino para no pillar ningun bache en el camino, porque me imagino que la carga que llevamos es ardua delicada no??

Unos golpecitos en la puerta despertaron a Raleene, era uno de los pajes avisándo de que la esperaban en los establos cuanto antes. Hacía dos meses que había llegado a la Fortaleza del Yermo pero era la primera vez que no iría sola a una misión. Se vistió y bajó al establo donde la esperaban sus compañeros y su caballo, ya ensillado y preparado. No gustaba de compañía y mucho menos volver a trabajar al servicio de humanos, pero sentía curiosidad sobre todos los acontecimientos extraordinarios que estaban sucediendo, las misteriosas criaturas, las pesadillas...

Tras oir lo que el oficial les contó sobre la misión subió a su caballo y decidió que iría guardando la espalda, el enano se situó delante del carro y el otro humano conversaba con Revenful caminando a su lado. Si, definitivamente atrás era perfecto, además no conocía el camino ni dónde se encontraban esas Catacumbas ni cuanto tardarían en llegar.

- ¿Retrasarnos? Difícilmente, ya que su misión es protegernos. A mí y a mi invención. Además, me parece que el termino que buscas es “Harto delicada” y no “Ardua delicada” humano, pero en algo tienes razón. Hay que ir con cuidado. Esta nueva arma no debe romperse ni caer en manos enemigas.

- Esta desensamblada, por supuesto, y solo un genio como yo podría comprender su funcionamiento, pero en cuanto la vean en acción, se darán cuenta de que cambiara el curso de la guerra.

- No más arqueros o soldaditos a caballo, ni enanos gritando con las hachas en alto. Pronto todas esas cosas primitivas quedaran atrás y los tecnologistas seremos quienes brinden a Aniel la victoria definitiva sobre el enemigo.  

Una vez dicho lo anterior todos azuzaron a sus monturas y partieron, dejando atrás las puertas que se abrían para darles paso al vasto Yermo que los separaba de las Catacumbas.

El Yermo se presentaba tan desnudo y estéril como lo recordaban. Un paisaje de diversas formaciones rocosas que se extendían hacia el oeste. Cañones, pilares rocosos, hondas depresiones y accidentadas cuestas era todo cuanto su vista podía distinguir.

No hay agua, ni vegetación de ningún tipo. Se dice que esto es debido a que durante el último enfrentamiento entre las diosas, su poder desatado acabo con todo, dejando solamente este erial, donde hasta los buitres y escorpiones tienen problemas para sobrevivir.

En lo alto, pueden avistar ocasionalmente algún mensajero que viaja sobre un águila gigante, o patrullas de jinetes alados conformados por guerreros montados sobre grifos o pegasos. Sin embargo, ustedes no tienen más remedio que hacer el recorrido a lomos de sus caballos.

Cuando anochece, aun falta todo un día para alcanzar el puesto de avanzada, un fortín edificado a medio camino entre las Catacumbas y la Fortaleza del Yermo para que las tropas descansen o puedan reaprovisionarse. La noche en el Yermo es muy fría, pero no hay nada de madera cerca para hacer una fogata.

Todos están un tanto cansados por el largo trecho a caballo, pero tras apenas desmontar, pueden ver a un extraño y ruidoso aparato que avanza sobre 4 ruedas y que se acerca soltando una humareda tras de sí.

- ¡Ah, un carro de vapor! ¡Seguramente mis colegas se enteraron de que venía y quieren ver cuanto antes mi flamante arma!

Serán amigos cuando los veamos-Con un leve gesto el enano indica a la arquera que prepare su arco y se situe por el flanco derecho de la maquina infernal.

Mientras el enano avanza hacia el lado izquierdo susurra al humano. Metete en medio muchacho, no le dejes pasar.

El enano se funde entre las sombras de la noche... y observa tumbado en el suelo el avance del carro. El único sonido que provoca es el suave desenvainar de su arma. Sus músculos estan tensos y listos para impulsarse en cuanto lo crea oportuno.

Parece que ya tenemos un líder pensó al ver lo rápido que había reaccionado su compañero.

Se situó donde el enano le dijo con la mirada atenta en el camino, por donde este se adentró.

- Señor Arkidosis, será mejor que se ponga detrás de mí. Alguien tan primitivo como nosotros no podría hacer funcionar este trasto si a usted le pasa algo.

- ¿Eh? ¿Qué dices, mujer? ¡Si son de los nuestros! Aunque es cierto que ustedes no podrían operar esta refinada maquina ni en sus sueños – digo, retrocediendo de mala gana para ir junto al carro y verificar el estado de la caja.

-Si esta tan seguro que son de los nuestros no hay motivo de peligro

Cristopher se quedó solo un par de metros por delante de Revenful y aunque sus palabras habian sido tranquilizadoras un pequeño gesto imperceptible indicaba que la espada iba mas suelta en su vaina

Con un gesto de la mano izquierda indicaba un saludo a los que estaban por delante, intentando ver algun gesto amable

Un pequeño individuo, vestido de forma similar al joven gnomo desciende del aparato y se sacude el polvo de la ropa, antes de avanzar hacia ustedes con un gesto de saludo.

- ¡Amigos! ¡Es un gusto saludarlos a todos! ¡Y tú debes ser  Revenful, el talentoso joven que ha creado esa arma tan maravillosa! ¿No es así? ¿Van hacia las Catacumbas? ¿Por qué no dejan que llevemos esa caja en el carro? ¡Es mucho más rápido que esas viejas mulas!

Cristopher movio a su increible caballo acompasandolo para que en cada paso diera un golpe en el suelo con su potente pata, casi como bailando, acompañando con el movimiento de su cabeza y de su crin...adelante... atras...adelante...atras. Solo buscaba incomodar a aquel supuesto aliado y ver su reaccion, si eran aliados no tendrian nada que temer

-Como comprendera, tenemos ordenes extrictas de no separarnos de nuestro amigo Revenful, como tampoco nadie nos indico que una coalicion de gnomos nos ayudaria en nuestro transporte, se puede preguntar a que viene tan querida y necesita ayuda?? Creia que nuestra mision era alto secreto y nadie sabia lo que llevamos ni a donde vamos?-,la ultima pregunta era mas bien retorica, sin esperar respuesta de nadie. En un pasado no muy lejano habria seguido la orden de caballeria y habria agradecido y confiado en aquella gente casi al momento, pero el tiempo le habia vuelto... extraño para su clase.

Sus palabras salian de su boca con un porte ahora extinto, con una potencia que solo se podia apreciar en sus armas y su armadura de momento reluciente

Dreckig, repta silenciosamente entre la escasa vegetación, buscando siempre estar cubierto respecto al carro. Trata de buscar un punto debil por donde atacar mientra rebusca con cuidado en su cinto mientras se dirige a la retaguardia del carro.

El recién llegado no iba armado ni parecía peligroso a simple vista, sabía que los gnomos tenían debilidad por todo tipo de artefactos y no era nada raro que los del gremio de tecnologistas estuviesen en contacto los unos con otros, sin embargo Raleene siguió apuntando.

- ¿Le conoces? - Dijo a Revenful.

- ¿Conocerlo?  Pues no, pero es un colega sin duda. Ustedes están demasiado suspicaces. Después de todo, estamos en nuestro territorio y a los gnomos no nos gusta que nos amenacen – digo un tanto enfadado al ver al caballero avanzando y tratando de intimidar a mi congénere y a la mujer apuntándole.

- ¡Eh, porque no se dejan de eso y hacen algo útil, como ayudarme a descargar! ¡Mi invento y yo iremos en el carro a vapor! – les digo a mis escoltas.

-  ¡El tiene razón! No soy su enemigo ni me agrada que me apunten con sus armas. Pero su misión no es tan secreta como piensan. ¡Después de todo, los rumores corren, sobre todo si se trata de un joven talentoso como este, y de un invento tan novedoso, que promete el fin de la guerra! – digo mirando en especial al humano que va sobre el caballo.