Partida Rol por web

Llevaba ya esperando mucho tiempo ese día.Montado en su fiel compañero, esperaba las órdenes a ejercer.Conoció por primera vez a los que iban a ser sus compañeros de grupo.

-Será un honor combatir a vuestr lado, hermanos de la oscuridad.....Me nombro Targul, guerrero orco de la más grn horda orca que haya existido en el mundo- dice para ir rompiendo poco a poco el hielo.Su acompañante, estaba alg nervioso, se le podía notar en su comportamiento, todo rato en movimiento, andando de un lado para otro delante de sus nuevos acompañantes, mirando sobre todo a la montura del vampiro.Targil extiende su mano acariciando el cuello del animal.

-Tranquilo Moortak, ellos no son la presa, recuerda que la presa apesta a luz...- vuelve a decir.Poseía una grave voz característica de su raza.Si te fijabas, podías ver que estaba armado de arriba a abajo, al igual que protegido.Aún no sabían todo lo que tenía guardado debajo de la manga.Escucha y acata nuevas órdenes, recibidas de aquel soldado, que parecía tener un mal día o la luz le había corrompido el alma y odiaba la compañía de una goblin que andaba detrás de él.

-Despertaremos a Hela, aunque se a lo última que hagamos!, por la horda!...- dice con tono de cabreao, a la vez que subía su moral y sus ganas de partir.

- ¡Por fín un poco de acción! - dijo Nelapsi tras levantarse eufóricamente y dar unas palmaditas en el cuello a su corcel. - Se me estaban entumeciendo los músculos de tanta espera. Por cierto, soy Nelapsi, encantado de compartir con vosotros mis conocimientos.

Tras esas breves palabras, se dispuso a ultimar preparativos para empezar la marcha hacia las Catacumbas...

- Mmm… Un macho verde y musculoso, justo como me gustan y un sujeto misterioso con aspecto de hechicero, además de un humano que se veía bastante atractivo. Quizá esta misión no fuera tan aburrida después de todo. Al menos estaría rodeada de aliados viriles que podrían ayudarme a disfrutar esas largas horas en solitario.

-  Mi nombre es Rezblam, y espero llegar a conocerlos a todos muy bien… - digo con voz suave y seductora mientras acomodo mi largo cabello negro y monto sobre mi lagarto. Sus escamas son algo frías, pero adoro sentir su roce contra mi piel.

-Es un placer señorita Rezblam.Por cierto, ¿sabe que tiene un bonito ejemplar de lagarto.....?- dice dirigiéndose a esta montado en su compañero de batallas.

-Se lo digo porque he visto ya muchos en mis arduas batallas.Será un honor viajar con usted.- la verdad es que Targul era un tanto grande y a veces temeroso, pero cuando entraba en batalla su sangre hervía haciéndole caer en la locura de sus armas.Además de que sus ojos rojizos solían amedentrar a sus víctimas.

- Si vamos a trabajar juntos lo mejor sera presentarse- comento descruzando los brazos dejando ver una pequeña daga que sale de de debajo de la manga de mi jumbon.

- Os habla Zackaleath Arthiral- digo haciendo una burlona reverencia- Y esta magnifica bestia es Valzas, mi fiel guardian- digo refiriendome con orgullo de mi cánido de gran pelaje oscuro, al que acaricio la cabeza- Os presentaria tambien a mi fiel halcon, pero debe de estar buscando alguna presa por las alturas en estos momentos- acabo mi monologo mirando con ojos entrecerrados a los cielos en su busqueda.

Si apartar la vista del cielo, me llevo los dedos a los labios y propago un sonoro silbido para llamarlo.- Parece que soy el unico sin montura aqui, mas creo que seran un estorbo en el interior de las Catacumbas.- observo mientras espero su llegada.

-Hummm....insolente humano.Como te atreves a dirigirte de tal forma a mi fiel compañero.No sé si la montura del señor Nelapsi será útil, pero te aseguro que la mía es más útil que tu pajarito y tu perro escuchimizado....- dice cabreado al ver como degradaba el nivel de su acomañante.Era más que un amigo, era como si fuera su hermano, habían crecido juntos, y sabía muy bien de lo que era capaz de hacer, quizás el estorbo fuera el humano.Moortak ruge mirando rabioso al humano y a su perro.Sus ojos se tintan de un azul brillante que a primeras cegaba si te fijabas en ellos al igual que si te fijabas en el Sol.

Ante la actitud amenazante del orco, Valzas se pone a la ofensiva mostrando los dientes y un brillo belico en sus rojos ojos. Para apaciguarlo, levanto un brazo delante de el con el fin de indicarle que no ataque.

- Parece que tienen facilidad para mostrarse aprensivos al combate, me gusta... Sereis de gran valor como compañeros en el campo de batalla.- digo orgulloso jugueteando con la daga en la otra mano, mientras observo a esa gran bestia en todo su esplendor con mis ojos entornados, signo caracteristico de mi.- No se la relacion que habra entre vuestro fiel compañero y vos, pero sin duda, me habeis malentendido.- les explico desde una posicion erguida con una sonrisa indescifrable en el rostro- No se como es el interior de esas Catacumbas, tan solo he escuchado los rumores sobre ellas y no se cual angostos seran sus pasillos o si el terreno sera el apropiado para ir sobre una montura, de ahi entonces mi comentario.- digo esgrimiendo mi alegato para hacerle entender al orco el motivo de mis palabras.

-Espero que vos tampoco os hayais ofendido por el comentario- digo girando la cabeza hacia Nelapsi manteniensdo la misma actitud.

- Tranquilo Zackaleath, le tengo aprecio a mi corcel, pero se entender tus sabias palabras - dice el vampiro mientras acaricia el pelo de su caballo - Targul, veo que hay que andar con cuidado a la hora de dirigirnos a vos, me gustaría recordarte que somos tus compañeros, y si empezamos a llevarnos mal, nuestra misión va a fracasar estrepitosamente, asique, ¿por qué no intentamos confiaro los unos en los otros? Además - Añade mirando sonriente a Rezblam. - ¿Que va a pensar la señorita ante tan ruda actitud?

-No olvideis que solo nos une nuestro cometido, sino ya os hubiera rebanado el pescuezo...- Moortak se ponía cada vez más nervioso y andab de un lado para otro rugiendo levemente, mientras babeaba por sus boca con afilados colmillos.Tira de la cadena levemente, haciendo que elevara la cabeza y se calmara.

- ¿Qué voy a pensar? – digo riéndome de estos machos, tan ansiosos de pelea que ya se muestran los colmillos unos a otros. - ¡Que me encantan los machos verdes y resueltos! ¡Pero también me gustan quienes saben usar su cerebro! ¡A decir verdad, me gustan todos! – grito alborozada, presintiendo que esta noche promete y que nos la pasaremos bien, si no terminamos desgarrándonos mutuamente la garganta, lo que tampoco es un mal final.  

Así, entre amenazas y chanzas todos azuzaron a sus monturas y partieron, dejando atrás las puertas que se abrían para darles paso al vasto Yermo que los separaba de las Catacumbas.

El Yermo se presentaba tan desnudo y estéril como lo recordaban. Un paisaje de diversas formaciones rocosas que se extendían hacia el este. Cañones, pilares rocosos, hondas depresiones y accidentadas cuestas era todo cuanto su vista podía distinguir.

No hay agua, ni vegetación de ningún tipo. Se dice que esto es debido a que durante el último enfrentamiento entre las diosas, su poder desatado acabo con todo, dejando solamente este erial, donde hasta los buitres y escorpiones tienen problemas para sobrevivir.

En lo alto, pueden avistar ocasionalmente algún mensajero que viaja sobre un murciélago gigante, o patrullas de jinetes alados conformados por guerreros montados sobre lagartos alados o grifos.

Cuando falta una hora para el amanecer, aun les queda toda una jornada para alcanzar el puesto de avanzada, un fortín edificado a medio camino entre las Catacumbas y la Fortaleza de la Perdición para que las tropas descansen o puedan reaprovisionarse. La temperatura en el Yermo es muy fría, pero no hay nada de madera cerca para hacer una fogata.

Excepto el vampiro y el ser infernal, todos están un tanto cansados por el largo trecho que han recorrido, pero tras apenas desmontar, pueden ver algo muy raro de encontrar en un sitio como este.

Un par de corpulentas figuras se mueven en la distancia, y podrían jurar por la forma de las siluetas que no pertenecen a ninguna raza conocida. Pero lo más interesante es que al aguzar el oído, pueden escuchar débiles clamores, que parecen surgir de muchas gargantas. Los sonidos son agudos. Quizá pertenezcan a alguna patrulla o destacamento goblin que está siendo destrozado.

Finalmente comienzan su largo viaje a las catacumbas, pasando por desolados parajes en los cuales sería difícil sobrevivir en aquellas condiciones extremas.Por ahora todo era normal, sin embargo, de pronto se escuchan unos gritos agudos, procedente de no muy lejos.A parte de esto, también se veían dos extrañas figuras a lo lejos.¿Serían las causantes de todo aquello?

-Moortak,¿puedes notarlo?.Son enemigos o amigos,Confio en tu vista y olfato...Si son enemigos, no dudes en ir a atacarles, yo estoy encima tuya, listo para luchar.....- le dice acariciando su pelido lomo de cabellos negros.

-Paciencia querido amigo, ya habrá tiempo de desmembrarles uno a uno.Primero averigüemos quienes son y que hacen por estos lares.....- dice incitándole para que ande hacia aque lugar.

- Pordriamos acercarnos para comprobar sus intenciones.- digo acariciando el plumaje de mi halcon- Que se aventurase alguno de nosotros, mientras los demas le cubrimos- sugiero mostrando una mis dagas arrojadizas.- Habia pensado que talvez Nelapsi, que ve en la oscuridad, se acercara hasta ellos mientras yo le cubro desde lejos. Si hubiera problemas, Targul podria correr a su encuentro a defenderlos meintras yo me acerco tambien. La señorita goblin, aqui presente, puede jugar el papel que le apetezca, si es que veis oportuno mi plan.- finalizo refiriendome a ella con una comica educacion.

-No me parece mala idea - dijo el vampiro restregando sus manos, ansioso de acción - Además deberíamos ir moviendonos rápido, pues está a punto de amanecer y necesito protegerme del sol!, pero me parece que nuestro compañero orco, se nos está adelantando - añadió señalando a Targul mientras hablaba con su montura..

- ¡Por Hela, no se necesita un concilio para saber que hacer! ¡Estamos en nuestro territorio! ¡Si son siervos de la luz, los eliminamos, si son de los nuestros, los saludamos, y si son bestias que quieren atacarnos los hacemos rodajas! ¡No hay porque vacilar tanto! ¿O acaso somos un puñado de cobardes, seguidores de esa diosa buena para nada de Aniel? – digo, apresurándome a buscar en las alforjas mi equipo de batalla para colocármelo enseguida.

Uniendo la palabra a la acción, la goblin no demoro mucho en cubrirse completamente de acero y en ajustarse un par de espadas en la espalda, para después incitar a su lagarto a emprender un rápido trote, directo hacia los gritos y las dos siluetas que se veían en la distancia.

Targul ya se había adelantado igualmente, por lo que solo Nelapsi y Zackaleath permanecieron atrás.