Partida Rol por web

Pasos en la ciénaga

Capítulo 4: Vuelta a casa

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04/11/2018, 20:09
Krölin

Los enanos no estaban hechos para vivir en el agua. Krölin se sentía fatigado de tanto balanceo de las barcas durante los largos días que el grupo estuvo navegando contra la corriente. - Parece que nunca lleguemos a la ciudad. Cuando la alcancemos lo primero que haré será ir a la taberna y disfrutar de una buena pinta de cerveza. - El enano remaba con fuerza, pero tras los largos días de vuelta su fuerza parecía mermarse. 

En la noche del quinto día, les empezó a caer un aguacero importante, así que empezó a buscar refugio con rapidez. Se acercó al linde del bosque, puso su mano en la frente para impedir de alguna manera que el agua le molestase en avistar alguna pista sobre algún lugar cubierto donde acampar. - Por aqui tiene que haber algún arbol hueco o algo donde cobijarse.

- Tiradas (2)
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07/11/2018, 18:27
Grimrow

De nada servía ahora no haber previsto que la lluvia les alcanzaría con el campamento ya montado. El cansancio acumulado de todo el viaje les daba caza ahora en una cuestión básica para cualquier aventurero principiante, buscar cobijo para acampar cuando el cielo amenaza tormenta.

El punto elegido para detenerse no parecía ofrecer demasiado parapeto, o al menos él no era capaz de verlo, por fortuna, sus compañeros, en concreto Balmut, durante la caza había reparado en un sitio que pudiera albergarlos. 

Se dispuso a seguir a su compañero, si bien antes, se aseguró de que las embarcaciones estuvieran bien amarradas pues dependían de ellas para terminar bien el viaje. Una vez hechas las comprobaciones, tomó sus cosas y siguió a los demás, tomando la retaguardia en esta ocasión.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tirada de corrupción superada (Gran exito) .- se me pasó que los hombres de bardo tienen la bendición cultural de acérrimo lo que les permite tirar dos veces el dado de proeza y quedarse con el mejor de los resultados.

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14/11/2018, 02:50
Farald, hijo de Farnmann

A pesar de que varios de los miembros del grupo mostraban claras señales de cansancio, avanzaban con buen tiempo y al finalizar la quinta jornada ya estaban relativamente cerca de la Escalera de Girion. Sin embargo, el apacible descanso se vio súbitamente interrumpido por un abundante aguacero que les obligó a levantar campamento y buscar refugio.
Por su parte y tras juntar sus pertenencias, Farald ayudó a su compatriota Grimrow a asegurar los botes e incluso le sugirió al grupo que los arrastraran un poco más tierra adentro por si río crecía a causa de las lluvias ya que perderlos significaría hacer el resto del viaje a pie y con mayor lentitud. Una vez los botes estuvieron asegurados, el bárdido se limitó a seguir a los que sabían moverse por la espesura, esperando que no les costara demasiado encontrar un lugar donde cobijarse.

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14/11/2018, 16:46
Director

Tras recoger las cosas más delicadas y poner a salvo los botes para evitar que una posible crecida del río terminara obligándoles a realizar el resto del trayecto a pie, el grupo fue en busca de cobijo donde resguardarse. El cielo había estado gris durante todo el día, pero se había ennegrecido después de que montaran el campamento y las peores nubes asomaron cuando Mungo y Ella regresaron con un par de libres para la cena y se disponían a preparar un fuego para cocinarlas.

Las aguas caían como si la cascada de la Escalera de Girion estuviese descargando sobre ellos, Krölin sugirió un árbol hueco bajo el que cobijarse pero afortunadamente para su comodidad, Ella y Balmut les guiaron hasta una cueva que habían visto y que resultaba algo más confortable para todos que el tronco que señalaba el enano. De no ser por ello hubieran tenido que apañárselas de esa manera para evitar calarse hasta los huesos, lo que les hubiera impedido descansar adecuadamente. La cueva que encontraron, en cambio, era lo suficientemente amplia como para que pudieran moverse con espacio por ella, preparar un fuego y asar las liebres, y no tan profunda como para albergar algún potencial peligro.

La lluvia aminoró varios minutos después, pero no escampó hasta varias horas más tarde. La cueva les resguardó del frío y la humedad del exterior y pudieron secar las prendas mojadas junto al fuego. Al día siguiente cuando volvieron al exterior pudieron notar en las hierbas dobladas que la idea de salvaguardar los botes había sido un acierto, pues el río había experimentado una momentánea crecida por el exceso de agua de la tormenta.

Continuaron el viaje remando a través del último tramo del río Rápido hasta que llegaron finalmente a la Escalera de Girion. Allí, los porteadores habían ideado un sistema de grúas y poleas mediante el cual alzaban los botes hasta la parte superior de la cascada, donde eran reconducidos hacía el Lago Largo por los mismos soportes con ruedas que habían visto al llegar allí en el viaje de ida. Fueron saludados por los jóvenes hombres del Lago que les habían recibido entonces y les preguntaron qué tal había ido su aventura. El viejo Nerulf, que les había prevenido sobre la Hierba del Ahorcado, se encontraba en el lugar pero se limitó a sonreírles y volvió a su cabaña. Comieron y bebieron con los porteadores y poco después retomaron su camino para no demorarse demasiado. El trayecto por las mansas aguas del lago se volvía mucho más llevadero para sus cansados músculos. Al caer la tarde remaron hasta la orilla y buscaron un lugar confortable para montar su campamento mientras Balmut y Krölin exploraban los alrededores para asegurarse de que era un lugar tranquilo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Siguiente episodio de peligro. En este caso afectará a los exploradores del grupo, Balmut y Krölin. Misma tirada que antes: prueba de corrupción. La consecuencia del fallo esta vez es que estarán cansados hasta el final del viaje.

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14/11/2018, 17:20
Grimrow

Ella y Balmunt, por un lado, encontrando un lugar estupendo donde guarecerse de las inclemencias del tiempo y Farald y él,  por otro, asegurando las barcas para evitar que se las pudiera llevar el río ante una eventual crecida, les aseguraron un viaje relativamente cómodo hasta la Escalera de Girion.

La estancia nuevamente fue agradable con los estibadores de la gran cascada y Grimrow, aparte de agradecer la ayuda, la comida y el frugal descanso, se interesó por las novedades ocurridas en Ciudad del Lago desde que pasasen por allí días atrás. En cuanto a su aventura no hizo más que relatar superficialmente lo acontecido en su periplo pues no quería infundir miedo o que estos tomaran forma en los ya castigados corazones de aquellos hombres.

El tramo que les quedaba por recorrer era, por experiencia, relativamente cómodo, lo realmente duro ya había pasado, de todos modos ni el tiempo acompañada para disfrutar de una plácida travesía por el lago, ni las fuerzas del grupo estaban para aguantarla. Sabedor de eso no se lo dibujó fácil a sus compañeros y trató de infundirles ánimo en el tramo final. 

- Este último tramo, dista mucho de ser un recorrido cómodo, las tranquilidad de las aguas es engañosa pues la corriente en contra todavía es fuerte, así que, que las ganas por llegar no nos hagan desfondarnos y mantengamos el ritmo que hemos llevado hasta ahora. Venga, ánimo a todos, que para ser vuestra primera experiencia en barca lo estáis haciendo estupendamente -

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de corrupción superada (Gran éxito).

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15/11/2018, 20:24
Ella

Tras resguardarse en aquella cueva, cenar y descansar, la beórnida cada vez se encontraba mucho más animada. Ya casi no tenía los brazos entumecidos y los callos de las manos iban desapareciendo a medida que se acostumbraba a remar durante todo el día.

Solamente sus sueños le atormentaban durante las noches, sin embargo, en ellos ya no se sentía acosada y perseguida, era ella quién nerviosa, ansiosa y desesperada corría sola, desnuda y helada por interminables colinas persiguiendo una sombra informe, algo que gruñía y rugía. A ella ya no le daba miedo, seguía los pasos de ese ser, buscándolo sin parar.

Pero todas las mañanas, pronto, se olvidaba de sus pesadillas y volvía su buen humor, aquél que le servía para continuar remando, conociendo y aprendiendo de todo lo que le rodeaba.

Pasaron la Escalera de Girion, descansaron y al día siguiente, continuaron remando, dirección a la Ciudad del Lago.

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19/11/2018, 04:09
Farald, hijo de Farnmann

Habiendo dejado atrás la cueva donde se refugiaron del aguacero y pasaron la noche y tras comprobar que asegurar los botes fue una buena idea ya que, en efecto, el río había sufrido una crecida, el grupo volvió a retomar el viaje y a su rutinaria tarea de remar contracorriente.

Al día siguiente, ya en la Escalera de Girion, el grupo descansó con los porteadores y cuando vio al viejo Nerulf, Farald no dudó en agradecerle por su útil consejo aunque este se limitó a sonreír y a marcharse en silencio hasta su cabaña. Al ver su actitud, el bárdido recordó un viejo dicho y pensó que tal vez era verdad eso de que la sabiduría viene acompañada con una pizca de locura...

Una vez con los botes en lo alto de la cascada, el grupo volvió a subirse a ellos y a continuar con la travesía, esta vez remando por las calmas aguas del Lago Largo. Al atardecer, remaron cerca de la orilla buscando un lugar adecuado para acampar y por eso, el hombre de Valle no dudó en dedicarles unas palabras.

-¡Animo, compañeros! Ya estamos en el Lago Largo y en breve estaremos en Esgaroth, celebrando nuestra exitosa misión -les dijo Farald en un intento de levantarles la moral.

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20/11/2018, 16:49
Balmut

En la Escalera de Girion, Balmut clavó la mirada en el viejo Nerulf hasta que se retiró. En esta ocasión no le siguió, ya no le hacía falta. Supo reconocer aquella hierba del ahorcado que había mencionado, o eso creía, pero desconocía qué peligro suponía. Tendría que contentarse con sus suposiciones. Aquel anciano no daba más información de la que le resultaba divertida y no perdería su tiempo de nuevo.

La cercanía de Esgaroth se notaba en los ánimos del grupo. El hombre del bosque también se mostraba más animado, pero pocas veces bajaba la guardia y no iba a dejar de comprobar los alrededores por estar cerca de lo que algunos de sus compañeros llamaban hogar. Planificó con Krölin el reconocimiento y marchó con Inzim hacia los árboles. 

- Tiradas (1)
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23/11/2018, 17:20
Director

Los exploradores del grupo lograron encontrar un lugar bastante confortable y espacioso para todos a orillas de lago, era un lugar idóneo para encender una hoguera y descansar apaciblemente toda la noche. Ya estaban lejos de la zona más conflictiva del Bosque Negro, y aunque tras la guerra de los Cinco Ejércitos los peligros habían disminuido considerablemente, no estaba de más ser precavidos y mantener los turnos de guardias acordados. Esto no fue molestia para el grupo, pues todos pudieron disfrutar de algún rato de descanso suficiente como para pasar una buena noche. Pudieron aprovechar algo de la comida sobrante de la noche anterior, donde la caza había sido fructífera. La noche, además, estaba despejada y no asomaba rastro de las nubes de tormenta que les había pillado el día anterior.

Se despertaron entonces con el ánimo mejorado y la promesa del final del trayecto cerca con la misión cumplida exitosamente. Las últimas jornadas de viaje transcurrieron sobre lo planeado, remando sobre las aguas mansas del lago y parando a descansar y hacer contacto con la tierra por la noches en la orilla del mismo. Así llegaron a la octava jornada del viaje de regreso ya con la ciudad de Esgaroth a la vista. Conforme se fueron acercando a su destino pudieron ver el trasiego de barcas similares a las que ellos llevaban, cargadas de barriles con las más diversas mercancías llegando a la ciudad o saliendo de ella hacía el interior del bosque con destino a los dominios del Rey Elfo, o al norte, donde los enanos de Erebor y los hombres de Valle se encontraban. Eran días de paz y prosperidad para todos ellos.

El sol se encontraba en el punto más alto cuando amarraron las barcas en el puerto y se las devolvieron a sus legítimos dueños, ya que el préstamo sólo tenía validez para aquel viaje. Ahora sólo les quedaba regresar con Gloin para ver el encuentro de los enanos y cobrar la recompensa bien merecida.

Notas de juego

Tirada superada.

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24/11/2018, 11:56
Ella

Ella no podía creerlo, habían pasado muchas dificultades, habían pasado frío, a veces hambre, pero sobretodo, miedo e incertidumbre. Pero aquí se encontraban, atando las barcas en la ciudad del Lago junto con los enanos, a salvo.

Cuando pisó las tablas del puerto se estiró, elevando los brazos, las espalda ligeramente hacia atrás y sintió sus músculos quejarse, necesitaba una buena cama durante un par de días y una buena cerveza! Cómo decían su gente “ la mejor recompensa tras un arduo trabajo!

Respiró hondo y espero unos segundos contemplando a sus compañeros de aventuras, la verdad, se sentía cómoda con ellos, gente valerosa, de buen corazón y dispuestos siempre a protegerse entre ellos. Sin duda, se sentía feliz de haber conocido a todos ellos.

- Señores Gloin y Balin, vamos al encuentro con vuestros compañeros, estarán deseosos de veros y tener buenas noticias.

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27/11/2018, 05:49
Farald, hijo de Farnmann

Luego de unas pocas jornadas remando por las mansas aguas del Lago Largo durante el día y descansando en la orilla de este durante la noche, el grupo finalmente arribó a la bulliciosa ciudad de Esgaroth. Habiendo amarrado en los muelles a la tarde del último día de viaje y tras devolverle las barcas a quienes se las habían prestado, el grupo se dispuso a ir en busca de Gloin, el pariente de los mensajeros y quien les había contratado para el trabajo de rescate.

Aunque cuando era joven y vivía en la vieja Ciudad del Lago Farald recordaba a la perfección el quejido que hacían todos los tablones desde los muelles hasta su hogar, el ruido que los actuales emitían al resistir su peso le resultaba por fortuna extraños. Sin embargo, cuando el quejido de alguno le sonaba familiar, el bárdido no podía evitar que la cicatriz del antebrazo izquierdo le picara y que rememorara viejos y dolorosos tiempos. Debido a eso, el hombre de Valle se limito a seguir en silencio a sus compañeros y a dejar que otros guiaran al grupo hasta el hogar del señor enano.

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27/11/2018, 14:24
Balmut

Balmut saltó fuera de la barca y se reunió con Inzim, que había sido el primero en pisar el muelle. Acarició su lomo al tiempo que se acuclillaba a su lado. 

- Nos mantendremos un tiempo alejados de las barcas. - sus miradas recorrían los alrededores. Su mano buscó entre sus pertenencias algo de comida que acercó a la boca de su compañero. - Buen trabajo. - 

El hombre del bosque se levantó con la intención de dirigirse a la posada a reclamar un par de platos calientes. Los merecían. Pero aún se sentía responsable de los emisarios enanos. Hasta que fueran conducidos hasta Gloin. Los habían rescatado de las profundidades del Bosque Negro. No esperaba que hubiera grandes problemas en llegar al opulento hogar del enano. Aún así no iba a arriesgarse. Por bien que estuvieran escoltados, los acompañaría. Al menos hasta la puerta. 

Asintió ante las palabras de Ella y se sumó a la marcha, tirando de quienes no hubieran empezado a caminar.

- ¿Nos recibirán con un festín? - preguntó a los enanos con una amplia sonrisa. 

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27/11/2018, 19:39
Balin

Los enanos se mostraban de muy buen humor desde que la compañía hundiera los cascos de las barcas en las aguas del Lago Largo. El paso de los días había mejorado su estado de salud, y aunque todavía mostraban secuelas de sus días de forzada reclusión en las entrañas del bosque, volvían a coger algo de peso y a recuperarse tanto física como anímicamente. Pero la llegada a Esgaroth, y el fin del viaje, les tenía especialmente contentos.

Los enanos hablaban con todos y se relacionaban con el grupo como uno más. Las palabras de Ella fueron recibidas con mucho entusiasmo por parte de ambos enanos, y le respondieron que también ellos estaban ansiosos por ver a Gloin.

-De todos los viajes a la Ciudad del Lago que hemos hecho en los últimos años, creo que este es mi favorito pese a todo. -Bromeó Balin. -Más tarde, con la tripa llena y al calor de una buena hoguera os contaré como llegamos a esta misma ciudad rodando río abajo dentro de barriles.

Después se dirigió a Balmut.

-¿Un festín? Amigo mío, vais a ser testigos de la auténtica hospitalidad enana. -Le anunció con jubilo y una enorme sonrisa de oreja a oreja de su rostro.

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29/11/2018, 01:09
Balmut

La sonrisa de Balmut se ensanchó aún más, con auténtica alegría. Miró a Inzim con complicidad. 

- Eso cambia nuestros planes.

Ya no necesitaría ir a la taberna y pedir dos platos calientes a cuenta de Gloin. 

- A mi también me quedan buenas historias.

Empezó a dar saltos hacia su compañero canino, que reculó, entrando en el juego. Ambos corretearon alrededor del grupo durante parte del camino hacia la mansión enana. 

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01/12/2018, 03:05
Farald, hijo de Farnmann

Al oír las palabras del enano, Farald abandonó momentáneamente su silenciosa actitud.

-Las historias de la Compañía de Thorin Escudo de Roble son de sobra conocidas en todo el norte, Señor Balin -dijo respetuosamente el bárdido- Pero aún así sería un honor escucharla en boca de uno de sus protagonistas.

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04/12/2018, 13:10
Grimrow

Grimrow, al igual que el resto se alegró de llegar a puerto seguro.

Mientras se devolvían las embarcaciones aprovechó para, a uno de los guardias del embarcadero, solicitarle que informara al Capitán que, tanto Farald como él, Grimrow, habían vuelto y que la misión encomendada se había completado con éxito. En breve ellos mismos acudirían a informar sobre lo ocurrido.

Cumplido con su deber como militar, del que informó a Farald, solo quedaba por finalizar el encargo y su responsabilidad, que era llevar a ambos a casa de Gloin

- No nos demoremos más, amigos, que vuestro congénere, Gloín, estará más que ansioso por recibir la buena nueva de vuestra llegada - dijo.

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04/12/2018, 19:37
Director

Regresaron a la casa de fachada roja decorada con ornamentación al estilo del pueblo enano donde Gloin ejercía como emisario del Rey Bajo la Montaña en la ciudad de Esgaroth. Allí fueron recibidos y guiados hasta un pequeño salón donde pudieron esperar al enano mientras iban a avisarle de su llegada, Gloin se encontraba tratando asuntos con el Gobernador de la ciudad de Lago pero la alegría de encontrarse con sus parientes sanos y salvos le haría regresar cuanto antes. Entre tanto pudieron calentarse un poco al fuego de la chimenea y tomar algo de té y pasas que les sirvieron.

Gloín llegó corriendo poco más tarde, abrió de par en par las puertas del salón y corrió a abrazarse a su hermano y su primo. La alegría inundaba el rostro de los tres enanos. Después del ansiado reencuentro, y de recuperar la compostura, se dirigió a los aventureros y les agradeció su valerosa hazaña de todo corazón. Balin, que había dado su palabra a Balmut de que habría un buen banquete le recordó a su primo lo vacíos que estaban sus estómagos y Gloin no tardó ni un pestañeo en ordenar que vaciaran la despensa y asaran la mejor carne que pudieran encontrar en el mercado de la ciudad. Mientras esperaban a que la comida estuviera lista, Gloin quiso saber qué tal había ido la aventura y les preguntó acerca del viaje. Cuando le hablaron de los habitantes del pantano, como había empezado a llamarlos Balin, y de la misteriosa campana, torció el gesto y aseguró que jamás había escuchado sobre seres semejantes. 

Para cuando se sentaron a comer sus estómagos ya rugían con ferocidad pero los enanos habían cumplido con lo prometido, un banquete digno del mismísimo Gobernador se sirvió en una alargada mesa donde cabían todos perfectamente. Pudieron beber vino o cerveza y comieron hasta tener que aflojar el último botón. Después de comer Gloin les invitó a fumar en el salón de la chimenea mientras se sentaban en unos cómodos sillones. Entonces sacó un ornamentado cofre y aseguró que lo prometido era deuda, y repartió las monedas de oro y plata entre los rescatadores, la suficiente como para agasajar a un príncipe con un formidable regalo.

Notas de juego

Cada personaje recibe 5 puntos de tesoro. Os dejo realizar un último post antes de cerrar la partida.

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07/12/2018, 09:32
Farald, hijo de Farnmann

Aunque al arribar a la casa de Glóin el grupo se enteró que éste se encontraba fuera, por lo menos sus sirvientes tuvieron la amabilidad de permitirles pasar y dejarles calentar junto a la hoguera al mismo tiempo que les daban a cada uno una taza de te, lo cual para Farald era de agradecer sobretodo después de haber dormido tanto tiempo al raso.
Tras presenciar el afectuoso reencuentro del señor de la casa con sus parientes, lo que hizo que el bárdido esbozada una sonrisa y recordara con melancolía a su hermana, lo único que le quedaba de su familia y la cual lo esperaba en Valle, el grupo compartió mesa con los tres célebres enanos en un banquete tan abundante que no tenía nada que envidiarle a los que realizados por cualquier rey, ya sean del norte o del sur.

Una vez con el estómago lleno, todos dejaron la mesa y se reunieron en el salón, acomodándose en unos mullidos sillones frente a la chimenea que para Farald invitaban al descanso y a la reflexión. Tras buscar su pipa en su mochila, la cual se encontraba en el fondo ya que no había tenido oportunidad de usarla durante el viaje, el bárdido aceptó el tabaco que le ofrecieron los enanos y la encendió, exhalando así unas pequeñas volutas de humo.

-Aunque la recompensa es de agradecer, mi señor Glóin, por mi parte he de decir que incluso si no hubiera una, ha sido uno honor ayudar a tan célebres enanos -dijo respetuosamente el hombre de Valle al recibir las abundantes monedas- Y si me permite la osadía, os aconsejo que la próxima vez no menosprecie el poder de los sueños. A veces no son más que manifestaciones de nuestros temores pero en otras ocasiones pueden que entrañen algo de verdad, tal y como ha sido el vuestro aunque por fortuna este no se ha cumplido literalmente.

Luego de dedicarle sus palabras al enano, Farald volvió a aspirar de su pipa y a exhalar otra bocanada de humo antes de dirigirse a sus compañeros.

-Aunque nos ha costado coordinarnos y entendernos, he de decir que ha sido un placer compartir travesía con vosotros y que ahora pienso que no podía haber tenido mejores compañeros -dijo el bárdido con sinceridad en vez de con simple cortesía profesional- Si en algún momento visitáis Valle, buscadme en mi casa en el barrio de la puerta del Cuervo y os recibiré con los brazos abiertos.

Una vez hubieran finalizado la charla y dejado atrás la sobremesa, Farald se marchó de la casa aunque no sin antes despedirse de sus compañeros y de los tres célebres enanos. Acto seguido puso rumbo hacia Valle, aparte de volver a reunirse con su hermana Freida a la cual extrañaba, necesitaba una buena temporada de descanso y volver a sus pergaminos y a su predecible pero relajante oficio de archivista.

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07/12/2018, 12:12
Ella

Al entrar a la gran casa de Gloin, a Ella le pareció excesivamente grande y ostentosa. La comparaba con las prácticas casas de madera de su poblado y no entendía porque ni cómo se llegó a construir tales casas y tal ciudad, bulliciosa y llena de ruidos. Sin embargo, en el trascurso de su aventura la beórnida había aprendido a ver con diferentes ojos las nuevas cosas y a tratar de apreciar las cosas buenas.

Una de ellas era aquél té que degustaban en frente de la chimenea, calentándose y agradeciendo, tras tantos días, un lugar a resguardo y seguro.

Mientras esperaban a Gloin, Ella pensaba en sus compañeros, en cómo habían superado las dificultades a pesar de las diferentes culturas y costumbres. Si todo el mundo fuese capaz de coordinarse del mismo modo, pensaba la inocente beórnida, la tierra Media estaría en paz y sin peligros.

Tras la llegada de Gloin y la copiosa comida, el grupo descansó en lo que parecía un salón para fumar, pero Ella no disfrutaba del humo entrando en su boca y pulmones, no concebía saborear el humo, así que se relajó y sintió sus músculos descansar en su mullido sillón. Recibió las monedas agradecida, a pesar de que ese era el precio de la misión acordado, siempre era agradable ver que las personas cumplían sus promesas.

Salió junto a sus compañeros de la casa enorme del enano. Se despidió, tristemente, vio partir uno a uno a todos su compañeros. Ella, decidida, seguiría recorriendo la Tierra Media, aprendiendo y conociendo el mundo. Por lo pronto, buscaría una agradable posada dónde tomar una cerveza y descansar en una cama.

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09/12/2018, 02:21
Mungo Bolger

Los últimos días de viaje fueron algo confusos para el pobre Mungo. El cansancio acumulado había terminado por asestarle el golpe de gracia, y apenas podía mantenerse despierto en el bote. Lamentaba enormemente la imagen que le estaba dando a los enanos. ¡Estaba frente a leyendas vivas y apenas podía mantenerse despierto sin que las tripas le rugiesen!

Por fortuna, logró recuperarse lo suficiente como para poder ver Esgaroth, la ciudad del lago. Le daba la impresión de que la ciudad era mucho más imponente que antes.

Para cuando llegaron a la casa de Gloin, el mareo ya había cedido considerablemente y comenzaba a sentir las mieles de la victoria. Lo habían logrado. Habían devuelto a los enanos sanos y salvos, y él había participado en aquella compañía. ¡Si le viese su viejo tío!

Si me lo permiten —comentó cuando hablaron de las criaturas de la laguna—, en La Comarca tenemos canciones que hablan de esos mismos seres. Las estrofas narran precisamente varios aspectos del lugar.

No era más que una anécdota, pero le hacía sentirse parte de la historia. También había ayudado a tumbar a un troll, pero prefería ser humilde y dejar pasar el tema. Se sentía muy orgulloso de todo lo que había logrado y de las personas a las que había conocido durante el viaje.

Aquel banquete, sin duda, le supo mejor que ningún otro que hubiese degustado en su vida.

 

* * *

 

Tras abandonar la casa del enano, regresó pensativo a la posada donde había empezado todo. Todavía tenía pendiente una cerveza con Krölin y con cualquiera que desease unirse al jolgorio. Aún así, todavía no sabía si debía quedarse allí un par de días más o partir al día siguiente de vuelta a La Comarca. Otro largo camino le esperaba hasta su hogar.