Partida Rol por web

Una semana atrás, os encontrabais sentados en la sala principal de la Gran Logia de Absalom, donde os habían ordenado presentaros. Esperando la llegada de la más reciente Capitana ascendida de entre las filas de la Sociedad. Algunos de vosotros os conocíais de antes, pero otros sólo podíais contemplar las caras de los nuevos compañeros, preguntándoos si habrían pasado el periodo de instrucción requerido en la sociedad, o si serían mercenarios contratados o aventureros experimentados y de prestigio reclutados por la sociedad. Mecanismo que había dado resultado muchas veces.

Y así, mientras esperabais a la capitana Eliza Petulengro, pudisteis conoceros algo mejor.

Stilgur, un enano de abundante barba pelirroja observa ceñudo a los demas, sin abrir la boca. Al ver a Aaronvir le saluda alzando la cabeza, saludandolo en silencio.

Un tipo raro. Eso es lo primero que piensas cuando ves a Tyr Camulos.  Su tamaño y complexión son normales, pero tiene el pelo demasiado crecido y desaliñado. Canturrea una canción, ensimismado en su mundo y en un pequeño objeto, una estrella de cinco puntas. Sus vestimentas, en algún momento debieron ser nobles, ahora son bastante humildes, aunque no están cuidadas, a priori si parecen bien aseadas.

Un elfo alto y corpulento, algo raro entre los de su raza, entra en la sala donde debían reunirse. Allí esperan otros que como él han sido llamados a la Gran Logia de Absalom. Cuando aparta su melena, completamente blanca, deja entrever su también blanquecina piel y sus impresionantes ojos azules, que destacan como joyas entre la blancura que los rodea.

Cuando se sienta deja a su lado una mochila de viaje, llena de remiendos y de trastos. De entre todos destaca un arco bastante grande, en el que se le entreven en la madara damasquinados de hojas y enredaderas de hilo de cobre, marfil y nacar.

En su boca aparece una alegre y juguetona sonrisa al ver que su amigo Stilgur también ha sido llamado. Cuando éste le ve hace un hosco movimiento de la cabeza a modo de saludo, muy propio de su caracter, piensa el elfo. Sin ambargo, Aaronvir se levanta y se acerca al enano. Ofreciendole la mano le dice.- Amigo mio, poco tiempo ha pasado desde nuestro último encuentro. ¿Aburrido de no hacer nada?- pregunta divertido.

El enano examino la mano de Aaronvir y la estrujo con su manaza.

- Solo los ociosos se aburren, elfo.

El halfling de pelo rojizo, bajo incluso para los estándares de su raza, miraba a todo y a todos como si fuese la primera vez que lo veía en su vida.

Sus ojos, refulgentes con el brillo infantil de la curiosidad, examinaban sin el más mínimo tapujo todo lo que le rodeaba, desde el objeto más mundano, tomándolo entre sus dedos si le era posible.

Llevaba una gastada armadura de cuero simple y una daga asomaba de su cinturón, al igual que un arco lo hacía de su pequeño petate cargado de objetos.

Sonrió ampliamente cuando conoció primeramente a sus nuevos compañeros. ¡Hey, hola! su mano agitándose acompañana el saludo. Yusmy Sodeeslum.

Ojalá sea algo interesante, un viaje en el que descubramos alguna criatura exótica o un tesoro enooooorme o un arma que pueda hacer cosas maravillosas... enumeraba para sí, contando con los dedos mientras hablaba.

Stilgur miro con dureza a Yusmi, esperando que eso bastase para acabar con su verborrea.

Tyr levanto la mirada indiferente "Tyr Camulos....tu primera mision?" pregunto ante la efusividad de su compñero

Aaronvir miró al pequeño ser que acababa de llegar. Se parecía a un chaval pequeño, tanto por su físico como por su interés por todo y por no parar de hablar.

Sonriendo, el elfo se acercó al halfling y le estrechó la mano mientras le decía.- Aaronvir Vientohelado- se presentó.- Será un placer... y toda una experiencia compartir esta misión contigo- se confesó Aaronvir.

Sin hacer caso al enano cuando le miró duramente, era lo que su abuelo solía denominar como "un duro caso de necesitar una buena sacudida", saludó efusivamente al resto de compañeros.

¡Wow, sí, mi primera misión! respondió al primero. Al menos con la Sociedad, aunque vosotros ya parecéis curtidos veteranos...

Miró al elfo, como si fuese el primer elfo que veía en su vida, observando sin disimulo las puntiagudas orejas que quedaban al doble de su altura. ¡Seguro que será toda una experiencia! sonrió inocentemente.

Entro en la estancia con el sonido de cuero de mi armadura anunciándome. Con porte serio, pues llevo quitada la máscara que uso en combate, camino erguido y muy seguro de mi mismo. Dos espadas adornan mi cinturón: una katana de bella manufactura y una más corta, un wakizashi, a juego con la espada principal.

Una vez dentro, miro a los presentes intentando hacerme una idea de las aptitudes de los compañeros con los que compartiría misión. Después me presento en un perfecto taldano a pesar del acento de Tian-Xia, mi tierra de origen.

Saludos. Soy Toshiro Nakamura, del clan de los Nakamura, Maestro del Daysho. Un placer conocerles, caballeros.

Había aprendido las costumbres y la etiqueta de este nuevo mundo para mi, a la vez que el idioma. Esperaba haber sido cortés...

Una mujer de raza Varisiana que porta un montón de pergaminos bajo su brazo se detiene en la sala a vuestro lado, la reconocéis como Eliza Petulengro; renombrada pathfinder famosa por su compostura bajo presión y la autora de más de dos docenas de Crónicas. Os contempla unos instantes antes de hablar. Y simplemente os saluda con un asentimiento de cabeza antes de pasar a explicaros que quiere de vosotros.

-Uno de mis mejores estudiantes, el Pathfinder Bodriggan Wuthers, ha desaparecido. Siguió a un contacto suyo, un clérgio de Iori, a su ciudad natal, Oppara, a trabajar en una excavación bajo la "Casa del Hijo Inmortal", edificio que una vez fue templo del antiguo dios Aroden y ahora simplemente es un palacio para la Ópera.

Eso fue hace un año; durante mucho tiempo mandó informes mensuales, esperando ver su publicación en una crónica, pero ahora todo contacto se ha secado, y temo que algo haya podido ir mal, además la sociedad tiene un cierto interés en el artefacto que estaba investigando y buscando.

Sus siguientes palabras son órdenes directas.

Viajaréis a Oppara y encontraréis a Wuthers. Nos gustaría saber la naturaleza exacta del artefacto, ya que sus inforemes eran vagos. El clérigo con el que trabajaba le dijo que el objeto era el artefacto "viviente" más grande del mundo... lo que sea que signifique eso...

Tengo alguna información más que necesitaréis: Le llevó a Wuthers meses e incontables sobornos llegar a poder excavar bajo el templo. Para vosotros tengo una idea más simple. Iréis a una ópera, esperaréis una oportunidad y entonces la explotaréis para encontrar a Wuthers y su excavación en los sótanos.

Aseguraos de levar algo festivo. La nobleza taldana es arrogante en todo momento y si acudis vestidos como ahora... seguramente perderán vuestras entradas u os informarán de que la Ópera está llena.

Id e informarme directamente a vuestro retorno a Absalom.

No os explica la razón de haberos elegido y os preguntáis la razón de haber sido elegidos vosotros. ¿Es que la sociedad no tiene a nadie mejor? ¿O más capacitado para algo así? Cuando Eliza vuelve a abrir la boca.

-¿Alguna pregunta?

- Fiiiiiiiuuut- silva el elfo al ver entrar a la armadura viviente que era Toshiro. Sin dejar de mirarlo Aaronvir escucha como este se presenta y, volviendo a sonreir, se acerca y le da la mano para que se la estreche mientras se presenta.- Aarovir Vientohelado- comenta mientras le mira la armadura que porta admirado, hasta que no puede aguantar y murmura.- Impresionante.

Al momento entra la capitana Petulengro y se vuelve a sentar para prestar atención. La cara de admiración pasa a la de sorpresa al ver a la mujer y luego a la sempìterna sonrisa, pero esta vez cargada de atractivo.

Escucha atento lo que les dice y al terminar ésta se levanta y comenta.- Con su venia, mi capitana- dice mientras le sonrie.- Se me ocurren varias preguntas. Como el aspecto de nuestro compañero desaparecido Bodriggan Wuthers y de su contacto el clérgio de Iori. Dónde se hospedaban y sitios que frecuentaban... para empezar.

- No estaría mal- siguió el elfo-, que tuvieramos un plano de la ciudad de Oppara. Y aun estaría mejor un plano del la actual palacio de la óperajar... aunque estaría mucho mejor uno del antiguio templo del dios Aroden. Pero supongo que es pedir mucho- comento sonriente.

- De todas formas queda patente que algo ha salido mal.... ¿hay algo que debiéramos saber?... no sé, algo sobre posibles enemigos, rivalidades... o lo que fuera que pudiera haber acabado con maesse Wuthers- indaga el elfo, quien se sienta tras hablar.

El clérigo enano examino a Toshido con interes.

- Me llamo Stilgur. No pertenezco a ningun clan.

Tras las palabras de Eliza y Aaronvir añade.

- No pienso vestirme de fantoche. Elegante y sobrio si, como un petimetre no.

Justo a continuacion de vientohelado, sin levantar la cabeza, tan solo para saludar a este ultimo, al enano y a Toshiro, Tyr hablo mientras parecia estar contando con los dedos.

- Capitana Petulengro ¿podemos tener acceso a los informes mensuales o saber mas del artefacto que estaba investigando Wuthers? Al menos saber mas sobre su viaje, porque la sociedad quiso enviarle alli. ¿tenemos el nombre del clerigo de irori que trabajaba con nuestro compañero o como podemos encontrarlo? Para entrar en la opera, ademas de hacerlo con otras ropas, imagino que no podremos portar armas, ni objetos para ayudarnos en la  exploracion del templo... - el clerigo se tomo unos instantes para revisar la "pinta" de la partida - ¿seguro que somos los mas indicados para introducirnos de incognito en una opera? - no era una pregunta con la que dudase de la capacidad de eleccion de los superiores, si no mas bien lo unico que buscaba era una confirmacion de que realmente esa mision era para ellos .....

No ha empezado Aaronvir a hablar cuando la capitana le alcanza un papel con un retrato de un hombre de mediana edad, que debe ser el pathfinder desaparecido, para luego poner los ojos en blanco al escuchar su siguiente pregunta.

-¿Sitios que frecuentaban? ¿Donde se hospedaban? ¿Me vais a mandar vosotros una lista de donde os hospedáis y a que burdeles vais a acudir? 

Suspira y menea la cabeza.-Aaronvir, al igual que la sociedad os deja libertad para hacer lo que queráis en vuestro tiempo libre, yo hice lo mismo con mi discípulo, no dispongo de esa información, y respecto a un mapa de Oppara... estoy segura que en la biblioteca podrás encontrar uno. De todas formas, lo que la sociedad paga, porque no es precisamente barato, es vuestro viaje, y las entradas para la ópera. He podido pasar esta carísima misión de rescate con la condición de que exploréis la excavación bajo la ópera. Luego si la pista os lleva fuera de ella, vosotros mismos.

-Y Wuthers no tenía enemigos dignos de mención. Al menos que yo supiera.

Instantes después se vuelve hacia Tyr.

-Claro que puedo daros más información, lo que él me mandó.-Alcanza a Tyr una serie de copias de pergaminos, entre los cuales el clérigo contempla un montón de símbolos que ninguno entiende para nada.

-Son los ideogramas y pictogramas en antiguo Aztlante que estaban escritos en las paredes del subterráneo que excavaba Wuthers... ¿A que puedes apreciar la sutil distinción cuando se mezclan con el idioma los pobladores indígenas de la zona? ¿No?-La ironía muere en sus labios cuando ninguno de vosotros comprende nada de lo que pone en los papeles.

-Bueno, pues ésto responde a tu última pregunta. No sois los más indicados para una difícil expedición en la que catalogar y descubrir nuevas culturas y artefactos. Pero espero que sirváis para una misión de rescate. Ya sea de Wuthers o de su cuerpo. Y por supuesto del artefacto que buscaba.

-El nombre del clérigo era Fel. Y sí, quizás vosotros no seáis los más idóneos para asistir a una Ópera Taldana, pero... ¿Que os hace pensar que puedo enviar a alguien mejor?-Os dais cuenta que está mirando las barbas de Tyr, Stilgur y Toshiro. -La verdad es que tenía un pathfinder en mente, un halfling taldorano chiflado llamado Duque, pero lo han mandado a la jungla mwangi y no se cuando vendrá.-masculla.- ¿Qué os hace pensar que no haya considerado cuidadosamente cada uno de vuestros expedientes?-señala a Aaronvir y Stilgur.-Algunos de vosotros tenéis buenos informes con todo eso que ocurrió en Refugio del Halcón y las alianzas que hicisteis allí...-mira a Yusmi.-Otros habéis mostrado habilidades prometedoras. Y además... ¡Los pathfinders debéis poder adaptaros a cada misión! y más cuando hay uno de los vuestros en peligro.

-Por último... claro que podéis portar armas y armaduras. Como cualquier ciudadano o caballero de Taldor. Puede haber peligros ahí abajo. Y no iréis de incógnito, simplemente tendréis que colaros al final de la ópera en los subterráneos. En el jaleo de la salida no será muy difícil. El equipo... adquirirlo allí o apañaroslas.

Aroden era el dios principal del panteón humano... hasta que murió 100 años atrás.

Grandes catástrofes ocurrieron en el mundo y lo peor es que se sabe que murió (sus clérigos dejaron de recibir conjuros)... pero no la razón.

De todas maneras los humanos no han sufrido demasiado por ello... al parecer, no quieres ni imaginarte que pasaría si vuestro dios, Torag, sufriera algo similar. Te dan escalofríos.

No tienes mucho conocimiento sobre la nobleza de Taldor pero...

Existe un reino en Tian Xia, fundado por Taldoranos del 8º ejército de exploración, se llama Amanandar. Del cual conoces algo por estar en un país cercano. Su nobleza lleva toda barba, y no llevarla es visto como un síndrome de debilidad.

Ahora que lo piensas... la capitana os ha elegido... y todos los que podéis tenéis barba...

- El equipoooo... te refieres a los trajes para la ópera ¿no?- comenta el elfo divertido por la actitud de la capitana. Se le veía tirante, estresada y al go cabreada. La misión había fracasado y no sé sabía muy bien por qué, pero prometía ser interesante todo esto.