Partida Rol por web

"Así que Trini, tiene o quiere algo con Ernesto"

- Ahora vuelvo.- le dijo a Safira. El muchachito más que moverse fluyo entre la multitud, hasta terminar al lado de Candela.
Tirando del borde de su ropa reclamó la atención de la Sátiro.

- Candela, Candela...Me han dicho que los sátiros tocan muy bien, y estamos en una fiesta. Si no te gusta la música, ¿Porqué  no tocas una melodía con la flauta de pan?  

Raquel menos de morros que de costumbre. Le pasó el bolso y se cruzó de brazos. Tenía delante dos copas de vino. Una vacía, la suya, y otra sin empezar, la que había traído para Candela. En lugar de estar aburrida y deseosa de marcharse, Raquel intercambiaba miradas y sonrisas disimuladas con un chico que estaba sentada en una mesa próxima.

-Yo me lo estoy pasando bien -aseguró. Entonces llegó Segismundo y la kinain, que tardó unos instantes en darse cuenta de su presencia, dio un respingo-. ¡Coño!

-¿Mmmmm?

Candela miró al frente buscando el objeto de interés de su amiga y frunció el ceño al descubrirlo. No se le escapaba ni una si se trataba de Raquel. La sátiro fue a preguntarle pero Segismundo las sobresaltó.

-¡Virgencita! -exclamó llevándose la mano al corazón-. Porque aquí donde me ves no se tocar la flauta, cielo. Pero seguro que la Lehendakari puede hacer malabares con tres naranjas.

-Pero, pero...- El mocoso sluagh parecía sorprendido y contrariado, frunciendo ligeramente el ceño preguntó.-... ¿algún instrumento tocarás no?.- " ¿Cómo narices hará para usar sus Privilegios de Linaje?"- ¡Es una fiesta! Deberíamos cantarle el "cumpleaños feliz" y tú tienes que tocar, y la gente se irá a los cuartos de dos en dos como poco.

Candela abrió mucho los ojos y negó con la cabeza.

-No, niño, esas cosas no se hacen en los cumpleaños, a menos que quieras irte tu también de la mano a un cuarto de la mano de Cortapanes. ¿Por qué no te vas a jugar por ahí?

-¿Pero qué dices, tía? ¿A la Noe? ¿Pero estás loca? -El rostro de Amaia se distorsionó en una colosal y perversa sonrisa-. ¿Y por qué no has sacado fotos o lo has grabado en vídeo? A todo esto, te va a matar. Te va a matar bien muerta. Ya puedes decirles a tus padres que te piras de colonias porque vas a tener que pasarte los próximos meses convertida en ardilla y viviendo en un puto pino...

Trini agitó la diestra a la vez que chistaba.

-Quítate ese altavoz de la boca. No tengo ganas de que se publiquen mis grandes hazañas. Además, estaba ayudando a la amiga de una amiga, que resultó ser amiga de la Noe y no mía, y una puta chivata. Nunca te fíes de los enfermitos, son los peores. Ah, Seve también estaba conmigo en la expedición, así que deberíamos ponerle también un perro guardián. -comentó con preocupación echando una ojeada para localizar al pooka-. Por cierto, ¿qué te traes con Candela? Parecéis una pareja de tórtolas.

Iba a intervenir sacando su flauta y agitándola frente a Segismundo pero aquella fiesta no es lo que él entendía como algo 'atractivo' y 'sensual', así que se tragó sus palabras y se fue a buscar a Liliana.

- ¡Buenas! ¿Cómo estás, te aburres mucho? Yo he tenido una batalla contra las croquetas, pero he perdido. -  le dijo de buen humor a la nocker, sonriendo

Liliana estaba inclinada sobre un cuaderno lleno de anotaciones y el diseño de algo que Samuel no pudo distinguir, pero que parecía tener un gran número de extremidades. Levantó la vista y se retiró unos mechones blancos de la cara.

-¡Hola! -saludó mientras cerraba el cuaderno-. ¿Cómo? ¿Qué te han hecho las croquetas?

Seguía charlando con Candela como si la vida le fuera en ello.

- A veces Cortapanes me lleva en brazos a la cama, cuando estoy muy cansado o me he dormido aquí.- comenté el sluagh, inocente.- ¿Es eso lo que hacéis? ¿Os contáis también historias para dormir bien? y, y, y, ¿Por qué no dejáis que los Infantiles vayamos?...- Los oscuros ojos del chaval, brillaban con lágrimas en los ojos, que no llegaban a salir.- Yo sólo quiero que Cortapanes sea feliz, que hoy es su cumpleaños, y cuando los sátiros tocáis los mayores se van y después vuelven muy contentos. Así Cesi y él, vendrán después muy felices. Porfa, porfa, porfa...- La negativa de la Sátiro pareció molestarle.- Fuera hace frío, y viento, y solo estamos Safira y yo.- Un último intento con ojitos de arácnido degollado era todo lo que podía permitirse el joven Segis.

- Nada, ya sabes, lo que hacen todas las croquetas. Te engañan haciéndote creer que son de pollo, pero luego son de espinacas. - bromea el sátiro mientras lanza una mirada furtiva al boceto - ¿Me puedes decir qué estás diseñando? ¿O es alto secreto? -

Liliana pareció pensárselo un poco y al final abrió el cuaderno. Buscó la página en la que había estado trabajando y se la enseñó a Samuel. Era lo que parecía una armadura con cuatro brazos anormalmente largos y una cola de escorpión.

-Es una armadura. Para la Condesa -añadió, y Samuel percibió un ligero temblor de duda en su voz-. De momento no lo veo muy viable, pero si pudiera... sólo tengo que averigüar cómo conectar los brazos directamente a la voluntad de Lady Ágata. O algo así. ¿Qué te parece?

Se apoyó en sus rodillas para inclinarse y mirar el dibujo. Asintió varias veces, ladeando la cabeza en un par de ocasiones. - Guau. La verdad es que está muy bien hecha. ¿Para qué es la cola? ¿Y hay alguna manera en la que el glamour pueda conectar la armadura a la voluntad de Lady Ágata? - le preguntó con curiosidad - Si es posible, quiero decir, imbuyendo la armadura y vinculándola a ella o algo por el estilo. -

-La cola iba a ser otro brazo, pero he hecho unas cuantas pruebas y funciona mejor como pierna auxiliar. Este trasto pesaría bastante y es fácil perder el equilibrio. Mira... -le señaló unas cuantas anotaciones completamente ilegibles-. Estuve pensando, y si Lady Ágata puede hacer todas esas cosas en su castillo... A lo mejor si pudiera entender su conexión con Las cenizas brillantes podría replicarla, ¿sabes? Pero no creo que me deje echar un ojo. Yo no lo haría, desde luego.

El padre de Eli detuvo el coche cerca del callejón que albergaba el feudo. Eli sabía que llegaba muy tarde al cumpleaños, pero sólo la habían dejado ir porque Liliana les había prometido que iba a corregirle los deberes. Aún así, a la hora de salir su padre había estado remoloneando delante de la televisión para ver el final de una película, y su madre había tardado mucho en prepararse. Cuando Eli se quejó le recordaron que la semana anterior la niña había desmontado el mando del garaje y su padre había llegado tarde al trabajo porque no podía sacar el coche.

Clara se bajó del coche y abrió una de las puertas traseras. Ayudó a Eli a ponerse la chaqueta y le dio la mochila con el pijama, los deberes y la ropa para el día siguiente. Pim dormitaba en su bolsillo.

-Aquí tienes, cielo. Puedes ir sola desde aquí, ¿verdad?

-¿Éste crío quien es? -preguntó Raquel inclinándose hacia Segismundo-. ¿Ya le oyes? No te oigo nada, chaval. Habla más alto.

- Ya veo... - murmuró respecto al asunto de la cola, llevándose la mano al mentón - ¿Esto te lo ha pedido ella o lo estás haciendo por tu cuenta? Porque si es el primer caso, quizás termine accediendo a que investigues sobre ello. Seamos claros, no eres una sidhe avariciosa que pretenda quedarse con su feudo ni nada por el estilo, la gente sabe lo guay que eres. -

Se encogió de hombros como si todo aquello fuese super sencillo para él. - Si con eso mejora su calidad de vida, quizás se la pueda convencer de ello. -

Eli trató de que no se notara que estaba enfurruñada por lo del mando. Porque, a fin de cuentas, ¿qué culpa tenía ella de que los fabricantes hubieran diseñado mal la carcasa? Porque estaba mal hecha seguro. Si no ella habría sido capaz de volverla a poner sin ninguna duda. 

- Sí, mamá - dijo. 

Pero lo que estaba pensando es que su madre la subestimaba dando a entender que se perdería en línea recta. 

Despacito, llevó la mano al bolsillo y acarició a Pim, que respondió con un gorgorito y un ronroneo. Hablar no hablaba, pero hacía sonidos muy simpáticos. 

Se despidió de ellos dos veces más. Una cuando se metieron al coche y la segunda cuando se dieron la vuelta. No se marcharon hasta que la vieron empezar a andar a buen ritmo. 

En ese momento es cuando Eli dejo escapar el suspiro de alivio que llevaba conteniendo todo el camino. A veces no soportaba a sus propios padres. Siguió hacia adelante y llegó al lugar. 

Liliana iba a responder, pero se detuvo y las espirales de sus mejillas casi desaparecieron cuando se ruborizó.

-Calla, imbécil. No, eh -se interrumpió. Cerró el cuaderno y se retiró el pelo de detrás de la oreja, de modo que le cayó sobre la cara-. No sabe nada. Quería que fuera una sorpresa por su cumpleaños o algo así, a ver si se ablanda un poco, pero no me va a dar tiempo.

Eli abrió la puerta y hubo insultos y quejidos cuando el aire frío de marzo entró en el feudo. La nocker infantil se encontró en medio de una reunión de changelings y kinains. Cortapanes bailaba con Cesi, Sir Seve se reunía con Lord Marcel y Blanca en una mesa, y Liliana charlaba con ese sátiro que había tenido la Crisálida hacía poco. Safira estaba cerca de la puerta, y parecía estar esperando a alguien. Se volvió hacia Eli y sonrió con dientes muy blancos.

-¡Hola, Eli!