Partida Rol por web

Paz y Ego

7. Manualidades

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11/06/2014, 17:43
Amaia

-Tenemos que buscar unas cosillas para Liliana. Piedra, hielo y cristal. No sé para qué cojones las quiere, pero necesito que me haga un favor. -Se quitó el jersey y la camiseta y se quedó con la interior. Le corrían unos ríos de sudor tremendos por la espalda y los sobacos-. Las piedras guay. El cristal ni zorra. Y el hielo... Pues como haya un chiringuito de helados a la vuelta de la esquina, no sé muy bien dónde lo vamos a encontrar.

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11/06/2014, 22:49
Sir Seve

-No me importaría comerme un pirulo ahora mismo. -Seve le dio una patada a su chaqueta y usó la mano a modo de visera para mirar en la distancia-. A andar tocan. No sé para qué voy contigo a ningún sitio.

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11/06/2014, 22:49
Director

Se pusieron en marcha a través de la hierba seca. El sol no perdonaba, y tener que arrastrar la mochila de Liliana por el terreno irregular hacía la travesía aún más incómoda. A un lado y otro del camino se encontraban de vez en cuando un pozo, o un gran roble con una sombra muy apetecible, o un arroyo de agua clara y, no tenían ninguna duda, refrescante. Amaia sabía que no eran sino espejismos para tratar de apartarles de la Senda de Plata, pero saber que eran falsos no hacía mucho por eliminar su atractivo.

La tierra empezó a abultarse aquí y allá; la hierba iba pasando poco a poco del marrón al dorado, y después al verde. Y sin saber muy bien cómo ni cuándo, de pronto el camino de plata serpenteaba entre árboles cada vez más numerosos y más juntos. No se parecían a ningún árbol que hubieran visto nunca: los troncos se alzaban en espirales, anudándose y fundiéndose con sus vecinos, y las hojas tenían formas tan extrañas y colores tan vivos que al principio pensaron que de las ramas sólo colgaban flores.

Seve señaló un desnivel pedregoso, justo al borde del camino, y le dijo que ahí tenía sus rocas. Acto seguido se tumbó junto a un árbol, jadeando y abanicándose con la mano. 

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11/06/2014, 23:00
Amaia

-Me podías ayudar, ¿no? -dijo Amaia agachándose para empezar a llenar la mochila. Creía que podría llenar un tercio con cada cosa, si es que la encontraba-. O hacer guardia para que no venga una quimera a comerme el culo, vaya.

- Tiradas (1)

Motivo: recoger con astucia

Dificultad: 1

Tirada (5 dados, se repiten 10s): 9, 4, 8, 6, 10, 10, 6

Éxitos: 4, Éxito

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12/06/2014, 01:49
Director

La primera piedra que recogió estaba firmemente clavada en el suelo. Tiró de ella mientras Seve asseguraba que estaba vigilando, y de inmediato sintió el suelo temblar por debajo de ella. Un momento de calma, y después la tierra estalló bajo sus pies.

Una masa gris e informe apareció entre placas de tierra rotas acompañado de un fuerte temblor. Amaia cayó de espaldas al tiempo que una lluvia de piedras se le venía encima, pero años de evitar problemas y golpes le habían dado a Amaia unos reflejos felinos cuando de evitar el daño se trataba, y se las apañó para rodar hacia Seve, que no dejaba de gritar.

Ante ellos, una criatura hecha de rocas, vagamente similar a un lagarto gigantesco, trataba de salir de abrirse camino a la superficie. Proyectaba hacia ellos su cabeza y trataba de morderles con su boca sin garganta, nada más que un agujero lleno de piedras que parecían ser sus dientes. Y Amaia había tratado de arrancarle uno.

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12/06/2014, 02:15
Amaia

-¡Oh, joder! ¡Oh, mierda! ¿Se puede saber por qué cojones me has dicho que coja piedras aquí? -Gritó Amaia mientras esquivaba dentelladas. Desenvainó la espada y se preparó para atacar-. ¡De puta madre, Seve!

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17/06/2014, 20:39
Director

Seve desenvainó su daga, que aunque era muy bonita, con empuñadura dorada y adornada con gemas, resultaba muy endeble ante el cuerpo de piedra de la quimera. La criatura se abalanzó sobre Amaia con la boca abierta, preparada para atrapar la cabeza de la redcap y aplastarla como una apisonadora. Afortunadamente, Amaia pudo esquivar el mordisco con un salto hacia atrás, y no se llevó más que un cabezazo cuando el lagarto de piedra giró la cabeza para tratar de perseguirla.

Al otro lado de la quimera, Seve trató de hundir su arma en la juntura entre dos piedras, pero no logró más que un desagradable chirrido y que le arrancaran la daga de la mano.

- Tiradas (6)

Motivo: ini quimera +3

Dificultad: 1

Tirada (1 dados, se repiten 10s): 10, 8

Éxitos: 2, Éxito

Motivo: ini amaia +5

Dificultad: 1

Tirada (1 dados, se repiten 10s): 3

Éxitos: 0, Fracaso

Motivo: ini seve +6

Dificultad: 1

Tirada (1 dados, se repiten 10s): 6

Éxitos: 0, Fracaso

Motivo: ataque quimera

Dificultad: 1

Tirada (7 dados, se repiten 10s): 6, 7, 5, 7, 3, 9, 2

Éxitos: 1, Éxito

Motivo: ataque seve

Dificultad: 1

Tirada (1 dados, se repiten 10s): 3

Éxitos: 0, Fracaso

Motivo: ataque seve

Dificultad: 1

Tirada (1 dados, se repiten 10s): 4

Éxitos: 0, Fracaso

Notas de juego

Orden de iniciativa: quimera 13, Seve 12, Amaia 8. La defensa del bicho es 4.

1 nivel de contundente, Amaia.

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17/06/2014, 21:21
Amaia

-¡Mierda! -gritó Amaia-. ¡Yo contra este bicho no puedo! ¡Seve, arranca, que nos vamos!

La chica agarró al pooka del brazo y tiró de él lista para salir pitando de allí como si se le vinieran encima un grupo de redcaps rencorosos.

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24/06/2014, 22:58
Director

Amaia y Seve echaron a correr entre árboles y troncos, con la quimera pisándoles los talones. A cada segundo que pasaba resultaba más difícil hacerse camino a través del bosque; los árboles parecían juntarse cada vez más para obstaculizarles el paso, y a cada rato se encontraba con que el camino terminaba abruptamente y tenía que elegir entre girar y buscar otra ruta o rodar varios metros cuesta abajo.

El pooka iba por detrás de Amaia, y como ésta pudo comprobar al volverse para buscarle, no llegó muy lejos. Mientras intentaba trepar por encima de un tronco caído, el lagarto, que se debatía atrapado entre dos árboles, abrió la boca y escupió tres dientes de piedra. El primero se hundió profundamente en el tronco de un árbol. El segundo rebotó a los pies de Seve, y el tercero contra su cabeza. Sin un grito siguiera, el pooka cayó de costado y rodó cuesta abajo tres o cuatro metros, hasta perderse de vista.

La quimera aún trataba de liberarse, soltando berridos que sonaban como avalanchas y tratando de morder los árboles, lo que significaba que Amaia tenía la oportunidad de sacarle ventaja si quería volver a casa. Sólo tenía que seguir el hilillo plateado que pasaba junto a su tobillo.

- Tiradas (2)

Motivo: ataque

Dificultad: 1

Tirada (6 dados, se repiten 10s): 10, 10, 10, 4, 1, 2, 2, 8, 9

Éxitos: 5, Éxito

Tirada oculta

Motivo: ast+sag

Dificultad: 3

Tirada (4 dados, se repiten 10s): 5, 8, 4, 6

Éxitos: 1, Fracaso

Notas de juego

Seve se lleva cinco letales y desaparece de tu vista.

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24/06/2014, 23:26
Amaia

-¡¡SEVE!! -gritó al ver caer a su amigo. El pensamiento de que podía escapar cruzó su cabeza durante menos de un segundo, quedando eliminado de inmediato. Simplemente no estaba en su naturaleza abandonar a su suerte a alguien a quien quería. Sin pensar en lo que significaría quedarse allí, corrió terraplén abajo para recoger a Seve. No sabía si podría cargar con el pooka, pero merecía la pena intentarlo.

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09/07/2014, 19:08
Director

Llegó lograr a los pies del terraplén sin despeñarse. Seve no había llegado muy lejos. Estaba tirado entre unas zarzas. Había perdido un zapato, sangraba por una brecha en la frente y apenas se movía. Por encima de su cabeza, un terrible estruendo seguido de crujidos y dos fuertes golpes que hicieron temblar el suelo.

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10/07/2014, 10:38
Amaia

-¡Conviértete en zorro para que pueda cargar contigo! -le dijo menénadole del cuello de la túnica-. ¡Venga, joder! ¡Hay que salir de aquí ya! ¿Me oyes? -Tortazo-. ¡Mueve el culo!

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05/08/2014, 22:12
Director

Seve murmuró algo ininteligible y sus párpados se agitaron. Se escuchó un golpe, mucho más cerca que el anterior, y trozos de piedra y ramas rodaron por el terraplén. El pooka logró enfocar la mirada en Amaia. Hizo un débil intento de quitarse a la redcap de encima, pero no se produjo ninguna transformación.

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06/08/2014, 18:18
Amaia

Con un gruñido exasperado, Amaia apartó la vista. Había olvidado que los pooka no podían ser convenientes de ninguna manera.

-¡Venga, conviértete ya!

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25/08/2014, 23:25
Director

Sólo tuvo que apartar la vista un momento, y Seve había desaparecido. En su lugar había un zorro hecho un ovillo y lloriqueando. Detrás suyo la avalancha de piedras y ramas iba en aumento. Amaia se embutió a Seve debajo del brazo y echó a correr por el primer hueco que pudo encontrar entre las zarzas. Las espinas le arañaban los brazos y las piernas, y Seve no hacia más que gruñirle a su axila cada vez que daba un bote.

Corrió entre moreras mutantes durante lo que parecieron horas. Mantener las distancias no era difícil; a juzgar por el estruendo que producía la quimera al deforestar el zarzal a su paso, le estaban sacando ventaja. El entorno parecía estar de su lado: el sendero era ahora lo bastante ancho para correr sin herirse. Las espinas rebotaban inofensivamente contra sus tobillos, las ramas se levantaban para no darle en la cara y aun concentrada en correr como estaba, a Amaia le pareció que alguna mata se apartaba a saltitos de su camino, mientras Seve no dejaba de lloriquear con el morro encajado en su axila.

Cuando la furia de la quimera sonaba ya muy lejana Amaia sintió una brisa, como un suspiro de alivio, que venía de todas partes. El zarzal empezó a reconfigurarse a su alrededor, lo que la obligó a detenerse pero también le dio la oportunidad de retomar el aliento. En cuestión de segundos, una colina apareció de la nada frente a ellos, como un erizo gigantesco que se desperezaba. La ladera se colapsó y, con un estruendo de tierra desplazada, empezó a abrirse un túnel ante ellos.

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15/02/2015, 18:43
Amaia

Amaia no dejó de correr ni siquiera cuando apenas quedaba un centímetro de sus brazos, pecho o rostro que no hubiera sido azotado por las zarzas. Le escocía toda la piel y el dolor le hacía lagrimear, pero el cuerpo caliente y peludo de Seve contra su costado evitaba que se detuviera. Casi se moría por su culpa. Lord Marcel iba a hacerla trizas.

Cuando terminó la escapada a toda velocidad y se sintió a salvo, dejó escapar un largo suspiro. Se miró los brazos con los dientes apretados. Ya se curaría al volver a casa. Si volvía. Primero tenía que encontrar la Senda de Plata.

-Joder, joder... Seve, ¿cómo estás? -preguntó al zorro. Se limpió las lágrimas con el dorso de la mano-. Hay que... Uf... Mierda, cómo duele.

Cojeando, con los pulmones ardiendo por la carrera, Amaia se internó en el túnel. Esperaba que lo que quisiera que fuese a intentar matarlos a continuación tardase al menos media hora en aparecer. Necesitaba un descanso.

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15/02/2015, 19:27
Director

Las zarzas cubrieron de nuevo la entrada del túnel apenas se hubo internado en él. Al mirar se encontró con un muro de espinas tan estrechamente trenzadas que no dejaban pasar la luz. Estaban rodeados de piedra por todas partes, y la temperatura había descendido súbitamente. La única iluminación, tenue y amarillenta, procedía de algunos cristales luminosos incrustados dispersamente en las paredes del pasaje y revelaba un pasillo estrecho y subterráneo que muy pronto se abrió en una pequeña cámara redonda con un par de sofás, una lámparilla sin pantalla y una mesa de café muy destartalada sobre la que había un par de mantas y un rifle. Al fondo, una puerta cerrada ocultaba lo que pudiera haber más allá.

Seve se puso a lloriquear en sus brazos. En su forma animal no podía hablar, pero parecía de pronto revitalizado y muy, muy alterado.

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15/02/2015, 19:31
Amaia

Amaia cogió el rifle y comprobó si tenía balas. Al encontrarlo vacío lo dejó sobre la mesa. Desenvainó de nuevo y continuó.

-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

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15/02/2015, 19:40
Director

Nadie respondió. Seve se revolvió en su sobaco y empezó a mordisquearle el costado entre chillidos y ladridos. Amaia tuvo que hacer malabares para que no se le cayera al suelo. Parecía querer que le dejara en el suelo.

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15/02/2015, 19:41
Amaia

La redcap le posó con cuidado.

-¡Ya está! Como te pegue yo un mordisco verás qué gracia te hace, coño.