Partida Rol por web

Teodoro volvió a tirar dos veces de espada*, pero con idénticos resultados a los anteriores.

Teodoro lanzó 2 rápidos tajos al siguiente minero. No quería que se les acumulara faena y a pesar de la pésima iluminación consiguió engancharle uno de ellos, cortándole en la pierna derecha.

Una vez que me he asegurado que el lelo de Pascu ha entendido y se ha puesto a ello, vuelvo a centrarme en el combate, alzando la Cruz por encima de mi cabeza, bien visible.

¡Seguidores de satanas, volved a sus dominios y dejad esta tierra dominada por La Luz!

Me pongo serio, la cosa no es para menos. Suelto un ataque con todas mis fuerzas contra el vientre de la criatura.....si de esta no vuelve a estar muerto no se lo que hay que hacer. Después me centro en la defensa, protegiéndome con el escudo lo mejor que sé.

   Exhortas al minero que debería descansar en paz o al menos, no andar pegando botes con sus heridas mortales abiertas, pero nada sucede... excepto... que te parece oir una risa burlona muy lejana, pero cuando sacudes la cabeza y prestas atención, nada oyes, así que te preguntas si habrá sido una mala jugada de tu imaginación.

¡Tercer asalto!

      Teodoro tras sus fallos anteriores se prepara para derribar a su adversario por una vez por todas, pero es Gaizka quien se adelanta y dando un par de tajos con su hacha lo derriba al segundo golpe alcanzándole en pleno tronco, el minero se derrumba hacia Don Teodoro. El otro minero que se veía al fondo entra al hueco y avanza hacia el caballero ignorando al resto, pero si pico golpea roca, no la cabeza de Teodoro. Goyo no le da tiempo a más y casi lo parte por la mitad de un tremendo hachazo en el bajo vientre. Teodoro al primer minero que cae hacia el le lanza un par te estocadas con su arma atravesándole la pierna según caía.

   Recuperáis el aliento y esperáis al resto, pero nadie más viene, sólo un olor pestilente os llega desde el tunel, al cabo de un par de minutos comprendéis que nada viene ya y os relajáis.

Me incorporo nuevamente tras ese segundo hachazo. Estuve un rato parao, con las orejas bien abiertas, no se escuchaba nada. Doy 3 o 4 pasos atrás y me alejo de aquella boca del demonio. Bajo el hacha para descansar y me sube un dolor puntiaguado por la pierna...malditos bastardos. Intento no pensar en eso.

Ke vamo xacer? Aki toda la xente muerta. Nosotros podemos volver y vivir. me sentía en la obligación de proteger a aquella gente, y allí había algo tan demoniaco y oscuro que mejor sería alejarnos si aún respetábamos nuestras vidas.

Teodoro miró la masacre y escupió al suelo. Deste lado ya no nos atacarán más amigos de belcebú. Creo que podemos ir por el camino principal sin miedo a que nos ataquen por las espaldas. Padre, no sé si quiere decir unas palabras por los difuntos o avanzamos ya directamente.

Un tanto distraído al notar que con este último ser no le pude afectar con mi fe, no me doy cuenta de lo que hablan hasta que oigo la palabra Padre.

¿Eeeh? Si, si, pero en ese pasadizo ya no había nada más ¿verdad? Nada que nos pueda dar pistas me refiero comento señalando el pasillo por donde han estado viniendo. 

Con la cruz en la mano, hago una cruz imaginaria sobre los cuerpos destrozados descansad en paz y afrontar el juicio con valor.

Teodoro se giró hacia el párroco. -Yo no vi nada más, aunque tampoco me paré a inspeccionar puesto que venían hacia mi esos engrendos. Si queréis investigar sois muy libre de hacerlo, mi preocupación era que nos atacaran por la espalda.

   El silencio tras las palabras del caballero queda sólo roto por el sonido de las gotas del agua y el zumbido de las moscas. Un olor pestilente sale del tunel lateral y a vuestras espaldas también hay un hedor malsano. Las maderas rezuman humedad y charcos de cieno y excrementos salpican el tunel.

   Avanzáis en silencio, el caballero cubriendo la trasera para que nada se alzara a vuestras espaldas, Goyo y Gaizka avanzando adelante y el resto en medio. Hasta que llegáis a una sala más o menos circular con un agujero en el centro.

   Aquí se encuentra otro pozo que desciende aún más, hacia las profundidades de la mina del Padrún, y que por lo demás es exactamente igual al primero: un pozo circular con una escalera de caracol cuyos peldaños son travesaños de madera incrustados en la pared del pozo.

   Vuesas mercedes dirán que barruntan a continuación.

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Al ver el nuevo pozo no puedo evitar bajar los hombros un tanto desanimado

Al final parece que vamos a bajar directamente a los infiernos a apagar sus llamas comento mirando a Pascu, pues era quien se había pegado el porrazo en el anterior pozo, y suponía que se iba a cagar un poco

Supongo que ya bajaremos como antes, y que los golpes nos sirvieron de experiencia

La preocupación por enfrentarnos a una cosa que no sabíamos cómo combatir, me hacía estar alerta en todos los sentidos. Cuando llegamos a lo que parecía ser unas nuevas escaleras, relaje la tensión en la mano donde llevaba el hacha. Al escuchar al párroco..,

- Es mejor arrastrar por el suelo. Un solo tablón saltar con tu peso. Tú muy gordo y otros muy grandes. No es bonito arrastrar por el suelo pero tú puedes pisar 4 maderax a la vex más equilibrium.

Teodoro esta vez se sacó primero la armadura para pesar menos y la bajó con la cuerda*. -Pascu, esta vez non hagas el babieca** le comentó.

-Hasta aquí he visto que la maldad y podedumbre que afectan a la cueva también afectan a las maderas y vigas. Tentemoslas primero, a ver si están fuertes o quebradizas como las de antes.

   El caballero se adelanta unos pasos y prueba los maderos, a fe de que parecen soportar su peso y aunque crujen y se quejan, no se parten, pero se quita la armadura metálica, quedando sólo la tela del gambesón, bajo la atenta mirada de Lady Jimena. Luego pasando la gruesa cuerda por las hombreras de la armadura más o menos la va bajando usando los extremos de ambos cabos, pero la cuerda llega a su final y la armadura ahí sigue, colgando. Vive dios que o la deja en un travesaño o la suelta y que caiga a plomo al fondo*

   Gaizka examina las traviesas y se apunta a la teoría de Brais de distribuir el peso, más están separadas, puede poner un pie en cada tablon que hace de escalones, eso sí.

   - Ya ve, Don Teodoro que su lóriga tensa cuerda y aun hueco queda, mucho favlar, pero hay que bajar hasta la malla y con otra cuerda volver a atarla -

-​Vamos allá-​me dispongo a bajar el primero por si abajo hay más muertos. Tanteando con cuidado cada escalón antes de dejar caer todo mi peso. El escudo lo llevo a la espalda y el hacha al cinto, para tener las manos libres por si hace falta agarrarse a algo. No me hace gracia no llevar el hacha a punto, pero tampoco me apetece partirme la crisma.

      Un aire fétido viene del pozo, y examináis con precaución los tablones de madera incrustados en las paredes del pozo que hacen las veces de escalones. El caballero se quita con calma la armadura y empieza a descolgarla hasta que alcanza una traviesa inferior, donde la deposita con cuidado. Goya baja primero con cuidado, el equipo sujeto y las manos libres para poder sujetarse o sujetar si hiciera falta.

   Tras él va Gaizka y le sigue Aritz. Pascu observa con una mezcla de curiosidad la operación y al mismo tiempo, de desconfianza a la escalinata. Está demasiado malherido como para descolgarse por una cuerda y se debate entre bajar por los escalones o permanecer atento a los diversos modos de bajar a ve cual es menos arriesgado. Brais ayuda a descolgar al párroco y a Lady Jimena y baja luego por los escalones.

   Descendéis varias varas y dos o tres tramos, entonces ocurre.

   Con el recuerdo de lo que paso en la escalera del primer pozo, vais más avisados y comprobáis exhaustivamente el estado en que se encuentra la madera; la examináis una y otra vez y os parece madera segura. Bien cierto que és, los travesaños están estupendamente.

   Esta vez lo que deja mucho que desear es el estado de las paredes del pozo. Esta mina es así, todo sorpresas. Y es que cuando Brais, que cierra la marcha, ha bajado más o menos unas diez varas y tras pasar la segunda vuelta encara la tercera vuelta de escalones, oís retumbar un ruido que va creciendo y las paredes empiezan a moverse. Lo primero que notáis es un pequeño temblor y acto seguido gravilla cayendo desde arriba.

   La pared empieza a derrumbarse desde arriba hacia el interior del pozo amenazando con sepultaros vivos.

   ¡Es un buen momento para echar a correr por vuestras vidas, literalmente lo de correr en este caso!