Partida Rol por web

Pel camín de Mieres

IV - Epílogo

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11/12/2018, 17:48
Narrador

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   Todo fue culpa de Sindo, llamado el Carbonero.

O quizás no.

Pero ahora, ya no importa.

 

   Nacido y criado en Oviedo hace ya más de cincuenta años, Sindo fue siempre una mente curiosa hasta extremos insospechados, por lo que a nadie extrañó que, con el dinero que recibió de su rica familia, los Carboneros de Monte Excusa, Sindo dedicara su vida al estudio de la alquimia y la astrología, aunque pronto su afán de conocimientos le llevó mucho más allá de lo que nadie podría haber sospechado, y en pocos años se inició en el estudio de artes mucho más oscuras. Hasta que una noche, hace ya cuatro años, torturara al hijo segundón de un noble de la región para contactar con el demonio Guland, al que vendió su alma a cambio de mucho más conocimiento. Es cierto que, de carambola, también se contagió de la lepra, pero es precio que Sindo pagó gustosamente a cambio del poder obtenido.

 

   Desde entonces, el ansia de saberes y de secretos de Sindo el Carbonero creció de manera desmedida, y sirvió tan fielmente a su oscuro señor que Guland le enseñó hace poco uno de los más ocultos hechizos infernales, el Bautismo Negro, con el que Sindo puede controlar a su propio engendro del infierno, sin olvidarnos de la pareja de silfos que le acompañan desde hace años. Claro que para llevarlo a cabo con propiedad es necesario, además de cierto secretismo, hacerlo en algún lugar subterráneo. Y bueno, pensó el Carbonero, si en plena Asturias uno no puede encontrar un lugar oculto en las raices de una montaña, es que es imbécil, pues hay minas a puñados. Por desgracia, a la que le había echado el ojo y que hasta hacía poco tiempo se encontraba abandonada, acababa de ser abierta de nuevo, y aunque no le costaría demasiado echar a todos sus ocupantes, no faltaba mucho para la luna llena, necesaria también para la invocación. Así que en la misma Oviedo, Sindo contrató los servicios de Cachero el Mucho Hierro, líder de una banda de mercenarios en ocasiones, bandidos las más de las veces, con los que espantar o asesinar a los trabajadores de la mina.

 

   Pero claro, cuando uno tiene el corazón ennegrecido y retorcido, como lo tiene Sindo, nada termina como uno quisiera. Y es que Cachero y los suyos llevaron a cabo el encargo con toda la pasión que un hatajo de desarrapados desalmados puede poner en ello —o sea, matando o mutilando gravemente a todo trabajador que encontraron en la mina—, pero Sindo no estaba dispuesto ni por lo más mínimo a cumplir con su parte. De tal forma, que conforme iban acabando los del Mucho Hierro con la vida de los mineros, Sindo utilizaba su Anillo de Nigromancia para devolverles a la vida convertidos en cadáveres vivientes, ordenándoles a continuación acabar con Cachero y los suyos. Y es que cuando se trata de un brujo goético, lo mejor es no fiarse.

 

    Una vez resuelto el problema del Mucho Hierro —o creyendo que estaba resuelto—, Sindo bajó a lo más profundo de la mina para realizar por fin el Bautismo Negro que le había llevado allí: dibujó la estrella invertida, ató a su víctima —un sirviente judío que había contratado en la aljama de Oviedo—, lo torturó durante horas y lo bautizó finalmente con la sangre de un demonio, tras lo cual el sirviente se transformó en un horroroso engendro del infierno; concretamente, un dragón en su primera fase de crecimiento, cuando es “poco más” que una serpiente gigante de más de siete varas de largo. Sindo estaba maravillado ante el éxito de la invocación, y lo hubiera disfrutado más si no hubiera sido atacado por la espalda en ese momento por Cachero, que tras lograr sobrevivir a las hordas de mineros muertos que el mago le había lanzado, se abrió camino hasta el lugar de la invocación para clavar su enorme hacha entre los omoplatos del Carbonero. Tampoco es que disfrutara él mucho con su venganza, pues tras abrirle un bonito agujero en mitad de la columna vertebral al mago, el dragón acabó con su vida en un plis plas.

 

   Y ahora, tras esta bonita historia de traiciones, magia negra y minerales, acaba de llegar a la mina del Padrún un grupo de aventureros para refugiarse de una tormenta como no han visto antes, sin saber que allí abajo le esperan muertos vivientes, supervivientes moribundos enloquecidos, silfos desatados y una serpiente gigante con muy malas pulgas.

 

Y mientra tanto, Guland sonríe en las profundidades del averno.

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11/12/2018, 18:06
Narrador

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 Párroco Beltrán de Salamanca

   Beltrán de Salamanca, el párroco que empezó el viaje con la idea de viajar en compañía e invitar a los nobles acompañantes a su casa en Salamanca en lugar de ello hubo de arrastrarse por los túneles donde casi deja la vida. El derrumbe le cogió con el paso cambiado y a causa de su cojera, rocas, guijarros y polvo casi lo sepultan. Aunque se cubrió con su brazo derecho y recibió heridas en ese brazo por ello, no pudo evitar con una afilada arista de una roca le rasgara el abdomen y por poco no lo atravesara, dejándole de sucuela una enorme cicatriz de por vida. Aún no es consciente por no tener todos los datos de haber contribuído en eliminar un mortífero engendro infernal que hubiera provocado la destrucción en la región en los años venideros.

   Posiblente, su primer encuentro verdadero con auténticos demonios ha hecho tambalearse algo sus creencias, pero su fé es firme. (Gana 64 puntos de aprendizaje)

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Brais Brañas

   Brais Brañas, el pastor, se puede decir que fue afortunado en su paso por la mina. A pesar de su peculiar forma de bajar escaleras y su forma campechana de explorar lo desconocido, paso sin traumas a traves de los peligros de la mina, sólo en el derrumbe las rocas que caían le provocaron heridas en su espalda y pierna derecha. Junto con ayuda de Xuan y Goyo, ayudaron a arrancar de las puertas de la muerte a Gaizka.

   El paso por la mina ha expandido su visión del mundo que le rodea. (Gana 60 puntos de aprendizaje)

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Gaizka Murúa

   Gaizka empezó mal ese día y lo termino peor, calado hasta los huesos antes de entrar en la mina, incubó una potente pulmonía que hizo presa en él cuatro días después y que le tuvieron postrado en la cama presa de fuertes fiebres, aunque eso fue el menor de los males. Herido en la pierna derecha por el pico de uno de los mineros muertos en la pierna derecha suerte tuvo de que no se le infectase, así como la herida en el brazo izquierdo al caer una gran roca sobre él en el derrumbe. Pero su suerte terminó en el infernal asalto de la Sierpe Gigante, que acabó con la vida de su amigo y aprendiz y estuvo a punto de acabar con la suya. Afortunado fue de que sólo le quede como recuerdo una tremenda y alargada cicatriz donde la serpiente lo estrujó.

   Por tantas calamidades y la pérdida de su amigo, nada sacó de tan nefasta aventura (0 puntos de aprendizaje)

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Aritz el Basto

   Aritz el Basto, el joven aprendiz de cazador de Gaizka por desgracia no sobrevivió al paso por la infernal mina. Herido de gravedad y con las costillas rotas por los cascotes de piedra que casi le sepultaron en la segunda escalera de la mina, poco pudo hacer salvo ocultar el tremendo dolor que sentía e intentar en vano proteger a sus compañeros ante el ataque de la gran Sierpe que le arrebató la vida.

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Goyo, el feo

   Goyo el Feo, guarda personal de la noble Lady Jimena Guijón se ganó su soldada ese día en la mina. Con una pequeña herida en el brazo izquierdo causada por el pico de uno de los mineros muertos, no fue en combate donde recibió el mayor daño, ni siquiera las quemaduras que le causaron las brasas ardiendo de la fragua si no la caída a la sima que apunto estuvo de acabar con su vida. Los golpes, abrasiones y desgarros provocarón roturas internas de huesos y desgarros musculares que le dejaron secuelas de por vida, por fortuna, menores (pierde 1 punto de Resistencia permanentemente). Lucho con valor y habilidad contra la infernal Sierpe Gigante y prevaleció.

   Ha sacado experiencia de su paso por la mina y se ha expandido su visión del mundo irracional. (Gana 70 puntos de aprendizaje)

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Lady Jimena Gijón

   Lady Jimena Gijón, noble dama de la alta nobleza, hija única al cargo de la baronía al enviduar recientemente de su marido, en cuanto muera su padre se convertirá en regente baronesa al no haber ya miembros varones vivos de su familia y estar cumpliendo el luto. Si nadie quisiera casarse con ella o si envidua tres veces será baronesa de por vida y tendrá libertad de escoger a su marido si así lo desea. Herida un par de veces en la pierna derecha en el derrumbe de la mina dió animos a todos y no dudo en rasgar parte de su vestido cuando hizo falta tela. De camino en peregrinación a Santiago, piensa que quizás lo ocurrido en la mina sea una prueba de fé.

   Aprende varias cosas tras su paso por la mina. (Gana 60 puntos de aprendizaje)

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Pascu Venia

   Pascu Venia en este viaje estuvo tocado por la mala suerte y el infortunio, siempre fué curioso, pero aún en las peores situaciones sabía tener la templanza necesaria de no ponerse en riesgo, pero aquí, en esta infernal mina, su templanza flaqueó siempre en el peor momento y su instinto no pudo ponerle sobre aviso. Al partirse los escalones mientras exploraba la mina, la caída sobre su pie derecho fue el preludio, al torcerse el tobillo se partió la traviesa de madera y casi se descalabra al caer en mala posición y aterrizar de cabeza. Herido y mareado, se sobrepuso a los mineros muertos, pero a punto estuvo de ser atrapado en el derrumbe, pero pudo retroceder. Aislado, sólo y desorientado, pudo volver a donde estaban los animales y recuperarse.

   Aunque se perdió parte de lo que en la mina aconteció, salió vivo y algo aprendió. (Gana 40 puntos de aprendizaje)

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Teodoro de Torre Quebrada

   Teodoro de Torre Quebrada, caballero militar de la Orden de Santiago, hijo de Duques, puso a prueba sus ideales y su entrenamiento a su paso por la mina. Con heridas leves en el brazo izquierdo y el pecho al caerse en la escalera, con heridas en el abadomen por el derrumbe y la armadura algo dañada se puede decir que pese a estar herido salió relativamente bien. Peleo con valaro contra la Sierpe Gigante y aunque no es consciente aún de haber dado el golpe de gracia a un dragón en su primer estadío de vida, no cabe duda de según adquiera conocimientos acabará por darse cuenta de ello.

   Sus creencias se tambalearon algo por los horrores vividos en la mina, pero aprendió mucho. (Gana 70 puntos de aprendizaje)

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Xuan Calleja

   Xuan Calleja, para él fue el primer y último día de trabajo en la Mina del Padrún, tras sobrevivir, decidió que ni loco volvía a trabajar en esa mina en concreto, después de ver la Sierpe Gigante y demás fenómenos aterradores. Decidió acompañar al grupo que encontró en las minas de vuelta a la ciudad. Suerte tuvo de no cargar con la colección de heridas de sus compañeros.

   A pesar de salir intacto físicamente, Xuan aprendió por las malas que hay un mundo que permanece oculto entre las sobras. (Gana 70 puntos de aprendizaje)

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11/12/2018, 18:19
Narrador

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Varios meses después, ya recuperados de las heridas, el grupo se reune en una posada de atardecida.
 

   Atrás quedó el horror de la infernal mina, tiempo ha pasado en los que se han restañado heridas y voluntades. Ahora, varios meses después varios de vosotros os habéis reunido en una posada a medio camino para recordar viejos tiempos y rememorar el pasado. Poco habéis hablado de ello, salvo con quien debía hablarse, que algunas de algunas cosas es mejor no hacer alarde en demasía y aún tuvistéis suerte de salir de esa mina con la piel relativamente intacta.

   No, mejor dejar el pasado donde está y no removerlo. El sol avanza y la tarde poco a poco va muriendo, pronto oscurecerá y no os apetece caminar en la oscuridad, vive dios que ya estuvistéis dando suficientes tumbos a oscuras como para media vida.

   Así pues, decidis descansar y pasar con tranquilidad una noche aquí;

   "Una noche en la Posada de Alvar el Honesto".

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