Lunes, 5 de agosto del 2019.
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Mitch llegó a la playa y junto a la orilla encontró a Érik junto a nuevos supervivientes. Tres personas parecían heridas de gravedad pues yacían en el suelo semiinconscientes rodeadas de un charco de sangre que parecía provenir del hombre haitiano. La mujer india tenía todas sus ropas mojadas, lo cuál parecía significar que se había dado un buen baño a pesar de que ahora parecía estar agotada.

Mitch llegó corriendo a toda prisa a la playa, sin saber qué es lo que iba a encontrarse. Lejos de hallar a supervivientes que pudieran ayudarle, lo que encontró fue a un trío de supervivientes a quienes no conocía de nada, tendidos en el suelo en un estado de semi-inconsciencia. Uno de ellos, de tez oscura como el ébano parecía hallarse en un estado bastante grave, en medio de un profuso charco de sangre.

Sin embargo, lo que de verdad sorprendió al joven hippie fue ver allí de nuevo a Erik. A esas alturas, había llegado a pensar que el hombre alopécico se habría marchado por su cuenta sin pedir ayuda, abandonándolos a los tres en la jungla. No obstante, todo indicaba que el hombre se estaba entreteniendo debido a que había más personas heridas.

-¡Erik! -se aproximó corriendo hasta él, alegrándose de haberlo encontrado-. He tenido que dejar a Ava con Nataly, pero veo que estas personas también necesitan ayuda. Creo que debería volver a por Ava. Quizá podamos agrupar juntos a todos los que no pueden moverse en un mismo lugar y esperar a que vengan a rescatarnos.

Nivard no dejaba de sorprenderse por el número de supervivientes. De algún modo el piloto se las había arreglado para salvarles, al parecer, ya que cada vez más personas pasaban por allí y, atendiendo a las palabras del último, incluso parecía que había más gente en otros lugares viva.

*Cr-creo que deberíamos juntarnos, sí.* - Dijo  no sin dificultad mientras se intentaba incorporar.

*Eih, amigo. ¿Me ayudas a levantarme?* - De aquellos que le habían ayudado al comienzo, sólo quedaba el doctor. Si es que era doctor.

*Me llamo Nivard. Nivard Chevalier*

Mitch observó a Chevalier, asombrado por lo fornido y grande que era. "Es un negro fortísimo" se dijo para sus adentros, sin quitarle el ojo de encima, "Quizá pueda ayudarme a cargar con Ava". El joven hippie se lamentaba todavía de haber dejado sola a aquella pobre chica, que de entrada le había parecido la más sensata y humana del cuarteto inicial con el que había coincidido.

-*Yo te ayudo, claro* -dijo el veinteañero, aproximándose a Nivard, ayudándolo a levantarse-. *Soy Mitch. Mitch Woods. ¿Estás bien, tío? ¿Crees que podrías ayudarme a cargar con una chica? Está en la jungla, cerca de aquí. Puedo guiarte. La pobre de cayó de un árbol, creo que se ha partido las piernas.* -Mitch recordó que él también estaba mal de lo suyo y decidió hacer la prueba infalible-. ¿Alguno de vosotros tres es médico? Necesitaré que alguien atienda a mi amiga cuando la traiga, y que me ayuden también con lo mío.

Prefirió no entrar en detalles sobre qué era lo "suyo", aguardando una respuesta de sus tres nuevos compañeros.

Manjit seguía tumbada en la arena cuando vio aparecer corriendo a un nuevo superviviente que además parecía decir que había otro grupo en algún sitio. Parecía conocer de algo al tal Erik. 

Se alegró al ver al hombre llamado Nivard poder levantarse, porque había llegado a temer por su vida.

-Yo no soy médico, Mitch, pero algo sé de primeros auxilios y de plantas medicinales. Si no tienes otra alternativa, quizá podría ayudar, aunque ahora mismo no me siento con fuerzas para acompañaros. Por cierto, mi nombre es Manjit y creo que salvo unas magulladuras no necesito ayuda urgente, así que ve cuanto antes a por tu amiga.

Lunes, 5 de agosto del 2019.
Soleado, temperatura 30ºC
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El cansancio, el sol, la falta de alimento y agua empezaba a pasar factura. Ya llevaba más de 10 horas sin beber una gota de agua lo cuál provocaba un fuerte dolor de cabeza y de dolor de estómago. Empezaba a ser urgente hacerse con algún alimento o algo de agua, porque de seguir así terminaría muriendo de inanición.

El cansancio, el sol, la falta de alimento y agua empezaba a pasar factura. Ya llevaba más de 10 horas sin beber una gota de agua lo cuál provocaba un fuerte dolor de cabeza y de dolor de estómago. Empezaba a ser urgente hacerse con algún alimento o algo de agua, porque de seguir así terminaría muriendo de inanición.

El cansancio, el sol, la falta de alimento y agua empezaba a pasar factura. Ya llevaba más de 10 horas sin beber una gota de agua lo cuál provocaba un fuerte dolor de cabeza y de dolor de estómago. Empezaba a ser urgente hacerse con algún alimento o algo de agua, porque de seguir así terminaría muriendo de inanición.

El cansancio, el sol, la falta de alimento y agua empezaba a pasar factura. Ya llevaba más de 10 horas sin beber una gota de agua lo cuál provocaba un fuerte dolor de cabeza y de dolor de estómago. Empezaba a ser urgente hacerse con algún alimento o algo de agua, porque de seguir así terminaría muriendo de inanición.

El cansancio, el sol, la falta de alimento y agua empezaba a pasar factura. Ya llevaba más de 10 horas sin beber una gota de agua lo cuál provocaba un fuerte dolor de cabeza y de dolor de estómago. Empezaba a ser urgente hacerse con algún alimento o algo de agua, porque de seguir así terminaría muriendo de inanición.

A Mitch se le notaba agotado, cansado de haber estado corriendo por la jungla y sobre todo por llevar ya demasiadas horas sin haber podido ingerir alimento ni líquido alguno. El estómago le dolía horrores, y también la cabeza. Sabiendo que probablemente no tuviera fuerzas para cargar con Ava él solo y aguardando a que Chevalier le respondiera a sus dudas, el joven hippie decidió sacar el fruto que había hallado antes cuando dirigía una mirada a su alrededor, en plena selva.

No estaba en absoluto seguro de que el fruto fuera comestible y, desoyendo la advertencia de Ava, decidió presionar el fruto con sus manos, apretándolo para poder alimentar de su contenido.

-Encantado, Manjit -dijo Mitch, saludando a la mujer india con un gesto de mano mientras hacía lo posible para estrujar aquella fruta exótica con las manos para saborear su interior-. ¿Habéis visto a alguien más? Mi compañera viajaba con su hermana, y también venía con nosotros una mujer que está buscando a su marido.

Al ver que la recién llegada hablaba español, Nivard cambió de nuevo el idioma. Manejaba con fluidez español, francés e inglés sin ser ninguno idioma materno debido a su trabajo como diplomático. De ellos, en realidad, el que peor llevaba era el inglés. Haití era algo así como francófona sin serlo, y su ubicación en España le había obligado a mejorar mucho el idioma. Al final, le era más fácil dejar de usar el inglés.

Encantado Manjit.

Se giró hacia Mitch al verle sacar una fruta.

¿De dónde has sacado esa fruta? Me muero de sed y hambre. No creo que podamos sobrevivir mucho más si no encontramos una fuente de agua dulce.

-Encontramos varias como esta en la jungla -le respondió Mitch al hombretón con piel de ébano, recordando que la búsqueda de Nataly también había dado sus "frutos", tanto en sentido literal y metafórico-. Escucha, Nivard. Una de mis compañeras encontró otra fruta parecida, puede que haya más por los alrededores. Ven conmigo, necesito que alguien me ayude a cargar con la chica. Creo que se ha partido las piernas y necesita ayuda. Entre los dos tenemos una oportunidad de traerla hasta aquí.

En otras circunstancias, probablemente Mitch hubiera pedido a Erik que le ayudase antes que Nivard, quien se hallaba malherido, pero había tres detalles que se lo impedían: el primero, que Erik no parecía muy por la labor de ayudar; el segundo, que el veinteañero no se fiaba ni lo más mínimo del calvo; y el tercero, que consideraba a Nivard más capacitado para cargar en sus brazos a Ava.

-Sígueme -le pidió a Chevalier, en tono nervioso-. Necesito traer aquí a mi compañera. ¡Vamos!

De acuerdo, vamos. Te sigo.

Nivard, no sin cierta dificultad, se puso en marcha detrás del joven. Le dolía bastante la espalda, pero era normal, tenía una herida reciente y aun abierta. Desde luego si el chaval pretendía que se pusiera a cargar pesos, lo llevaba claro. Con una herida así, como intentase cargar cualquier peso, terminaría de desangrarse en menos de un suspiro.

Pero no creas que voy a ser de gran ayuda cargando pesos. Me acaban de sacar una barra puntiaguda de hierro de la espalda, o algo parecido, y es casi un milagro que no me haya desangrado por completo. ¿Toda esa arena rojiza? Era amarillenta antes de que llegaras.

De cualquier modo, debían moverse y encontrar frutas y agua. Seguir al chico parecía dirigirles a despejar la mitad de la ecuación.

De camino hacia aquí ¿Escuchaste algún sonido de agua corriente? Necesitamos también encontrar una fuente de agua.

Al estrujar Mitch el fruto y comérselo entero* pudo sentir como su hambre se saciaba de momento y como a pesar de que aún tenía sed se encontraba un poco mejor, consiguiendo que el dolor de cabeza se redujese a pesar de que no hubiese sido suficiente para calmarla por completo.

Lunes, 5 de agosto del 2019.
Soleado, temperatura 31ºC
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Nivard y Mitch abandonaron la playa para dirigirse de nuevo hacia la jungla dejando a Manjit rodeada de Antonio y Erik El primero seguía tirado en la arena y cuando fue a comprobar su estado comprendió que estaba completamente muerto. Lo mismo le sucedió a Erik, que aunque parecía estar bien, de pronto cayó al suelo de un golpe de calor, deshidratado y también totalmente inerte. 

Aquella isla ya se había cobrado a sus dos primeras víctimas, así que o encontraban algo de beber y de comer pronto o irían cayendo más.