Partida Rol por web

Las piernas le tiemblan. Las manos, agarradas a sus calzas, se agitan en convulsiones espasmódicas por efecto del terror. No puede tragar saliva, pues su boca está completamente seca, así como su piel, que ya no es capaz de sudar. Y sin embargo,consigue resistir el irremediable impulso de sus piernas de huir por donde ha venido. Álvar no sabe por qué exactamente, ni siquiera sabe qué es esa criatura, pero sabe que todos los problemas por los que ha pasado hasta ahora han sido por correr demasiado rápido. Más rápido que aquellos que van con él. Y eso no puede volver a repetirse.

Cuando Mio Cid fue desterrado, lo hizo con todos sus hombres. Él no es el Cid. Pero en un momento como éste, no importa. Se santigua.

—Mikel... Pelayo... —susurra entre dientes, sin apartar la vista del monstruo— quizás... quizás... pudieremus engañar le... ca nos deje exir... Non vede se tonto... Et pareçe latinado...

¿Qué dices insensato? Non se puede engañar al Deabru. Mas nos valdría intentar fazer algún tipo de trato o salir corriendo como gamos y confiar en la suerte. Si fazemos tratos con el, ten por seguro que saldremos escaldados, mas puede que salvemos el pellejo.- Esto digo en un susurro mientras sigo retrocediendo muy lentamente al lugar por el que hemos entrado sin quitarle ojo al demonio y con una sonrisa bobalicona marca del miedo que estoy pasando. Lo de la bruja y el perro ha sido fácil, y mientras estaban han evitado que le diera importancia al ser que teníamos enfrente. Ahora, y viendo lo que es capaz de hacer, no pienso mas que en salir de ahí lo más rápido posible.

Todavía no había asimilado que el ente había desaparecido. Miré a todos lados para cerciorarme de que así había sido, al no verlo respiro aliviado. Gracias Mari. Luego me dirijo al altar y suavemente empiezo a zarandear a la moza.¿Hola?¿te encuentras bien?-le digo mientras intento que se incorpore. Ha tenido suerte, un poco más y habría sido un cadáver más de los que decoran la cueva.

Sacudiendo la cabeza intentando convencerse de que todo lo que ha visto no ha sido más que una mala pasada de su miedo y sus creencias juntas... Así que, por lo que han podido escuchar, la Serrana hizo un pacto con ese ser... Que no cumplió ¿Qué clase de trato sería? ¿Por qué alguien pactaría con fuerzas tan oscuras? Las preguntas se agolpan en su cabeza sin encontrar respuesta alguna en aquella sala, así que decide dejar de darle vueltas por el momento, pues inconscientemente ha aceptado lo visto como cierto...

Al ver cómo Mikel zarandea a la muchacha, él decide saciar su curiosidad con la jaula junto al altar, haciendo de tripas corazón...

Todo había sucedido en un abrir y cerrar de ojos, esa horrible mujer, ese - un demonio, no puede ser sino un demonio - ser horrible, el lobo gigantesco que nos ataca y logramos matar, la bruja devorada y todo se esfuma. Pelayo se sentía como transido, como si hubiese pasado una eternidad en unos segundos.

Logrando recobrar la compostura, y viendo que ya parece haber pasado el peligro, se acerca a sus compañeros mientras Mikel la zarandea. Sin embargo, mantiene un poco la distancia y no guarda aún su hacha, no sabemos si la han poseido o algo asi...

La muchacha, entonces, comenzó a despertar, y comenzó a toser. Parecía que estab saliendo de un letargo, de un trance infinito. Sus ojos se abrieron y vieron una enorme barba rizada y unos ojos bondadosos, al menos a priori. La muchacha, lejos de asustarse, se quedó inmóvil, petrificada, como si esperara encontrarse algo peor y la presencia de Míkel fuera esclarecedora y gratificante. La muchacha comenzó a respirar con normalidad. Se intentó incorporar.

Tranquila muchacha, todo está bien. Digo tranquilizando a la muchacha, aunque vista su expresión, parece que sabía lo que se tramaba su ¿madre? Bonita forma de tratar a una hija. Viendo que se incorpora, no quiero alargar más el momento. La dejo que poco a poco recobre el sentido, sin atosigarla, dejándola suavemente que se incorpore a su aire. Luego me dirijo al hombre encadenado, busco alguna llave por ahí y le abofeteo no demasiado fuerte, pero lo suficiente para que recobre el sentido. ¡Eh!¿Eres el leñador?

Viendo que Mikel deja a la muchacha para acercarse al hombre atado a los grilletes, me aproximo yo a ella: Tanquilizaos moza, estáis a salvo entre gente de bien. Pelayo, para serviros ¿Puedo saber vuestro nombre?

Tengo curiosidad por saber si esa Virtudes de la que nos hablaron en el pueblo es esta muchacha o esa bruja que se ha tragado el demonio.

Vir... tudes -respondió claramente temerosa la muchacha mientras Míkel se acercaba al encadenado- ¿Quienes... sois? Lle... ¡llevadme a casa...! -la chica, ciertamente, hacía esfuerzos por hablar, pues aquella sala y todo lo que hubiera pasado no estaba sino todo descolocado en su mente. Estaba nerviosa y agobiada, llena de miedo pero a la vez, por veros, de esperanza-.

¡¡CRASH!!

Míkel rompio con su hacha los grilletes del tipo al que hablaba, que por cierto, nada respondía. Sus brazos y manos pendían sobre su cabeza, elevados, pues los grilletes de las muñecas estaban a cierta altura. Cuando el bandido los rompió, el tipo cayó al suelo desplomado, golpeándose la cabeza contra el frío suelo. Míkel intentó darle la vuelta y observarle: ese tipo estaba muerto. Su cuerpo estaba lleno de moratones y golpes, sangre y cortes...

Lle... llevadme a Mijares, mi aldea... -repetía la muchacha con ojos llenas de miedo y lágrimas-.

Álvar, tras saciar su curiosidad, decide reunirse con el resto. Automáticamente, sus ojos se abren como platos, pues la joven es realmente hermosa y, al fin y al cabo, él es un joven estudiante con su hombría a pleno funcionamiento.

—Claro que vos compañeremos yuso ¡pues somos ardidos guerreros et somos en vuestra merçed! —Declara animadamente, alzando mucho el mentón e irguiéndose cuan alto es.

Maldigo mi suerte, es el segundo hombre muerto al que intento socorrer. Entónces escucho la brabuconada del estudiante y me parto a reir-JA,JA,JA, aguerrido es aqueste omne, Alvar es el suyo nombre et la vida le debieres-digo mientras le doy un par de palmadas en la espalda al estudiante. No es el mejor de los guerreros, pero plantarse aquí sin saber manejar un arma y haber visto al demonio bien vale que le admire una mujer. Me quito la capa y se la ofrezco a la muchacha-Tomad, fuera hace frio,y hasta la majada aún tenemos un trecho, mañana iremos a Mijares.

Ando escamado en que la tal Virtudes sea la muchacha y no la bruja, y si no habrá tenido algo que ver en la muerte de los hombres que hay en esta cueva. También temo que al volver a su aldea sea tratada de "Comehombres" y quemada por bruja, lástima no tener un testigo que nos pudiera decir algo más y hablar a favor o en contra de ella.

¿Puedes caminar, Virtudes? - le digo, mientras trato de ayudarla a ponerse de pie - como no pueda, nos espera un viaje dificil, por no hablar de la dificultad de salir de esta cueva.

Quizás deberíamos inspeccionar bien esto antes de irnos. Mikel, échale un vistazo al altar, a ver si distingues algo.

La chica, que atendía al nombre de Virtudes, no dudó en echarse la manta de Míkel sobre ella. Asentía a la pregunta de Pelayo, y además intentó ponerse de pié tras sobreponerse al altar y estar sentada sobre él. Lograba finalmente caminar, muy a las duras penas, pues era como si alguien llevara en la misma posición muchos días, como si las piernas de uno estuvieran entumecidas... Míkel pronto comprobó aquel altar. Era de piedra, pulido por la parte superior, pero la base no era sino parte de la propia pared y roca de la enorme y profunda cueva.