Partida Rol por web

-¿Habéis visto lo que se dice por internet?

La clase era un tumulto de voces a esta hora. Las chicas y los chicos comiendo todo tipo de almuerzos (bentos, sandwiches, etc) mientras hablaban en voz alta. 

-Si, ese de los libros trampa de la media noche, ¿no?

Entre el barullo se escuchaban los últimos rumores sobre los libros trampa.

-Si, dicen que si lees esos libros a media noche te quedarás encerrado en el libro y nadie recordará que has estado jamás en la tierra.

-Yo he oído que formarás parte del libro, como un personaje más, y que los que lo lean no notarán rara tu presencia. Lo tomarán como parte del libro.

-¡Kya! ¡Puede que algún alumno de la escuela sea ya uno de los personajes de nuestros libros y no lo sepamos!

Al final, el profesor sentó a los dos nuevos en pupitres contiguos (recordemos que están sentados de dos en dos). Mientras comían sus respectivos almuerzos, un chico de los más altos de la clase se les acercó con un bocata en la mano, una coleta y una gorra roja.

-¡Eh! ¡Soy Shinichi Rokutanda! ¡Yoroshiku ne! -agarra una silla y se sienta a vuestro lado a comerse el almuerzo- Ah... me acuerdo cuando yo era el nuevo. Fue hace tanto tiempo... Y no empecé con demasiado buen pie, ¿verdad, Kon-kun? -esta última pregunta se la hizo a un chico con pinta de pocos amigos que había al fondo. Cuando os volvisteis para mirarle vísteis la mirada más terrorífica que podíais echaros en cara.

 Nanako se acerca al grupo con curiosidad:

- Podríamos hacer una apuesta - Dijo tratando de que sus compañeros la hicieran caso - A ver quien es capaz de encontrar a un personaje que no sea del libro principal en los libros de la biblioteca.

Ella suspiró, si no acallaba los rumores así, al menos haría que esos chicos leyeran algún libro. Con su bolsa del almuerzo buscó a Kai y fue a hablar con él.

- Eh, chico nuevo - Le dijo con una sonrisa. - ¿Quieres que comamos juntos?

Ella sabía bien que era ser el "chico nuevo" en un colegio, y pretendía que a ese joven se le hiciera más ameno. Además el pobre sólo tenía 14 años, debía pasarlo mal con tantos compañeros mayores que él. Aun así debía ser listo, si le habían promocionado a su clase.

 -¡Vuelveme a llamar Kon-kun y te parto la boca, Kora!

Ahora comprendéis porqué está comiendo solo su almuerzo.

 -Jeje, no te pongas así, hombre. -despues se acerca a vosotros y os susurra- En realidad es un buen tío.

Después le da un buen bocado al bocata y continua hablando con la comida en la boca.

-Fodéis zllamadme Zhin-kun, Zhin-chan o Zhin a zecaf. -casi se atraganta antes de acabar la frase.

-No es mala idea, Nana-chan. Pero... según el rumor, los que no están encerrados en el libro no pueden diferenciar entre un personaje del libro y una persona encerrada en él. Iba a ser un poco difícil encontrar alguno si esto es verdad, ¿no?

- Vale,- cierro el libro que cargaba en mis manos con tranquilidad - pero estas segura de eso, tambien eres nueva por lo que veo- de mi cartera extraigo una manzana y es lo unico que como.

-Asi que hay rumores así de los libros- doy un mordisco a mi manzana sin prestar mucha atención - creo que quedar atrapado en un libro no suena tan mal, al menos podras ver una buena historia, aunque en lo personal preferiria quedarme en la hermosa Kadak alla donde los primogenios danzan y adoran a los dioses de antaño- cierro la boca rapidamente, estoy seguro que me tiraran a loco por un comentario tan poco coherente, así que lo mejor es quedarme callado.

De pronto el movil suena y contesto mecanicamente -Bueno, papá que ocurre,- escucho con atención - vale no estaras en casa  hoy tampoco, vale, yo me encargo de la cena, al menos compraste viveres, hoy solo habia una manzana, dime por favor que dejaste el dinero al menos,- suspiro un poco aliviado al saber que si hay dinero en casa para la cena.

-Qué poco poetico llegan a ser esos rumores, pero hay algo que se puede matizar e4n esa historia, aunque muchos de mis compañeros no podrian comprobar ese mito, debido a que ni siquiera han tocado un libro en su vida- miro de reojo a Shin y a Konta.

-Pero bueno señoritaymuchacho  a que se debe que hayan venido, digo al menos podran matizar la monotona historia de este aburrido colegio, o acaso seran mas personajes secundarios de una mala obra- una sonrisa satirica se dibuja en mi rostro y espero atento los comentarios de los demas.

 - No, dejamos los papeles secundarios para gente como tu - Dijo Nanako, luego ignoró por completo la pregunta del muchacho y se dirigió a Shinchi - Te diré que no deberías tomar confianzas con la gente que aun no te ha dado permiso para ello, pero dejaré que me llames Nanako-chan. Me gusta tu nombre, me recuerda a una serie de televisión que veía de pequeña, Crayon Shin-Chan, jeje.

Miró al joven Kai, Nanako sabía bien porqué, había empatizado rápidamente con él: Cenas a solas, encargarse de la cena y de hacer la compra. Recordó como su padre, detective, también la había dejado sola muchas noches.

- Little Bro - Le dijo al joven mientras escribía en su móvil su número de telefono - Te apunto mi número, si algún día estas sólo, no te apetece cocinar o no tienes a nadie con quien ir a hacer la compra no dudes en llamarme.

Nanako pensó... Si sólo podías saber lo de los libros si habias estado atrapado en uno, es que alguien debía haberlo estado y si lo estaba... ¿Como pudo expandir el rumor? La lógica dictaba que habría salido de él, así que había alguien que sabría algo del tema. En mitad de sus pensamientos se dió cuenta de que estaba dandole muchas vueltas a un simple rumor.

Aunque también comenzó siendo un rumor el incidente de su pueblo natal...

- De verdad no tienes que preocuparte, es solo que mi papá es algo despistado  y nunca esta en casa- termino mi desayuno con calma - y la verdad ya estoy acostumbrado -dejo que la chica anote en mi movil su numero, aún no se por que lo permito, si tal vez termine borrandolo luego.

Tomo de nueva cuenta el libro que estaba leyendo - si tanto les interesa el rumor, por que no simplemente lo comprueban, apuesto que solo es una broma que alguien invento para  pasar el rato y librarce de hacer los deberes- para este punto he retomado mi lectura de Lovecraft y de neuvo el sembalnte serio vuelve a aflorar.

-Es curioso de verdad se puede quedar dentro de un libro, que tendria de malo, en los libros hay finales felices o finales trsties, pero igual es la vida y no estamso atrapados todos en un libro, llamado vida- digo secamente, absorto de las miradas de mis com´pañeros.

-Vaya una lengua aguda y comentario filoso, de verdad tienes un buen papel de protagonista aunque yo simplemento me considero el crítico y no juego mas que el papel del lector- respondo sutilmente ante los comentarios de la chica

Escucho los coemntarios del pequeñajo - deberías dejar de leer esos libros, pueden ser malos para tu pensamiento amiguito- digo despeinadole con tranquilidad.

 Nanako sonrió y puso cuatro dedos en su boca, hacia abajo, cuando nadie miraba gritó en susúrros:

- ¡R´yleh, R´yleh! - Mientras lo decía movió los dedos de su boca, asemejando tentáculos. Tras reírse por el comentario que ella misma hizo continuó - Quizá no sea lectura acertada para su edad, pero desde luego esta clase tampoco lo es, quizá es más maduro de lo que aparenta.

No hay que judgar un libro por su cubierta, pensó.

Por un momento suelto el libro, dejandolo caer sobre la mesa- jaja, falto el Ftheng- por primera vez sonrio  en mucho tiempo y aunque es una sonrisa efimera es agradable, recojo con presteza el libro y lo guardo en la cartera.

-Nanako verdad,- esbozo una sonrisa mas serena - tal vez no sean los mas apropiados pero son algo valiosos- me encaro al otro chico- en cualquier caso, probare que lo unico cierto sobre ese rumor es su falsedad,será facil, solo debo grabarme mientras leo a medianoche verdad- miro seriamente a los mayores, tal vez si simplemente demuestro lo falso del rumor, me dejaran en paz.

Saago se sacó los auriculares para escuchar todo lo que hablaban. Parecían una manada de niños, discutiendo si Papá Noel existía o no. ¿Que acaso creían en toda esa basura? Sacó de su mochila "Crepúsculo". Mucha gente decía que era para afeminados, pero a él le parecía muy poético, lleno de pasión y alma. No obstante, no sacó el libro para leerlo. Abrió una página al azar. Buscaba una excusa para parar la oreja y escucahr lo que se decía de los libros. No era que lo creyese, por supuesto, pero le intrigaba que gente de su generación leyera y hablara de libros en lugar de videojuegos y telenovelas.

Después de un rato, escuchando tonterías, se cansó y sacó su comida. Se puso a comer sin dejar de prestar atención a la conversación...

 -¡Eh! ¡Que buena idea! ¡Vamos a probar si el rumor es cierto! Que cada uno elija un libro y lo lea a media noche. Mañana intercambiamos impresiones. ¿Te puntas, Kon-kun?

 -¡A lo que me voy a apuntar es a partirte la cara! Además, -el violento estudiante mira por la ventana- tengo cosas mejores que hacer a esa hora que leer libros.

 -Venga, hombre. Si ya se que no lees libros. Te salen ampollas en los dedos. -Shinnichi sonreía abiertamente mientras bromeaba sobre la incultura de su compañero- Pero me dijiste que estabas leyendo ese comic de yakuzas, ¿no? Como era... "El Dragon de Tokyo", ¿no? De todos modos, con comics lo mismo no funciona.

 -¿Y tu que, eh? ¿Acaso lees tu muchos libros, Shinichi?

La chica que se acerca a Shinichi es alta y guapa, con aspecto atlético y una mirada segura de si misma.

 -To... Tomoe... -Shinichi parece haber sido pillado por sorpresa por la chica- Cla... cla... -se carraspea la garganta y se recompone- ¡Claro que si! Ahora estoy leyendo uno muy interesante, muy apto para esas horas, chavala. -ponía cara de interesante mientras hablaba- Se llama "Los cabellos negros en el pozo", y es una historia de fantasmas ambientada aquí en Japón. 

 Al escuchar a la chica salir en su defensa, Konta vuelve a entrar en la conversación desde su pupitre solitario.

-No hace falta que me defiendas, Shirokawa. Cuando me toque las pelotas lo suficiente le parto la cara y problema solucionado.

Entonces se fija en que la chica no está sola. 

 -Ho... hola, Konta.

Os extraña que la chica, con lo tímida que parece, le hable de esa forma a Konta, llamándolo por su nombre en vez de su apellido.