Partida Rol por web

¡Sois unos pesados! ¡Yo y mis amigos os vamos a dar un paliza por meteros donde no os llaman.
El matón se arremanga, así como dos de sus amigos.

- Yo no haría eso, tengo un arco y una flecha en la cuerda, y cuando lucho lo hago a muerte...

-Será posible...

-Venga ya, hombre. ¿En serio?

El magus desenvainaba mientras evaluaba la situación.

Como no podía ser de otra manera la situación había acabado en violencia. Lo cual seguramente indicaba que realmente habían timado al pobre tipo.

Vaya hombre. Aquí vamos otra vez.

El mago no estaba nada contento. La violencia física era algo que no le agradaba lo más mínimo. Sobretodo cuando era hacia él.

Al ver que desenvainais las armas. El barman se esconde bajo la mesa.

Mirella observa indecisa.

El semiorco caminó con parsimonia hacia los jugadores mientras desenvainaba la cimitarra y agarraba su escudo, descargando la hoja contra uno de los jugadores. Casi le daba pena que las cosas hubieran acabado así. Morir por una cosa tan tonta...

Gargholo golpea con fuerza a uno de los matones que se lleva la mano a la herida

- Dejadlo ahora, somos más, estamos mejor armados y tenemos más experiencia. Si lucháis moriréis, sigamos negociando que es a lo que hemos venido...

Dos de los hombres de Elanzo caen al suelo por los golpes. No son muy buenos disimulando asi que os dais cuenta que se hacen los muertos.

¡Arriba cobardes! Menuda tropa de gallinas. ¡Está bien! Llevaros las malditas mulas, ladrones asquerosos.

-Vaya, no ha sido muy difícil- dijo Gargholo suspicaz mientras envainaba su arma.

Habiendo conseguido la carvana, os apresurais a salir de la ciudad de Bloodcove. Para llevar la llave azlante y los suministros a la excavacion.

- Antes de salir de la ciudad - interviene Nazredin- Debo pasarme por la tienda de pociones que visitamos. He gastado mas pociones de las que esperaba, y temo que podria ser peligroso seguir sin algo mas de ayuda. Si me esperais aqui, regresaré en breve - explica el paladín