Partida Rol por web

Nazredin asintió. Iba a necesitar algo de agua fria pronto.

- Si, vamos pues. - luego tras mirar al grupo observa al semiorco, y se acerca hasta él- ¿Abres la marcha tu o yo?

-La verdad.- respondió el achaparrado semiorco- Estoy acostumbrado a ir delante. Pero no me malinterpretes, no es que no me fíe de ti, es que... sólo me fío de mí.- Y volvió a encabezar la marcha a golpe de machete, prestando especial atención a la vegetación por si hubiera alguna sopresa desagradable como insectos venenosos, trampas, serpientes, salvajes, goblinoides... todas esas cosas que entran dentro de la definición de "sorpresa desagradable".

El semielfo asintió a las palabras del semiorco sin aparentar estar molesto. En realidad era mejor que el explorador fuera delante en este tipo de ambiente.

- Mirella, ¿prefieres ir la segunda o la última?

 -Yo puedo guardar la retaguardia, Nazredin. -el joven magus se ajustó el libro de conjuros, cuyos remaches de metal estaban enganchados al cinturón, y su espada al otro lado de la cadera.

Nazredin miró al mago algo sorprendido, pero asintió

- Muy bien entonces. El señor Grend irá en el centro de nuestro grupo, supongo. Ravenath desea ir el último, Gargholo el primero. Yo iré en tal caso el segundo. ¿Shaire, donde ireis?, ¿y vos Mirella?

Prefiero ir cerca de todo el grupo gracias

Respondo ensanchando la sonrisa al mirar hacia el que me pregunta

No soy una combatiente experta, y ademas prefiero sentir que hay gente cerca

- Ire penultima, funciono mejor desde lejos.

- Perfecto entonces - dijo Nazredin casi para sí mismo sin poder dejar de quedar cautivado por la sonrisa de la clérigo aunque fuera un instante. Iomedae me ampare, si que es bonita la chelaxiana - Entonces primero  Gargholo, después yo, tercero Grend, cuarta  Mirella, quinta Shaire y cierra el grupo Ravenath - dice mientras se pone a andar

Aram Zey saca otro pergamino y desaparece de vuestra vista.
La ciudad de Bloodcove está muy cerca de donde os encontrais, aunque aún no teneis claro como conseguireis pasar desapercibidos.

 -Escuchad. Dijo que debemos pasar desapercibidos. Sin embargo, nuestras armas son más que llamativas... sin contar con nuestra apariencia... -dice esto mirando al semiorco- Debemos tener una coartada. 

Tras pensar un momento, continúa:

-Somos comerciantes. ¿De acuerdo? Más concretamente Mirella, Owen y yo somos los comerciantes. Gargholo, Nazredin y Shaire sois nuestros guardaespaldas contratados. Así no tendremos porqué ocultar las armas. Ni nuestras caras. -vuelve a mirar al semiorco- ¿Os parece bien?

- No sabemos si los guardaespaldas son comunes aquí, ni el tipo de comerciantes que tienen. Si queréis me adelanto yo, sin el arco, y compro algo de ropa. No uso armadura ni armas, y me resultará más fácil... Aunque no se me da bien comprar, ni regatear, ni entrar en tiendas... pero puedo intentarlo.

 -Escuchad. Dijo que debemos pasar desapercibidos. Sin embargo, nuestras armas son más que llamativas... sin contar con nuestra apariencia... -dice esto mirando al semiorco- Debemos tener una coartada. 

Tras pensar un momento, continúa:

-Somos comerciantes. ¿De acuerdo? Más concretamente Mirella, Owen y yo somos los comerciantes. Gargholo, Nazredin y Shaire sois nuestros guardaespaldas contratados. Así no tendremos porqué ocultar las armas. Ni nuestras caras. -vuelve a mirar al semiorco- ¿Os parece bien?

Owen sopesa los comentarios del grupo.

No creo que debamos separarnos. Ese sitio parece un lugar poco fiable.
La idea de Ravenah es buena. Despues de todo vamos a destacar queramos o no. Somos muy diferentes entre nosotros, imagino que aun más para este lugar.
Así que deberíamos limitarnos a entrar y comprar lo que necesitemos. Dando las menos explicaciones posibles. No tengo la habilidad ni la paciencia para disfrazarme.

Y guardaespaldas hay en todas partes, no creo que aquí sea diferente.

- Y tampoco pasa nada por ser todo lo sinceros que se pueda. Efectivamente vamos a adquirir una buena cantidad de materiales, con lo que hacernos pasar por comerciantes es lógico. Lo que no veo tan lógico es la proporción elegida. Debería haber solo dos comerciantes, y el resto ser guardaespaldas. - el paladín se queda un instante pensando- Mirella y Owen son los comerciantes. Habría que decidir sobre tres cuestiones: qué venimos a comerciar, de donde somos, y cómo hemos llegado hasta aqui.

-Estoy deacuerdo en la proporción que mencionas, Nazredin. Además, yo también tengo espada - y sonríe mientras desenvaina la mitad de su arma-. Qué os parece si venimos de la nación de Qadira. Son famosos por sus negocios. Mercaderes de Qadira hay en todos lados. Y sobre qué vamos buscando... pues todo lo que nos han pedido, obviamente. No tenemos porqué esconderlo.

- Me parece correcto, si nadie tiene nada en contra. De hecho mi propuesta es no mentir sobre como hemos llegado aquí: un poderoso hechicero de la casa de nuestros señores nos ha teleportado a todos hasta aqui. Evidentemente - sigue Nazredin antes que nadie diga nada- no vamos a ir contándolo por ahi. Pero si nos vemos forzados a dar una explicación, esa es la mejor posible, ya que cualquier otra podría descubrirse falsa en cuanto nos interrogaran a dos de nosotros en dos sittios distintos. O en cuanto nos tiraran de la lengua buscando contradicciones.

 -En marcha, pues.

El mago bufó un poco contrariado.

No sé por qué narices hemos de dar explicaciones a nadie. Vamos a comprar mercancias, pagaremos por ellas y nos marcharemos. A nadie le importan nuestros asuntos.

Hagamos lo que tengamos que hacer y listo.

Estaba claro que la diplomacia no era el fuerte de Owen.