Partida Rol por web

Mientras tus compañeros tratan con el goblin escuchas el inconfundible sonido de pasos apresurados en el piso de arriba...

-¡Atentos todos, hay gente arriba, vigilad las escaleras!.-

Ethelnir aparta el arma del goblin de una patada. Se dirige al goblin:

- Si te mueves, me veré obligado a matarte.

Tras escuchar las palabras de Clarissa se gira para vigilar las escaleras.

Apoya el escudo en la mesa para dejarlo a mano y saca una daga mientras sujeta con la mano izquierda la espada.

Se prepara para un posible ataque mientas valora si una mesa o unas sillas frenaría un ataque a la carga.

Lorik sintió cierta compasión por el goblin que se rendía. Suficiente honor perdido tenía ya la pobre criatura. Pero era una criatura malvada y si Lorik se rindiera, seguramente él no tendría la misma compasión por el humano que al revés. Decidió no hacer nada, pero no detener a nadie que sí que lo hiciera.

Miró hacia las escaleras con el arma levantada. Había sesgado otras dos vidas. Y quizás le tocaría seguir combatiendo un poco más.

Tras unos tensos segundos no parece que nadie vaya a bajar por las escaleras.

-Registremos a los goblins, demos un rápido vistazo a la sala y subamos.-

Clarissa no duda en observar con sus agudos ojos todo por si hay algo vital para la misión. Algún detalle que se les hubiera pasado por alto...

Mientras vigilo la escalera, apoyo la espada y la clavo en la madera al lado del cuello del goblin. Inmovilizandole boca abajo, saco una cuerda y lo ato. Tras esto, reviso sus pertenencias mientras le pregunto con voz de pocos amigos:

- ¿Cuantos hay arriba? ¿Por donde entrasteis? Si valoras tu vida, habla. No estoy seguro de poder evitar que mis compañeros te corten en trocitos si no me das algo de información. 

Clarissa puede ver en la sala en la que entra los cuerpos de 6 hombres, todos ellos con las ropas que los identifican como guardias de Darkwine, el castellano de Trollheim. Las causas de la muerte parecen haber sido tanto mundanas como mágicas.

Por su parte, el goblin dice:

Pelorrojo, la hembra sureña y otros dos. No sé más, por favor no me pegues.

El paladín mira a sus compañeros con una extraña mueca.

- En la posada del Yelmo Cornudo me opuse a provocar un incendio por si poniamos a inocentes en riesgo. Casi acaban con nosotros. Aquí no hay inocentes. Tal vez no un incendio a gran escala, pero si una buena humareda, de las que se hace con madera húmeda haga salir a estas ratas de su escondite. Así tendríamos alguna oportunidad frente a la bruja.

- O quizás podríamos dejarnos de cobardías y tretas. Y subir y enfrentarnos a ellos cara a cara, como hacen los verdaderos guerreros. - dijo Lorik muy serio. - Si tu tuvieras un negocio, ¿te gustaría que llegaran unos tipos y lo quemaran hasta los cimientos?

Mientras estáis hablando escucháis una voz que viene de fuera:

¡¡Pathfinders!! ¡Sé que estáis dentro! Salid y enfretaos a vuestro destino como las alimañas que sois...

Parece que los que estaban en el piso de arriba han aprovechado vuestras conversaciones preparatorias para bajar usando las ventanas y algún tipo de cuerdas y están en el patio de armas...

Ethelnir palidece ante las palabras de su compañero Lorik.

- Nadie ha dicho que incendiemos hasta los cimientos, solo que les hagamos salir con el humo. No deberías dudar de ...

Al escuchar a los enemigos en el patio de armas, y comprender que perdian el elemento sorpresa, coge sus armas y busca un lugar desde el que poder ver quienes son y donde estan (mirar hacia una ventana sin acercarse necesariamente a ella, y procurando buscar cobertura frente a posibles atacques a distancia).

- Yo subiría antes de salir. - dice Lorik sujetando el espadón en alto y mirando escaleras arriba - Para asegurarnos. No me gustaría que me atraparan por dos flancos.

-¡Vamos!-dice Clarissa, con la ballesta cargada.-¡Por las escaleras!.-

Encabeza la marcha para llegar hasta el piso de arriba, esperando poder acribillar a sus enemigos desde allí.

Ethelnir cierra la marcha, intentando ver que ocurre arriba sin perder de vista las escaleras.

Clarissa sube rápidamente y lo que ve es un pasillo con tres puertas a su izquierda y una a la derecha. Dos de las puertas de la izquierda están abiertas. En estas habitaciones hay un verdadero almacén con provisiones, armas y otros enseres cuya pérdida haría mucho daño a Trollheim.

El resto la seguís y escucháis venir de las ventanas que debe haber en las habitaciones:

¡¡Malditos asesinos, bajad y me cobraré vuestros crímenes con vuestra sangre!!