Partida Rol por web

El elfo agudiza el oido, intentando anticiparse a los problemas previstos por Lorik.

Parece que empezáis a escuchar algo...

No escuchas nada. La sordera no parece que vaya para largo.

Clarissa, con una mueca de dolor, escribió:

-Lorik tiene razón. Esperar sólo nos beneficia a nosotros. Empiezo a escuchar algo.

Harold señaló la hoja de papel, donde Clarissa acaba de escribir, y después se señalo su oído asintiendo con la cabeza.

El elfo murmura.

- Mientras no vuelvan a tocar la campana ...

cojo el papel y vuelvo a escribir rapidamente

Cita:

Suelto un exabrupto y vuelvo a escribir

Cita:

Y sin mas me dirijo a la puerta con intencion de abrirla

Sin esperar más, Grachius abre la puerta que da a la nave principal de la catedral.

Lo que en tiempos fue la zona de feligresía de la catedral de Aroden llena un enorme espacio abierto de techos altísimos, la nave rectangular se abre a una gran sala circular bajo la gran cúpula del edificio.

Por todo el techo de la cúpula hay un fresco que representa la apoteosis de Aroden y su afamada batalla contra el rey brujo Tar Baphon e la Isla del Terror (guiño, guiño). Aunque es intrincado, el perímetro desgastado del fresco y sus colores apagados desvelan la falta de mantenimiento reciente. Una balconada estrecha de madera (a la que da la puerta abierta por Grachius), rodeada por una balaustrada finamente tallada rodea la base de la cúpula y la nave de la catedral. Las tallas representan a hombres desempeñando diversas profesiones mientras que una fina caligrafía corona la cenefa más elevada.

12 metros por debajo, un enorme altar (con el tamaño de un pequeño edificio) se alza justo debajo del cénit de la cúpula. La nave de la catedral se alarga hacia el sur. Unos rayos de luz azul claro se cuelan en este enorme espacio a través de las docenas de ventanas meticulosamente decoradas que se alinean por toda la nave. Iluminan trofeos de todo tipo - desde armas a varitas - colgados de las muchas columnas de la sala.

Pruebas de la gala de anoche así como de la masacre que la interrumpió son obvias: decoraciones con forma de sol recientemente pintadas, mesas con mantelería fina cubiertas de sangre seca, un escenario portátil vacío e igualmente ensangrentado y cadáveres por todo el suelo...

Examino con la mirada la zona.

Una vez terminado el descenso y empezado a oir algo, Harold sacó su arco y observó la zona con detenimiento. Arrugó el rostro con vio las muestras del combate, seguramente la carniceria, que se había desarrollado abajo.

Reviso con la mirada la zona y busco la escalera de bajada

-Esperad, es ilógico que con todo el jaleo que hemos armado no nos estén esperando por aquí cerca, debemos ir con precaución. Puede haber másm trampas 

-Si yo fuera un hobgoblin con una cadena y quisiera sorprender a cinco incautos en una posición comprometida... ¿Dónde me escondería?

Enseguida os dais cuenta de que en la zona del coro hay lo que parecen ser puertas y además, es el lugar lógico para que haya unas escaleras de bajada.

Os ponéis a caminar en esa dirección cuando desde el altar viene aullando lo que parece ser una criatura compuesta por aire. El ser da un golpetazo a Grachius que hace que el hombretón se golpee contra el muro de piedra.

Clarissa retrocedió un paso mientras apuntaba con su ballesta...

-¡Cuidado al disparar!, ¡Grachius, retiraté y le freimos!