Partida Rol por web

Balonger os recuerda la necesidad de ser discretos antes de despedirse de vosotros.

El olor a pescado crudo, sudor rancio y alcohol barato llenan el aire en esta sección de los West Drenches. Las aceras de madera medio rota estan cubiertas de barro, llegando a estar inundadas en algunos puntos. Pequeños edificios de madera se encuentran a lado y lado de estrechos canales en los que fluyen aguas oscuras en su camino hacia el mar. El sonido de negocios concurridos rompen el silencio,a la vez que el ruido de los barcos y marineros del puerto cercano se oyen como un susurro

Un cartel descolorido de un zorro escondido tras su gran cola, marca la localización de the Fox Den. Ventanas con los cristales oscurecidos por la suciedad y el tiempo cubren la fachada principal. Parece que a estas horas el local está cerrado, aunque os parece oír ruido en su interior.

Agatha golpeó con los nudillos en la puerta. Mientras esperaba una reacción preguntó a sus compañeros. Ella sacó una moneda de oro de su exigüa bolsa

-¿Teneis oro? Quizás nos haga falta un pequeño soborno para que nos dejen entrar.

-¿Teneis oro? Quizás nos haga falta un pequeño soborno para que nos dejen entrar.

Nalfeim sonrió ante la pregunta de Agatha. Lo suficiente como para sobornar a un mendigo...si es poco exigente- dijo mientras con una sonrisa sacudía su bolsa.

-Si no abren podríamos echar un vistazo por detrás...Se supone que estos sitios tienen salida trasera, ¿no?

Bueno... es solo por si acaso. Si lo que buscan es conocimiento sobre lo prohibido por la realeza, podemos ofrecer eso. A fin de cuentas, venimos de un lugar prohibido hasta hace bien poco.

Una voz os grita desde el interior

está cerrado

Ante vuestra insistencia, la puerta se abre ligeramente, a través de ella podéis ver a una mujer humana que os dice

En este momento estamos cerrados, ¿a qué se debe vuestra insisténcia?

Un amigo común, al que le gustaría que se cuente lo que otros quieren ocultar, nos ha enviado. Dijo el paladín
Estoy convencido de que podemos ayudarnos mutuamente, y sacar a la luz lo que se ha ocultado.

Somos amigos y venimos de Parte de Balonger- dijo guiñando un ojo.

Asomando un poco la cabeza para ver, disimuladamente, el interior de la puerta. Grunyar añade.

Cierto, y también de Farabellus. Sólo queremos que se sepa la verdad.

Gadrum se queda rerirao mientras el grupo intenta convencer a la señora, pues es conocedor de que su dirección de gentes no es especialmente bueno. Cuando toque intimidar ya será útil, pero ahora prefiere no entorpecer la misión.

Al mencionar a Balinger os manda callar y os hace entrar. Una vez en el interior notáis el calor de un fuego en la chimenea. A su alrededor una mujer Elfa de cierta edad aunque no es una anciana esta sentada en el suelo junto a 9 niños de edades diferentes. La mujer elfa está con los ojos cerrados escuchando como uno de los niños cuenta la historia de Rius Galadeon, un arquitecto y paladín de Shelyn que se alineó en la guerra civil cheliax en contra de la casa Thrune. En este momento el niño evoca un pasaje en el que Galadeon se enfrenta a un demonio barbado. La batalla entre ambos, que hizo estremecer los cimientos del arco de Aroden, termino cuando ambos se precipitaron al fondo del mar. Cuando el niño termina la historia, Mireille le felicita y os saluda con una amplia sonrisa

Sed bienvenidos. Mi nombre es Mireille. ¿En que os puedo ayudar?

Grunyar la observa de arriba abajo y sin pensárselo dos veces responde:

Hola Mireille, somos de la sociedad Pathfinder y venimos en misión. Nos dirigimos a Emberhold, Farebellus nos comento que debíamos ponernos en contacto con Balinger, pero éste nos ha deribado a vos. Tras una pequeña pausa añade. La sociedad quiere que la historia sea escrita lo más fidedignamente posible y es por eso que nos han ordenado que contactemos con Balinger o con vos para que nos actualiceis con los datos de los Davian más recientes.  Grunyar se dirige a todos los asistentes y añade. Seguramente la información que disponemos ha quedado obsoleta tras tres años de desconexión.

El clérigo  queda atónito ante la historia relatada. Nunca había oído contar esta historia, desde luego la labor de esta mujer merece respeto. 

Sed bienvenidos. Mi nombre es Mireille. ¿En que os puedo ayudar?

Nalfeim asiente a las palabras de Gunyar.

-Creo que mi amigo lo ha expresado muy bien. Aunque debo añadir que Balinger nos deribó a vos, con la condición de que os ayudáramos. Mira un momento a sus compañeros buscando confirmación y continua. Se nos dio a entender que quizás tal ayuda iría en la linea de nuestro propósito aquí.

Antes que Mireille os pueda contestar, os das cuenta que un mastín que hay en frente de la chimenea se levanta y va hacia la puerta gruñendo

Ves que se acercan guardias a la casa. Por eso el perro se ha puesto nervioso

Nalfeim se levantó de un salto cuando vio gruñir al enorme perro. Intentando no hacer ruido se dirigió con el mayor sigilo del que era capaz hacia la ventana mientras embrazaba el escudo. Por el culo pelado de Asmodeus, como hecho de menos un arma de verdad. Pensó, buscando con la mirada algo mejor que una daga

Una vez en la puerta se llevo los dedos de la mano libre a la boca pidiendo silencio. Señaló a la mujer y a los niños e indicó la parte trasera de la tienda. Después señaló a Grunyar y Gadrum  indicándoles que se distribuyeran, malditos enanos, uno se puede romper la lengua solo pensando en como suenan sus nombres. Una sonrisa asomaba a su rostro mientras desenvainaba la daga. Imposible saber si era por posibilidad de un combate contra los odiados Chelasianos o por algún pensamiento inadecuado. 

Ahora que parecía mas preparado decidió asomarse a la ventana de la forma menos visible.

Tharan se sitúa entre la puerta y los niños evitando hacer ningún ruido y prepara la daga. 

Agatha vio las reacciones de sus compañeros y se levanto, rauda.

-Hellknights. Este lugar no es seguro, debemos huir. Teneis alguna entrada trasera o alguna via de escape?

Grunyar intenta avisar a todos, especialmente a Nalfeim.

Nalfeim no te acerques a la ventana! Y añade.

Atentos, he visto unos guardias que se acerca, no sé cuantos son pero creo que será mejor que huyamos.

¿Mireille tenéis algún escondite o puerta trasera por donde podamos huir todos?. No creo que los guardias tengan intenciones demasiado amigables.

Nalfeim asintió ante el comentario de Grunyar. Se apartó de la ventana y retirándose con cuidado aguardó a que la mujer les respondiera. Si no hay una salida trasera, estamos en un buen lío....