Partida Rol por web

Feniel solo puede ver la niebla violacea que envuelve los muros de la habitación, por lo demás el lugar está bastante ruinoso, hay una cama abandonada y un par de cubos que mejor no preguntar porque impregnan la sala de un olor desagradable y una mesa derruida con lo que parecen los restos de comida... Claramente el hombre no había salido en días de la habitación.

El susodicho mantiene su postura mientras os escucha sin embargo cuando va contestar notáis como su expresión cambia. Se dibuja una sonrisa feroz en su rostro. A su vez vosotros tres notáis como el brillo violáceo de los muros se alterna de brillo e incluso parece que por un momento se tornan a vides con espinas antes de volver a adoptar la forma de niebla.

- ¿Y creéis que eso os da derecho a entrar en estos terrenos sagrados? Las nueve garras jamás rendirán sus dominios a extranjeros como vosotros...

Acto seguido su gesto vuelve a cambiar otra vez.

- ¡Silencio escoria! Os quemamos a todos y volveré a repetirlo las veces que haga...

Finalmente suelta un grito desgarrado y mira hacia el techo mientras todo la niebla aumenta su intensidad violacea obligándoos a taparos los ojos por un momento.

- ¡BASTA!- su gesto ha perdido todo rastro de orgullo y su mirada es la de un hombre arrepentido y por culpa.- Así que me buscáis. A Maerwald, el que envenena lo que toca. Al que solo trae la muerte y ruina. No sé cuanto tiempo los tendré retenidos. La asaltadora y el soldado, la asaltadora y el soldado, la asaltadora y el soldado, la asaltadora y el soldado...- repite varias veces con la mirada perdida y termina por darse cuenta de que estaba hablando con alguien, así que os devuelve la mirada de manera lastimosa.- Lo que quiero es paz, vine a este lugar llamado por la gloria y solo encontré pena y lamento... Ahora no puedo dormir sin saber si se despertará otro... Esa es la maldición que tengo y que no se puede curar...

Pero eso no importa, el don. Hasta hacía poco creía que era un regalo de los dioses, que fue su voluntad la que me imbuyo de él y que tenía que usarlo para traer paz y calma a los afectados por el alma. Lo que vemos es un resquicio de este mundo, normalmente son simples recuerdos. Algunos lugares están llenos de ellos, siempre son momentos intensos y los recuerdos son peligrosos...- por un momento su mirada parece más centrada mientras os observa a los tres.- Somos vulnerables a los recuerdos, todo el mundo lo es pero los que son como nosotros más... y vosotros también habéis sido afectados como yo. Algo ocurrió que os hizo despertar.- viendo vuestro gesto niega con la cabeza y os corta cualquier respuesta.- No me refiero a vuestro don, si no a recuerdos que no son vuestros. Lugares que sentís como vuestra casa pero que nunca habéis visto. Alguna vida pasada ha recuperado su consciencia y tiene asuntos pendientes... El problema no está en vuestro don, si no en vuestra propia alma...- cuando termina de hablar muestra un gesto de dolor, pero mantiene el gesto.- Pensad, tenéis que tener alguna memoria que no sea vuestra. Y no me refiero a cuando observáis a otro ser vivo, no. Algo que os sea único, que no hubiera nadie más cerca...

Almorranas congeladas, Ekron. Este tipo está corriendo la carrera loca: el que no se cae de culo se cae de boca ¿Voy yo a acabar así?

Y lo dice el tipo que está manteniendo una auto-conversación en su cabeza.

Tengo la cabeza repleta de recuerdos que no son míos: he recordado ser una glanfathana encabronada, un niño al que no le gustaba el potaje de guisantes (en serio ¿Le gusta a alguien?), un verdugo, _{una esclava}, un acólito en un templo de desquiciados... La pregunta es ¿Se puede sacar algo útil de todo eso? - aunque viendo el estado actual de Maerwald tampoco tengo muchas esperanzas - ¿Hay alguna manera de controlarlo? ¿Bloquear la irrupción inoportuna de esos recuerdos? ¿O salir de ellos rápidamente sin dejarse llevar? ¿Sacar algo útil de ellos? Fiordos, hace unos días sabía cómo hacer un nudo de horca. Al llegar aquí he vivido en primera persona parte de la Guerra de la Piedra Rota. Luego esos recuerdos se desvanecen como un sueño y lo único que dejan tras de sí son las tonterías que hayas hecho mientras estabas recordando...

La mujer habia observado las reacciones del hombre preparada para reaccionar de cualquier manera, pues sus formas erráticas evidenciaban lo imprevisible que podía ser. Cuando por fin parecia algo más calmado una horrible idea le enlazó el estómago logrando que sintiera cierta sensación de falta de aire.

¿Habia estado hablando con una visión propia? ¿A eso llegaba un Observador?

- A mi me interesa más saber como ayudarte a ti. Toda maldición puede romperse. Alguna manera habrá - dijo con más confianza que la que sentía.

Ante ese despliegue de personalidad...es, retrocedo un paso por detrás de los demás y me llevo la mano a la frente con desesperación. Menudo ayudante hemos venido a buscar... Aunque es un buen ejemplo de que nos pasará en el futuro si nos quedamos encerrados en un sitio lleno de muertes con una estatua que habla. Aunque lo que dice puede tener más sentido de lo que parece a primera vista.

- Creo que no se refiere a "esos" recuerdos, Ekron. Es decir, el "don" lo tenemos de nacimiento y esto viene porque alguien nos ha metido recuerdos muy fuertes en la cabeza... ¿O algo así? - termino por encogerme de hombros, con una sonrisa no muy convencida de todo esto - Yo el primer recuerdo raro que tengo es el de un mago cerca de un enorme pilar de adra, en las ruinas en las que nos metimos. Pero no sabría decir si ese fue el primero que causó esto... - me froto la cabeza. Pues maldita la gracia que me vayan invadiendo recuerdos. Dejo que mis compañeros pregunten por cómo ayudarnos, cómo ayudarle y todo eso y termino por preguntar yo también aunque sin muchas esperanzas - Y digo yo... Si el adra ayuda a producir más visiones, ¿no hay alguna otra piedra que pueda hacer lo contrario? Estaría bien...

Mira por un momento a Ekron mientras este habla y niega con la cabeza mientras rezonga y hace un gesto desdeñoso con la mano.

- Oyes pero no escuchas... Eres como ellos , acechadora y soldado. Acechadora y soldado, siempre discutiendo.- vuelve a tener los ojos vidriosos y mirando a algún lugar donde no estáis. Luego mira hacia a Morrigan y sonríe con pena ante su clemencia.- Gracias, pero lo mío ya no tiene vuelta atrás... ambos tienen asuntos pendientes y son enfrentados... Acechadora y soldado saltando al cuello del otro. Tantas muertes, ¿y por qué? Por una piedra y un árbol, excusas para matarse y justificar mentiras y falsos odios.- cuando dice eso el brillo de las paredes vuelve a intensificarse a la vez que Maerwald se lleva las manos a la cabeza a la vez que Feniel contesta al noble lo cual consigue atraer la atención del pobre lunático y señala al bardo afirmando- ¡Eso! Pero no ha sido alguien, son recuerdo de una vida pasada. Alguno de los que describís tendrá que ser...

En ese momento Meriel que había estado en silencio escuchando y totalmente ausente del fulgor mortecino de las paredes habla más para vosotros que para el anciano.

- Creo que con la piedra y el árbol se refiere a la Guerra de la Piedra Rota y la su sucesora a los pocos años la de los árboles negros. Quizás esos recuerdos son de sus vidas pasadas, sea como sea si ha tenido dos despertares tan fuertes es un milagro que aún nos vea como somos y no como parte de sus ensoñaciones, deberíais aprovechar y hablarle de lo que os paso en las ruinas...

El hombre mira hacia Meriel un segundo y por un segundo su rostro se vuelve severo.

- ¿Habéis profanado tierra santa?- su gesto vuelve a ser el salvaje de antes a la vez que el brillo mortecino os rodea sin embargo se vuelve atenuar mientras el hombre da dos paso atrás y vuelve a tener la mirada temblorosa cuando sigue hablando.- Si es así y había alguien haciendo un ritual... solo puede ser la llave de Plomo. Secretos e insidia es lo que les motiva y probablemente alguno de ellos es lo que buscáis, nunca andan lejos de la Reina... lejos de la reina...

Le escucho, señor Maerwald - el problema es que no entiendo ni jota de lo que me está diciendo - No se altere, buen hombre. Así que la pista está en alguna de esas vidas pasadas ¿Pero para hacer qué? ¿Qué se supone que debe hacer un Observador?

Me reservo mi opinión sobre el argumento de Meriel. Personalmente no tengo muy claro cómo nos está viendo Maerwald, pero no voy a discutirlo con ella ahora.

"Profanar" implica una falta de respeto hacia el sitio en el que se entra, señor Maerwald. Nosotros entramos en Cilant Lis para refugiarnos de quienes pretendían matarnos ¿No es esa la función del suelo sagrado? ¿Proteger a la gente del mal? Aunque a decir verdad todavía no tengo muy claro qué es lo que pasó allí ¿Quizá deberíamos volver? - la pregunta va dirigida tanto a nuestro curioso interlocutor como a mis compañeros de viaje...

Miro a Meriel con curiosidad y una sonrisa sencilla pero sin llegar a preguntar. Ya hay bastantes cosas que no sé... A lo mejor explica lo de la otra guerra si no le digo nada. Aunque más me llama la atención cuando empieza a retroceder por lo de las ruinas. Si hay alguna personalidad en su cabeza demasiado fanática, tal vez no sea tan buena idea hablarle de eso. Pero si estamos aquí es por no acabar como este hombre. Esta vez algo más serio, asiento a lo que explica Ekron y eso de la Reina me recuerda a algo...

- La Unificadora del Juramento, La Que Fue Reina... - repito, esta vez haciéndome hueco para asomarme por la puerta y hablar mejor con él - ¿Quién es ella? Lo escuché antes de que se produjese... lo que sea que hizo el ritual, y quedáramos inconscientes. Hablaron de la Clave y el Libro pero hasta donde yo recuerdo no he vuelto a tener ninguna visión sobre ellos. ¿Es posible que haya sido cosa de esos de la llave de Plomo? ¿Que nos hayan despertado algún recuerdo... algún alma que no sea la nuestra?

La guerrera, con su acero al resguardo de su vaina, se cruzó de brazos mientras su vista se fijaba intensamente en un punto concreto de la pared. Escuchaba en silencio, hilando ideas, recuerdos. Con el aliento de Meriel de contar la historia decidió enumerar los puntos más importantes pues sus compañeros solo habían dibujado pincelados de lo aconetecido, y para una mente probablemente trastornada como la de aquel hombre, quizás seria insuficiente.

_{- Hace unos dias acampamos cerca de unas ruinas glafathanas -} ¿cuantos dias habían sido? El tiempo habia transcurrido de forma tortuosa para ella y no podía precisarlo con exactitud _{- Nos atacaron los indigenas del lugar, aquellos de los que nos habían prevenido. Pero no sé porque lo hicieron pues no vi a nadie alejarse del campamento que improvisamos -} se dió varios toques pensativa con el indice sobre el labio inferior _{- De repente apareció un viento. Feroz, implacable.. parecia que queria absorvernos hasta el tuetano, pero tal y como dice Ekron, nos refugiamos en una cueva, llena de piedras de adra y con grabados de rituales. Allí nos alcanzó el viento otra vez -} contuvo un escalofrío al recordar la negrura en que la sumió, al recordar la visión. Miró a Feniel

_{- Y fue cuando tuve la primera visión. Si. Ahora me acuerdo. Fue con ese mago que has nombrado antes -} percibió el peso de la tela sobre sus hombros y bajó la vista hasta la prenda un segundo _{- Cogí esta capa de ese lugar... -} ¿había hecho mal? fue su muda pregunta mientras alternaba su mirada sobre cada uno de los presentes

Veis como el hombre os escucha con gesto de esfuerzo, se le ve cansado y al límite pero aún así afirma ante lo que comentáis.

- Woedica...- dice sin más como si todo quedara explicado, y realmente cualquiera con un poco de conocimiento entendía de quién hablaba. La diosa de la ley.¹- Hay un templo suyo en Bahía del desafío, nunca lejos de la Reina...- cada palabra y respiro le costaba horrores.- Un observador no hace, simplemente se es. Vuestra decisión pero cuidado con el despertar... no otra alma sino vida pasada.- es lo último que consigue decir antes de desplomarse de rodillas.

En ese momento la niebla del entorno se vuelve densa y veis como Meriel se asusta a la vez que Legend ladra. Parece que ambos eran conscientes de esta y el como se iba tornando en hiedras espinosas que bloqueaban la entrada del lugar. Al instante Maerwald se levanta con un gesto furioso.

- Caeb, Murmar, Cohen y Dulan. Los cuatro se os declara culpables de traición y seréis ejecutados.- su rosto es puro odio contenido y con un simple gesto de su mano aparecen dos bestias espectrales a su lado. Un oso y un lobo, mientras que el propio anciano empieza a conjurar fuego entre sus dedos...

El lobo ruge y se abalanza sobre Ekron, sin embargo el noble se agacha de manera instintiva y consigue evitar un letal mordisco.

Supongo que decidir dejar de ser un Observador no entra en la ecuación... - es algo que nadie había preguntado directamente pero por preguntar que no quede. Pero por respuesta tenemos a Maerwald con otro viajecito por el interior de ese sonajero que tiene por cabeza y echándonos bichos encima.

¿Por qué siempre tenemos que acabar a guantazos? - retrocedo agachado para dejar espacio a Morrigan y su espada mientras lanzo un pequeño truco que me servirá más adelante (1) - ¡Maerwald, que no somos esos cuatro, maldita sea!...

La joven al ver como las dos bestias se levantan también empieza conjuros fuego y proyecta una rociada de llamas sobre vuestros tres atacantes. Cogiendo a las dos bestias de lleno, sin embargo Maerwald se cobija detrás del oso consiguiendo evitar la mayor parte de las llamas.

Por su parte el viejo loco no duda un segundo y responde el fuego con fuego.

- Os atrevéis a resistiros? Pues arderéis como sus pueblos!!!!

Sin embargo en vez de lanza una rociada que podría alcanzar a su lobo el proyecta una esfera llameante que explosiona alrededor de todos. La mayoría la veis venir y conseguir evitar gran parte de su daño. Sin embargo a Morrigan le golpea de lleno.

El oso luego de tanto fuego parece haberle cogido tierra al elemento pues se lanza sobre el llameanto bardo consiguiendo darle un fuerte mordisco, afortunadamente para nuestro fogoso casanova, este consigue apartarse antes de que la bestia acabe con el trabajo con un poderoso zarpazo.

Por lo menos tenemos un nuevo destino al que ir. Pienso antes de que el loco de Maerwald se vuelva completamente en el loco. ¡Ahora con mascotas! Retrocedo sorprendido ante la bola de llamas, pero no tan sorprendido como el mordisco del lobo que no consigue tirarme al suelo por pura suerte. 

- ¡Traición la que te acabas de marcar, gracioso! - le grito al mago, apartándome del mordisco del lobo para preparar mi conjuro. 

Más alimentado por mis propias llamas que por las que me ha lanzado antes, mis ojos refulgen con una brillante luz amarillenta al mismo tiempo que mi pelo de llamas se alza despeinado. Extiendo las manos hacia delante y con el lobo a bocajarro, suelto un reguero de llamas bastante más débil que el de Maerwald. Como veo que esto no ha sido suficiente, en cuanto termina el chorro y aún con restos de fuego, hago un pequeño baile con los brazos, aprovechando para saltar hacia atrás y soltar una voluta de destellos de fuego alrededor de nuestro grupo. 

- Todos tuyos, Morrigan. Y tranquila, que no vas a perder estilo. - digo con una sonrisa a la divina, haciéndole una reverencia y dejando suyo el paso a la puerta.

El fuego del bardo atrapa por completo al lobo, el cual ya se le nota cierta mella en su pelaje, sin embargo tanto Maerwald como el oso consiguen evitar gran parte del ataque y apenas reciben un quemazón de refilón.

- ¡No! - aquel grito impotente y frustrado rasgó la garganta de Morrigan al ver como se descontrolaba todo. No quería que aquello acabara así. Quería ayudarlo, porque quizás ayudarlo significaría que habría salvación para ellos también. Tuvo que darse por vencida y asumir que era el ciclo de la vida. Maerwald ya solo sufría en su locura y lo mejor era que consiguiera la paz eterna. Mientras pensaba en todo aquello su respiración se iba acompasando mientras empuñaba su arma y fue cuando recibió aquel ardiente impacto.

Centrándose en su objetivo y en ignorar el dolor y las heridas que ahora la embargaban, avanzó al ver como sus compañeros le dejaban vía libre. Lo hizo de forma decidida aunque sus ojos brillaban con algo de humedad y descargó su acero con precisión

El enloquecido observador detiene lo que probablemente sería su siguiente conjuro cuando la divina se abalanza sobre él. El hombre intenta apartarse pero la guerrera es más rápida y consigue hacer una herida en el pecho del hombre.

El lobo al ver a su amo atacado no duda y se gira hacia Morrigan mordiéndole la pierna con ahínco e intentanto desestabilizarla. No obstante la guerrera mantiene la postura sin dejarse derribar.

No quería tener que hacer esto pero Maerwald no nos ha dejado otra opción. Reúno la mayor cantidad de energía arcana que soy capaz de manipular y lanzo sendos orbes de frío congelante hacia el enloquecido Observador y el oso que ha invocado...