Partida Rol por web

¡Amanece un nuevo día en Costa Zafiro! Pero este no es un día cualquiera, sabías que era el principio de un camino que estabas deseando de comenzar. Ya tienes doce años y eso implicaba que tenías la edad suficiente para poder iniciar tus primeros pasos como entrenador pokémon. Actualmente te encuentras en la calidez de tu hogar, tus padres te están esperando en el piso de abajo, parece que tienen algo que decirte...

Pudiste ver a tu madre claramente emocionada

- ¡Buenos días cielo! - comentó, enérgica como siempre

- Hoy es tu gran día ¡Si! -

Tu padre se encontraba sentado en la mesa del comedor, en ella había una mochila de cuero que sujetaba con fuerza.

- Vamos querida, no te pongas así que vas a poner más nervioso al chaval - dijo intentando calmar a tu madre.

- Baja hijo, estábamos ansiosos de que llegara este día, aunque creo que tu madre está más nerviosa que tu y yo juntos - probablemente llevase razón

- Siéntate y cuéntanos ¿cómo te sientes? -

 Después de sentarme, como me pidió mi padre, respondí muy tranquilo, más de lo que pensaba:

 - Estoy bien, ansioso, como era de esperar, pero bien, ¿y vosotros?. ¿Como lleváis lo de mi marcha?.

- Lo llevamos bien hijo - comentó tu padre

- Sé que llevas en la sangre el ansia por conocer mundo y ser un gran entrenador, tu madre parece que es la que le cuesta más tiempo asimilarlo, aunque lleva la penitencia por dentro - dijo algo burlón.

Tu madre sonrió al verte, con tantas energías e ilusiones.

- ¿Sabes? a tu edad hubiera deseado estar en tu situación, cumplir la edad y salir a descubrir mundo, sin embargo tu abuelo jamás me lo permitió, era demasiado anticuado y no veía bien que las chicas se dedicaran a ir solas por las rutas, por eso no vamos a cometer el mismo error - dijo orgullosa de sus palabras

- Mientras comes, hay algo que debo explicarte, así que coge lo que ha preparado tu madre en la cocina y escúchame atentamente - tras decir aquello parece que sacó algo de la cartera de cuero.

- Quiero que te quedes esta mochila, la necesitarás para tu viaje, pero además no solo eso - después sacó de su interior dos pokéball

- Un entrenador no se ha completado hasta que no ha cazado a su primer pokémon, sé que eres un digno miembro de esta familia y que sabrás qué hacer con ellas - las dejó encima de la mesa, eran relucientes y dispuestas a ser entrenadas.

- También tengo que hacerte entrega de esto... - tu madre sacó de otro bolsillo de la mochila una pequeña bolsa de cuero.

- En su interior hay Irisinas, como sabrás decidieron no usar la moneda nacional, los pokedólares, para así forzar a todos los habitantes a comenzar de cero, quiero que te quedes este dinero para que puedas afrontar tus necesidades como entrenador - si rebuscas la bolsa encontrarás que hay 6 Irisinas en total.

- Debes recordar que esta moneda deberás emplearla sabiamente, si ganas un combate contra otro entrenador, éste deberá darte una moneda, y si pierdes deberás hacer tú lo mismo - te explicó con calma

- Además, sin estas monedas es imposible que puedas pagar tu derecho a enfrentarte a un líder de gimnasio, así que procura no quedarte sin monedas o tu camino como entrenador habrá llegado a su fin y deberás volver a casa - aquellas palabras eran algo duras, pero intentó transmitirte la realidad de la situación.

- ¿Hay algo en lo que podamos ayudarte, hijo mío? -

 - No, creo que estoy listo... Salvo por el detalle de que no se cual va a ser mi primer Pokémon. Entenderlo, el vínculo entre un entrenador y su primer Pokémon es muy importante y por eso creo que el mío debes de ser especial, un reflejo de mí mismo... Por eso debo de elegir con cuidado a cual capturar...

- Así se habla hijo - comentó tu madre bastante conforme con tus palabras.

- Elige bien a tu pokémon, estoy seguro que sabrás criarlo con cariño y dedicación al igual que nosotros lo hicimos contigo -

- Cielo... no le digas esas cosas al niño que se va a creer que lo comparamos con un Pokémon... - comentó tu padre mientras se llevaba las manos a la frente

 - Está bien, no voy a aburrirte más con mi charla, pero entiende que no quiero que sufras problemas por el desconocimiento, pero a quién pretendo engañar, eres un chico listo y vas a poder con todo - después de aquello se levantó de la silla, te entregó el resto de tus pertenencias y te acompañó a la puerta

- Hijo mío, te deseo la mejor de las suertes, piensa bien todo lo que haces, no cometas locuras y elige bien tus amistades, y por favor, no olvides que este es tu hogar y podrás volver siempre que quieras - las últimas palabras de tu padre sonaron más emotivas, estaca "casi" emocionándose al verte partir...

Dicho aquello, ambos se despidieron de ti, no sin antes recibir unos 10-12 besos por parte de tu madre.

 Decido ir primero al Centro Pokémon de Costa Zafiro, para buscar consejo de los expertos que allí hay, para encontrar y capturar al Pokémon más apropiado para mí...

 Después de despedirme de mis padres, marcho en dirección al edificio...

Sin demasiados problemas llegaste al centro pokémon de Costa Zafiro. Allí fuiste atendido rápidamente por una enfermera que se encontraba tras el mostrador.

- Bienvenido al centro pokémon caballero ¿en qué puedo ayudarle? - dijo la mujer totalmente servicial y sonriente

 Le dediqué una sonrisa tímida:

 - Verá, voy a empezar mi viaje Pokémon y me gustaría que me dieran algunos consejos de como elegir y capturar mi primer Pokémon, por favor...

La enfermera te sonrió

- Bueno, yo no soy una experta puedo puedo darte algunos consejos si te sirven de ayuda - aquella muchacha estaba muy dispuesta a echarte una mano

- Sobre cual elegir, eso es algo demasiado personal, es como la amistad, nadie puede decirte quién puede ser tu mejor amigo, primero debes conocerlo y saber si es compatible con lo que buscas - intentó explicarse lo mejor posible

- Y claro, no sé si tendrás, pero deberías hacerte con alguna pokéball, simplemente lánzala cerca del pokémon, pero por favor, intenta que la bola no le impacte directamente ya que podrías dañarlo y eso no lo queremos, después tan solo tendrás que esperar a que el cierre hermético te indique que la captura ha tenido éxito ¿te he servido de ayuda? -

 - Bueno, creo que si. - Le respondí sonrojado por la belleza de la enfermera. - ¿Y que Pokémos hay en la zona?. Me gustaría capturar uno raro que fuera exclusivo de aquí...

La enfermera gustosa siguió respondiendo a tus preguntas

- Bueno... exclusivo exclusivo no hay nada... a no ser... aunque claro, son leyendas. Pero se dice que existe un lugar en toda la Isla Iris donde se esconden los pokémon de las mitologías y las especies más raras, para así protegerse de los humanos, sin embargo creo que es más fantasía que realidad. Por desgracia no sé nada más al respecto - la enfermera parecía algo apurada

 Le dediqué una sonrisa seductora a la enfermera:

 - ¿Y como podría llegar a ese lugar, por favor?.

La enfermera sentía no poder ser de más ayuda

- Por desgracia no lo sé, ya te cuento que son leyendas o historias que se rumorean por toda la isla, perfectamente puede ser falso, por eso no puedo ayudarte mas - hizo una leve reverencia a modo de disculpa

- ¿Hay algo más que pueda hacer por ti? -