Partida Rol por web

Un nuevo pensamiento toma forma en su mente.

¿"Lo que fuera"? ¿Qué estarías dispuesta a hacer por ella? ¿Hasta dónde llegarías?

No es suyo, no es la voz de Astrid, no son sus palabras, porque de hecho no son más que conceptos inarticulados, ideas ajenas, pero no puede sacárselo de la cabeza.

Mi vida...por la de ella, pensó con terrible sencillez.

No hay nadie que pueda asentir y, sin embargo, Astrid siente como si alguien hubiera hecho un gesto de asentimiento.

... ¿Y los otros? ¿El hoothoot? ¿El hoppip? ¿El bulbasaur? ¿El chico?

No son palabras, son imágenes en la mente de Astrid, cada una con la fuerza de un relámpago a cámara lenta: un hoothoot, pero es un hoothoot concreto.

Ella no lo conoce, pero de alguna forma sabe que no se trata del concepto de un hoothoot genérico, sino de ese hoothoot específico, al que no le gusta tener que aguantar a ese hoppip llorica, porque en el fondo considera que él es muy fuerte y le hubiese gustado que lo capturara un entrenador mejor, aunque en realidad no puede evitar que le haga reír...

Un hoppip, pero tampoco es cualquier hoppip, porque aunque sea miedoso y el hoothoot le regañe, está deseando vivir aventuras...

Un bulbasaur, y Astrid sabe que se trata del bulbasaur que está con ella en esa misma habitación, inconsciente. Un bulbasaur con oscuridad en el corazón... que de alguna forma se ha aferrado a esa oscuridad, que es lo único que conoce, para transformarla en lealtad, que es lo más parecido al amor que tiene.

Un chico, uno concreto, y Astrid puede verlo en su mente y a través de sus ojos. Un chico que, como el bulbasaur, se aferra a sus experiencias, a su dolor, a su visión de la vida... Sin creer en nada y a la vez buscando... ¿Venganza? ¿Poder? ¿O...?

En el cénit empieza la noche, en el corazón del invierno se esconde la semilla de la primavera.

E igual que sintiera el asentimiento, Astrid sabe que de ella se espera una respuesta.

¿Que puedo hacer? Por supuesto que también siento pena por esos pokemon...y sobre ese chico...¿que puedo decir? Mentiría si digo que no siento mucho coraje con él, voló a sus propios amigos sin una razón mas que hacerle daño a Iriasvyel...lo mínimo que merece es la carcel. Pero mas que como castigo, quizá como, una forma de que entienda lo terrible de su actuar y quizá cambie su actitud. Pero primero debería llevarlo a un hospital...

Astrid de momento se convenció de que entre las cosas que estaban a punto de romperse en su cabeza, la primera de ellas fue su cordura.

Por supuesto, que en todo lo malo hay algo bueno. Yo creo que aún puede redimirse pero...me costará mucho perdonar que haya hecho algo tan cruel a sus propios amigos, y a Iri. Esos pokemon tampoco merecían esto.

No entiendo tu sentido de la justicia. Pero en la mente de Astrid queda claro que el significado es: La justicia humana es algo que no puedo comprender.

Tras un parpadeo, tras un simple giro de cabeza, Celebi vuelve a estar junto a ella, inclinado sobre Shiert, observándolo sin llegar a rozarlo, aleteando tranquilamente como si llevase allí todo el tiempo.

-Es que...no quiero ser como él -dijo, demostarndo que aún no se habia quebrado.

-¿Detuviste el tren verdad? Gracias... -Luego pregunto, curiosa. -¿Que seria lo justo desde tu punto de vista? La verdad...yo creo que se merece un buen escarmiento, pero tampoco quiero que se muera.

¿Tren? ¿Qué es un tren? La conciencia de Celebi se introduce en la de Astrid, la chica puede sentirlo tanteando en sus recuerdos con delicadeza. Oh... 

-¡Biiii! -Exclama alegremente al encontrar el concepto asociado a la palabra "tren", aunque en la mente de Astrid resuena como un "Oh..." de comprensión.

Celebi revolotea por la habitación con sus pequeñas alitas translúcidas, de una forma algo errática.

"Lo justo"... La pregunta de Astrid resuena en su mente con su propia voz. La justicia... Se queda flotando cabeza abajo. Si tu cuerpo sufre demasiado daño, mueres. Y por la mente de Astrid pasan, como un relámpago, mil y una formas de morir, a cada cual más vívida y terrible, que casi puede sentir en su propia piel, pero esa información solo pasa por ella durante una milésima de segundo. Si mueres, vuelves a la tierra. De la tierra nace otro ser. Eso es la justicia. Si realizas una acción, tiene unas consecuencias. Este pensamiento lleva otros implícitos: Si realizas una acción, tienes que asumir sus consecuencias. Si se trata de un error fatal, mueres. Una breve pausa. El hilo de pensamientos continúa por otro lado. Das lo que recibes. Esto también lleva más pensamientos implícitos, que se desparraman por la mente de Astrid rápidamente como las florecientes ramas de un árbol: "una vida por otra vida", "la sangre se paga con sangre", "un don se agradece con un don", "el que siembra dolor recoge dolor"... Eso es lo justo. Pero lo justo no tiene por qué ser siempre lo mejor... ¿no?

Se da la vuelta, quedando frente a Astrid y mirándola con sus enormes ojos azules, tan profundos y antiguos como el infinito mismo. Sonríe dulcemente y por su aspecto y su expresión recuerda a un niño, pero los conceptos que aparecen en la mente de Astrid son tan sólidos e implacables como si los dijera un venerable anciano:

Elige. ¿Justicia o compasión?

Astrid se quedó atontada unos momentos, la explicación que había recibido simplemente no le parecía refutable, todo tenía una lógica perfecta.

¡Por supuesto que com...!

Pero no pudo completarla, necesitó pensar. Por supuesto que de los que se habían ido surgian cosas, y que nuestras decisiones nos llevaban a una cosa u otra...¿su decisión de ser amistosa allá en su pueblo había sido mala y había desencadenado eso? Pero eso no había sido decisión de Iri, sin embargo ella había pagado las consecuencias, y esos dos pokemon atrapados en la explosión también.

Para ella, lo que había hecho el chico era imperdonable. Simplemente era algo que desde su punto de vista merecía ser extirpado, por el bien de cualquier otra criatura viviente que pudiese estar cerca. 

Se cubrió la cara.

Temo que aunque me compadezca de de este congenere mio siga atormentando otros pokemon mas adelante. Pero también creo que los pokemon que lo acompañaban no merecian eso.

Pero...¿eso me convierte en una horrible persona no es así?

Creo que tu justicia es impecable. Entonces, incluso con una segunda oportunidad, si uno sigue inflingiendo dolor terminará tarde o temprano en un error fatal. En esta ocasión, tomaré la compasión. Desde que tengo recuerdos he trabajado para darle una segunda oportunidad a los pokemon que la necesiten. Esta no será la excepción...la extiendo también con este chico pero...una gran parte de mi teme lo que pueda llegar a pasar de dejarlo suelto por el mundo.

Celebi asiente, aún con una sonrisa tranquila. Luego, repentinamente, inclina su cabecita a un lado y cierra los ojos en un gesto de alegría y su sonrisa se hace más ancha.

-¡Bii!

Al abrir los ojos repara en Shuichi:

-¡Biiii :)! -Exclama, apoyando una mano en la cabecita del shuckle.

-¡Kuu ^o^! -Responde este. Claramente se están diciendo algo, pero esta vez los pensamientos no llegan a la mente de Astrid. Parece que Celebi se alegra de ver bien a Shuichi.

Tras esto, el pequeño pokémon verde recoge las tres balls rotas con delicadeza entre sus brazos y cierra los ojos. Las balls brillan con un cálido resplandor por un momento y luego... no ocurre nada. Celebi abre los ojos, aunque su mirada está algo perdida.

No puedo abrir estos aparatos humanos. No los entiendo. Pero sus almas están dentro. Casi se habían extinguido, pero... las he traído de vuelta. Al recibir estos pensamientos en su mente, Astrid cae en la cuenta de que el concepto al que se refiere Celebi al hablar de las almas de los pokémon es lo mismo que el rayo rojo de energía en el que se transforman los pokémon al entrar en las balls.

A continuación se dirige hacia donde están el bulbasaur y Shiert y empieza a brillar, de forma similar a como lo hiciera la vez anterior en el Centro de Voluntarios con Shuichi. Es una luz cálida y verdosa, como si de repente el sol hubiera entrado en el desvencijado edificio, pero no el aplastante sol del verano que hay afuera, sino un sol más amable, primaveral, que se filtrara entre las hojas de los árboles del bosque.

Astrid puede ver cómo los dos cuerpos inconscientes recuperan la energía, casi puede ver la vida fluyendo a través de ellos como la savia de un árbol verde y nuevo.

Al poco, el bulbasaur abre los ojos, parpadeando confuso.

-¡Biiiii!

Celebi revolotea alegremente sobre las cabezas de los ocupantes de la habitación.

Aquella voz era tan extraña tan dulce y aterradora al mismo tiempo, pensaba que era la voz que me guiaba hacia el final hasta que me pregunto todo aquello... mi deseo, ¿por que le abria respondido aquello?... estaba claro, por que era la pura verdad, no deseaba ni vivir ni morir aquello me daba exactamente lo mismo deseaba solo y exclusivamente ver si realmente Astrid era la luz que habia buscado o habia caido en una oscuridad tan facilmente como me parecia.

Y entonces abri los ojos y alli estaba frente a mi Celebi, solo habia visto imagenes suyas en libros y grabados pero era facil de reconocer no cambia duda, el Pokemon de la leyenda, el en teoria señor de la naturaleza y viajante del tiempo Celebi, sentia mi cuerpo recuperado y tan calido y extraño que no parecia realmente el mio.

Pero no estaba solo en la sala con Celebi había alguien mas, Astrid estaba allí con migo no me habia matado y eso me hacia sentir demasiado confuso el mundo ahora mismo no era blanco o negro como siempre lo habia sido en mi cabeza y solo habia algo que yo pudiera decir en aquel estado.

- ¿Por que? Dime Astrid ¿por que me has salvado?, pudiste matarme facilmente estaba fuera de combate y celebi me abria dejado morir si tu lo deseabas, ¿por que? - yo ni tan siquiera me moví del suelo, no hice mas movimiento que el de mi boca no atacaria a Celebi ni tampoco a Astrid ni a nadie, solo me quedaria alli esperando la respuesta.

Astrid tomó las tres balls de vuelta en sus manos.

-No te los mereces. -sentenció- Pero ellos te extrañarían probablemente. Y creo que incluso alguien como tu puede enderezarse si tiene la oportunidad.

Enseñó las dos balls que pertenecían a los pokemon de aquel.

-Lo que hiciste con tus propios compañeros e Iri fue horrendo. No tengo nada mas que decir a eso, y no te he perdonado por ello ni pienso hacerlo.

En ningun momento lo miró directamente. Sacó a Elekid de nuevo y Fearow de sus balls y se quedó unos momentos lejos revisando la mochila que había dejado tirada por ahí. Luego freno uno a uno delante de los pokemon presentes.

-Toma Shuichi, te esforzaste mucho. Esto es un caramelo furia, a mi me encantan.

-También hay uno para ti Elekid, gracias por prestarme tu fuerza.

Al acercarse a Fearrow le volvió a acariciar con cariño el costado de la cabeza.

-Las bayas que tengo ahora mismo y los caramelos son demasiado duros para tu pico. Pero mira, estas galletas son muy buenas. Dame un segundo...-partió una galleta de un paquete en trozos mas pequeños y se los fue dando uno por uno con paciencia- Avisa si quieres mas....imagino que ya querrás volver al centro a descansar, ¿verdad?

A bulbasaur no se acercó del todo, pero desenvolvió un caramelo furia y lo dejó a un metro de él.

-Lamento haberte golpeado, se que no es compensación en absoluto pero seguramente tu también quieras probar algo dulce. Si no lo quieres esta bien.

Y finalmente se acercó a Celebi.

-Te lo agradezco muchisimo. Me siento muy honrada de haberte podido ver dos veces y de que me hayas ayudado. Se que es una tontería pero también eres un pokemon. ¿Ya has probado los dulces de los humanos? -dijo dejandole tendido un caramelo furia- Me gustaría saber si hay algo que pueda hacer para devolverte aunque sea un poco de toda tu ayuda.

Finalmente se quedó mirando la ball de Iri tras llevarse ella misma una piruleta nueva a la boca, y suspiró como si la relajara un poco esto.

- No tenia intención de destruir ni a Iri ni a mis pequeños realmente pensaba cumplir mi promesa y devolvertelo en 3 dias - no era mentira realmente pensaba llevarle a Iri de vuelta a su casa en 3 dias tal y como le habia dicho pero se adelanto persiguiendome y tenia la esperanza de que eso significase que era tan oscura como yo creia, por desgracia me equivoque - Pero te negaste a entrar y escuchar lo que tenia que decir y cumplí lo que te dije -

Seguia tirado en el suelo sin levantarme - Puedes comer lo que te a dado Bulbasaur - le dije con tramquilidad, sabia bien que si yo no le daba esa orden el jamas se acercaria a lo que fuera que le ofrecia, era curioso que aquel Pokemon que una vez casi me mato ahora era tambien el compañero mas leal que tenia.

- Si te dijera Astrid que existe una manera de recuperar a Iri ¿estarias dispuesta a ello? - seguramente Celebi podria ayudarla pero habia otra forma de acerlo si el Pokemon no acedia a concederle ese deseo, seria complicado y tendria que pedir tantos favores a mis superiores que no estaba seguro de si seria posible, pero no era la primera vez que les habia visto lograr algo como eso.

Shu acepta el caramelo agradecido. Se siente algo mal por no haber sido de más ayuda, así que realmente le conmueve que ella se lo agradezca igual.

-¡Gfuuu! -Exclama con el caramelo, que es la mitad de grande que su cabeza, en la boca. Claramente su intención es expresar algo así como "¡La próxima vez lo haré mejor, ya verás!".

El elekid engulle el caramelo con avidez. Parece bastante satisfecho de la demostración de fuerza que ha hecho, aunque también ha pasado miedo.

El fearow, por su parte, acepta que lo alimenten como a un inválido, pero se las apaña para mantener su actitud orgullosa y seguir pareciendo muy digno mientras Astrid le mete los pedacitos en la boca. O al menos, se esfuerza mucho por conseguirlo. Tiene el pico partido, pero su carácter no se quiebra tan fácilmente.

El bulbasaur, sin embargo, observa el caramelo indeciso y no se acerca a él hasta que Shiert se lo indica. Entonces se aproxima a él, reticente, lo huele y lo chupa un poco comprobando que, efectivamente, está dulce, pero no se lo come. En su lugar mira a Astrid a los ojos y emite el característico sonido* de estos pokémon, con aplomo, como si quisiera decirle algo.

-Graau... -Parece sorprendido o extrañado, pero no enfadado ni arisco. Enseguida se da cuenta de que ella no puede entenderlo, así que mira a Celebi con un gesto como de encogimiento de hombros y se pone a chupar el caramelo, pero sin dejar de mirar a Astrid.

Celebi acepta el caramelo de la chica sin reservas. Aunque puede verse en su cara que nunca lo ha probado, parece ser un gran descubrimiento para él. Parece muy contento. Ante la pregunta de la chica se encoge de hombros.

-¡Biii! ^^. -Astrid siente... sabe que tiene una deuda con el pokémon, aunque no está segura de si esa idea ha venido de sí misma o de Celebi. Quizá sea lo que él espera, quizá simplemente sea lo más razonable, lo más... justo.

Cuando se termina el caramelo, Celebi se dirige hacia la ventana, pero conforme se marcha, tanto Astrid como Shiert pueden percibir unos pensamientos:

Por cierto... Bulbasaur está impresionado porque tú... Astrid... Es el concepto, la identidad de la muchacha -al igual que de todo el resto de elementos- la que aparece en sus mentes, los nombres y pronombres son solo sonidos que él no puede pronunciar para Celebi ...te has mostrado amistosa con él aunque él te ha atacado... Le recuerdas a Shiert.

Tras esto, sale por la ventana y solo pueden percibir un último pensamiento más.

Shiert, un amigo se acerca.

Menos de un minuto después, el pidgeotto de Shiert entra por la ventana rota, aleteando sorprendido ante la escena de destrucción que se muestra ante él.

-Pues no vuelvas a hacerlo. No tenías ninguna razon para robarme a Iri, y si vas a andar haciendo explotar pokemon porque te den un golpe cuando te comportas como un idiota y lo tienes bien merecido... -lo miró con enfado durante unos instantes. y luego le prestó atención a Celebi. No se le escapó el comentario, pero no dijo nada.

-No se que estas pensando pero se me había ocurrido algo aunque no se si sea opción.

La verdad luego del episodio, Astrid tenía ganas de irse bien lejos y no volver a toparse con el chico, evidentemente y para su disgusto no había cambiado ni un poco.

-Supongo que estos dos pokemón no te interesan -comentó refiriendose a los que estaban en sus balls- intentaré sacarlos de ahí también. Sinceramente me asusta dejarte en las manos algun pokemon, de ser por mi los liberaría a todos, pero este en particular parece que te tiene cierto aprecio...pobrecillo.

Se acercó a ver por la ventana, evidentemente no había rastro de Celebi ya. Esperó unos cuantos momentos para dejar que los demas terminaran de comer o bien, simplemente degustaran algo mas el dulce. Mientras le quitó el polvo a su mochila, se la echó al hombro y echó un vistazo por si se le había olvidado algo, y guardó la ball de Iri.

Aún hay esperanza.

- Tenia que hacerlo Astrid, necesitaba comprobar algo aunque jamas puedas entenderlo - yo mismo no alcanzaba a entenderlo por que habia tenido demasiadas oportunidades de matarla, incluso alli mismo cuando me ataco podria haber opuesto una verdadera resistencia y haber acabado en una lucha a muerte pero no lo hice.

- Y te confundes si me importan esos Pokemon - que no me levantase no implicaba que no me importaran en absoluto mis pokemon solo que no queria parecerla agresivo o darle la impresión de que volveria atacarla, solo pretendia qudarme quieto para poder hablar 5 minutos con ella sin que todo volviera a empezar.

- Puedo salvarles igual que puedo devolverte a Iri, no confias en mi eso lo tengo muy claro pero puedo devolverte a Iri si es que estas dispuesta a dejarla unos días conmigo - tenia clara su respuesta que seria un claro y evidente no y seguramente que se enfadaria y trataria de volver atacarme, pero ahora mismo le estaba dando su mejor salida y lo hacia con buena voluntad podia devolverle a su Pokemon sin duda, pero lo que jamas podria hacer era llevarla hasta el lugar donde tendria que ir para ello por que si lo hiciera no serian tan piadosos como yo y dudaba que saliera de alli con vida, pero claro explicarle so seria inutil así que si me rechazaba bueno al menos lo abria intentado esperaba que entendiera eso.

Celebi se habia marchado de la casa y en mi cabeza yo le di las gracias por todo... era curioso si se enteraan de que abia estado en presencia de celebi y que no habia hecho absolutamente nada por atraparle de seguro me matarian... en fin suponia que tendria que lidiar con eso si llegaba el caso, de momento extendi el brazo comprendiendo lo que Celebi queria decir sobre un amigo.

- Hola pequeño - dije dejando que se posara en mi ante brazo aunque de seguro que le extrañaria que estuviera tirado en el suelo - hiciste un gran trabajo -

-De hecho, suena bastante como el mismo cuento que me dijiste al comienzo, no voy a darte a Iri, y espero que entiendas que si antes tenía razones, ahora las tengo de sobra contando que confié en ti y solo me robaste. Mejor tu dame tu numero de gear y yo buscaré una salida, luego te enviaré a tus pokemon cuando puedan ser extraídos de la ball. Y sinceramente no puedo imaginarme que es tan importante de comprobar como para hacer eso, pero espero que te haya sido de provecho. -la ultima oración tomó un tono de amargo resentimiento, y añadió en tono severo- De veras, no vuelvas a hacerlo, o la proxima vez será justicia.

Ah si, podia querer lo mejor pero tampoco iba a dejar que le tomaran de tonta demasiado, y con una vez de eso le había bastado y sobrado. Miró a sus pokemon.

-Nos vamos, ¿listos?

La verdad es que seria justo dejar que se llevase a esos Pokemon, pero por desgracia no pdoai permitirlo por que en realidad pertenecian a otra persona y era mi responsabilidad volverlos a la vida o no y no de ella y era yo quien tenia que encargarme de darselos a su entrenador y no ella y mucho menos dejar que la acusaran de robo.

- Temo que esos Pokemon no puedes llevartelos, no quiero empezar otra pelea o discusión solo te pedire por favor que los dejes conmigo son mi responsabilidad ante todo y no tuya y es obligación mia hacer con ellos lo que debo, ahora repito que no quiero pelear mas ni discutir solo te lo pido por las buenas y sin ninguna mal intención pero tengo que avisarte que quedarte con ellos te traera problemas y no por mi parte, tengo que darle esos Pokemon a otra persona -

Esperaba que no se lo tomara como amenaza ya que de verdad no lo era.

Se encogió de hombros y se los tendió sin decir nada. Se sintió relativamente mal por ese par porque sinceramente que los estaba mandando al muere, pero intento dar el beneficio de la duda.

Devolvió a elekid a su ball y tomó a Shuichi de nuevo.

-A volar, Fearow.

No me moví del suelo hasta que Astrid no se marcho del lugar, podria haberse llevado las Pokeballs y yo no abria hecho nada por impedirselo pero realmente lo hacia para protegerla, esos Pokemon eran robados y seguramente el entrenador abria presentado una denuncia si alguien los veia en su poder pensarian que era la ladrona y dudaba mucho que dar mi descripción o nombre sirviera de algo para librarse de la condena, podia parece injusto por mi parte pero le salvaba aunque no me creyese.

En cuanto salio volando me levante del suelo y acaricie la cabeza de mis Pokemon agradeciendo su esfuerzo, era curioso por que solo hacia eso cuando habian hecho algo realmente bien y aquel dia habiamos perdido, pero no me importaba, lo peor de todo era que tenia trabajo pendiente y ahora tenia que cambiar mis planes de forma estrepitosa y acelerada... no me gustaba pero bueno.

Mire mi Nevgear y lo investigue para averiguar si Astrid lo habia pinchado o le habia puesto alguna clase de dispositivo para saber donde me movia o cualquier cosa, si tenia claro que era seguro usarlo llamaria a mi jefa para pedirle un par de cosas si no antes tendria que hacerme con uno nuevo.