Partida Rol por web

¡Y encima el cojo de las narices se pone sarcástico! Pues no he sido yo la que ha dejado el camino para ver si encontraba un Pokémon gigante, estúpido y malvado. Debo dejar pasar un poco de mí a Kate Manson. Necesito sobrevivir para poder entregar ése ordenador. Y por Charmander, Charmander me necesita...y está tirando de mí para que nos alejemos. Mira, Doc, aquí tengo un bebé que es bastante más listo que tú.

- Te sigo, criatura - le susurro sonriente -. Confío en tí

Los Pokémon tienen instinto, y yo no conozco bien esta zona. Será lo más inteligente.

Entre tropiezos y carreras intermitentes, os alejáis de la zona oyendo los rugidos del pokémon que queda atrás. Sin resuello, llegáis de nuevo al camino trazado con vuestros corazones palpitando aceleradamente. Este encuentro fortuito os recuerda que los pokémon salvajes no pueden ser subestimados y que las rutas trazadas fueron creadas para salvaguardar la integridad de los viajeros.

Me encaro con Doc en cuanto me siento relativamente a salvo. Hablo con una dureza que no es precisamente propia de una granjera provinciana, pero es que estoy realmente furiosa. Podían habernos matado a todos, joder.

- ¿Se puede saber qué ha sido eso, Mahler? ¿A quién se le ocurre separarse y meterse con un Tyranitar? - entonces una lucecilla maligna en mi cabeza me hace añadir: - ¿O es que querías fisgar en el ordenador?

"Dime de qué presumes..."

Rebotando en los hombros de Mark, preguntándome cómo podía ir tan deprisa con una pierna chunga, por unos momentos me olvidé de que estábamos huyendo de un enorme bicho cabreado y me sentía como en un carrusel, o más bien una montaña rusa. Aunque siendo sincera, nunca me había subido en una, pero las había visto de lejos y parecían divertidas.

Cuándo la chica se acercó enfadada a Mark, me acomodé en la cabeza del soldado para poder encararme a la entrenadora. Entre la altura de Mark y que yo estaba una cabeza más arriba, tuve que inclinarme para poder mirarle a la cara y no a la coronilla.

- ¡No digas tonterías! Mark no haría algo así. Lo del ordenador. Meterse con el Tyranitar sí lo ha hecho. Creo que tiene fiebre. - me escurrí por el brazo de Mark y empecé a rebuscar en sus bolsillos - ¿Dónde guardas el termómetro?

Respiro agitado, pero me brillan los ojos, estoy contento, divertido. Toda la preocupación se ha ido. Estamos vivos y Tyranitar ha quedado atrás. Me duelen las contusiones, me arde el pecho y los pies me molestan un poco; con todo, estoy eufórico y aunque la energa se me agota por segundos. No me quedo quieto y continúo agitado de aquí para allá.

Kate se encara con el Doctor Caramelos y Sweet responde desde lo alto de la cabeza de este. Eso parece divertido. Me acerco a Kate y salto, una, dos veces… no, no llego. Tal vez desde detrás. Una, dos, parece que sí. Quizá si me agarro a esto. Al tercer salto pruebo a agarrarme a la tela de la ropa de Kate pero parece escurrirse para abajo. Dejándome de nuevo en el suelo.

Me siento apoyado en un arbol. Parecia que hoy todas mis sillas iban a ser de madera viva, cuando justo en ese momento Kate se me encara reprochandome haberme ido y acusandome de una chorrada sin fundamento como la copa de un pino. En ese momento los pokemon entra en accion tranquilizando la situacion.

- Pues a mi se me ocurre querida mia -digo en tono despreocupado, aunque si enfadado por esa acusacion estupida- pero tranquila, que si quisiera haber metido las narices en el ordenador lo hubiera hecho hace tiempo, sin que os hubierais dado cuenta y a mala leche.

Lanza una mirada gelida a Kate.

- Si no estuvierais tan ocupados juzgando mis actos puede que me hubiera dado tiempo a explicaros lo que pasa con el ordenador.

Los mira a todos y abre el ordenador poniendo un video.

- ¿Nadie, a excepcion de Gin aqui presente, se ha preocupado o le ha entrado la duda en saber por que no estaba caminando en direccion a casa del profesor?

En la pantalla se comienza a reproducir un video que podeis ver todos. Gin y yo por segunda vez.

La escena muestra a Oak, con un aspecto mucho más nervioso e incómodo que cuando lo visteis esta mañana. Sudoroso, se carca a la pantalla y empieza a hablar.

Hola, seáis quien seáis, espero que este vídeo haya caído en buenas manos, hice todo lo que pude, pero no se si ha sido suficiente. Oh Arceus, he cometido tantos errores...nunca debí aceptar la ayuda de esos mafiosos, pero mi esposa...se moría y no encontraba otra manera de ayudarla...no tuve elección, empecé a trabajar para ellos. Pero ella se ha ido de todos modos...soy un miserable...pero no puedo dejar que estos conocimientos caigan en malas manos. Ayudadme a ocultárselo, por amor de Arceus. Llevad este ordenador al profesor Trillo en Ciudad Trigal, el se encargará de todo...os lo suplico, por lo que más queráis...nada de policía, ellos están en todas partes, tened cuidado con los Cuervos......

Fin de la reproducción

Cierra el portatil y se levanta.

- Ahora ¿vamos a dejar de preocuparnos en que hace o deja de hacer el cojo y llevamos el ordenador a su destino o no?

Pregunta a medio camino entre la ironia y la protesta.

"Esta en la mochila pequeña, pero tranquila, no tengo fiebre"

La voz parece calida y paternal

Una vez devuelta en el camino, Gin se deja caer finalmente al suelo, agotado. "Cielos, si te pones a pensar, hasta casi ha sido divertido." Se dejo estar allí por un rato para poder recuperar el aliento, podía sentir como su corazón latía rápidamente debido a la carrera. -Abra...uf...¿te encuentras bien?.- Pregunto a su pokemon, mientras sus acompañantes no tardan ni un segundo en discutir "¿Como es que pueden hablar tanto después de lo que paso? Tómense un momento para respirar, por Arceus." Desde su lugar podía observar la charla entera, y hasta le pareció divertido ver como Charmander parecía querer subirse a su entrenadora tal y como lo hacia Sweet, aunque en sus intentos la pequeña e inocente* criatura había desnudado parcialmente a su dueña. -¡Wow!.- No pudo evitar reaccionar y tras unos segundos de sorpresa se sentó para mirar hacia otro lado "No me esperaba eso." Espero finalmente a que Kate volviera a arreglarse antes de mirar de nuevo para ese lugar, y luego se dispuso a intervenir en la charla una vez recupero el aliento -Creo que lo que tienes que explicar no es lo que pasa con el ordenador, si no mas bien la razón por la que te separaras del grupo, adentrándote en una zona salvaje y ademas poniendo tu propia vida y la de tu Pokemon en peligro al encontrarte con ese Tyranitar.Si no te hubiésemos encontrado y Charmander ayudado a que escapes con su pantalla de humo las cosas pudieron haber terminado muy mal.- Gin se cruzo de brazos, mirando a Mark pensativo -Ahora, no es que desconfié de ti aunque tus acciones fueran discutibles, pero creo que lo mejor para no afectar la confianza de todos sera que me entregues ese ordenador y así si podamos partir hacia Ciudad Trigal sin demora.- La voz de Gin también era muy fría y seria en ese momento. "Y sobre todo quiero llegar ya porque necesito un baño."

"Uff, qué alivio. Me tenías preocupada." - ​contesté a Mark telepáticamente mientras me acomodaba en su regazo y le daba un abrazo. Era mi humano, y mi humano favorit además. No quería que estuviese enfermo.

El humano de abra parecía estar enfadado también. ¿Por qué estaban todos tan enfadados? No podía contestar a sus preguntas, pero sí que había algo que tenía que dejar claro.

- Mark no me puso en peligro, el Tyranitar ya estaba de mal humor, aunque sí que se puso a sí mismo en peligro. - me había metido en mi pokéball y eso, aparte de que no me gustaba nada, había sido imprudente - Yo puedo teltransportarme con Mark - algo que ya habían visto - así que en peligro no estábamos. Y tú deberías saberlo, Abra puede hacerlo también. Por el resto, podéis seguir hablando. - les dije haciendo un gesto con la mano mientras me acurrucaba más en su regazo, dispuesta a descansar un rato.

-Creo que no lo comprendeis ¿Verdad?- Les pregunte al grupo, mirandoles fijamente de brazos cruzados junto Sneasel. Estaba agotado y necesitaba ya una cama y una ducha, pero hacia lo mejor para no mostrarlo. Y queria revisar que Sneasel no habia recibido ninguna herida del ataque, pero la necesidad llamaba.- Un desconocido acaba de confesar por video que nos ha manipulado y mentido, para ser sus complices ocultar un crimen que desconocemos la magnitud, a cambio de NADA ¿Y ni siquiera teneis curiosidad por saber que hay en ese portatil?- Señale a Kate con una palma abierta, extendida de manera dramatica.- ¡Podrian haber matado a Kate en esa cueva!¡Nos podrian habernos matado a todos!¡El viejo nos mando sabiendo que nos podria pasar! Yo digo que primero veamos de que se trata en realidad, y una vez lo sepamos, decidamos nosotros mismos que hacer con el.- Sugeri, mirando sobre todo a Kate, no sabria decir del todo porque, pero estaba seguro de que ella me apoyaria mas que otros en la idea.

-Entiendo que quieras defender a tu entrenador, pero el hecho de que "No habría pasado nada, podía telentrasportarme" No sirve de excusa para las acciones imprudentes e innecesarias que ha tomado Mark.- Contesto Gin frunciendo el seño "Ademas de que ese Pokemon es claramente mas rápido que cualquiera de los nuestros, ¿Que pasaría si hubiesen recibido el hiperrayo? O aun cualquier otro ataque mas rápido, claramente habría sido potencialmente mortal." Gin negó con la cabeza, el claramente jamas expondría a nadie a ese tipo de situaciones solo un berrinche anterior con el grupo. -Sasori, no se de que crimen estas hablando, en el ordenador solo debe estar la información de la investigación del profesor, y claramente alguien la quiere para algo malo.Aun así si fuera yo guardaría dicha información bajo contraseña, intenta ver lo que hay ahí dentro si te es posible.-

Y ya estábamos fuera de la maleza, sin saber bien bien cómo, y habíamos escapado de un Tyranitar que había demostrado ser un desafío mucho mayor que cualquiera anterior. La ventaja de haber volado por encima de la maleza hacía que mi aspecto visual, cuanto menos, no estuviera tan dañado como el de los demás integrantes del grupo. Y, como era de esperar, alguien saltó sobre Mark. No me imaginé, ni me hubiera esperado nunca que fuera Kate. Parecía que esos dos se llevaban bien. “Uy, ¡si hasta lo ha llamado por su apellido y no por su nombre! Esto es serio”, pensé, divertida, sin mediar palabra. La que sí lo hizo fue, obviamente, una Sweet que intentó dejar en buen lugar “aunque más bien salvar su honor” a Mark, que parecía tener otra cosa en mente que lo que nos preocupaba a nosotros, como bien se lo hizo saber Gin. “Bueno, al fin da señas de mostrar un lado más inteligente y menos pasivo”, me dije amagando una sonrisa.

Sweet, a mi parecer, se equivocaba. Que podía teletransportarse era un hecho, un hecho de la misma magnitud que la imprudencia cometida por Mark. Para intentar finalizar una discusión que lo único que nos ocasionaba era una pérdida de tiempo (a lo que había que añadir que a mí no me gustaban las discusiones), envié una suave onda psíquica hacia todos los integrantes seguida de otra más fuerte, mientras me giraba para ponerme en marcha hacia Ciudad Trigal, de momento poco a poco, dándoles pie a seguirme. Aquellas ondas de advertencia iban a ser seguidas por una mucho más fuerte si no dejaban de hablar y se ponían en marcha. “¿Por qué les gustará tanto hablar? Si al fin y al cabo tan solo somos peones del hombre que me capturó...” Por si no había quedado claro, me había hartado de sus gilipolleces.

Habíamos logrado escapar del tyranitar por muy poco. Una vez de vuelta en el camino las cosas no parecían mejorar, las discusiones comenzaron nuevamente entre kate y gin con Mark Empezamos de nuevo piensa parado junto a sasori, observándolo puede ver que esta cansado, todos lo estamos.

Era verdad que nos enviaron aquí sin muchas mas explicaciones y ahora los planes cambiaban, da un paso delante de sasori y dice para todos de nada sirve pelear y discutir aqui, o ¿acaso se olvidan que los cuervos saben que tenemos el ordenador y podrian regresar en cualquier momento? mirando a todos los allí presentes debemos llegar al destino lo antes posible, luego podremos ver quien tiene razón y quien no dice ya algo cansado de todas las discuciones sin sentido.  

Ignoré deliberadamente a Gin. Ya me había decidido a descansar y no hablar más. Mark era el encargado de hablar y discutir, yo era la alegría de la huerta. Aunque mi silencio se podía interpretar como no tener nada más que decir y darle la razón, no era el caso. Yo no había dicho que no pasase nada, sino que no estábamos en peligro ya que podía huir del lugar fácilmente. Suponía que la relatividad de lo que alguien consideraba peligroso jugaba ahí un papel.

Estiré uno de mis pequeños bracitos para buscar un nuevo caramelo. Tras tanta lucha, huída, peleas y demás necesitaba algo dulce para poder mantener mi buen humor. Dejaría a los humanos decidir qué hacer. Confiaba en Mark y le seguiría a dónde quiera que quisiese ir. Bueno, si quería volver al Tyranitar, no. 

Alce una ceja interesado, cuando Gin me ofrecio intentarlo.

-¿Es eso un desafio? Porque con gusto lo tomare.- Dije, no sabia mucho de informatica, pero uno no rechazaba a echar un vistazo a un "cofre del tesoro" como ese. Aun no lo habia tocado, y ya podia oler bajo mi pañuelo el olor del oro, aunque mezclado con muerte y dolor, pero no obstante oro.

Sneasel se puso ante mi, y sugirio avanzar cuanto antes a nuestros destino, asi mismo lo hizo el Abra de Gin, o eso creo, era dificil discernir el mensaje entre las jaquecas y mareos que me daban las ondas psiquicas del maldito psicopata.

-Eso haremos, Sneasel, pero aun no.- Le dije a mi pokemon, con una mano al frente, levantando la vista al sol, cada vez mas se discernia el ocaso, asi mismo la falta de luz.- Si viajamos de noche, seran los pokemons nocturnos quienes se nos echen encima. Buscaremos cobijo para esta noche, y a la madrugada nos pondremos de camino. Y Gin.- Mire al joven, con el ceño fruncido, ahora las dos manos a un lado de mi craneo.- Para tu pokemon, AHORA. Empiezo a notar como me sangran los oidos.- Le ordene de mal humor, no podia comprender como la gente aguantaba los pokemons psiquicos, era casi como viajar con un aserradero dentro de tu craneo.

Se cruzo de brazos frente a la actitud de Sasori, quien se creía por alguna razón que podía ordenarle algo.Sin embargo noto las ondas psíquicas que estaba enviando Abra hacia el grupo, quizá en el no eran gran cosa a esa magnitud debido a que llevaba toda una vida teniendo jaquecas, y hasta usar su habilidad lo había hecho sangrar por la nariz.Aun así le molesto un poco la actitud de su supuesta compañera, ¿Acaso ni siquiera iba a respetarlo como entrenador o esperarlo para avanzar? Entendía su deseo de avanzar pues el tenia el mismo, pero esta no era la forma.Se acerco a Abra para hablarle -No hagas eso Abra, no puedes lastimar a las personas porque si  y menos a mi, que soy tu entrenador.- Era la primera vez que Gin mostraba cierto nivel de enojo ante su Pokemon, había respetado su forma de ser, que no le hiciera mucho caso y hasta que ni le quisiera hablar, pero causarle dolor a el mismo como una orden para avanzar era demasiado -¿Acaso te he hecho algo? Por lo menos podrías mostrar un poco de respeto, si yo no te trato como una esclava no veo por que tu deberías hacerlo conmigo o con cualquier otra persona.Si deseas tanto avanzar hay otras formas de sugerirlo.- No quería sonar tan severo, pero no podía aceptar ese tipo de comportamiento, si no ¿Cual seria la diferencia entre su Abra y cualquier otro Pokemon salvaje?

Los bípedos discutían, y aunque que aquel trozo de tela dejara al descubierto las piernas largas de Kate, hubiera traído una ligera distracción apenas duro.  Seguian discutiendo pero yo empezaba a sentirme cansado de estar parado y viendo a Sweet sentí ganas de hacer lo mismo, aunque algo me decía que ahora no debía.

A mí alrededor, Abra y Sneasel pretendían seguir avanzando y los seres largos señalaban un objeto rojo y brillante, una ventana pequeña en la que el bípedo de la tela blanca hablaba. Mire detrás y de nuevo, olisquee olía a él, pero no estaba allí. Era raro. Toque aquella cosa, era como el cristal pero no lo era. Era raro. Decidí dejarlo. Definitivamente era muy raro.

Como yo no quería seguir y estaba con ganas de dormir, y la única que parecía querer hacerlo era Sweet, me acerque a ella. La vi extender los brazos, supuse que era una buena señal  y sin más me encarame al regazo del Doctor Caramelos y me acomode junto a la pokémon psíquico haciéndome un ovillo alrededor de la pequeña ralts, abrazándome a ella como lo haría con mis hermanos en el nido. Le di un lametón y enterré el morro bajo las patas  la cola, comenzando a respirar con regularidad.

Pese a que Sneasel parecía coincidir conmigo, no así lo hacían los compañeros. Sweet y Charmander estaban, o por lo menos parecían, extenuados, pero claro, una era un terremoto y el otro era igual de nervioso. Gin tuvo que recibir unas palabras duras de Sasori, y yo me alejé un par de metros, a una altura de unos tres metros en el aire. “Heh, ¿en realidad son todos tan débiles? Si todos son así, sería fácil acabar con ellos”, pensé, mirando hacia otro lado y girando en el aire. Gin, por otro lado no entendió que mis ondas no querían ni tenían la intención de herir a nadie. Ante sus primeras palabras, empecé a vibrar en el aire, a hacerme cada vez más inestable. No era algo que quería hacer, pero el miedo, la furia, y la desilusión colmaban mi mente.

“¿Acaso me has hecho algo?”, me dije, bajando hasta el nivel de su cara, restando inerte (si no tenemos en cuenta las vibraciones incontrolables). ¿Cómo querían que lo sugiriera, si cada vez que les había intentado tocar me habían ignorado? “Estos seres humanos son.. ¡Imposibles! Yo no puedo con esto.”, medité, y me alejé de mi entrenador unos metros. No quería estar con ellos, no era mi intención herirlos, pero parecía que ellos no se habían dado cuenta, y habían respondido con agresividad. “Tan solo quería ayudarlos, pero me contestan con pura agresividad y descontrol... ¡Yo no quiero esto!”, sentencié, alejándome un metro más del grupo y por primera vez haciendo uso de la teletransportación, dejando un paisaje oscuro y un silencio incómodo en el grupo detrás mío.

Al aparecer en el bosque, me sentí terriblemente sola. En la oscuridad de aquél bosque alejado del de mis compañeros, incluso los árboles parecían distintos. Un ambiente de desconfianza, sumado a la ausencia de mis improvisados compañeros, hacían que tan solo pudiera pensar en una palabra. En una persona. Por primera vez desde que había sido capturado, pronuncié un grito que buscaba a una persona pero seguro que más de un ser recibía. -¡Hannah!-, exclamé, sentándome en un claro ténuemente iluminado. Necesitaba la compañía de alguien, y no era tan tarde como para que la chica estuviera durmiendo. Quizá no acudía, pero necesitaba gritar. Ahora todo se sentía mejor, me sentía liberada y más tranquila, y el bosque ya no me parecía tan terrorífico.

El juguetón Charmander ha estado a punto de hacer ver mucho más de lo que me hubiera gustado. No ya mi anatomía, sino el arma que llevo bajo la ropa. Afortunadamente, sólo se me habrá visto la cincha en la que la llevo sujeta, y con un poco de suerte nadie se haya fijado.

Mientras los niños discuten, yo pienso. Este ordenador cada vez parece más goloso. Mafiosos...¿Los mismos de antes? Seguramente. ¿No decían algo de Cuervos? Por eso buscarían el ordenador; seguramente se trate de una buena prueba de algo. Pero dejando a un lado los problemas con el sindicato del crimen, a mí me interesa otra cosa del ordenador, y seguramente requerirá un tiempo a solas con él.

- Ha sido bastante astuto por parte de Oak mandarnos a nosotros a una pista puesta tan deliberadamente - evalúo con cuidado. Estas cosas son mi auténtica especialidad -. Pero es una puñetera chapuza si nos han descubierto

Pienso como Cassandra, y sólo como Cassandra por primera vez en todo el día. Creo que hasta me vuelve el acento de Kalos.

- Creo que deberíamos dirigirnos a Trigal - digo en voz baja -. Debemos asumir que todos los caminos están vigilados. Podríamos subir hasta Endrino e ir por el otro lado - mis lecciones de geografía y estrategia fueron excelentes, desde luego -, pero no hay garantía alguna de que no estén vigilando también las montañas. ¿Alguien conoce algún camino aparte del Encinar? Es demasiado perfecto para una emboscada - me he estudiado bien Jotho y el camino desde Orquídea hasta Primavera, qué menos

"Y cada risco, grieta, cueva y arboleda de aquí a Trigal" pienso con amargura "pero no tenemos otra".

Miro fijamente a Doc mientras recojo a Charmander del suelo y le sostengo en brazos. Parece que quería estar a la altura de Ralts.

- Por el camino tendremos tiempo de intentar descubrir algo más sobre este asunto en el ordenador - "Y quiera Arceus que no tenga que mataros a todos por lo que descubramos"

Miro al cielo y a los alrededores. No tengo muy claro donde estamos.

- ¿Estamos a buena distancia de Primavera? Un tal Señor Pokémon vivía cerca del pueblo, quizá podríamos refugiarnos en su casa - "si no se lo han cargado ya"