Partida Rol por web

-¡Petarda! Mira los petardos hacen fuego y explotan...- miro a la peliteñida. Dirijo ahora mi mirada a Serena, ahora de una forma más seria. Siempre he tenido claro a quien quiero... Pero me da miedo aceptar tal responsabilidad, ¿seré capaz de criarlo? ¿Seré buen entrenador?

"Ay callate Bicho" -Yo quiero a Chespin que hace juego con mi gorro hecho de hojas- me burlo de Shirma un poco más. Mis ojos toman un tono intenso, ahora sí, ahora soy entrenador pokemon y junto a mi Chespin llegaré a lo más alto.

-¿Pue, pue, puedo sacarlo?

Lucian miró al pokemon que quedaba: un Froakie. No era su pokemon favorito, pero era mejor que nada. Era posible que ese joven pokemon sacara lo mejor que había en el, pero también era posible que no. Lucian tomó la pokeball que quedaba y se la guardo, tenían por delante un largo camino que iban a recorrer juntos, con muchas aventuras y duros entrenamientos. 

Muchas gracias. -Le dijo a Serena. Luego miró a Bicho que ya estaba hablando de sacar su pokemon y a Shirma que también parecida animada.- Tal vez vosotros dos deberíais probar a hacer un combate pokemon. - Sugirió Lucian.

¿Un combate con ella?

Bicho abrió los ojos y empezó a reirse.

Ni con un pokémon de fuego es rival para Chespin y para mi....

El entrenador vio la furia roja que se le venía encima.

Pero prefiero conseguir algún pokémon de agua primero, o prepararme un poco mejor, sería una lastima empezar perdiendo.

La joven empezó a reirse nuevamente.

Bueno, parece que ya están con gana de empezar y yo no voy a retenerlo maś.

La rubia agarra una pokébola y la tira al cielo.

Vamos Talonflame, vamos a casa.

Con un salto y una gran muestra de agilidad (poder hacer todo eso con un bolso de mano no es nada fácil), la joven se subió a su pokémon y se perdió en el horizonte.

Bicho se levantó.

Bueno, no se ustedes, pero Chespin y yo vamos a volver a Pueblo Acuarela, quisiera presentarselo a mi madre antes de salir de viaje por ahí. ¿Ustedes que piensan hacer?

Yo voy a seguir adelante. -No tenía nada que decirle a su madre.- Creo que un poco más adelante hay un bosque en el que podré entrenar con Froakie.

Lucian se puso en camino hacia allí, pero se detuvo un momento para dirigirse hacia Shirma.- ¿Vienes conmigo o te vas con él?

Me dispuse a ir a pueblo Acuarela o eso hice creer amis "compañeros". Si algo me había enseñado ser familia de rangers es que mejor trabajar solo y con la ayuda de mis adorados pokemon. Una vez despistados saco mi pokeball y llamo a Chespin.

-¡Sal Chespin!- con un suave gesto tiro mi pokeball.

De la bola surge un perezoso Chespin que en cuanto me ve sonrie. No tardo ni un instante en darle un fuerte abrazo.

-¡Sereeeeemos graaaandes amigos!- soy consciente de que estoy armando un poco el númerito en mitad de la calle pero bueno, estoy muy ilusionado y fascinado con mi nuevo pokemon.

Una vez echa la presentación decido ir con Chespin a mi lado, ni pokeball ni pamplinas... Bueno vayamos al centro pokemon, quiero informarme bien de a donde ir y de la zona y creo que puede ser un buen lugar para ello.

Al entrar en el edificio ves una sala de espera amueblada con varios sillones, un par de mesas, y algunas maquinas expendedoras de comida y bebida. Más atrás puedes ver una computadoras-telefono, muy útiles para llamar a casa. Si bien el edificio está equipado con todo lo necesario es fácil darse cuenta que es un centro pokémon muy humilde, el mismo es muy diferente en comparación con lo que viste en TV o en revistas sobre los de las grandes ciudades como Luminalia.

Detrás del mostrador te espera una mujer de pelo rosado muy alegre.

Bienvenido al Centro Pokémon de Pueblo Acuarela. ¿Que podemos hacer hoy por usted?

Cruzas con gran velocidad del pequeño puente al norte del Pueblo Acuarela y te adentras en la ruta 2, la misma es un camino rural, de todas formas puedes ver del lado derecho del camino una buena cantidad de árboles, por el otro lado ves un río que corre paralelo a la ruta, de todas formas hay un pequeño barranco que te impide llegar a él.

Además mientras caminas puedes ver muchos pokémon salvajes, siendo ellos los siguientes:

"Pues vaya, me imaginaba algo más grandioso" es lo primero que se me pasa por la mente cuando entro al Centro Pokemon. En seguida una chica muy guapa me atiende.

-¡Hola! Soy Bicho y este es Chespin, saluda Chespin a esta chica tan guapa- digo mirando a mi pokemon.

Chespin saluda con su bracito.

-Veras hoy empieza mi andadura como entrenador pokemon y quería saber cual es el camino que he de seguir para llegar al siguiente pueblo o ciudad. También si pudiera podría decirme con que pokemon me puedo encontrar por esta zona y alguna idea de como encontrarlos. Jeje si no es molestia claro- me sonrojo un poco al pedir tanto por esa boquita, espero que no le siente mal.

Sin saber muy bien por qué, terminé sola en la cafetería mirando mi pokéball. No lo podía creer, por fin tenía a mi propio pokémon, algo en lo que centrar todas mis ganas y mi atención... Toda una responsabilidad, desde luego. Mis ojos brillaban con dulzura, observándola a la vez que una sonrisa felina aparecía en mis labios, cosa que nunca haría en público y menos delante de conocidos.

- Por fin... ¡Llegaremos lejos! - Exclamé, eufórica y alzando la pokéball con entusiasmo... Llamando la atención de todos una vez más. Me sonrojo y me voy de la cafetería discretamente, en busca de los otros dos. - ¿Y éstos tontos dónde habrán ido...?

La joven te saluda con energía y alegría, al ver como saluda Chespin pega un breve gritito.

Bueno, en realidad la ciudad solo tiene dos limites, la ruta 1 al sur y la ruta 2 al norte, supongo que vienes de la ruta 1, por lo que si vas al norte y cruzas el único puente que hay en el río estarás en la ruta dos.

Luego apoya su codo contra el mostrador y se queda pensando.

Puedes encontrar muchos pokémon, hay Scaterbugs, Pidgeys, Caterpies, Zigzagoons, Bunnelbys, etc. Son tantos que no creo que tengas muchos problemas para verlos.

No pasa mucho hasta que encuentras un pokémon con largas orejas que te mira. Es un Bunnelby que se sorprende al ver un entrenador caminar por su territorio.

Cruzas con gran velocidad del pequeño puente al norte del Pueblo Acuarela y te adentras en la ruta 2, la misma es un camino rural, de todas formas puedes ver del lado derecho del camino una buena cantidad de árboles, por el otro lado ves un río que corre paralelo a la ruta, de todas formas hay un pequeño barranco que te impide llegar a él.

Además mientras caminas puedes ver muchos pokémon salvajes, siendo ellos los siguientes:

Apunto en un cuadernito que llevo todo, cual niño en su primer día de escuela. -Bien bien, entonces al norte, a la ruta 2.

Cuando la amable chica me nombra los pokemon que hay tardo poco y menos en salir corriendo dirección al camino. -¡Gracias!- consigue escuchar la joven a lo lejos. Mientras corro entusiasmados no paro de pensar "¡guau! parece que hay muchos pokemon bicho, ¡me encantan!"

Chespin me seguía corriendo bastante de cerca, no le viene mal correr un poco, le servirá de entrenamiento. Al llegar a la salida del pueblo veo aquel hermoso paraje.

-Bien Chespin, ya estamos. Coge aire, nos espera un camino lleno de sorpresas. Por cierto se me olvido preguntar a que lugar lleva el camino, pero bueno ya lo descubriremos- me rasco la cabeza sonriente, soy bastante despistado cuando se me mete algo entre ceja y ceja.

Mientras se colocaba las gafas con una mano Lucian sacó la Pokeball en la que esperaba Froakie con la otra. Era el momento de poner su fuerza a prueba y comenzar su entrenamiento.

¡Adelante Froakie! - Exclamó.- Demuéstrame lo que eres capaz de hacer.- El Pokemon salió y aguardo esperando sus ordenes.- Usa burbuja.

Cruzas con gran velocidad del pequeño puente al norte del Pueblo Acuarela y te adentras en la ruta 2, la misma es un camino rural, de todas formas puedes ver del lado derecho del camino una buena cantidad de árboles, por el otro lado ves un río que corre paralelo a la ruta, de todas formas hay un pequeño barranco que te impide llegar a él.

Además mientras caminas puedes ver muchos pokémon salvajes, siendo ellos los siguientes:

Froakie saltó al frente y apuntó una rafaga de burbujas en dirección al pokémon conejo.

Froooak.

Las mismas volaron en buena dirección golpeandolo de todos lados, pero el Bunnelby no iba a dejarse vencer tan facilmente, ya que usó sus manos para romper muchas de las burbujas y protegerse.