Partida Rol por web

-¡MIERDA! ¿Pero qué ha sido eso?

Pregunta centrando su vista en los desencajados rostros de los marines y desviándola luego a la doctora, está bastante atontado a causa de los sedantes, pero el sacudón que se acaba de dar lo despeja un poco.

-¿Nos atacan? -interroga pero no espera respuesta- ¡Vayan a ver, carajo! Y en cuanto averiguen lo que ocurre me informan... ¿ENTENDIDO? -acaba diciendo a viva voz por si lo marines osan titubear ante sus órdenes.

Parpadea repetidas veces y mira la mano de la doctora sobre su pecho, asumiendo que está ahí como un modo de recordarle que no debe moverse.

-No voy a ir a ningún lado, doctora, aunque quiera no puedo -no mentía, bastante ralentizado estaba ya a causa de los sedantes, le estaba costando modular y aún más mantener los ojos abiertos-... ¿Está usted bien?

La doctora comienza a asentir cuando un marine se te acerca corriendo y grita por encima del cuello de la doctora...

¡Nos atacan Almirante! ¡Todo está confuso...pero he oido por la radio interna que el hángar de bavor está casi perdido!...

Acto seguido, respira con un sonido ronco, cercano al miedo, y mientras mira primero a la doctora y luego te mira a ti susurra...

Son los Cylon Almirante...

-¡¡ Soldado¡¡¡, ¡¡ Soldado¡¡¡.- Grita mientras se reincorpora del suelo.

-¡Malditas tostadoras y yo aquí sin poder moverme!

Pensó abriendo los ojos de par e intentando infructuosamente incorporarse, pero el peso que la doctora ejercía sobre él, sumado al efecto de los sedantes se la estaba poniendo más que difícil.

-Reúnase con su equipo, marine, y demuestre de qué está hecho. El Capitán Hershell debe tener a un par de marines custodiándolo, con eso será suficiente.

Miró a la doctora e intentó tranquilizarla, cosa difícil si él mismo estaba bastante intranquilo.

-Espero que sepa usar un arma, doctora y que esté preparada porque va a tener muchos heridos que atender.

El marine se va y el resto de la escolta crea un anillo protector en torno a tu camilla.

Pero nadie actua, incluso la doctora Jolie parece haberte devuelto, tácitamente el mando. -A pesar de que estas en una camilla y muy malherido-.

Dos marines entran y te ordenan ir al fondo de la celda con las manos sobre la cabeza.

Retrocedo llevandome la mano a la cabeza

Sacudió la cabeza, trataba de despejarse, de aclarar los pensamientos, los sedantes lo tenían aturdido, lo que sumado a las heridas... en fin, que lo suyo no era el mejor de los estados y eso siendo "optimistas".

-¿Pero qué les pasa? -se preguntó mirando primero a la doctora y luego a los escoltas- ¡Maldición, si es que... joder si ésto es como siempre he dicho: Si quieres que algo se haga bien hazlo tú mismo!

-Doctora, a ver si logra darme algo para el dolor pero que no me aturda, un anestésico local o yo que se, pero necesito tener la mente clara... ahora más que nunca lo necesito... ¿Doctora?... ¡Doctora le estoy hablando!

El Almirante intentó incorporarse en la camilla mientras con la mirada buscaba un teléfono, comunicador o algo que le permitiera comunicarse con el puente de mando.