Partida Rol por web

El sargento se pasó la lengua por los dientes mientras meditaba antes de responder.

- ¿Guiar? mientras sea por la selva y con cosas tangibles de por medio sabremos que hacer. - hubo una incomoda pausa - Y si aparecen cosas intangibles... bueno, en ese caso, si no sabe alguna cantinela para hacerlos desaparecer, corra.

Pareció meditar un instante más.

- Ah, pero antes de irnos... - se dirigió de nuevo al control del reproductor y seleccionó la escena de después de la aparición espeluznante. Si no se equivocaba, los científicos habrían visto esa escena que era probable que reprodujera recuerdos suyos (al menos alguna parte de ella) y quería conocer su reacción y si sabían algo del misterioso personaje de los pinchos.

-No...no me ref...ffff....fería a otra cosa, sar...sargento, que a salir de aqqq...aquí por la ss...selva...

Acto seguido, el chico se dispuso a visualizar despues la escena que Mills volvió a poner.

Mavs continuaba inspeccionando la puerta mientras debatian sus compañeros. Era cierto que Mills parecia apagado y falto de liderazgo, pero esperaba que se recuperase, almenos mentalmente y les volviese a guiar como antes.

Mientras seguia a lo suyo se le paso una idea un tanto peculiar por la cabeza.

-Sargento, ¿cree que debemos dejar constancia en el video porsiacaso no lo contamos o mandan otro equipo? Para almenso dejar un video relativamente ordenado con lo que creemos saber. Puede que si no sale bien esto y mandan a otras cobayas, almenos les demos una minima opcion y que no repitan nuestros fallos, que curiosamente se parecen a los que tubo el 1º grupo.

La idea de abrir la puerta no le gustaba, el palpito estaba ahi denuevo, "Ella" le avisaba otravez y esta vez con mas fuerza que nunca. Las opciones restantes tampoco le convencian, o usar el cubo o esperar...

Hablando entre dientes mientras esperaba el inicio de la proyección, Mills respondió a Maverick.

- No es mala idea, Mav, pero que me aspen si se manejar el cacharro este de grabar. Por lo que se, puede que este grabando ahora mismo - añadió recordando cómo habían aparecido nuevas escenas tras el incidente anterior.

Se notaba falto del empuje que tenía antes, como si le faltasen ganas o fuerza de voluntad para ladrarle a cada soldado qué tenía que hacer. Habían sido sus ordenes las que les habían llevado a ese agujero infernal, donde se había rebelado uno de sus hombres, pero parecía que tendrían que ser sus ordenes las que les sacaran de ahí...

-Es po...posi..sible, si. -dijo el chico. A lo mej...mejor no están grab...ab...grabando ahora, están regis...gistrando todo...desde que ll...ll...llegamos...-tragó saliva. Oja...lá que nadie vu...vu...ejem...vuelva a en...entrar en este sit...itio, pe...pero, podríamos hab...hablar dan...dando unas instrucc...trucciones antes de lar...largarn...arnos de aqu...quí... ya sabé...béis, para los desgra...graciados que vengan: hab...hablar de los Ocul...cultos, el cu...cubo y sobre todo las...las bes...bestias y el tio de los pin...pinchos, el Gu...Guardián...

El chico suspiró mientras miraba el filo del cuchillo.

-Bue...bueno, conmigo no con..contéis para narr...narr...ejem...narrar lo su..sucedi...dido...

Era evidente que no.

Morriset pareció cavilar durante un momento, antes de decidirse a hablar:

- ¿Y aún en el caso de que estuviera grabando, qué deberíamos contar? -se preguntó a sí mismo-. Sólo ha pasado un día desde que nos separamos del pelotón, pero parece que haya sido un mes con todo lo que ha pasado... Además...

Hizo un gesto de cansancio, frotándose los ojos una vez más.

- No sé si tendría fuerzas para volver a poner todo lo que nos ha ocurrido en orden para narrarlo... De hecho, me muero de ganas por olvidarlo cuanto antes.

Mills pulsó la tecla para visionar la siguiente escena mientras Morriset se aproximaba a la puerta.

En la pantalla aparecía nuevamente el rostro del científico. Parecía muy nervioso.

- No puedo comprender... He visto... ¿Cómo?

Se quedó callado, mirando la cámara, como si hubiera sufrido un pasmo.

- Eso... ¡No tuve elección! ¡Eran órdenes! Investigábamos el uso de... ¡No tuve elección! En nombre de la ciencia se sacrifican inocentes.

El tipo comenzó a sollozar. Luego, repentinamente, recuperó la compostura.

- Pero no soy el único... las otras escenas... tienen que ser de ellos. ¿Es esto un castigo? ¿Vivimos nuestro propio infierno? ¡Estamos volviéndonos locos! ¡Eso es lo que pasa! ¿Es esto real? Y si... ¿y si también fuera todo esto un experimento?

Justo cuando sonaban esas desconcertantes palabras en la sala la puerta de metal emitió una suave melodía ante el contacto de la mano de Morriset y se abrió. El túnel de acceso se mostraba ante el cabo levemente iluminado por las lámparas halógenas que ya habían visto al entrar, pero no había rastro de luces deslumbrantes...

La idea de grabar una advertencia no caló muy hondo en el grupo. Lo mejor sería salir de allí.

-Ma.. Máverick... ¿te.. te ..te encarg...gas del lanzagra...gra...ejem...grandas tu? -preguntó Baronetti.

¿Cómo habrá abierto la combinación? Se preguntaba el chico para si...

Mavs se encontraba muy confuso. Todavia estaba intentando comprender el significado de las palabras del cientifico cuando el Cabo logro abrir la puerta. En parte se sentia aliviado por poder salir, pero el ultimo video sonaba... como si lo hubiese grabado tras haber matado a sus compañeros.

Por otro lado estaba la gran frase "estamos volviendonos locos", no era una pregunta, era una afirmacion, como si realmente supiese que ahi abajo hubiese algo que corrompia la mente. Por otro lado, las ultimas palabras dejaban mas incognitas, investigadores atrapads en su propio experimento o en el de los Antiguos.

Baronetti le saco de su mente denuevo. Mavs asintio suavemente, como embobado y miro hacia el pasillo, recordando la luz. Unos sudores frios comenzaron a bajarle por la nuca y la piel se le erizo por completo.

Con la puerta abierta, Mills recuperó un poco el ánimo, volviendo a ser al menos una sombra de su persona.

- ¡Morriset, al frente! Baronetti, Maverick, vayan detrás. Yo cierro la marcha. - no quería correr el riesgo de que la puerta se cerrase y dejara encerrado a uno de sus hombres en aquel lugar tan horripilante.

Se sacó un cigarro, se lo puso a los labios para ir saboreándolo (pero sin encenderlo), hizo una inspiración profunda, como espantando un último recelo o preparándose para lo que habría al otro lado de la puerta, y recogió su mochila para salir acto seguido.

El cabo Morriset escuchó la orden que le indicaba que abriese la marcha, y murmuró algo. No llegó a distinguirse si era su conformidad o que se cagaba en todo, pero tomó su arma y dio un paso fuera de la sala. Estaba intranquilo, algo en su interior le decía que seguía sin ser buena idea salir... pero si lo pensaba fríamente, llevaban el Cubo, lo cual ya era algo.

Sin embargo, las últimas palabras que le había oído decir a ese científico habían despertado vagos recuerdos en él... Había dicho algo de un experimento. ¿Sabía Morriset algo sobre eso...? Se esforzaba en acordarse, pero estaba agotado y nervioso. No conseguía concentrarse.

Finalmente gruñó, se caló el rifle y decidió salir por el túnel, muy alerta ante cualquier amenaza...

Morriset avanzó por el estrecho túnel. Mavs y Baronetti se apresuraron tras él mientras el sargento se apoyaba en la puerta de metal vigilando que no se cerrase.

Cuando el cabo alcanzó el final del pasadizo asomó con cuidado la cabeza hacia el exterior. ¿Cuánto tiempo habían estado en esa maldita sala? El interior del templo estaba oscuro, iluminado levemente por la luz de la luna que se colaba por una rendija del techo. Morriset se asomó un poco más. Tras él sus compañeros se agolpaban expectantes. Mills ya estaba en el pasillo observando de reojo la puerta metálica que permanecía abierta, como burlándose de su desconfianza.

Nada se movía. El lugar parecía despejado no siendo por las horribles momias que colgaban de la pared. La jungla, en el exterior, estaba silenciosa como un animal acechante. Ninguno de los soldados quiso pensar en ello pero todos recordaban el aullido aterrador que habían escuchado incluso a un par de metros bajo tierra a través de las paredes de metal. Aquello, fuera lo que fuese, estaba allí afuera. ¿Esperándolos?

Mills hizo memoria. Sabía que había una ruta de retirada preparada que les llevaría al punto de reunión. Intentó ubicarla desde el templo, para encaminar la marcha.

Mills sabía que desde aquella posición tenían que ir hacia el norte. Había un sendero en la selva que pasaba cerca de otras ruinas más comunes y desde allí un riachuelo. En teoría, según los mandos, a unos doce kilómetros de distancia se hallaba el punto de extracción donde los esperaría una unidad con radio. Pero claro, a estas alturas Mills ya no se hacía ilusiones de que las cosas fueran tan sencillas. ¿Qué más sorpresas les habían ocultado los mandos?

Sin querer pasar más tiempo ahí, Mills estaba deseoso de poner tierra de por medio cuanto antes.

- Morriset, hacia la salida. No quiero pasar ni un segundo de más aquí...

Estaba nervioso pero le aliviaba volver a la superficie y dejar atrás el aséptico infierno en el que habían estado.

Parecía que el grupo volvía a las andadas, y regresaba de la fria lucha que habían disputado con sus conejturas y preguntas... más llenos de dudas que de miedo, seguramente. Dejaron ya atrás el cadáver de Bings, pero ahora se encontraban con más muertos... colgados de las paredes ¡momias! O lo que fuera aquello, y a Baronetti no le agradaba demasiado.

Recordó como minu...hor...bueno... tiempo atrás había hecho explosionar una granada en la parte exterior del lugar donde se encontraban, contra un ente, un salvaje... ¿lo habría matado o seguiría por allí? ¿habría más y estarían esperándoles? Pues al chico no se le quitaba de la cabeza el hecho de que alguien intentó manipular la puerta cerrada blindada cuando estuvieron en su interior...

Acto seguido, ya arriba, guardó su cuchillo en su funda tras limpiarlo en el pantalón, se descolgó su M16 y avanzaba lentamente con su arma apuntando al suelo. Estaría preparado para cualquier refriega... Acto seguido, en el lugar donde estaban, intentó rastrear el suelo, en busca de pisadas o cualquier cosa que le revelase qué o quién había estado en aquella parte mientras ellos estaban en el interior de aquel espacio cerrado.

Baronetti repasaba el suelo en busca de cualquier pista mientras el sargento daba sus órdenes. ¿Había pasado alguien - o algo - por allí? La poca luz dificultaba el examen del sitio pero revisando el polvo y los escombros todo parecía estar tal cual lo recordaba el soldado. Había un rastro de entrada, claro, pero era el que ellos mismos habían dejado cuando exploraron el pequeño templo.

Alfin fuera

Eso fue lo primero que paso por la cabeza de Mavs al pasar la puerta. Despues recapacito y se dio cuenta de que gran cantidad de dudas quedarian sin resolver.

-Maldito universo caotico- Musito para si mismo mientras cubria a Baronetti.

El peso extra del equipamiento de Bings se hacia notable, aunque no sabia si por el peso en si o por no haber podido descansar desde hacia lo qu le parecian dias.

El recuerdo de la sala hizo que recordase las macabras escenas de los videos y por un momento, al ver la puerta al exterior del templo, volvio a pensar en el pobre recluso que habia conocido.

Demasiadas preguntas y ninguna respuesta, o almenso ninguna con sentido.

Volvio al presente y miro hacia Mills, asintiendo. La sala parecia despejada a la vista, aunque quedaba patente que fuera del templo seria otro cantar. Confiaba en su Cabo para sacarlos de alli vivos, al fin y al cabo, era el "explorador", pero la idea de juguetear con el cubo sacandolo de la sala no dejaba de mandarle malas vibraciones y en su situacion, no era nada bueno.

-Ni ra...ra...rastro de hue...huellas, jefe -decía el chico. Habran id...i...ejem...ido sobre nues...nuestros pasos o... -en esos momentos, la voz de Baronetti tembló, y no acabó la frase.

Acto seguido, carraspeó de nuevo y apretó con fuerza su arma mientras continuaba avanzando.