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Precariedad

TRASFONDO

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03/12/2009, 18:01
Director

Pequeño informe de los antecedentes más recientes de lugar.

1986

Un informe producido por prominentes miembros de la Academia Serbia de Ciencias (conocido como informe SANU), del genocidio físico, político, legal y cultural sufrido por los serbios en Kosovo, comparando el estatuto de Kosovo a la derrota contra el imperio otomano o a la ocupación Nazi. En la conclusión del informe solicitaba la aplicación de remedios para recuperar la presencia serbia en Kosovo. El informe produjo rechazo en la población albanesa de Kosovo y en algunos medios intelectuales de Serbia.

1987

Slobodan Milosevic, que en ese momento presidía el comité central de la liga comunista de Serbia, viajó a Kosovo y declaró su apoyo a las reivindicaciones de la población serbia, obteniendo instantáneamente el apoyo de la población serbia de toda Yugoslavia, allanando el camino hacia la presidencia de Serbia.

1988

Los líderes albaneses del partido comunista de Kosovo fueron arrestados y se lanzó la llamada revolución antiburocrática, eliminando la poca autonomía de Kosovo e imponiendo el estado de emergencia. Los cambios en la Constitución fueron justificados como la única solución que permitía proteger la minoría serbia de los abusos de la mayoría albanesa de Kosovo.

1990-1996

Al abolir el estatuto autónomo de Kosovo (al igual que el de la provincia de Vojvodina), no se eliminaron sus puestos en el Consejo de la presidencia federada, dándole a Serbia tres de ocho votos, (más el apoyo casi permanente de Montenegro, cercana a Serbia). La única manera de establecer un contrapeso era con una frágil alianza entre Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina y Macedonia.
Los cambios introducidos fueron refrendados en una votación donde participaron sólo los habitantes de Serbia (mayoría) y Kosovo y significaron el cambio de 115.000 empleos de albaneses a serbios en Kosovo, la eliminación de periódicos, radio y televisión de habla albanesa y la expulsión de 800 profesores y 22.500 de los 23.000 estudiantes de la Universidad de Pristina, según fuentes albanas.
Bajo la dirección de Ibrahim Rugova, de la Liga democrática por Kosovo se organizó la resistencia pacifista, se llamó a la desobediencia civil y tributaria, al boicot de la presencia serbia y yugoslava en la provincia y a la no participación en elecciones, la creación de escuelas, clínicas y hospitales paralelos. El gobierno en la sombra así formado, organizó un referéndum sobre la independencia de Kosovo, que según los organizadores reunió cerca de un millón de votos aprobando la creación de la República independiente de Kosovo y más adelante eligiendo a Rugova como presidente. El gobierno declaró ilegales ambos referendos y anuló sus resultados.

Consecuencias

La política de resistencia pacífica de Rugova tuvo por efecto el mantener a Kosovo en paz durante las cruentas guerras en Eslovenia, Croacia y Bosnia y Herzegovina al principio de la década de 1990. Pero está política hizo crecer el sentimiento de frustración en la población de Kosovo. En los Acuerdos de Dayton del 1996 no se trató específicamente el caso de Kosovo, y las solicitudes de Rugova del envío de una fuerza de la ONU para el mantenimiento de la paz en Kosovo no fueron escuchadas. Milosevic, en ese momento, ya era presidente de lo que quedaba de Yugoslavia: Serbia y Montenegro.

Los cambios de política introducidos en Kosovo produjeron la radicalización de muchos albaneses, que adoptaron como solución la lucha armada. El 22 de abril del 1996, cuatro ataques simultáneos contra objetivos civiles en diferentes partes de Kosovo marcaron el inicio de las hostilidades. El Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) organización hasta ese momento desconocida, se atribuyó la responsabilidad. La estrategia de este grupo se mantuvo constante desde el principio: provocar a las fuerzas serbias de manera que la respuesta, cada vez más desproporcionada, produjera rechazo y, con ello, mayor apoyo a la causa albana.

El ELK fue visto como una fuerza legítima de resistencia ante el opresor por los albanos de Kosovo, y como una organización terrorista por los serbios. Internacionalmente, la posición sobre esta organización fue ambigua. Se la llamó organización terrorista, pero no se impuso ni bloqueo de fondos ni de armas.

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03/12/2009, 18:27
Director

Dacijaj, Kosovo, Serbia Abril 1996 (lugar y fecha de comienzo del juego)

Es un pequeño pueblo en el corazón de las virginales cumbres que los sultanes otomanos llamaron "las montañas arboladas".

En el siglo X a.C., albergaron a los ilirios, un pueblo de pastores de origen indoeuropeo, que fueron sus primeros, casi desconocidos pobladores. Desde entonces, como si una maldición pesara sobre ese lugar, los ejércitos de todos los conquistadores de la historia pasaron por allí desde Alejandro hasta Gengis Khan.
Pero fueron las invencibles legiones romanas quienes dominaron tempranamente toda la costa del Adriático. En el año 168 a.C. fundaron ahí la poderosa provincia de Illycum, joya del Imperio Romano. Alguno de los más notables emperadores -como Aureliano, Diocleciano y Constantino I- fueron ilirios. Al comienzo de la Era Cristiana, ya en el año 6, se produjo una sangrienta sublevación que Roma reprimió sin ninguna piedad. La orgullosa Iliria fue desmembrada por primera vez para dar lugar a dos provincias imperiales más débiles: la Panonia y la Dalmacia. La paz había huído de ese sitio para siempre.

En el año 395, a la muerte del emperador Teodosio, el Imperio Romano se dividió en dos partes, una al este (con capital en Bizancio) y otra al oeste, con centro en Roma, regidas por dos de los hijos mayores del monarca fallecido. Los Balcanes quedaron en la parte oriental del Imperio. A fines del siglo VI -cuando el Imperio Bizantino ya declinaba- comenzó la trabajosa expansión de los pueblos eslavos del Cáucaso hacia el sur. Los más audaces de esos grupos se infiltraron por "las montañas arboladas" y se apoderaron de la antigua Panonia romana. Llegaron hasta la Dalmacia y se afincaron en la zona costera. A principios del siglo VII toda la Iliria y la mayor parte de los Balcanes estaban en manos de estos harapientos eslavos del sur, antepasados de los actuales eslovenos, croatas y serbios. Pero la vida no iba a ser simple para esa gente.

Muchos, como los eslovenos, accedieron pronto a un alto grado de organización y en el 788 pasaron a formar parte del Imperio forjado por Carlomagno, a quien el papa, en el año 800, le otorgó el título de Emperador de Occidente. Los croatas, encerrados entre el poderoso mundo Carolingio y Bizancio, lograron poco a poco emanciparse y formaron un Estado Independiente bajo el reinado de un príncipe llamado Tomislav I (910-928). Los serbios, por su parte, estaban divididos en dos grupos de tribus casi salvajes: uno de ellos se había establecido en Rascia y el otro en Zeta. Por esa época llegaron los búlgaros, que se establecieron en la antigua Dacia, más al este. Eran de origen turco, pero en contacto con los serbios se fueron eslavizando de a poco.

De esa forma se completó la ocupación de los Balcanes: los eslovenos en el norte, formando parte del Imperio Carolingio; en el centro los croatas, con su reino independiente; más al sur los serbios, divididos en dos grupos (uno de los cuales daría origen a los montenegrinos); y al este los válacos (después llamados rumanos, que todavía erraban con sus majadas por los confines de Albania y Macedonia).
El resto de la península pertenecía al empobrecido Imperio Bizantino.

Todos estos eslavos eran paganos. Y lo mismo ocurría con los búlgaros y los rumanos. Bizancio y Roma rivalizaron en su empeño por evangelizarlos. Roma integró a su área de influencia a los eslovenos y a los croatas, que se convirtieron al cristianismo en el siglo IX. En cambio, Bizancio tuvo más éxito en el sur de los Balcanes gracias a la acción de dos monjes, los hermanos Metodio y Cirilo, originarios de Salónica, que hablaban perfectamente el idioma eslavo. Los eslavos convertidos por Bizancio siguieron a la Iglesia Ortodoxa luego del cisma que se produjo en el año 1054. En ese momento quedó consumada la más completa "balcanización" de la región: una unidad geográfica (los Balcanes) y étnica (los eslavos) rota en decenas de países rivales separados por sus antagonismos de origen (de tribu) al que se agregaban ahora las diferencias religiosas.

Pero eso no es todo. En el siglo XIII, unificados por Gengis Khan, los tártaros de la Horda de Oro arrasaron Eslovenia, Croacia y Eslavonia. Cuando se retiraron, sólo quedó una tierra casi despoblada y calcinada por el fuego. Eso favoreció a los serbios, que pudieron agrandar sus fronteras: se extendieron hacia Albania y Macedonia y ocuparon, en lo que hoy es Croacia, la actual Krajina. Pero eran demasiado débiles para oponerse a los jenízaros turcos, convertidos en los nuevos poderosos invasores. En 1371 Serbia cayó sin combatir y los otomanos (musulmanes) se apoderaron de toda la península balcánica. Se quedaron allí por espacio de quinientos años.

Pero en ese lapso su imperio se fue debilitando. En 1699 los turcos debieron ceder a la Casa de Austria los territorios de Croacia y Eslavonia. Toda la costa dálmata y el Peloponeso cayó en manos de Venecia y los Balcanes se convirtieron en un polvorín.

Los primeros días de la Federación Yugoslava estuvieron marcados por la violencia. Como resultado de las guerras balcánicas de 1812-1813, Serbia y Montenegro habían recibido extensos territorios y se habían destruido los últimos restos del poderío turco en la península. Las relaciones entre el Imperio austro-húngaro y Serbia, construidas sobre años de rivalidades y sospechas, se volvieron cada ve más difíciles en la medida en que los dos países luchaban por mantener su influencia en los Balcanes. Austria-Hungría se anexó Bosnia en 1908.

En 1914 hacía tiempo que Croacia había perdido ya su independencia. Eslovenia todavía no había conseguido ser un Estado independiente (nunca lo fue, perteneció alternativamente a Italia y Alemania) y el Reino de Serbia -que se había independizado de los turcos en 1815- era una tentación para la Rusia imperial de los zares. Viena tenía aspiraciones anexionistas hacia Belgrado (en 1908 le había quitado a los otomanos la Bosnia Herzegovina) y el príncipe heredero de la corona austro-húngara, el archiduque Francisco Fernando (1863-1914), pensaba que la única manera de pacificar los Balcanes era incorporando Serbia al Imperio, con lo cual la mayor parte de los eslavos de la península quedaría integrada dentro de una misma entidad política, acabando así con las luchas y reivindicaciones territoriales.

Los serbios, ya se sabe, pensaban distinto. Una organización secreta llamada La Mano Negra planificó, en 1914, un atentado contra el príncipe durante una visita que este realizaría a la ciudad de Sarajevo. El 28 de junio de 1914, cuando Francisco Fernando cayó, junto con su esposa, bajo las balas del estudiante nacionalista serbio Gavril Princip en Sarajevo (capital de Bosnia), Viena le mandó un ultimátum a Belgrado exigiéndole una serie de condiciones que convertían al país casi en un protectorado austro-húngaro.
Aunque la mayoría de las demandas fueron aceptadas por los serbios, un mes más tarde del asesinato los austríacos lo mismo les declararon la guerra y al día siguiente su artillería bombardeó la ciudad de Belgrado. Rusia acudió en defensa de su aliado eslavo y entró en la guerra en contra de Viena. Alemania, que veía con desconfianza el poderío ruso, respaldó con las armas a Austria-Hungría. Francia, que había firmado un acuerdo con Serbia, movilizó sus tropas en apoyo de Belgrado. Las tropas de Berlín, entonces, invedieron Bélgica para marchar contra los franceses y eso obligó a los ingleses a entrar en la contienda en defensa del gobierno neutral de Bruselas (Inglaterra también luchaba junto a Serbia). Comenzaba de esa manera la I Guerra Mundial (llamada inicialmente Gran Guerra, cuando se realizó la II Guerra Mundial, la anterior cambió su nombre para ser diferenciada, y por eso se la conoce como la I Guerra Mundial), que habría de costar la vida de ocho millones de combatientes. En abril de 1917 los Estados Unidos se movilizaron en respaldo de la alianza franco-ruso-británica y sus ejércitos desembarcaron en el Viejo Continente. En octubre de ese mismo año la revolución bolchevique se apoderó del gobierno en Rusia y cuando la guerra terminó, en 1918, con la derrota de los alemanes, los turcos (que también respaldaron a Austria Hungría), y los austríacos, el mapa de Europa -y de los Balcanes- había cambiado por completo.
A pesar de su derrota en 1915, los serbios obtuvieron una enorme recompensa cuando en 1918, a fines de la I Guerra Mundial, se estableció el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos después de la derrota de Austria-Hungría. Aunque no constituían la mayoría, eran el principal grupo étnico y como tal dominaron el gobierno.

Desmembrado el Imperio Austro-húngaro, los eslavos quedaron librados a su propia suerte política. En diciembre de 1919 el rey serbio Pedro I fue proclamado soberano de Serbia, Croacia y Eslovenia, una unión precaria.

En 1929, el rey Alejandro I (1888-1934) le dio el nombre de Yugoslavia al reino, que significa "país de los eslavos del sur" y lo dividió en nueve condados de acuerdo con la geografía y no con la raza. Su intención de crear un sentimiento nacional y de unidad fracasó y Yugoslavia siguió siendo un conjunto de culturas rivales muy diferentes hasta que Alejandro fue asesinado en 1934.
Desde el principio, los serbios tuvieron un papel dominante en el nuevo Estado. Serbia no sólo anexó su territorio otros pueblos eslavos menores, sino que todo el poder efectivo quedó en sus manos. En 1921 la mayoría serbia dictó una constitución autoritaria que apenas disimulaba el proyecto de la creación de una Gran Serbia en los Balcanes. Como el Parlamento se convirtió en el centro de todas las tensiones, el gobierno prohibió los partidos políticos de la oposición y de las nacionalidades, especialmente el Comunista y el Partido Campesino croata. También segregó drásticamente a las minorías no eslavas.
El 20 de junio de 1928, un diputado montenegrino disparó contra el líder parlamentario de los croatas matándolo en pleno recinto. El rey Alejandro (que había asumido el trono en 1921) suprimió entonces el Congreso y promulgó una nueva Constitución, aún más absolutista que la anterior. Eso dio como resultado la aparición de organizaciones terroristas armadas hostiles al nacionalismo de la Gran Serbia. La mayor de esas sociedades secretas fue la Ustacha, dirigida desde Roma por un abogado croata llamado Ante Pavelich, amigo de Benito Mussolini. El 9 de octubre de 1934, un terrorista macedonio reclutado por los ustachis asesinó, en la ciudad de Marsella, al rey yugoslavo Alejandro y al ministro de Relaciones Exteriores de Francia Louis Barthou.

En 1935, para aplacar a los sediciosos croatas, el gobierno firmó un concordato con el Vaticano que pudo a la Iglesia Católica en un pie de igualdad con la Ortodoxa. Entonces fueron los serbios quienes protestaron ruidosamente y las turbas enfurecidas quemaron decenas de templos católicos en todo el país. Una nueva medida conciliadora le otorgó a Croacia una limitada autonomía política. Eso, sin embargo, no consiguió frenar el accionar de la cada vez más poderosa Ustacha, cuyo objetivo era obtener independencia de Croacia a cualquier precio. Lo conseguiría fugazmente durante la II Guerra Mundial, uniéndose a la Alemania nazi.
El 10 de abril de 1941, cuando la aviación de Hitler bombardeaba Belgrado, los ustachis tomaron el poder en Zagreb y proclamaron el Estado Nacional Croata, que abarcaba todos los territorios del antiguo Reino de Croacia y Eslavonia. El día 15, el abogado Ante Pavelich fue nombrado jefe de gobierno e impuso una dictadura de orientación nazi. El 23 anexó Bosnia Herzegovina y dividió en dos a Eslovenia, cedió a Alemania una parte y otra a Italia, incluyendo la ciudad de Lujbljana y la zona costera de Dalmacia. También Montenergro pasó a ser un protectorado de Roma, mientras que en Macedonia quedó bajo el dominio de Albania, aliada a las potencias del Eje. Yugoslavia había desaparecido una vez más.
Durante la II Guerra Mundial, Yugoslavia fue invadida por tropas alemanas y repartida entre Alemania, Italia y Bulgaria. Cruentas luchas se desarrollaron en la guerra civil de 1941-1945 entre los fascistas croatas proclives a Alemania y los serbios. Los alemanes llevaron a cabo más masacres en respuesta a la resistencia armada de los realistas "chetniks", antiguos soldados yugoslavos, y los guerrilleros comunistas liderados por Tito. Al principio, los chetniks y los comunistas lucharon uno al lado del otro, pero luego se enfrentaron uno contra otro, mientras seguían combatiendo a los alemanes. Las semillas del profundo odio entre los serbios y los croatas quedaron sembradas en la II Guerra Mundial, cuando muchos serbios, judíos, gitanos, y otros grupos étnicos murieron en campos de exterminio.
El ejército soviético liberó a Yugoslavia de la ocupación alemana en 1944 y en 1945 Tito estableció una república comunista, la República Socialista Federal de Yugoslavia. Al finalizar la guerra, toma el poder. En un plebiscito, con el 90% de los votos a favor, nace la Federación. La consiguiente alianza entre Yugoslavia y la Unión Soviética no fue fácil. Los esfuerzos de Tito por construir en el decenio de 1940 una federación balcánica, independiente de la influencia soviética, fueron vistos por la Unión Soviética como una amenaza a su base de poder en la región. El retiro de su ayuda económica con la esperanza de derrotar a Tito no tuvo éxito. Yugoslavia siguió su propio camino y Tito permaneció en el poder hasta su muerte, en mayo de 1980.Su incuestionable autoridad mantuvo a raya las tensiones étnicas que la II Guerra
Mundial había reforzado, pero no las eliminó.

En cuanto a la prosperidad económica durante la Guerra Fría, tomó una posición estratégica como país no alineado, con esto Yugoslavia logra atraer las inversiones occidentales.
La aprobación de una nueva Constitución en 1974 fue un paso hacia un liderazgo compartido e igualitario. Una presidencia estatal de nueve miembros, uno por cada una de las seis repúblicas y dos por las provincias autónomas, con Tito a la cabeza, no satisfizo las demandas serbias por una mayor participación en el poder.

La compleja y turbulenta historia de la península balcánica creó un clima de hostilidad y desconfianza entre las distintas comunidades étnicas y religiosas que la conforman. Sólo un hombre pudo mantener efectivamente unida a la Federación Yugoslava, Josip Broz (1892-1980), conocido como el mariscal Tito. Durante su liderazgo, entre 1945 y 1980, Yugoslavia, como Estado comunista, tuvo un único período cohesionado dentro de la compleja historia de la región. Transcurridos sólo diez años de su muerte, los países que formaban la antigua Yugoslavia estaban embarcados en una cruenta guerra civil.

La introducción de reformas políticas y económicas después de la muerte de Tito (1980) se vio obstaculizada por la descentralización del gobierno; se introdujo una presidencia colectiva, que continuó la política del fallecido líder. En 1989, asume como presidente de la República Federal de Yugoslavia Solobodan Milosevic, quien reduce la autonomía de Kosovo e impulsa la idea de hacer el país una Gran Serbia, agitando a las minorías serbias en las demás Repúblicas. Eslovenia y Croacia efectuaron elecciones multipartidistas en 1990 y eligieron asambleas republicanas no comunistas.

Serbia, bajo la presidencia de Slobodan Milosevic (n. 1941), se resistió a ello, temiendo que el cambio amenazara a los 700.000 miembros de las comunidades serbias de Croacia y Bosnia-Herzegovina. Poco después que Eslovenia y Croacia declararon su independencia en 1991, estalló la guerra civil.
Los combates en territorio esloveno siguieron hasta julio de ese año cuando Eslovenia suspendió su declaración de independencia por tres meses y, en contrapartida, se retiró el ejército federal yugoslavo.

Pero la lucha continuó en Croacia.
Una sucesión de altos al fuego entre serbios y croatas durante 1991 fueron violados sistemáticamente. En 1992 la Comunidad Europea reconoció la independencia de Croacia y Eslovenia. No obstante, el presidente serbio Slobodan Milosevic seguía con la idea de crear una nueva Yugoslavia que no incluyera Croacia ni Eslovenia. Esta idea no contó con la aprobación de Bosnia Herzegovina ni de Macedonia.
Los serbios de Bosnia boicotearon el intento de independencia de ese Estado. Los milicianos serbios, apoyados por el ejército federal yugoslavo, atacaron Sarajevo, la capital de Bosnia y la guerra se extendió por todo el país.

En 1992, Serbia y Montenegro proclamaron la nueva República Federal de Yugoslavia. Los combates siguieron en Croacia y la guerra civil avanzó en Bosnia Herzegovina. Allí, se enfrentaron serbios, croatas y musulmanes y se cometieron crímenes similares a los de la II Guerra Mundial.

En 1995 comenzó el cese de hostilidades y se firmó un tratado de paz, Un año después la paz quedó establecida. En 1993, Zoran Lilic fue elegido presidente de la nueva Yugoslavia. Pero Slobodan Milosevic siguió siendo una figura muy poderosa con grandes influencias políticas.
Nuevamente en la cima del poder, Milosevic, durante la crisis económica de la posguerra fría, de acuerdo al crecimiento de los mercados emergentes en Europa del Este y su discurso nacionalista interrumpieron el flujo de capitales extranjeros.

Este año tuvo lugar una guerra sin igual (de menos intensidad que la de Bosnia), en donde Milosevic, con su política nacionalista, hizo que las minorías serbias de toda Yugoslavia se alzaran contra todo lo "extraño", es decir, se amotinaran contra los demás hombres de otra etnia que no sea la suya, iniciando un proceso llamado "Limpieza étnica". El conflicto se agudizó en Kosovo, donde ya había antecedentes de ataques de serbios: la minoría serbia de Kosovo (se estima un 10%) empezó a violentarse muy abruptamente con los albanokosovares (90% de los habitantes). Esto hizo que rápidamente el conflicto trascendiera a nivel internacional, pronto Rusia, la OTAN, China (que tuvo una corta aparición cuando la OTAN le bombardeó su embajada), y demás países entraran al territorio kosovar para solucionar las cosas. La OTAN fue la que principalmente se enfrentó a la Serbia de Milosevic y ganó el conflicto, quedando los demás países como sólo simples "coprotagonistas" de una historia horrorosa, pero a la espectativa de todos, fue sorpresa para muchos que Rusia -histórica "aliada" de Yugoslavia- no interviniera militarmente a favor de ella y sólo se remitiera a abogar por la paz. El conflicto duró pocos meses, pero fue muy violento. Al ser firmado el plan de paz entre las partes enfrentadas, se dudaba que "la paz" se pudiera dar abiertamente, y fue así como días más tarde, con los ejércitos de la OTAN sobre Kosovo, los albanokosovares se alzaran contra la minoría serbia que tiempo atrás los dominaba. La OTAN se retiró y volvió nuevamente un status de lo que se podría llamar paz.

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17/02/2010, 12:07
Director

Mapa del Pueblo

 

Notas de juego

Si, es muy cutre, pero soy muy malo con los programas de imagenes, pero para una idea general creo que vale.

Conforme vayáis descubriendo lugares podemos ir "rellenando el mapa". Si lo queréis de manera indivual puedo postearlo para cada uno, porque lo mismo no todos vais conociendo los mismos lugares.