Partida Rol por web

-Puede quedarse ahí.  - comentó señalando a un rincón. Yo dormiré a escasos metros de ti. Por si despiertas del dolor. Los analgésicos no tardarán en hacerte efecto. No soy madre de nadie, así que, procura ponerte bien. Además, con casi todo el cuerpo cubierto de vendas no creo que tengas capacidad de movimiento. Ahora, duerme. Es una orden de tu capitana. 

Sonreí levemente y asentí con la cabeza en silencio, desde luego como enfermera no tendría mucho futuro pero motivando a su tripulación no tenía precio-desde luego lo ha conseguido, aunque lo que más me motivaba era mantenerme sencillamente vivo capitana, pero su último empujón era bienvenido aunque ahora me ha decepcionado estrepitosamente, qué manera de mentirme, será falsa-dije picándola manteniendo aquella tenue sonrisa, buscando un sitio para descansar e intentar dormir.

-No te preocupes, nunca he buscado una madre, así que puedes estar tranquila-dije con una mirada confiada y tranquila, marcada por las molestias esperando a que el dolor se mitigase-sólo para tu información puedes cabalgar al macho sin que se mueva, lo digo por si encuentras al amor de tu vida y lo tienes que vender también-le guiñé un ojo, la verdad es que aquel era el primer momento tranquilo y de paz en lo que parecían haber pasado años y lo agradecía enormemente, hablar de algo canal y un riesgo a morir. Estaba claro que en unos minutos o pocas horas podría estar muerto, pero qué más daba ya, al menos habría tenido unas horas para relajarme y descansar algo, no perdía nada, teniendo esperanza al fin y al cabo era lo último que se perdiste y aún en aquella situación tan jodida, pensaba que quizás había escapatoria, si Ripley había conseguido sobrevivir, nosotros también podríamos aprender y yo no quería morir, era joven joder y quizás con mis conocimientos y algo de chatarra alienígena pudiera construir o arreglar algo. Eso me mantendría activo, quizás mañana podría inspeccionar los restos del cazador por si tuviera algún arma que requisar o estudiar.

-Gracias por la cura, creía que no, pero parece que tienes corazón, aunque lo es ondes muy bien- susurré con otro guiño de ojo cómplice mirando a la capitana.

A pesar de los dolores y de la situación, Amber tenía toda el suficiente poder de convicción como para conseguir que todos os sintieseis un poco mejor y sobre todo, confiados, dentro de una situación por lo demás, casi desesperada. Lo que restaba de día y la noche, sirvió para que descansarais, aunque Jerico y Jack no estaban precisamente bien.

En cuanto amaneció, era solo cuestión de tiempo el preguntarse cuál sería vuestro siguiente paso.

-Este lugar es solo un sitio en el que ocultarse, pero no el único. Además, nuestra mejor posibilidad para sobrevivir es continuar moviéndonos. Hay una zona a unos cinco kilómetros, siguiendo hacia el este en la cual tenemos nuestro campamento definitivo. Yo vengo de allí. No está lejos. y cuanto antes nos marchemos, antes llegaremos. Así que vamos.

Ripley descendió casi felinamente y esperó entonces a que lo hicieseis vosotros por vuestra cuenta. Todos estabais más descansados, aunque los dos heridos, tampoco tenían el cuerpo para demasiadas cosas y todavía no sabíais que había sido de Jo.

- ¿Ya, tan pronto? - Preguntó la joven sorprendida. 

Todavía estaba muy dolorida. Aquel descanso le había parecido muy breve. Había sido cerrar los ojos y quedarse dormida. Justo después, aquella mujer tan desagradable volvía a despertarla. Parecía que habían pasado sólo unos pocos minutos, cuando en realidad habrían pasado, ¿horas? No estaba segura, no podía estarlo.

Ripley hablaba en esos momentos de caminar otros cinco kilómetros. A priori no parecía mucho, una hora quizás a lo sumo si caminaban a ritmo muy relajado o simplemente a través de la selva, que al fin y al cabo, era terreno complicado. Pero había que añadir que dos de ellos estaban bastante malheridos y eso supondría todo un reto. Lo pero era que una de las que estaban malheridas era ella misma.

- ¿En serio? - Preguntó. - ¿No podemos descansar un poco más? - La cara de aquella mujer lo dijo todo sin necesidad de palabras. 

Adams se puso en pie así como pudo y se acercó a la salida de aquella nave. Iban a tener que hacer caso a su guía, pues fuera como fuera, se marcharía y no le iba a importar dejar a nadie atrás. No quería acabar como Amanda, Gabriella o Snow... o incluso como Jo, que aunque no sabía que le había sucedido, suponía que nada bueno. 

- Está bien... - Se resignó finalmente.

La capitana me separo de Sarah durante unos instantes para colocarme a la altura de su entrepierna mientras le decia algo a Jerico.
Si tantas ganas tiene de follar capitana con Jerico no tendra ni el aperitivo le dije mientras intentaba evitar la mirada de aquel lugar pues por mi mente solo se pasaba la idea de lanzarme y hacerla gritar al notar mi lengua en su interior.

Cuando acabo volvi al lado de Sarah
Me queda bien?? le pregunte guiñando el ojo bueno que tenia y despues nos fuimos a un rinconcito en el que pasar la noche "acurrucados".

Despues de unas horas que parecieron segundos el sol salio por el horizonte y Ripley se ponia nuevamente en camino
Ese campamento... como de seguro es?? le pregunte a la mujer que ya se encontraba bajando; entonces mire a Sarah y recorde las dos ultimas veces que habia intentado subir a aquel lugar y pense en como se le ocurriria bajar Si no te ves con fuerza puedo bajarte le dije cogiendo una cuerda y enrollandosela a la cintura mientras aprovechaba para acariciar sus hermosas curvas

-¡VAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAMOS! -Gritó a pleno pulmón Amber para que Jerico y los demás se espabilaran. Aún así, Riley ya lo había hecho antes, pero aún tenía un orgullo. ¿Cómo os encontráis en la mañana, a parte de empalmados? -miró por encima a los dos hombres, comprobando su teoría. 

Amber fue la segunda en bajar, de vez en cuando se resbalaba, pero más allá de rasgarse un poco la piel, nada grave. 

Con Ripley delante, reiniciasteis la marcha. Vuestros estómagos rugían de hambre y el ojo de Jack, inflado varias veces su tamaño, al igual que sus testículos por la acumulación innecesaria, y las vísceras de Jerico, que de vez en cuando le daban una que otra punzada, no dejaban de recordaros que ibais contrareloj.

Caminar entre aquellos arbustos y con aquella humedad era un suplicio, y parecía que el camino no terminaba nunca. De hecho, empezó a llover, para terminar de joderlo todo, y no era una simple lluvia. Sobre vosotros caían gotas del tamaño de pelotas y dolían como jodidas pedradas.

Finalmente, llegasteis a un río cuyas aguas parecían ir más deprisa de lo que os gustaría. Ripley se detuvo en la orilla, con las manos en jarra, pensativa.

La lluvia no nos hará ningún favor. Estas aguas son más peligrosas de lo que parece. Un resbalón... y acabaremos a diez kilómetros de aquí, ahogados. Pero es el único camino.

- ¿Y si alguien pasa y ata una cuerda a un lado del río, a un árbol por ejemplo y así el resto puede pasar más fácilmente? - Preguntó Sarah. 

Ella estaba realmente dolorida todavía. No se veía con fuerza de luchar contra aquel río embravecido y si caía al agua, estaba convencida de que no saldría de ahí. Por ello, toda ayuda extra era sin duda necesaria. Jerico tampoco estaba mucho mejor que ella y Jack, aunque no parecía estar mal físicamente, tenía un ojo hecho polvo y su vista podía jugarle una mala pasada si pisaba donde no debía. 

- ¿Qué opina capitana? - Le preguntó a Amber.

De todos, Amber era la que se encontraba en mejores condiciones físicas y si había podido descender un acantilado y subirlo sin ayuda de ningún material adicional, cruzar un río para ella sería coser y cantar. 

-Debemos pasar. Yo me ocuparé de que paséis todos, ataré la cuerda en el árbol y a ustedes. Sarah, Jerico, ustedes sois los que más cuidados debéis tener. 

Siguiendo el camino detras de Ripley hacia un posible lugar en el que encontrarnos a salvo, en un momento la lluvia comenzo a mojarnos y yo en aquel momento me senti libre; deje que el agua cayera de mi cabeza y recorriera mi cuerpo mojandome y haciendome aun mas sexy de lo que ya era. Aunque las gotas de lluvia eran enormes y algunas de ellas incluso hacian daño no habia nada mejor que aquella sensacion, bueno si.. la de ver, aunque fuera con un solo ojo, a las feminas del lugar mojadas.

Llegamos a un rio que habia que cruzar pero debido a la lluvia su caudal habia subido y ya no era tan facil cruzarlo, incluso nuestra acompañante super woman se veia con ciertas dificultades para hacerlo; como siempre nuestra capitana, imparable, queria hacerse notar y cruzar ella el rio.
Esta bien capitana pero tomaremos precauciones le dije mientras cogia la cuerda y la ataba delicadamente a su cintura notando sus curvas Ahora puede cruzar y no la perderemos por el camino

Con una sonrisa picara sujete el otro extremo de la cuerda y deje que la capitana tomara el rumbo