Cuando sales de nuevo a superficie, te encuentras en un pasillo diferente. Hay una tenue iluminación que emana de las paredes. A medida que sigues el camino, al girar el túnel, te detienes por la visión que tienes enfrente. Espirales de cristal brillantes que salen de las paredes de la cueva, reluciendo desde el interior, cuya luz parece acentuarse a medida que te aproximas. La cueva está impoluta, y a medida que te adentras, sientes como si el mundo exterior se desvaneciese, dejándote en paz, siendo uno con la Fuerza.
Vuelves en ti, aunque aún te sientes algo dolorido. Te encuentras en un pasillo de la cueva, uno que nunca habías visto. Hay una tenue iluminación que emana de las paredes. A medida que sigues el camino, al girar el túnel, te detienes por la visión que tienes enfrente. Espirales de cristal brillantes que salen de las paredes de la cueva, reluciendo desde el interior, cuya luz parece acentuarse a medida que te aproximas. La cueva está impoluta, y a medida que te adentras, sientes como si el mundo exterior se desvaneciese, dejándote en paz, siendo uno con la Fuerza.
Apúntate 6 de conflicto por emplear la fuerza bruta sin provocación en la prueba de la Fuerza.
Recuperas tensión hasta el umbral.
Cuando sales de nuevo a superficie, te encuentras en un pasillo diferente. Hay una tenue iluminación que emana de las paredes. A medida que sigues el camino, al girar el túnel, te detienes por la visión que tienes enfrente. Espirales de cristal brillantes que salen de las paredes de la cueva, reluciendo desde el interior, cuya luz parece acentuarse a medida que te aproximas. La cueva está impoluta, y a medida que te adentras, sientes como si el mundo exterior se desvaneciese, dejándote en paz, siendo uno con la Fuerza.
Los segundos pasan pero no hay disparo. En algún momento, te sientes lo bastante valiente como para abrir los ojos, y te encuentras en un pasillo distinto al que estabas antes. Hay una tenue iluminación que emana de las paredes. A medida que sigues el camino, al girar el túnel, te detienes por la visión que tienes enfrente. Espirales de cristal brillantes que salen de las paredes de la cueva, reluciendo desde el interior, cuya luz parece acentuarse a medida que te aproximas. La cueva está impoluta, y a medida que te adentras, sientes como si el mundo exterior se desvaneciese, dejándote en paz, siendo uno con la Fuerza.
La atracción de la Fuerza os ha llevado a cada uno de vosotros a un lugar distinto de la cueva. Y ahora, ante vosotros se encuentra un gran yacimiento de cristales rubat que ocupa hasta donde llega la vista. Y aún así, a pesar del tamaño y la grandeza del depósito, os dais cuenta de que sólo una pequeña esquirla es necesaria. El brillo interior de los cristales de rubat parece concentrado en un punto, que parece cantar para cada uno de vosotros. Con cuidado y paciencia, sois capaces de extraer lo que necesitáis sin estropear el crecimiento del resto de cristales.
Os habéis reunido todos en la misma cueva, aunque habéis llegado por pasadizos diferentes. La Fuerza os ha puesto a prueba, pero lo habéis conseguido.
Rolen mira a su alrededor, sin acabar de creerse lo que acaba de suceder, y se palpa el pecho buscando esa herida mortal que estaba esperando. Cuando ve que le acompañan sus tres colegas, se dirige hacia ellos, ignorando por ahora los cristales- ¡Estáis aquí! Casi conseguís que me maten esos soldados... o bueno, quizá ni existieran, pero por la República que habéis conseguido que me llevara un buen susto, ¿dónde os habíais metido?
Espero que estemos todos muertos y que aparezca el humo negro pronto, nos lo merecemos...
Erfea se acerca al grupo. Parece exausto, y avanza sin terminar de creerse el lugar donde se encuentra.
Respira profundamente y dice - Vaya, así que esto es lo que hemos venido a buscar. Más vale que cojais lo que necesiteis y salgamos de aquí lo más discretamente posible, no me gusta nada este sitio.
La madre que nos parió :p.
- Yo volvía de la corriente de agua para avisaros que había guardias imperiales y unas arañas extrañas. La araña que yo ví atacó a los guardias, conseguí hacer huir a la araña pero ya había matado a uno de ellos y herido gravemente al otro. ¿qué os ha ocurrido a vosotros? - Dice Ighar tras alegrarse de volver a ver a sus compañeros.
¿Puedo tirar saber arcaico para averiguar algo más de este sitio?
Y entonces ¿ya hemos extraido los cristales que necesitariamos?
Máster: Puedes tirar, aunque no hay mucho más que averiguar. No, aún no los habéis extraído, he sido poco claro. Y de paso, decidid el color de vuestro sable (azul, verde o amarillo, no os flipéis :P).
-Yo escuché un derrumbamiento por el pasillo en el que estaba Erf'ea, y cuando fui a investigar me encontré con dos soldados imperiales. Les convencí para que buscaran entre las rocas por si Erf'ea estaba cerca y podía emboscarles. Después les engañé para que fuéramos a la caverna con el lago para intentar lo mismo con vosotros dos -señala a Ighar y Deecan- pero se acabaron hartando de tanta vuelta y estaban dispuestos a matarme... Cuando apretaron el gatillo, desperté aquí.
Verde pa mí.
Aun bastante aturdido comento con mis compañeros - Llegué a otra caverna con gas, y volvía a informaros cuando me crucé con dos soldados en el lugar donde debería estar Rolen. Me dejaron inconsciente y desperté aquí al lado. Todo muy extraño.
Si puedo coger cristal sin sable de entrenamiento, lo intento con el amarillo
Máster: Todos podéis coger los cristales. Los que tengan las piezas para el sable incluso lo pueden montar.
Ighar se arrodilla para extrar un cristal azul que le llama especialmente la atención. - ¿caiste inconsciente? Eso es nuevo
Me acerco a la formación cristalina para extraer una esquirla verde.
-Había una luz y una voz que venían del interior de la roca, dentro del lago. Traté de horadar la pared para descubrir su origen, pero fue inútil: cada vez que me quedaba sin aire y tenía que subir, la pared se reconstruía y volvía a encontrármela intacta. Ahora sé que era una prueba.
Dicho esto, me siento en el suelo, saco mi sable de entrenamiento y las piezas, y trato de montar un sable de luz de verdad.
Ighar saca su sable de entrenamiento y comienza a abrirlo como si supiera que es lo que esta haciendo. Saca una célula de energía que tenía guardada y la coloca en su sable junto con el cristal azul que habia recogido anteriormente.
Motivo: Saber Arcaico
Tirada
2 éxitos (3 éxitos - 1 fallo)
1 ventaja (2 ventajas - 1 amenaza)
Tras horas de quitar y poner piezas, me doy por vencido. Ahora estoy demasiado tenso. Necesito meditar y volver a intentarlo en otro momento.
Motivo: Construir sable
Tirada
0 éxito (2 éxitos - 2 fallos)
2 ventajas (2 ventajas)
Por cierto, ¿ahora puedo meditar?
Ignoro el comentario de mi compañero, y me acerco a las formaciones cristalinas, para extraer un cristal amarillo por el que me siento especialmente atraido. Al ver que mis compañeros se ponen a trastear con los sables que llevan, me dedico a dar vueltas por la cueva explorando el entorno, por aproximadamente una hora.
Aburrido por la tardanza, me siento en un punto desde el que puedo controlar la entrada de la cueva por la que hemos venido, y me dedico a descansar, comer una de las raciones de campo que he traido conmigo y tratar de recuperarme de la tensión sufrida en el día.
Al cabo de varias horas, cuando parece que Ighar parece tener todo controlado, pero Deecan muestra signos de estar perdidos, digo en alto - ¿Os queda mucho? aún queda un buen rato para volver a la nave.
La ración de campo creo que se podía preparar en la lampara de fusión de rolen, ¿no? ¿Las barras de luz aún duran las 8 horas o las hemos perdido ya?
Máster: Las raciones de campo las podéis comer frías. Las barras de luz no se gastan.
Tras 8 horas de duro esfuerzo, Ighar termina su sable láser. Deecan en cambio no termina de verlo claro. El resto pasáis el tiempo como podéis.
Ahora quizá sea el momento de decidir qué hacer a continuación.
Recuperaos toda la tensión.
Ighar termina de montar su sable con varios movimientos rápidos, tras lo que lo enciende y lo mira fascinado y orgulloso -Muchas gracias por esperar. Ahora debemos volver a la nave, ¿no?
Visiblemente frustrado por mi fracaso al intentar montar el sable, guardo las piezas y me pongo en pie.
-Sí, ya hemos encontrado lo que veníamos a buscar. Será mejor que nos vayamos antes de que las fuerzas imperiales nos detecten, si es que no lo han hecho ya.
Me pongo en pie, visiblemente mas relajado, y me dirijo a mis compañeros.
- Muy bien, pues salvo que Rolen tenga algo que objetar, pongamonos en marcha
Acto seguido desenfundo mi blaster, compruebo que sigue en modo aturdir, y me dirijo hacia la entrada de la caverna con mi barra de luz apagada, oteando en busca del camino de salida de la cueva.
Sin alejarme en exceso de mis compañeros.
Rolen alza la vista de los cristales, confundido. Llevaba un tiempo intentando calcular el valor en mercado de ese producto tan extraño y escaso, pero tampoco parecía haber mucho mercado. Al escuchar a sus compañeros, se levanta y se acerca a ellos, aunque se para a medio camino, sorprendido. En la mano lleva un cristal verde, aunque no recuerda haberlo cogido. Encogiéndose de hombros, guarda con cuidado el cristal en la mochila- Sí, de acuerdo, Ighar y Deecan tienen sus sables, y nosotros algo que contar y quizá en el futuro hacernos un arma de esas. Tal vez encontremos algo de valor al salir, quién sabe.
Guardo el cristal (lo apunto en equipo), saco el bláster y sigo con la linterna.