Partida Rol por web

Karim se tomó su tiempo para apuntar bien y no fallar el disparo. Estaba seguro que nadie se iría de allí dejando a las chicas presas, así que se concentró e intentó evitar que el ruido de los matones de Gambrino le distrajera.

El balazo de la uzi dio de lleno en uno de los eslabones de la cadena. Esta sufrió mucho daño, pero tuvo que acercarse para verificar que la cadena estaba lo bastante mal para dejar libre a la chica.

- No te asustes, venimos a ayudar. - dijo intentando calmarla. - vuestra amiga Valerie es la que lo ha hecho posible. ¿Puedes levantarte y andar? Porque tenemos que salir de aquí cuanto antes.

La chica se cubrió la cara, temblorosa ante el fuego del arma de Karim. Un grito agudo y ahogado salió de su boca cuando las chispas saltaron. La cadena había quedado más que dañada, pero aun le quedaba un eslabón para romperse totalmente. Valerie, que ya se hacía cargo de las mujeres mientras que Dharma se unía al combate, terminó de romper la cadena con la culata.

- Gracias... - le dijo a Karim con la cara demacrada por el maquillaje estropeado y el dolor - Gracias de corazón...

Valerie tranquilizó a las chicas y se dispusieron a salir por el hueco que había formado la granada. La chica dejó que las mujeres salieran primero, animándolas a correr por la situación. 

- ¡Escapan, no dejéis que escapen! - gritó uno de los mercenarios al ver que las mujeres salían del sótano hacia el exterior.

Barry comenzó a moverse un poco y parecía que lentamente se incorporaba. La bala había atravesado la parte de la clavícula del mafioso y aparentemente, todavía las fuerzas le permitían seguir con vida. No obstante, estaba aún muy aturdido para atacar.

García volvió a disparar la escopeta, pero el mercenario, que ya había sufrido un ataque anterior, se echó rápidamente al suelo esquivando las postas que fueron a parar a la pared que tenía detrás. Había sobrevivido de milagro a un ataque tan cercano.

Liam no tuvo tanta suerte en esta ocasión. Los mercenarios, que habían reculado sabiendo que su posición era desfavorable, pudieron esquivar los primeros ataques de los chicos que sorprendentemente acompañaban a los hombres de Big-C. Brian encogió el cuello ante el fogonazo de la pistola de Liam, que sonó muy cerca de sus oídos.

Una vez liberadas las mujeres de sus cadenas, las guío hasta el exterior a través del hueco en la pared, esperando poder usar las llaves del vehículo acústico que habían conseguido del guardia.

- ¡Tenemos que salir de aquí ya! Tengo las llaves de una moto de agua y quizá de una lancha. - dijo mostrando el llavero a Valerie una vez fuera.

Karim prefería no tener que volver a disparar contra otro de los hombres de Gambrino. Ni le gustaban matar ni que le pegaran un tiro...

- ¡Vamos! -dijo Dharma, renqueando todavía de las heridas, ayudando a que todas salieran rápido de ahí.  

Al salir por el boquete, todas en ramillete, se preparó con el arma para disparar a cualquiera de los gambrinos que se asomara.  

Brian trató de recordar todo lo que había aprendido sobre las armas de fuego a lo largo de toda su vida de nerd y esta vez parecía que iba a ser capaz de apuntar mejor. Sin embargo, los disparos de sus compañeros y los gritos para que salieran ya de allí le hicieron fallar de nuevo.

—¡Ah, joder! —maldijo antes de darse la vuelta y correr hacia el agujero de la pared—. Vamos Liam, mueve el culo.

El mercenario, que apuntaba al puerrtoriqueño, disparó varias balas golpeando fuertemente en el pecho del mafioso. El sonido del antibalas se escuchó crujir. Ya eran muchas las balas que había recibido...

Cuando Brian echó a correr, Liam hizo lo mismo tras el asiático. Los balas resonaron en el aire mientras avanzaban hacia la apertura por donde había salido Karim, pero una de esas balas... impactó en el brazo de Liam. El grito del ingeniero fue instantáneo pero la adrenalina del momento le hizo continuar la carrera.

Aprovechando la carrera tras el disparo, los ingenieros se pusieron al descubierto arriesgando sus vidas por poder escapar de aquel lugar. Brian, también fue alcanzado por una de las balas, pero fue más el susto que el daño. Ahora era Liam, herido, quien pedía a su compañero que pasara rápido por el agujero.

Karim introducía llaves en las motos de agua que tenía cerca.

- ¡Dame las llaves de la lancha! - pidió Valerie mientras indicaba a las mujeres que subieran a la lancha.

En ese momento aparecieron Liam, visiblemente herido; y Brian, aturdido por el shock de la situación. Dharma aparecía detrás para completar el grupo.

- Yo iré con ellas, vamos Brian, que Dharma y Karim se vayan en las motos de agua... - el dolor se apoderaba del ingeniero, que sangraba por el brazo.

El rugir de la lancha tronó cuando Valerie pudo arrancarla. La esperanza llenó el corazón de las mujeres, que veía como habían sido rescatadas y salían de allí con vida.

- ¡Cubrid la puerta rápido!

Los mercenarios de Gambrino comenzaron a salir del sótano... era la oportunidad de escapar.

Varios disparos se escucharon detrás de ellos. García... seguía vivo. 

Brian corrió hacia la lancha a toda velocidad. Cuando subió puso la rodilla en tierra y apuntó al hueco por el que comenzaban a salir los mercenarios. En cuanto tuviera un blanco claro abriría fuego y cubriría la huida. Era lo único que se le ocurría ahora mismo; estaba muerto de miedo al ver las balas pasando tan cerca de su cuerpo.

Dharma había trabajado un verano en un negocio de renta de motos acuáticas que había montado su primo Enric.  Si.  Fue sólo un par de meses, saliendo de la optativa de verano que había insistido en tomar, porque era la primera de "Las Mates son Diver".   Y bueno, como su chamba era ir a por los que se caían de la moto y traerlos de regreso, pues aprendió lo básico y un poco más.   Ahora, con el nervio, lo básico se le multiplicaba.  El adrenalinazo enfoca la neurona. 

¡Vamos RickyMartin!  ¡Aquí te espera tu ride!  ¡Súbete a mi moto, y tó pues!, como va tu canción!   ¡Apúrate, échale!   -Se esperaría hasta el último momento para llevar al portoriqueño a seguro.  No se lo merece, pero bueno, ayudó a rescatar a las chicas.  Es lo menos que puedo hacer.   Moto a todo, sólo bastaba conectar el engrane y saltaría sobre las olas como allá en las She-sells, haciendo sus cabriolas y faramallas.

¡A escapar!    -Les dijo a los demás, que eran más nubs en esto que ella.

Karim arrancó el motor de la moto de agua, pero se quedó parado un segundo. No había pilotado una jamás... ¿Sería capaz de hacerlo y escapar de allí? Mientras se hacía esa pregunta Dharma apareció tras él y se montó.

- ¿Sabes conducir una de estas? - Le preguntó a su compañera viendo que se ponía al mando de la moto de agua. - Más te vale si queremos escapar.

Por suerte no parecía haber más vehículos que los hombres de Gambrino pudieran usar para perseguirles...

- ¡No queda sitio para más gente en la lancha Dharma! ¡Hay que salir de aquí!¡Ya! - gritó mientras echaba una mirada atrás apuntando con su arma.

Carlos y Barry tendrían que buscarse la vida, si es que lograban salir de allí. Le supo mal por el puertorriqueño, pero no podían hacer mucho más por él...

Mientras ponían a punto la lancha para zarpar, Brian templó su pulso y, a pesar de su inexperiencia y de sus heridas logró impactar en uno de los mercenarios que corrían a atraparles.

—¡Sí! —exclamó—. ¡Vámonos ya!

Mantuvo su posición con todo el valor y la sangre fría que supo reunir y se preparó para disparar de nuevo a otro de los perseguidores.

El sonido de los motores de los vehículos se hizo con la noche de Miami. El rugir de la explosión de gasoil y las embarcaciones abriéndose paso a través del agua se hizo fuerte. Dharma, con una habilidad sorprendentemente eficaz para conducir una moto de agua, arrancó con tanta energía que Karim tuvo que agarrarse fuertemente en su cintura para no volcar. 

- ¡Rápido, debemos de pasar bajo el puente, en esa dirección tendremos más posibilidades de escapar! - el rostro de Valerie ya no daba sensación de pena, ahora la chica estaba seria y decidida - ¡Corred!

Los hombres de Gambrino, que dispararon contra ellos sin éxito, fueron placados por García y Barry, heridos. Las balas les habían alcanzado y sangraban visiblemente, a pesar de las ropas negras que ocultaban la sangre. Pelearon a puños, golpeándose mientras los ingenieros se alejaban dirección el puente. Era la última vez que verían a aquellos dos tipos. García, levantó la vista un segundo hacia ellos. Una pequeña sonrisa de medio lado se dibujó en su rostro.

La brisa veraniega de Miami refrescó la cara de los ingenieros, entre pequeños saltos producidos por el movimiento del mar. La moto de agua y la lancha corrían veloces dirección al puente que Valerie había indicado. La ciudad, todavía a lo lejos, se acercaba poco a poco, aumentando la esperanza de los ingenieros.

Pero en ese momento, un helicóptero sobrevoló por encima de ellos, con un sonido ensordecedor producido por las hélices. Un foco potente los alumbró. La luz, iba alternando entre la moto de agua de Dharma y Karim y la lancha de Brian y Liam. Al segundo, una voz a través de un megáfono sonó seria.

- Les habla la Policía de Miami, paren completamente los vehículos, están rodeados. Repito, paren los vehículos.

- ¡Y una mierda! - se escuchó gritar a Valerie.

Algo llamó la atención en aquel momento a los fugitivos. Dos lanchas, una cada lado, se dirigían hacia ellos a toda velocidad.