Partida Rol por web

Los ingenieros pudieron ver una cara conocida: Big-C. El jefe de Barry García se encontraba en la lancha junto a otros dos de sus hombres. Uno de ellos conducía, mientras que los otros portaban armas. Big-C se dirigió gritando hacia Valerie.

- ¡Valerie!

La cara de Valerie y Big-C eran de alegría al verse.

Pero por el otro costado... otra cara nueva, no para todos los ingenieros, se acercaba peligrosamente: Gambrino. El mafioso, que también iba acompañado de otros dos hombres no iba a dejar escapar tan fácilmente a aquellos intrusos que habían asaltado su mansión.

- ¡Que no escape la chica vida, voladle la puta cabeza a esa zorra! ¡Has llegado muy lejos Big-C, ahora vas arrepentirte!

¿Es que esta maldita pesadilla no se va a acabar nunca? Brian notaba cómo su rabia iba en aumento. Se cubrió con la borda de la lancha, afianzó los brazos contra la misma y apuntó al conductor de la lancha de Gambrino. Confiaba en la suerte más que en su habilidad, pero tampoco le veía mucho sentido a disparar como un loco contra los enemigos.

A Dharma le dolía la herida, así que cuando intentó girar, como cuando tenía 16, el punzón de músculo la dejó corta de lo que necesitaba para agarrar la ola de bajada y ganar ventaja a la lancha.  Alas. 

Aún así, en su movimiento trató de ver dónde sería más vulnerable el motor de la lancha que les perseguía.  ¡Disparen a la caja blanca arriba de lo que toca el agua!  ¡Allá pueden dañar al motor!  ¡Vamos!   Y así darles la ventaja para escapar. 

Karim sabía que no podía hacer gran cosa con su arma, pero pese a todo disparó en dirección a la lancha de Gambrino y sus hombres. En un momento así hubiera deseado tener la puntería certera de Carlos...

Las balas hicieron saltar salpicaduras en el agua pero siquiera se acercaron a sus perseguidores. Todo se movía demasiado arriba y abajo, iban a alta velocidad, era de noche y apenas había disparado por primera vez un arma en su vida. Aunque más le hubiera valido aprender en su momento.  Juró aprender a disparar un arma si salía de esta con vida.

- ¡Vamos sigue corriendo! ¡Que nos alcanzan! - gritó a Dharma que parecía haber aflojado la marcha.

- ¡Agachaos, agachaos! - ordenó Liam mientras se cubría.

La lancha de Valerie y las mujeres, junto Brian y Liam, estaba en el fuego cruzado de las dos bandas. Todas las mujeres, gritando entre nervios y miedo, se tumbaron como pudieron una al lado de otra para cubrirse con los laterales de la embarcación mientras cubrían sus cabezas.

- ¡Valerie, cuidado!

Liam disparó su pistola hacia donde Dharma le había gritado, impactando sorprendentemente en el punto exacto para hacer tambalear a la lancha. Gambrino y sus hombres tuvieron que agarrarse para no volcar. Los ingenieros habían ganado un poco de distancia.

El conductor de la lancha de Big-C se acercó a la lancha de Dharma al ver que la africana estaba teniendo algunos problemas para seguir con el ritmo de la moto de agua.

- ¡Saltad, saltad! - les grito Big-C.

Uno de los hombres del mafioso disparó hacia el conductor de la lancha de Gambrino, acertando de lleno en la cabeza y abriendo un boquete en el lateral de la misma. El cuerpo, por la inercia, cayó en el agua haciendo aquaplaning durante unos metros hasta hundirse.

- ¡Coge el puto volante! - ordenó Gambrino a otro de sus hombres. Ya solo quedaban Gambrino y dos más.

El otro hombre armado de Big-C volvió a disparar hacia el nuevo conductor para ver si había suerte y podía quitarlo de en medio, pero la bala se perdió en el aire.

El único hombre que podía disparar de la lancha de Gambrino sacó una Uzi con un gran barrido intentando alcanzar a Valerie, pero las balas¹ se perdieron en el aire.

El helicóptero seguía sobrevolando a los ingenieros en una persecución hacia el puente donde Valerie aseguraba que podrían escapar con vida de aquella pesadilla.

- ¡Detengan los vehículos, es una orden, les habla la policía de Miami!

Un reflejo como de un destello salió del lateral que miraba dirección los vehículos motorizados: una mirilla de un rifle de francotirador.

- ¡Detengan los vehículos o abriremos fuego!

Dharma seguía intentando controlar¹ la lancha mientras que Karim se centró más en no caerse que disparar. Brian, que seguía escondido tras el lateral del bote junto a las mujeres comenzó a sacar la cabeza.

- ¡Ya estamos cerca, hay que seguir! - gritó Valerie, esperanzada.

Brian apuntaba al nuevo conductor de la lancha y abrió fuego contra él, pero con tanto vaivén la bala se perdió sin ni siquiera impactar en la motora.

—¿Qué demonios hay en el puente? —gritó a Valerie intrigado por su insistencia. La Policía también estaba dispuesta a participar en el tiroteo y a Brian ya no le quedaban ganas ni ánimos para continuar esta lucha—. Tenemos a la Policía de Miami también detrás de nosotros. ¡Maldita sea!

Dharma recuperó el control de la moto acuática y primero la acercó a la lancha de Bic-G para que Karim saltara más facilmente si así lo quería. 

Después, ella sola o con compañía, haría una maniobra de "derrape", una que ya se sabía, yendo primero en dirección suicida hacia la lancha de Gambrino, como en toreo cretense, pero en vez de chocar, haría al final un giro rápido levantando una ola de spray de agua contra ellos que les impediría a los gambrinos ver por unos momentos, haciéndoles más difícil saber por donde disparar y por donde dirigir la lancha.   Ambas cosas les daría una ventaja a la lancha de Valerie en llegar al puente que, ojalá tuviera razón, representaba una su salvación. 

¡Vamos Karim!  ¿Salta?    ¿quédate?

- ¡No creo que pueda hacerlo! - le gritó a Dharma entre el ruido del motor de los vehículos, los disparos y el helicóptero policial.

Tiró el arma por la borda y de agarró más fuerte a Dharma para no caer en caso de que perdiera el control durante la persecución. 

- ¡Vamos se que puedes! ¡Si nos sacas de esta con vida te prometo que no volveré a reprocharte el haber manipulado la maquina! - le dijo con sinceridad. Sí todos ellos estaban metidos en este problema por Dharma y su boicot al proyecto. La que había sido su colega de confianza durante tanto tiempo. Pero ahora era una situación de vida o muerte real. No se trataba de perder prestigio frente a la comunidad científica o perder una oportunidad de salir en los libros de historia haciendo algo tan grande. Aquí se estaban jugando el acabar con un balazo en el fondo de la bahía...

El helicóptero sonaba cada vez más cerca, dando incluso la sensación de que las hélices podían rebanarles las cabeza. Las lanchas de agua seguían batiéndose en duelo de camino al puente, que cada estaba más cerca.

- ¡Allí rápido! 

Todos pudieron ver lo que había allí: la parte baja de un acantilado encementado tenían varias bocas de desagüe que llevaban a los alcantarillados. Una de ellas tenía la verja destruida, la única escapatoria del grupo. Pero había un último obstáculo: una especie de badenes acuáticos unidos por boyas impedía la entrada directa. Había que saltar por encima de ella aprovechando unos paneles que hacían de puente, lo suficientemente anchos como para poder saltar con la lancha y la moto de agua. 

Un estruendo forma de disparo sonó en el aire. Todos se asustaron, encogiéndose de hombros, y, por un segundo, nadie sabía que había pasado hasta que vieron como una bala atravesaba a Valerie, que caía muy herida dentro de la la lancha. Todos se temían lo peor.

- ¡¡¡VALERIE!!! - gritó Big-C al ver el cuerpo de la joven soltar el volante -  ¡¡¡VALERIE!!!

El único hombre armado de Gambrino aprovechó la confusión para disparar contra los muchachos que habían herido a su séquito. La bala impactó en Liam, que a pesar de no haber sido herido de gravedad, cayó aturdido y dolorido. La lancha, con las mujeres Brian, comenzó a realizar intensas eses de un lado a otro, incontrolada. Si seguía así, volcaría.

Dharma, que se agarraba¹ al borde de la lancha, no midió bien el salto y quedó a medio camino. La velocidad de la misma no le permitía tarea fácil para poder incorporarse. Uno de los hombres de Gambrino le tendió la mano, pero todavía tenía que poner de su parte para poder subir.

Karim, por otro lado, seguía en la moto de agua, asustado, presa de una situación para la cual no estaba preparado. Solo le quedaba saltar o controlar la moto de agua que seguía lanzado a solo unas decenas de metros del salto para poder esquivar el helicóptero y los hombres de Gambrino.

- ¡Matad a esos hijos de puta! - gritó Gambrino, enloquecido de ver a Big-C fuera de sí y a Valerie medio muerta.

El mercenario de Big-C seguía abriendo fuego con el conductor. Pero las balas se perdieron en el aire.

Karim que cada vez se aproximaba más al salto, agachó la cabeza mientras las balas volaban por todos lados.

- Mierda, mierda, mierda... como se supone que se maneja una de estas. - mascullaba mientras apenas conseguía mantener el equilibrio y un trazado recto hacia el punto de fuga.  

No se atrevía a saltar hacia  la lancha en marcha. No, era demasiado arriesgado. Intentó concentrarse en recordar como lo estaba haciendo Dharma hacia un rato atrás, pero la fuerte conmoción que había sufrido durante la explosión de la granada no le dejaba recordar con nitidez. La visión se le nubló durante un segundo, así que se aferró a los manillares de la moto de agua y siguió como pudo hacia adelante...

Uno de los hombres de Gambrino le tendió la mano, pero todavía tenía que poner de su parte para poder subir.

¡¿En que lancha estoy!!  -pensó por un momento.   Y no se pudo subir. 

¡Karim!  ¡Apunta la moto a la lancha de Gambrino y salta tu al agua!   ¡Baja la palanca roja para que no se apague en automático! -De esa manera un afortunado choque los podrían frenar un poco y ya luego ellos regresarían por el ingeniero, en un rato.   Él no era el objetivo principal y el helicóptero de la policía evitaría que tomaran venganza con él. -o eso pensaba la seychellina. 

Con Valerie y Liam en el suelo, la lancha daba coletazos sin control y a toda velocidad. Era cuestión de tiempo que volcara murieran todos. Brian no lo dudó un instante, le dio la espalda a todos los tiradores y se puso a los mandos del bote. Los mandos no eran difíciles de entender pero el volante era otra cosa. Aun así, tras unos segundos de forcejeo, logró recuperar el gobierno de la nave y continuar la ruta hacia el puente que Valerie había señalado como meta.

No podía prestar atención a sus compañeros, no sabía si habían caído o si corrían junto a él hacia el objetivo. Brian estaba totalmente concentrado en no matarse él mismo.

Los vehículos acuáticos pasaron por debajo del puente y tenían el salto solo a unos segundos. El helicóptero, ascendió rápidamente para no chocar con el puente. El sonido de las hélices se disipó.

- ¡Mierda, joder!¡Avanza por el otro lado! - se escuchó lejanamente desde la radio de la policía, que había perdido el rastro por no poder acceder a una zona tan baja.

Brian, guardando el equilibrio a duras penas, se puso a los mandos de la lancha que culeaba violentamente. Haciendo fuerza con los brazos y palanca con los pies, consiguió estabilizar la máquina. Por un segundo, miró a Valerie desangrándose y a Liam, que comenzaba a recuperarse¹ poco a poco. 

Liam se despertó rápidamente y se acercó a Valerie, preocupado y pálido. 

- ¡Sigue viva, sigue viva! - gritó el ingeniero.

Big-C sonrió profundamente, esperanzado.

- ¡Dharma, agárrate! - le dijo Liam mientras le lanzaba el aro salvavidas que tenía la parte de atrás de la lancha - ¡Agárrate y te subiremos entre todos! - las mujeres se pusieron poco a poco de pie, asintiendo y haciendo gestos con las manos para ayudar a Dharma.

La africana, que había perdido el agarre con el mercenario de Big-C debido a los impactos del agua que la iban arrastrando hacia atrás, tenía una última opción para poder aferrarse a algo para poder continuar con sus compañeros.

Mientras tanto, Karim, que en décimas de segundo intentó recordar las palancas y botones que había manejado su compañero, se bloqueó por la presión. A pesar de lo fácil que se suponía que era manejar una moto como éstas, no pudo hacerse con el control. 

Las boyas se acercaban más y más. Brian comenzó a respirar expulsando el aire por la boca rápidamente, preparado para saltar con la lancha por una de las rampas. Karim, tenía una última oportunidad de saltar a la lancha de Big-C y saltar con ellos o estrellarse con la moto. Dharma, si alcanzaba el salvavidas, estaría a salvo a menos que Brian estrellara la lancha.

Era el último intento.