Partida Rol por web

- Permíteme que te acompañe - dijo Lancelot mientras preparaba una granada.

- Necesitarás apoyo si te ves en apuros, prometo ser discreta - en tu mano caía la decisión de permitirla acompañarte o no.

- Bueno, como veas, pero procura no ponerte en peligro, que el señuelo soy yo. Pero si muero, tú me guardarás el equipo para devolvermelo cuando vuelva.

Ambos comenzasteis a avanzar con el máximo sigilo posible. El hecho de que el entorno haya cambiado a uno más enigmático facilitó que vuestros sentidos estuviesen alerta.

Lancelot no te interrumpió, ni si quiera te hablaba o buscaba contactar contigo. Parecía que estaba a la altura de tus expectativas.

Mientras os acercabais pudiste divisar algo entre los árboles. Centraste más tu atención para observar, sorprendido, como una criatura de gran tamaño se dedicaba a arrancar toda vegetación que allí había. De vez en cuando se paraba para contemplar sonriente una especie de "amuleto" elaborado con cráneos de apariencia humana.

Lancelot se detuvo y te miró, era como si estuviese esperando instrucciones.

- Vale, a partir de aquí seguiré yo solo, tú busca un buen sitio donde esconderte. Le dispararé al amuleto y llamaré su atención. Entonces tú deberás valorar si en algún momento está peligrosamente cerca de mí antes de que los demás disparen, y si es así le tiras la granada. Si te ves capaz de conseguir que le estalle en la cabeza hazlo, pero solo si estás segura. Y confía en tu instinto, ¿de acuerdo?

Tras su respuesta cogí la Five Seven con firmeza y me acerqué al BOSS hasta una distancia prudencial en algún lugar que no pudiera verme. Apunté con el cañón de la pistola al amuleto y me preparé para apretar el gatillo.

 La criatura comenzó a olisquear el ambiente en cuanto empezaste a acercarte. De repente, en un violento gesto, miró directamente hacia tu posición y abrió su deformada boca para emitir un gruñido que retumbó en el paisaje.

No sabías si era porque tu sigilo no fue lo suficiente o si el BOSS estaba diseñado para que cualquiera que se acercase a X distancia detectase a la amenaza, pero la cuestión era que aquella mole no necesitaba ser atraída, iba ya directamente hacia ti, con un garrote que era más grande que una casa de dos plantas.

Cada pisada que daba hacia tu posición era como un pequeño terremoto, igual no había sido tan buena idea adentrarse en solitario.

Lancelot, al comprobar que el BOSS había sido atraído sin que se escuchase ningún disparo buscó tu atención.

- ¡Kraus! - gritó

- ¿Llamo a los demás o paso directamente a atacarle? - preguntó en un momento donde los segundo contaban, puesto que aquella criatura estaba dispuesta a atacar, y a una velocidad mucho más rápida de lo que aparentaba su voluminoso cuerpo.

- ¡Ataca! ¡La explosión les hará venir!

Tal y como supuse, ágil y perceptivo. O el BOSS detectaba automáticamente, porque parecía que había captado mi olor. El mayor de los problemas no era que me matara en si, sino que si me mataba a mi mataría facilmente a alguien más del grupo, puesto que mi defensa era, por lo menos en teoría, la mejor de todos.

- Por si muero, mi nick es Matsuryo, agregadme como amigo.

Cyclon se acercó para recoger el botín que había caído al suelo. No iba a dejar que aquel supuesto ladrón se hiciera con él cuando había sido él quien lo había conseguido.

Pues entonces te diría, ¿dónde hay que firmar? Aquello iba a ser lo más próximo a una alianza y un pacto que hiciera con alguien desde que Cyclon y Krauss se habían separado. Necesitaba aliados potentes, al menos para equiparse como era debido y poder investigar aquel nuevo mundo en el que se había adentrado, del cuál no conocía absolutamente nada, puesto que en el videojuego y en el tutorial apenas decían nada sobre él.

Observaste como rápidamente Lancelot comenzó a usar la interfaz para agregarte como amigo. Le dio prioridad ya que era consciente de que mantener el contacto podía suponer una garantía de supervivencia en el futuro.

La gigantesca criatura, justo en frente de ti se detuvo. Lo que hizo a continuación fue realmente extraño. Te señaló con su "amuleto" de calaveras y te sentiste realmente extraño ¿Qué estaba sucediendo?

Miraste tu interfaz y comprobaste que el sistema estaba haciendo un chequeo de tu voluntad.

El tipo te miró fijamente.

- Ni se te ocurra tocar ese "loot" - sus palabras fueron frías.

- Eso no te pertenece, no tires por tierra la imagen que me había hecho de ti - ¿Qué harás ahora?

- Oh, porras.

Rápidamente abrí la ventana del chat para aceptar la solicitud antes de que el chequeo terminara, no fuera el caso de que me impidiera actuar.

Comprobaste en el HUD que habías fallado la prueba automática, y de repente un indicador de color morado empezó a rodear tus estadísticas.

Te sentiste extraño, como aturdido, pesado... ¡te habían maldecido!

- Genial, estoy maldito. Que te juegas a que tengo un penalizador a toda acción.

Era obvio que ese amuleto tenía algo, ¿pero mágia? A ver que excusa se inventaban a nivel de trasfondo, pero no tenía sentido alguno. Sin embargo, decidí aprovechar que no me había atacado para atacarle yo a el, aunque no podía permitirme un ataque apuntado ahora que no contaba con ventaja. El cañón se puso en dirección al Trol y apreté el gatillo.

Con aquella pesadez antinatural, comprobaste que tu puntería había mermado por completo. El disparo salió muy errado, aunque podía haber sido peor. Parecía que aquella criatura tenía una piel muy gruesa puesto que el disparo, a pesar de impactar, no le provocó ningún tipo de daño.

De repente escuchaste un grito.

- ¡Tápate los ojos! -  era la voz de Lancelot.

Un repentino flash dejó la estancia totalmente en blanco. Gracias a que pudiste reacciona no te viste afectado, pero parecía que la criatura sí que era víctima, la cual gimió mientras escuchabas la llegada del resto de tus compañeros.

- ¡Llega la caballería! - dijo Otacross mientras disparaba su ametralladora a la vez que corría hasta vuestra posición.

- Joder, ya nos podíamos haber buscado un enemigo más pequeño -

- Cierra el pico y concéntrate - comentó tu otro compañero mientras también disparaba desde su posición.

- ¡Saw! ayuda a corta distancia, Krauss parece que ha sido víctima de una "skill" del bicho -

Saw se acercó a ti y te tocó el hombro.

- No te desanimes cariño, podremos con esto ¡o de lo contrario saldremos por patas! - después de aquello comenzó ella también a atacar.

En cuanto Lancelot me avisó giré la cabeza, cerré los ojos y me los tapé con el antebrazo izquierdo. Al terminar, pude ver claramente como el monstruo había salido claramente perjudicado, quizás de la misma forma que yo pero no durante tanto tiempo. Y fue justo en ese momento cuando llegaron los demás. En apenas unos segundos la barra de vida del Trol había bajado un cuarto. Si hacía bien mi trabajo y no moría acabaríamos con él rápido.

- Gracias por las palabras de ánimo, cielo, pero no soy de los que huyen - le contesté a Sawyer.

Por lo menos no aquí.