Partida Rol por web

Pulp. Una suave masa de materia sin forma.

La exposición arqueológica de Albert Feldt

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07/11/2017, 12:36
Director

Lunes 13 de mayo de 1935, Cambridge.

Amanecía una fría mañana en Cambridge, perezosos jirones de niebla flotaban sobre los verdes pastos más allá de la mansión de piedra perdida en las afueras de la ciudad. La figura de Gerald eclipsaba la luz que entraba por los grandes ventanales de la biblioteca. Sujetaba una misiva que había llegado esa misma mañana y al leer el nombre de Albert Feldt en el remitente, una mueca, mitad alegría, mitad frustración, se dibujó en su rostro. 

Albert Feldt era un hombre enérgico y decidido que cómo Gerald, había roto todo nexo con su familia para llevar a cabo sus sueños. Apasionado de la arqueología y la antropología, Albert ha viajado por medio mundo y ha participado en numerosas excavaciones. 
Se conocieron hace cinco años, cuando Gerald lo encontró, perdido en mitad de la selva peruana, delirando por las fiebres y la deshidratación. Desde entonces, Albert siempre ha contado con él en todas y cada una de sus aventuras, excepto esta última. 
Hace cuatro meses, cuando estaban a punto de partir hacia las oscuras montañas del Reino de Hungría en busca de restos de antiguos asentamientos, Gerald sufrió una grave herida en la pierna derecha. Un pesado bulto de equipamiento se había deslizado desde la cubierta de carga del aeroplano y habría aplastado a uno de los integrantes de la expedición si Gerald no lo hubiera apartado en el último momento, aunque en el proceso se fracturó la pierna y se vio imposibilitado para participar en la expedición. 

Con esto en mente, abrió el sobre y leyó el contenido de la carta:


Lunes 6 de mayo de 1935, Londres

Querido Gerald, no sabes cuanto te he echado de menos durante estos cuatro meses, hemos hecho unos descubrimientos excepcionales y estoy deseando poder discutirlos contigo. Cómo suponíamos compañero, existió en el lugar una cultura tribal, la cual resultó más compleja de lo que habíamos estimado, pero prefiero que hablemos de estos temas en persona. Por lo tanto, espero que tu pierna haya sanado por completo (estoy seguro de ello) y te permita asistir a la exposición que realizaremos en Londres el próximo Viernes 17 de Mayo en mi residencia. 

Un afectuoso saludo. 

Albert Feldt. 

P.D. Disculpa la brevedad de la carta, pero cómo ya sabes, organizar estas cosas no es tan sencillo cómo parece. 


 

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07/11/2017, 12:53
Director

Lunes 13 de mayo de 1935, Versalles.

El eco de los pasos del servicio, resonaban en las amplias estancias del hogar de Percival. Un mayordomo canoso y de brillantes ojos azules apareció bajo el marco de la puerta de la biblioteca y golpeando suavemente en la hoja, anunció su presencia. 

Percival asintió con la cabeza al gesto del mayordomo y sin levantar la vista del grueso volumen en el que estaba inmerso vió, por el rabillo del ojo, como este depositaba un sobre sellado en la mesa de la biblioteca. 

La mayoría de la correspondencia de Percival giraba en torno a investigaciones y estudios históricos, así que quedó algo sorprendido ante el contenido de la carta.


Lunes 6 de mayo de 1935, Londres

Estimado Percival, cómo gerente de “Albert Feldt Foundation”, le invito formalmente a la Exposición Privada que tendrá lugar en Londres, el próximo Viernes 17 de Mayo en mi residencia de Regent's Park.
En esta se mostrarán y subastarán diversos artículos encontrados en la más reciente expedición de la compañía a las montañas del Reino de Hungría, donde hemos descubierto restos de una antigua sociedad aún sin clasificar. Toda recaudación será destinada a la financiación de futuras expediciones y el fomento de la cultura y la historia, a través de la creación de museos y bibliotecas.

Mis mejores deseos.

Albert Feldt.

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07/11/2017, 13:05
Director

Lunes 13 de mayo de 1935, París.

Hacía tiempo que el sol entraba por la ventana semi-abierta de la habitación, pero poco le importaba eso a Renée. 

Unos suaves golpes en la puerta le sacaron de su modorra ,y un agudo y súbito dolor de cabeza, le recordó los excesos de la noche anterior. La figura de Claudia, una de las sirvientas se recortó contra el marco de la puerta y depositó una bandeja con un suculento desayuno y una misiva sellada.

Mientras daba cuenta de la comida, abrió el sobre y leyó su contenido.


Lunes 6 de mayo de 1935, Londres

Estimada Miss Wellington, cómo gerente de “Albert Feldt Foundation”, le invito formalmente a la Exposición Privada que tendrá lugar en Londres, el próximo Viernes 17 de Mayo en mi residencia de Regent's Park.
En esta se mostrarán y subastarán diversos artículos encontrados en la más reciente expedición de la compañía a las montañas del Reino de Hungría, donde hemos descubierto restos de una antigua sociedad aún sin clasificar. Toda recaudación será destinada a la financiación de futuras expediciones y el fomento de la cultura y la historia, a través de la creación de museos y bibliotecas.

Mis mejores deseos.

Albert Feldt.


 

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07/11/2017, 13:30
Director

Lunes 13 de mayo de 1935

John se había levantado temprano esa mañana y observaba el horizonte desde la ventana de la cocina, con una humeante taza de café en la mano. Un golpe en la puerta principal lo sacó de su ensueño y asumiendo que sería el periódico matutino, salió al jardín. En el suelo se encontró el periódico y una carta, cuyo remitente firmaba como Albert Feldt.

El nombre no le era desconocido, de hecho, John había colaborado con este en varias ocasiones, siempre en el ámbito de la arqueología y las antigüedades. Normalmente estos casos giraban en torno a falsificaciones de piezas o alguna que otra minucia de este tipo, pero ambos habían iniciado una gran amistad a lo largo del tiempo y contaban el uno con el otro. 

Retornó a la calidez de la cocina y allí leyó el contenido de la carta.


Lunes 6 de mayo de 1935, Londres

John, como bien sabes, he llegado recientemente de una expedición a las montañas húngaras y quería invitarte formalmente a la exposición que se realizará, pero ahora te escribo no solo por eso. Hay un tipo, un tal Hans Schells que insiste en adquirir la pieza central de la exposición a un precio totalmente desorbitado, y la verdad compañero, no me fio de él. Te agradecería que te informaras un poco acerca de su persona y te reunieras conmigo para la exposición el próximo Viernes 17 de mayo, en mi residencia de Regent's Park.

Mis mejores deseos. 

Albert Feldt.

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07/11/2017, 21:09
Gerald Blackwood
Sólo para el director

No habría podido soportar un día de aquella condición de no ser por mi gusto por la lectura. Ciencia, literatura, noticias del mundo convulsionado en el que vivíamos y más...

Llevaba media biblioteca dada vuelta y mis apuntes se apilaban en las mesas, sillas y en el piso de madera "flotante". Y lo peor de toda aquella condición era el estar quieto en un sitio, donde mi familia podía bombardearme con correspondencia acerca de los banquetes, fiestas y eventos a los que debería asistir por recato. Molestos como siempre.

Por ese mismo motivo es que casi pierdo la carta de Feldt, eso habría sido una mala jugada del destino pues nada era tan refrescante como una nueva aventura pero los relatos de una tampoco estaban mal. Eso necesitaba: gente como él, gente de ciencia y de acción.
La pierna se había comportado extremadamente bien, había dejado de dolerle desde un mes después del accidente y los doctores determinaron que no había sido una fractura sino una simple fisura, lo primero hubiese sido catastrófico.*

El milagro había sido fomentado por un antiguo tratamiento, habitual en algunas tribus perdidas, relacionado con el veneno de las abejas. El chino que lo había atendido había hecho maravillas entre la acupuntura y la apitoxina.

El único detalle relacionado a esa condición que le quedaba era un bastón, modesto pero de calidad, que ya no necesitaba desde hacía tiempo pero al que le había tomado el gusto. Más allá de verse bien consideraba que era un arma improvisada muy útil que era fácil de justificar con un "me duele la pierna".

Arreglé mi agenda, me preparé consiguiendo lo necesario y ese viernes asistí puntual al evento.

Notas de juego

*Licencia narrativa xD

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07/11/2017, 22:08
Percival du Lancaster
Sólo para el director

Me sorprendí tras leer que me había llegado, aunque normalmente me llegaban cartas de arqueólogos e historiadores que necesitaban mis saberes o con quienes mantenía discusiones sobre varios temas históricos, pero que me invitaban a ver una exposición e subasta privada de una sociedad aun descubierta subía mucho mi ego, aunque sabía que no sería el único, esto significa que soy uno de los mejores historiadores de Inglaterra o quizás de Europa o incluso del mundo. De inmediato ordene a mis  criados que primero reserve en unos de los mejores hoteles de Londres para que en él podría residir el día  antes de la subasta y el día tras esta en caso que se alargara mucho. También hice que preparan mi maleta de viajes que incluía muchas prendas extravagantes y varios tomos de libros.

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08/11/2017, 11:08
Renée Wellington

Renée se encontraba cómodamente recostada sobre la multitud de almohadones que decoraban su cama. Aunque la jaqueca parecía no querer remitir, eso no le quitaba el apetito. Al saborear el café, le agradó sentir en su paladar el sabor avainillado del coñac que guardaba en casa. Por fin Claudia había aprendido a echar unas gotitas de su bebida favorita en el desayuno.

Mientras daba pequeños mordiscos al croissant, leyó la carta. Si que empezaba bien el día. Cogió la campanita que tenía en la bandeja y la hizo sonar varias veces hasta que la joven entró de nuevo en la habitación.

- Traigame lo necesario para responder a esta misiva - alzó el pliego de papel para acompañar sus palabras. En cuanto tuvo lo necesario, escribió la respuesta con bonita y cuidada caligrafía. ¿Cómo iba a perderse un evento como aquel?

Tras eso se bajó de la cama para comenzar a arreglarse. Había que salir de compras para poder deslumbrar a todos en la fiesta
 

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09/11/2017, 15:01
Director

Viernes 17 de Mayo de 1935, Londres.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que Gerald estuvo en Londres y una vez más quedó maravillado por la belleza de las calles y la arquitectura de la ciudad. Desde el coche, los edificios se sucedían con rapidez y según seguía las indicaciones hasta su destino, estos se iban volviendo más escasos y más vetustos, como si de alguna forma estuviera retrocediendo a una época más antigua. 

Tras varios giros más por las neblinosas calles de la urbe, la residencia de Albert Feldt apareció en la distancia. Se trataba de una mansión de piedra extremadamente bien conservada y que podía datar de principios del s.XIX. Un alto muro la rodeaba y un exuberante jardín florecía entre ambos. 

Serían aproximadamente las siete de la tarde y al acercarse al lugar, pudo ver las grandes verjas metálicas de la entrada engalanadas con ricas telas bordadas en honor de la ocasión e iluminadas por grandes focos de cálida luz ambarina. En el interior, los invitados iban llegando y un reducido grupo de sirvientes se afanaba en recibirlos y aparcar sus coches. 

 

Notas de juego

Límite de Turno: Lunes (tienes todo el fin se semana para postear) ^^

Me gustan las licencias, si ^^

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09/11/2017, 15:02
Director

Viernes 17 de Mayo de 1935, Londres.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que Percival estuvo en Londres y una vez más quedó maravillado por la belleza de las calles y la arquitectura de la ciudad. Desde el coche, los edificios se sucedían con rapidez y según seguía las indicaciones hasta su destino, estos se iban volviendo más escasos y más vetustos, como si de alguna forma estuviera retrocediendo a una época más antigua. 

Tras varios giros más por las neblinosas calles de la urbe, la residencia de Albert Feldt apareció en la distancia. Se trataba de una mansión de piedra extremadamente bien conservada y que podía datar de principios del s.XIX. Un alto muro la rodeaba y un exuberante jardín florecía entre ambos. 

Serían aproximadamente las siete de la tarde y al acercarse al lugar, pudo ver las grandes verjas metálicas de la entrada engalanadas con ricas telas bordadas en honor de la ocasión e iluminadas por grandes focos de cálida luz ambarina. En el interior, los invitados iban llegando y un reducido grupo de sirvientes se afanaba en recibirlos y aparcar sus coches. 

 

Notas de juego

Límite de Turno: Lunes (tienes todo el fin se semana para postear) ^^

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09/11/2017, 15:16
Director

Viernes 17 de Mayo de 1935, Londres.

Renée pasó toda aquella tarde y parte de la mañana del día siguiente, visitando tiendas, joyerías, perfumerías y sastres de todo tipo; examinando, juzgando, sopesando y adquiriendo aquellos artículos que más se ceñían a sus refinados gustos. El tiempo se le pasó volando y cuando se quiso dar cuenta, estaba preparándose ante el espejo de una de las suites más lujosas de Londres. 
Pierre, su fiel ayuda de cámara, le acompañaba y conducía el coche que les llevaría hasta su destino. 

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvo en Londres y una vez más quedó maravillada por la belleza de las calles y la arquitectura de la ciudad. Desde el coche, los edificios se sucedían con rapidez y según seguía las indicaciones hasta su destino, estos se iban volviendo más escasos y más vetustos, como si de alguna forma estuviera retrocediendo a una época más antigua. 

Tras varios giros más por las neblinosas calles de la urbe, la residencia de Albert Feldt apareció en la distancia. Se trataba de una mansión de piedra extremadamente bien conservada y que podía datar de principios del s.XIX. Un alto muro la rodeaba y un exuberante jardín florecía entre ambos. 

Serían aproximadamente las siete de la tarde y al acercarse al lugar, pudo ver las grandes verjas metálicas de la entrada engalanadas con ricas telas bordadas en honor de la ocasión e iluminadas por grandes focos de cálida luz ambarina. En el interior, los invitados iban llegando y un reducido grupo de sirvientes se afanaba en recibirlos y aparcar sus coches. 

Notas de juego

Límite de Turno: Lunes (tienes todo el fin se semana para postear) ^^

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10/11/2017, 04:02
Gerald Blackwood
Sólo para el director

Tras atravezar como la brisa las calles del casco nuevo me interné con mi automóvil entre edificios más rústicos, percibiendo cada vez menos ladrillo y cada vez más piedra. Los aromas cambiaban junto a las vistas en un avance cada vez más lento, comenzaba a disfrutar cada vez más de aquella travesía que me permitiría encontrar a un colega al que había extrañado, por no hablar de toda la sociedad científica. Exploradores y filántropos, un banquete para su alma de aventurero.

La mansión de Feldt se erguía imponente una vez llegué, acomodé personalmente mi automóvil pese a reconocer a un par de empleados de mi colega y amigo. Había yo nacido en una cuna de oro pero jamás me había gustado abusar del servicio y, sinceramente, no me molestaba caminar un poco más.
Saludé a los empleados tras dejar el vehículo, a los que conocía y recordaba de otras reuniones, para entrar tranquilamente en aquel edificio.

Una vez dentro, bastón en mano pero sin apoyarme en el mismo, caminé con el resto de la gente siguiendo su flujo hacia el interior. Besé o sacudí manos como fuese acorde con quienes tenía contacto previamente, así como con quien correspondiera por educación.
Como estaba de buen humor hasta saludé a algunos desconocidos, pero esa noche mi interés era otro: las posibles exposiciones y relatos de Feldt, así como él mismo.

Notas de juego

Voy en un Cadillac, posiblemente.

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11/11/2017, 01:26
John Irving
Sólo para el director

Leí la carta con atención mientras bebía un café. Ese hombre, por su mismo nombre debía ser un extranjero, sin embargo era probable que tuviera algún tipo de cuenta bancaria o estuviera asociado a alguna empresa que lo tuviera, también podía ser posible que tuviera algun tipo de representación legal si iba a hacer ese tipo de negocios en el país. Por esto decidí comunicarme primero que nada con algunos conocidos banqueros importantes, quizás podría tener algunos datos de ellos, sino tendría que buscar por otro lado. 

Fui a mi habitación antes que nada y tetriné de cambiarme. Por fin tenía algo interesante que hacer. 

Notas de juego

¿Existe y esta generalizado el uso del teléfono ya?

Perdón la demora y lo breve del post pero me surgió la duda, en base a la respuesta puedo volver a postear. 

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11/11/2017, 12:18
Renée Wellington

Renée se sentía exultante y maravillada apartes iguales. Aunque era Mayo, por las noches hacía un poco de frío, pero su nuevo vestido merecía lucirse sin estola ni capa alguna. Además, el rubor de sus mejillas ocasionadas por el frescor le evitarían tener que retocar su maquillaje. En su mano portaba un bolso donde llevaba un pañuelo de seda, unas cerillas por si algún guapo galán deseaba fuego, su chequera y su inseparable petaca. Esperaba no tener que echar mano de ella, ya que aquello era una fiesta. 

De su otro brazo colgaba su acompañante y guardaespaldas Pierre. No creía que nadie le fuera atacar en un evento benefico, pero no le gustaba acudir sin pareja.

Tras dejar el coche al solicito sirviente que se le acercó, se dirigió al interior de la mansión donde rápidamente encontró una copa que llevarse a los labios. Parecía que ya había bastante gente y se dedicó a ir catalogándolos. A algunos los conocía por la prensa. A otros porque había tenido contacto en alguna que otra fiesta. Pero había mucha gente nueva. 

Esperó  a poder localizar alguna cara amiga con la que pudiera entablar una conversación amena.

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11/11/2017, 16:06
Director

Tras varios días de llamadas, consultas y comparaciones, John descubrió que ese tal Schells, al parecer un completo desconocido hace años, había heredado una gran fortuna de parte de un caballero húngaro conocido cómo László Horvát, el ultimo de un antiguo linaje. 
Schells parecería no disfrutar de los actos sociales y solo se le había visto en exposiciones culturales y museos. Su residencia principal se situaba una antigua villa del Reino de Hungría, que también fue propiedad del señor Horvát. 
No había mucha más información en los archivos y John consideró la posibilidad de contactar con el consulado inglés en Hungría, pero sabiendo que sería un proceso tedioso, abandonó la idea y se dirigió a su cita. Solo había una cosa que le confundía, aunque seguramente era un error burocrático, pero el acta de nacimiento de Schells, no aparecía por ninguna parte. 

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvo en Londres y una vez más quedó maravillado por la belleza de las calles y la arquitectura de la ciudad. Desde el coche, los edificios se sucedían con rapidez y según seguía las indicaciones hasta su destino, estos se iban volviendo más escasos y más vetustos, como si de alguna forma estuviera retrocediendo a una época más antigua. 

Tras varios giros más por las neblinosas calles de la urbe, la residencia de Albert Feldt apareció en la distancia. Se trataba de una mansión de piedra extremadamente bien conservada y que podía datar de principios del s.XIX. Un alto muro la rodeaba y un exuberante jardín florecía entre ambos. 

Serían aproximadamente las siete de la tarde y al aproximarse al lugar, pudo ver las grandes verjas metálicas de la entrada engalanadas con ricas telas bordadas en honor de la ocasión e iluminadas por grandes focos de cálida luz ambarina. En el interior, los invitados iban llegando y un reducido grupo de sirvientes se afanaba en recibirlos y aparcar sus coches. 

Notas de juego

Si puede postear el fin de semana mejor, si no, hasta el lunes, vale? 

Un saludo ^^

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12/11/2017, 22:39
Percival du Lancaster
Sólo para el director

Hice que mi mayordomo prepare mi coche antes de salir, mientras tenia una de mis sirvientas ayudandome a ponerme mi todos las partes de mi flamboyante ropaje. Al llegar a la residencia de los Feldt, deje a mi mayordomo a cargo del coche y sali de este, llevaba un sombrero purpura con plumas de avestruz, una camisa blanca con volantes y chorerra hechos de un encaje muy delicado e elegante, encima de este una chaleco brocado purpura con motivos de flores y  como  abrigo, justaucorps de terciopelo y bordados de oro y plata. Para mi cuerpo inferior use un culotte negro, unas medias y para el toque final use zapatos estilos Louis XIV con unos altos tacones rojos que aumetaban mi altura unos 11 centimetros. Para darle un toque final, usaba varias joyas de mi familia.Tras estos me encontraba paseando por los jardines, mientras mi apariencia llamaba mucho la atención de los demás invitados, pero no me deje inmutar por esto y me  dirigí a un grupo de personas para entablar un poco de conversación

— Buenas tardes caballeros y damas, ¿como están?- Dije gentilmente mientras los miraba a todos  con una sonrisa elegante y seductora.

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13/11/2017, 18:03
Director

La exposición tenía lugar en la biblioteca de la mansión, todo tipo de fotografías, herramientas, vestiduras, abalorios, armas y objetos aparecían dispuestos sobre lujosos expositores y acompañados de pequeñas anotaciones acerca de sus características, descubrimiento y supuesto uso.

Cuando Gerald llegó a la estancia, agradeció la calma que en ella reinaba gracias a un simple letrero de “Silencio, por favor” y pudo ver como en el interior se desplegaban varias hileras de expositores iluminados conteniendo los hallazgos de la expedición. Al acercarse, pudo observar el exquisito estado de conservación en el que se encontraban y pensó que seguramente se debía a las condiciones climáticas del lugar donde habían sido encontrados. 

No era un experto en la prehitoria de Hungría, pero había algo en esos restos que, creía, no se correspondía con los del pueblo magiar*. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el suave sonido de unos pasos tras de sí, al girarse sobre sus talones en un impulso, se topó de lleno con un sonriente Albert Feldt que abrió los brazos y lo rodeó con un afectusoso abrazo.

Gerald, viejo amigo – dijo Albert aún abranzándolo – cuanto me alegro de verte. Por lo que veo esa pierna se ha recuperado casi por completo – continuó mientras se separaba de Gerald y observaba el bastón que reposaba en la mano de éste - ¿Qué te parece la colección?
 

Notas de juego

*Es el nombre que se le da a algunos pueblos prehistóricos de la región.

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13/11/2017, 18:04
Director

La exposición tenía lugar en la biblioteca de la mansión, todo tipo de fotografías, herramientas, vestiduras, abalorios, armas y objetos aparecían dispuestos sobre lujosos expositores y acompañados de pequeñas anotaciones acerca de sus características, descubrimiento y supuesto uso.

Cuando Renée llegó a la estancia, agradeció la calma que en ella reinaba gracias a un simple letrero de “Silencio, por favor” y pudo ver como en el interior se desplegaban varias hileras de expositores iluminados conteniendo los hallazgos de la expedición. Al acercarse, pudo observar el exquisito estado de conservación en el que se encontraban y pensó que seguramente se debía a las condiciones climáticas del lugar donde habían sido encontrados. No era una experta en la prehitoria de Hungría, pero había algo en esos restos que, creía, no se correspondía con los del pueblo magiar*

Algunos invitados paseaban entre las filas de expositores mientras otros se reunían en torno a la chimenea encendida, donde se había instalado un pequeño pero más que suficiente bar. 

Mientras caminaba hacia allí, pudo observar como un caballero calvo, obeso y claramente nervioso, miraba fijamente a dos hombres que charlaban animadamente entre los expositores. Uno de ellos era Albert Feldt y el otro, tal vez, uno de sus colaboradores. 

Antes de que pudiera llevarse a los labios la copa que Pierre le ofrecía, un caballero engalanado con un singular atavío se dirigió a ella. Llevaba un sombrero purpura con plumas de avestruz, una camisa blanca con volantes y chorerra hechos de un encaje muy delicado e elegante y encima de este, un chaleco brocado de color púrpura con motivos de flores y como abrigo, justaucorps de terciopelo y bordados de oro y plata. Además, usaba un culotte negro, unas medias y para el toque final, unos zapatos estilos Louis XIV con unos altos tacones rojos que aumetaban su altura unos 11 centimetros. **

Notas de juego

*Es el nombre que se le da a algunos pueblos prehistóricos de la región.

** Doblemente Editado (ayer no me daba tiempo a más, lo siento)

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13/11/2017, 18:06
Director

La charla con los invitados se le antojó sosa y de escaso interés, pero uno de los sirivientes anunció que la exposición tenía lugar en la biblioteca de la mansión y puso rumbo hacia allí. 

Cuando Percival llegó a la estancia, agradeció la calma que en ella reinaba gracias a un simple letrero de “Silencio, por favor” y pudo ver como en el interior se desplegaban varias hileras de expositores iluminados conteniendo los hallazgos de la expedición. Todo tipo de fotografías, herramientas, vestiduras, abalorios, armas y objetos aparecían dispuestos sobre los lujosos expositores e iban acompañados de pequeñas anotaciones acerca de sus características, descubrimiento y supuesto uso.

Al acercarse, pudo observar el exquisito estado de conservación en el que se encontraban y pensó que seguramente se debía a las condiciones climáticas del lugar donde habían sido encontrados. No era un experto en la prehitoria de Hungría, pero había algo en esos restos que, creía, no se correspondía con los del pueblo magiar*

Algunos invitados paseaban entre las filas de expositores mientras otros se reunían en torno a la chimenea encendida, donde se había instalado un pequeño pero más que suficiente bar. 

Una atractiva señorita rubia acababa de llegar al lugar y tanto ella como su pareja, un hombre de aspecto severo y poco hablador, pedían bebidas en la barra.

Notas de juego

*Es el nombre que se le da a algunos pueblos prehistóricos de la región.

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13/11/2017, 20:36
Percival du Lancaster

Percival du Lancaster no pudo hacer más que al solo entrar en la biblioteca primero disfrutar de la inmensa calma que regía  este este  espacio por un simple cartel y segundo por la enorme colección que Albert Feldt había conseguido, Percival sabía algo de los magiar pero no tenía tanta idea de lo que se había encontrado, era un inmenso tesoro cultural para el país de procedencia y para el que lo consiguiese en la subasta. Él  se pasó  varios minutos caminando por la biblioteca absorto en los tesoros visibles, sus posibles funciones, su material, simplemente todo le quitaba el aire a Percival, pero esto acabo cuando noto la llegada de una hermosa dama rubia y su acompañante, este último le daba realmente igual y  solo tenía ojos para la artículos de la exhibición y la mujer. Se acercó al bar y se apoyó en la barra al lado de la dama pidiendo una copa de vino rojo mientras sonreía.

—Buenos tardes dama ¿Qué hace una preciosidad como usted en esta exhibición de preciosidades históricas aquí o es usted un ángel venido a la tierra?— Percival sonreía como un querubín venido a tierra.

Notas de juego

Lo edito para que lo lea Quetsiya, ya que te estás dirigiendo a su personaje. 

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14/11/2017, 03:53
John Irving
Sólo para el director

Las preguntas realizadas y los datos encontrados me hacían dudar de esta persona, en particular uno podía llegar a dudar de la identidad de quién no se podía obtener un certificado de nacimiento, o bien quizás se había cambiado el nombre en algún punto, pero eso de todas formas era lo mismo: significaba que tenía algo que ocultar. El comportamiento del caballero, el hecho de que no demasiada gente sepa de él lo llenaba de dudas. Sin embargo, no estaba para averiguar todo sobre él, con exponer las dudas ante quién le había pedido aquél favor sería suficiente, pero había algo que le causaba algo de incomodidad. 

Al final pedí que me llevaran a la reunión, yo no manejaba. Me dejaron al pasar las puertas de la esplendida mansión de Albert y yo mismo bajé dejando que acomoden mi vehículo para ser guiado a dónde debía estar Albert y a lo que sería un evento digno de visitar.