Partida Rol por web

-OOOOoooooo.... Das greit!!! Ia a gamusina!!! ¡¡¡Questaba preñá!!! -Ayudo a la Cipriana a recogerlos y de repenten el guiri tié una masnifica idea... -Si han parío, es porque son mamínferos. Asín que hay que ponerselos a la madre pa que mamen, que los calostros so mu güenos. -Y sin dudarlo pilla a uno por banda y al gatete primigenio y pega la panza del uno a la boca del otro. -Hala bonico, chupa, chupa, que la leche de madre ser mu güena.

Claro, el guiri tenía razón, los gaticos necesitarían mamar. Es por eso que acerco asín al de los ojos pipos a la madre.

- Ay yosua, hermoso, que asín te vas a poder llevar uno cuando coman solicos - porque la madre era mía, creo que eso había quedado más que claro. Y ya vería que hacía con la camada.

Los gatetes nuevos empezaron a pegarle un palizote a la gateta, pero tirándole de las orejas y to. La gateta corrió a esconderse ande estaba la Pitones, pa que la cogiera, que susto. ¡Sus gatetes la estaban eszaleando! Además que los gatetes eran igual de grandes que la madre, ahí algo olía a chamuscao.

-Anda l'ostia que raro... Po si que son grandes, si. -Menuda paliza que l'estaban dando a la madre- Esto tié que ser como las larvas de la mosca, que se comen a la madre al nacé... Por eso están tos los gamusinos estinguíos. -Ejtá má que claro. Con las palizas a la madre y to la pulusión, normás que sestigan.- Amavé, po si tu te queas con la mare, que me paise mu normas... Yo me queo con un macho y una hembra... Si es que hay suerte... -Y ahí te ves al guiri, cogiendo a los gatetes uno por uno, poniéndolos panzarriba y soplándoles en el pito, como sa echo toa la via dios pa sabé si un gatete es gatete o gateta...

!Ay copón, que los gaticos eran malignos! Pero yo no había visto nunca gaticos chicos tan asín, y eso que he visto a lo largo de mi vida. Que salieran tan gordotes como la madre no era normal, y menos que le pegaran. ¿!Eso era un gatico o que era!? Olia aquín a cuerdo quemao.

- Mira, Yosua hermoso. Lo que pues hacer...es llevate a los tres cachorricos pequeños, pa quel tercero no se ponga ni una poqueja triste al quedase sin su hermanejos. Tu que ties mas tiempo, pues alimentalos asin tranquilamente y estudialos. Porque mira, si, igual si son gamusinos desos...Yo me quedo con la madre ¿eh, verdad que tengo razón, hermoso? - agarro a la madre y la abrazo, que lástima.- Yo con las vacas y to, lo mismo no puedo cuidalos a tos, pero a uno si.

-Pos si que ties razón, si... -Visto lo visto, pos pa mi que la gateta no iba a querer saber ná de sus crías, y si las juntabamos se pegaban, asínque casi mejor questuvieran separás. -De toas formas, queatelos tu esta noche, y cuando nusotros tapar bujero de la frábica vengo y me llevo toas las crías. De momento a lo mejor es buena idea tenerlos separaos... don yu?

El alcalde no sabía na de tol lío ese de los gatejos. El tipo s´había io pa su casa too disgustao con lo que había pasao en la fábrica y no le había dicho na a naide después de decir que si con la cabeza a tol asunto de taquiar aquel muro. Como cuando Fermín, el de la Colorada, había bajao del bosque diciendo que s´había encontrao con unos extraterrestres allí y que l´habían violao y no sé qué zarandajas más dijo que l´habían hecho. Que aluego no lo creyó naide y se metió en su casa tres meses seguios y no salió ni a vendimiar ni na.

Total que se pasó la tarde enfurruñao y sin hablarle a su mujer de na, que too lo contestaba con sies y con noes, na más.   

Había colao con el guiri to aquello.

- Si, pos claro...Separaos mejor. Que mira lo asustá que está la gateta la pobre, que sus hijos lan pegao. Eso no puede ser. Mejor te llevas los tres cuando puedas y los vigilas, u estudias o lo que sea - asiento varias veces, acurrucando a la gateta, o lo que sea aquella. Que a mi ya me olia a chamusquina, pero el bichejo era tan bonico que me despertaba el instinto materno.

Al final con to lo tonto, la Pitones se quedó con los cuatro gatetes. Pensó que la madre la iba a meter en una caja en alto y a los otros en una jaula d'esas de las perdices, que cuando veniera el guiri se los llevara. Ella a su gateta no la soltaba, como que se la llevaba a tomar el fresco y to con las vecinas... Pa conta'ales toa la novedad con la japuta la murciana. Vaya tía puta tamién.

El resto, junto con el Paco Pepe, cogieron la flagoneta del guiri y tiraron de nuevo pa la fábrica d'harinas. Aquello siguía como se lo habían dejau cuando el sol lucía... Ya ni s'acordaban c'había dejao de lucir al toquetear un enchufle y to. Pensaban que pudía haber sío de su marginación d'esa, porque hay que ver cómo se ponen las cabezas cuando da un poco la solana.

... Como al Esmochao, sí, el Felipe el Esmochao. Lo que le pasó cuando se pasó tol día a la solanera sin gorra ni na por cuidar a los gorrinos del Pelagatos. Que como el Pelagatos es tan agarrao que no le prestó ni una gorreja de la caja rural, ni le llenó el botijo d'agua, pos se pasó tol día asín al sol en el erial de la tía Pascuala. El caso, que el Esmochao se quedó a la solanera y cuando vieron que no volvía pal pueblo echaron a buscálo... Y lo encontraron revolcándose entre los gorrinos. Que dicía que s'estaba camuflando por si venían los usnis a por él. Sí, pijo, los usnis... Los emplataos estos... Los bichos cabezones verdes de la tele que tién asín los ojos mu grandes... Así grandes como el hijo de la Picatoste cuando viene de madrugá los fines de semana de pegarse la fiesta gorda.... Qué decía... Ah, pos el Escamochao volvió majareta del to, to que l'habían hecho chirivitas los ojos d'estar al sol... Que es mu malo.

La Pitones fue al fresco con su gateta bajo el brazo, que seguía haciendo carusas mu graciosas y tenía qu'enseñálas en el fresco a las otras. Pa dar envidia na más, porque nadie tenía un gatete asín. Allí estaba reunío el consejo del pueblo, las que lo tenían to dominao allí. No solo la Pitones mandaba, sino que la Bocagrande s'encargaba tamién de da'le a la sinhueso pa poner a caldo a quien hiciera falta cuando hiciera falta.

La pitones en el otro brazo llevaba su silla de la playa reclinable, que una debía senta'se como la señora que era.

-Uhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh nena.... ¿Pos que traes ahí?- dijo la Bocagrande enseguida, recolocándose las gafas.

Allí iban tos pa la fábrica. El Paco Pepe s'había puesto una media de su mujer en la cabeza, asín mu animao que iban a delinquir. Además el hombre había echao la paleta y el poco cemento a la flagoneta del guiri e iba haciendo mezcla por el caminico, pa ir más rápidos.

-...que hay muuuuncho vinooo... muncho pan muncho 'ceite y munchooo tocino- cantaba el hombre mientras amasaba. -¿Sabís a qué me recuerda ésto? A cuando le abrimos la cerca de las gallinas al Ambrosio el Chaquetón porque su gallo se desvelaba a las cinco de la mañana pa cantar y nos desvelaba a tos...- se rió con cierta mala leche, porque para'l Paco Pepe las venganzas veciniles eran la sal de la vida... Como vivir peligrosamente. Que los ricachones de la capital corrían con el coche y el Paco Pepe pos puteaba a los vecinos cuando tocaba.

Asín con las antécdotas llegaron a la puerta la fábrica.

Al guiri to aquello le resultaba mu emocionante y raro. -Chur ap Paco!!! No cantis, que nus van a oir... ¿Y quién iba a oirles, si allí no había naide? -Anda quítate eso de la cabeza, que te vas a ahogar. -El colorao borrachil de Paco combinao con el colorao de casi no poder respirar por la media le daba un aspecto de lo más cómico. -Si te paices a uno desos bichos qu'a pario la gateta... jejeje...

Y asín llegaron a la frábica. -Jurri ap... Amo a hasé esto antes de que aparesca alguien.

- Pues cantar lo que quieras. Que le dicho al Laureano que esta noche se pue ir a su casa porque me encargaba yo de too. – Dijo el alcalde sacando pecho y con una media sonrisa d´esa que ponían los galanes en las piniculas.

- ¡Que cojones! Trae pa acá la paleta, Paco, que ya lo tapo yo.

-Pos con lo vago ques el Laureano, fijo que s'a pirao a Mojuellamos a las casas de las luces de colorines, a ver si liga... ¡Hale! amos a darle tos a la paleta, que cuanto antes finich dis, bifor nos vamos a casa. -Y sin pensarlo ni un ratico se pone manos a la obra con el Paco Pepe y el Constancio, sin parar de reirsen imaginando al Laureano preguntando a una de las mozas que fuman si va mucho por ahina.

El Paco Pepe echó en falta no haberse traío la bota'l vino pa darle un traguejo y animar el cotarro. El arcalde le pidió la paleta y no se lo pensó dos veces, si l'utoridad dicía que lo hacía él, pos que si había lío que fueran toas las culpas pa él. Al menos asín s'estaba ganando los votos pa un futuro.

-Pero eso chorrea verde, hermosos... Hay que tapar el bujero con piedras antes d'echar argamasa- y el Paco Pepe se fue a busca piedras pa taponar la tubería. -El Guacheras no tié lo que hay que tener pa ir ande las mozas de las luces- y to quedaba dicho, el Paco Pepe tampoco, que con esas mujeronas en casa que lo mismo te hacían un guisao, que te sacaban las tijeras de podar y te dejaban nenuco con un momento.

Evaristo se queda un rato mirando lo que los otro do esta haciendo. cuando el Paco Pepe menciona lo de las piedras, Evaristo va a por las mas grande que pueda encontra pa tapa aquel agujero. Aunque cuando se acerca con las piedra a donde esta el resto una duda le llega a la mente

-Que estoy pensando que a lo mejo si tapamo esto, y el chorro no pue sali por ningun lao lo mismo el sitio este explota, como cuando un niño chico esta llenando uno de esos glono minusculo de agua se orvida del globo un rato y er globo explota y chorrea pa toas partes.
 

-Das nos posibol... Mi creer que cuando la pringue pasar pa dentro tos los paraticos se pararan y chimpun. ¿no? -El guiri parece darle vueltas a algo, como cuando al Laureano le da por pensar, que lo hace poco, to sea dicho.- Y digo yo... antes s'a pagao el sol... ¿Y si probamos ahora? ¿No sus pica la curiosidá?

Mas contenta que na me fuí pal fresco. Menuda envidia le iba a entrar a la Bocagrande, con lo envidiosa que era. Se le abría el culo con to lo ajeno. Ella era asín. Total, que me puse la silla ahí al fresco en mi sitio habitual.

- Pos traigo mi gateta nueva ¿verdad que es mu graciosa? - me siento con parsimonia de señora respetable, acunando a la gateta - Traigo muchas cosas que contar. Munchas. Os vais a quedar con tol culo torcio.

- Tate tranquilo, Evaristo, que dempués de tapiar esto nos vamos a acercar al otro lao de la fábrica y le vamos a desenchufar de la ilitricida pa que las máquinas no sigan funcionando. Y si alguien tiene argo que dicir… Que me lo diga a mí. – Respondió el arcarde al Evaristo dándose golpes en el pecho y a luego, levantando la mano col índice asín apuntando pa´rriba. Esto se lo había visto hacer al Caudillo una vez que vino a dar un mitin pa las elecciones en la capital.

Dempués de estar asín, como una estatua de esas de los museos, bajó la mano y dijo, - ¡Hostias! Ques verdá, ¿quién ha apagao el sol?

-¿Vais a apagar la lictricidad tamién?- aquello era pasar to a mayores, pero el Paco Pepe qu'iba acompañado pa sus fechorías, se envalentonó. -Ea, amos a dechunflalo to, que se jodan, que con los del pueblo no se mete nadie.

Allí solo el alcalde tinía una poca idea de por ande entraba la toma de luz, porque había visto los planos y to eso... Pero amos, que podía no haberse fijao mucho con pesetejas de por medio, ¿eh? Que tos los políticos son mu honraos hasta que les da la olisca de los duros.