Partida Rol por web

El concepto de comprar me resultaba absolutamente indescifrable. De hecho, el mero hecho de las posesiones ya me resultaba ligeramente ajeno, ya que yo nunca había "poseído" nada. Había conocido a otros hombres tiburón que tenían cosas, principalmente fetiches creados para ser portados en Mar, pero eso sencillamente era parte de ellos, no algo que intercambiar con nadie más. Sin embargo, el no-mar los caminantes del polvo adquirían cosas a cambio de otras cosas, aunque eso que entregaban no era más que papel, metal, o incluso nada, tan sólo mostrar algo que pasaban por una máquina y devolvían de inmediato. No tenía sentido.

Sin embargo, Francisco se las ingenió para adquirir aquellas falsas pieles específicas para Mar. Diente-Torcido se las apañaba bien en no-mar, al igual que Giselle, algo que yo dudaba llegar a conseguir algún día. Pero cambié las pieles falsas que me había entregado Giselle por las nuevas y acompañé a Francisco hasta el agua, donde nos sumergimos para mi satisfacción. Mar ya no era tan estimulante para mí como lo había sido tiempo atrás, antes de no-gruta. Ya no disfrutaba de su sabor salado ni de sus corrientes de diferentes temperaturas, no como del agua imbuida de poder que me había cambiado. Sin embargo, el medio acuático aún me hacía sentir más en mi hábitat que el mundo de aire y suelo. Por ello, y tomando en consideración la advertencia de Francisco, y tras dejar a buen recaudo las falsas pieles para poder nadar con las pieles auténticas únicamente, adopté mi forma de raza y me moví tranquila por las aguas de Mar.

Diente-Torcido también cambió aunque su forma de raza me resultaba muy extraña. Era diferente a los no-Rokea que había visto, cubiertos de pelo y con grandes orejas puntiagudas. Tenía el cuerpo cubierto de una piel compuesta de escamas, pero diferentes a las de los peces, y en lugar de aletas poseía pequeñas patas con las que parecía estabilizarse como yo hacía con mis aletas, mientras que una cola alargada le permitía impulsarse, a pesar de ser muy distinta a la mía. Sin lugar a dudas, éramos muy diferentes, y sin embargo allí estábamos, nadando uno al lado del otro.

Tú... no recibes transmisiones, ¿verdad? -Pregunté a Diente-Torcido una vez surgimos de la superficie de Mar en las formas de caminantes del polvo, las únicas en que parecíamos ser capaces de comunicarnos. Ya había probado a lanzar transmisiones durante el nado, a las que él no había reaccionado- Tendremos que estar cambiando para hablar sonidos en el aire, cada vez que tengamos que decirnos algo. Deberíamos nadar cerca del fondo, para que la Herida no muestre nuestra posición. -Indiqué, sacando una mano del agua para señalar la gran esfera luminosa del cielo- Te seguiré por donde me lleves, aunque tú sabrás qué playas son las mejores para cada cosa. Cuando podamos hablar, puedes ir diciéndome cuanto necesite saber. No tengo otra cosa que hacer, así que puedo acompañarte a ver a ese "amigo". ¿Quién es? ¿Es peligroso? ¿Necesitas protección?

En la superficie cuando Mandy pregunta por las transmisiones me hace pensar, si sería posible esa comunicación entre especies, con otros cocodrilos aunque no fueran de mi misma raza natal podía comunicarme, pero nunca lo había intentando con un pez, debería estudiarlo con los antepasados a ver qué podría descubrir al respecto.

- Nosotros también nos podemos comunicar, pero normalmente usamos "ruidos" para las comunicaciones más complejas, en otras ocasiones simplemente nuestra posición corporal o movimientos es suficiente como por ejemplo cuando cazamos en grupo.

Algo dubitativo me encojo de hombros y añado Así que me temo que si tendremos que subir a la superficie de vez en cuando como estamos haciendo ahora. Me parece bien bajar un poco más la profundidad en el nado por mi no hay problema, puedo estar días sumergido sin ningún problema. Le dije con una sonrisa, pues aunque era habitual ver cocodrilos en marismas y deltas, no lo era tanto verlos en alta mar por lo que quizás Mandy sabía poco de nuestra especie.

Proseguimos el viaje hasta la primera playa que quería mostrarle, una pequeña en la que normalmente no había gente debido a su mal acceso entre rocas, algunos pescadores se acercaban de vez en cuando con sus barcas para poder recoger los moluscos que se criaban en las rocas por el oleaje. Sin llegar a la orilla si que hago una señal a Mandy para que volvamos a subir, en esta ocasión nos mantendríamos a varios metros por si hubiera algún pescador ya que el oleaje no era fuerte.

Ves esa pequeña playa que tenemos enfrente , aunque tiene bastantes rocas y piedras, que resultan molestas para los que buscan un apacible baño, puede ser un buen sitio donde iniciar o terminar las inmersiones en el mar. A veces aunque no muy común por la mañana vienen pescadores a recoger moluscos en las rocas, pues es habitual que golpeen las olas con fuerza en esas rocas. Digo señalando el lugar más habitual donde se solía hacer la recogida. Pero por ese otro lado rara vez encontrarás pescadores, por lo que en caso de que veas alguna barca en la orilla, mejor que uses esta parte, salvo que te encuentres hambrienta claro Dije divertido mientras esbozaba una sonrisa, imaginando la escena de Mandy esperando a que unos pescadores volviesen al mar en sus enclenques embarcaciones, y arremetiendo contra ellos para luego devorarlos.

Los no-rokea como Francisco también tenían su forma de comunicarse, pero no eran transmisiones como las nuestras. Resultaba complejo, pues usaban una mezcla de ruidos y posición corporal, con aquellos cuerpos que para mí eran ajenos, raros, incomprensibles. En cualquier caso, ascender hasta la superficie de Mar para hablar en nuestra forma de caminantes del polvo era una solución.

Al menos, no había problema en nadar cerca del fondo, pues Francisco podía aguantar mucho tiempo sin aire. Creía recordar que Giselle me había dicho que ella y los que eran como ella necesitaban respirar cada poco tiempo, así que eso debía ser cosa de los no-rokea con pelo.

La piel sobre mis ojos se arrugó inconscientemente al percatarme de que no había obtenido respuesta alguna a mi duda acerca de ese amigo al que Francisco quería que le acompañase a ver. La conducta de los caminantes del polvo era confusa para mí, muy compleja y llena de indescifrables matices. ¿Significaba su silencio que no quería desvelar detalles sobre ese amigo? ¿Era algo que yo no debía saber? No pude preguntarle al respecto e insistir en ello, puesto que Francisco se sumergió de nuevo adoptando aquella forma oscura que nadaba. Le imité, cambiando a mi forma de raza y nadando tras él, dejándome guiar hasta otro rincón de la costa, una especie de pequeña playa rodeada de rocas. Al emerger de nuevo, ya otra vez con forma de caminantes del polvo, comenzó a explicarme qué tenía de especial aquel lugar.

¿Quiere eso decir que aquí puedo alimentarme sin problemas? -Pregunté directamente, tras su explicación acerca de lo poco frecuentada que estaba aquella playa- Y si usamos este lugar para entrar y salir de Mar ¿nos costará mucho llegar a la casa de Giselle? -Necesitaba saber si el lugar estaba a demasiada distancia, además de que mientras lo decía fijaba mi vista en la forma de abandonar aquella playa, si el camino resultaba demasiado difícil para nosotros, en nuestra forma humana. Sin embargo, mientras mecía mis brazos y agitaba mis piernas para mantenerme a flote, sintiendo el frescor del agua en mi fina y frágil piel de caminante del polvo, me giré hacia Francisco- Antes no has respondido a mis preguntas sobre tu amigo. ¿Ha sido por algo en concreto?

Me quede pensando sobre las palabras de si era bueno cazar en la playa, y como de lejos estábamos de la casa de Giselle.

- Cuando no haya pescadores podrás cazar otras especies, y si un pescador te viese asegúrate de que sea tu comida y hunde después su barca. Las olas golpean fuerte y no es la primera vez que se encuentran cuerpos de pescadores demasiados incautos a lo largo de estas costas. No esta muy lejos, no creo que estemos a más media hora a pie andando rápido. No sabía si entendería ya las medidas horarias de los caminantes.

En la superficie la tiburona volvió a sacar el tema de Baby, era asombrosa su curiosidad y su gana de saber. La sonreí ante la pregunta.

- No es por nada en concreto, necesitaba meditar y reflexionar sobre otros que pueden cambiar. ¿Has hablado alguna vez con espíritus? El amigo al que hacía referencia antes es uno de ellos, me debo de encontrar con él esta tarde, lo cual me recuerda que tendremos que pescar un rico pescado para ofrecérselo.

Justo en ese momento me dí cuenta que quizás esta pregunta debería haberlo hecho hace unas horas, aunque para enseñarle las playas era mejor hacerlo en forma humana, la comunicación espiritual podría ser una solución para cuando estemos sumergidos.

Me satisfacía saber que podía alimentarme en aquellas aguas, aunque debiera atender reglas específicas para hacerlo. Los seres tiburón eramos bastante caóticos para seguir las reglas, por eso nuestras leyes eran tan sencillas, pero aquellas indicaciones que Francisco compartió conmigo resultaban de toda lógica y formaban parte de mis propias leyes. Al fin y al cabo, sobrevivir dependía de que no se extendiera entre los caminantes del polvo el conocimiento de mi existencia, o más bien, de mi naturaleza.

Asentí con gravedad a las indicaciones de Francisco sobre la caza, dejando claro que las había comprendido, y aunque no tenía demasiado claro qué era una "hora", comprendí que la casa de Giselle estaba relativamente cerca si debíamos acudir a ella por no-Mar. Eso era bueno, suponía aguas tranquilas en donde nadar, como me gustaba decir.

Fue entonces cuando me explicó lo referente a ese amigo a quien debía ir a ver. Sin embargo, al explicarse mejor sobre él giré mi rostro hacia el no-Rokea con cierta confusión. Aquel amigo era un espíritu, a quien debía realizar una ofrenda. Yo había hablado con espíritus antes, pero jamás les había tenido que entregar nada. La relación de los Roka con los peces-espíritus no se basaba en el intercambio, al menos no material, pero en no-Mar casi todo funcionaba de manera distinta.

He hablado con peces-espíritu, pero sólo si ellos deciden hablar, y sólo en las aguas más profundas y alejadas de no-Mar. No se muestran de otra manera. -Expliqué a Francisco, mientras mantenía el constante movimiento que me mantenía con la cabeza a flote, una forma de nado muy diferente a la que estaba habituada. Resultaba molestamente cansado agitar sí las piernas, sobre todo si lo compraba con el tremendo impulso que me permitía mi verdadera cola, y los brazos extendidos no podían tampoco compararse al control del movimiento que me facilitaban mis aletas- Aprendí a nadar en sus aguas, en el Alma de Mar, pero para hacerlo necesito cruzar en una gruta. Creo que Giselle me dijo que en no-Mar los llamáis... ¿túmulos?

Entendí por las palabras de Mandy  que sería mas que probable que pudiera interactuar con Baby , e incluso quizás podríamos comunicarnos entre nosotros en el mar con el lenguaje espiritual, quizás debería ser algo que podríamos probar.

-Entiendo, vamos a hacer una prueba. Nos sumergiremos y charlaremos entre nosotros como si fuésemos espíritus y no como caminantes de polvo, si somos capaces de hablar en está forma entiendo que también lo seremos en forma animal. Si nunca has hablado con espíritus en tu forma humana, podemos sumergirnos e intentarlo directamente con tu forma más habitual para el habla con espíritus.

Era probable por la forma en la que nadaba que le costará menos hacer ciertas cosas en forma animal que no humana, por lo que para tener éxito lo mejor era que Mandy estuviera en un medio y forma que más cómoda la resultase.

No terminaba de entender las palabras de Francisco, o al menos el mensaje que había tras ellas. Lo que decía no tenía sentido para mí, por lo que giré mi cabeza humana a un lado y otro, en un gesto de negación que había visto muchas veces, pero que me resultaba poco natural. En mi forma de raza, yo no contaba con ese "cuello" que ellos tenían, por lo que mover mi cabeza era un gesto al que aún no me había habituado.

Yo no se hablar como un espíritu. -Le expliqué, dándome cuenta al hacerlo de que por su forma de hablar él sí que debía conocer tal idioma- Eso es cosa de aguas oscuras... ¿Eres tú un aguas oscuras? Yo sólo he logrado hablar con peces-espíritu cuando ellos han usado transmisiones.

Básicamente, yo no podía hablar a los espíritus, sino que eran ellos quienes, si sabían, podían hablarme a mí. Me había sucedido en varias ocasiones, siempre cuando los espíritus de Mar requerían de la ayuda de mis fauces para alguna tarea de protección de Mar, aunque también me habían hablado las aguas de Qyrl para ofrecerme su ayuda cuando Mar me dio la espalda.

Las palabras de Mandy podrían dar algo de esperanza y luz a la forma de comunicarnos. Creía que sería posible, pues en parte si lo hacían sus "aguas oscuras" creo que podría hacerlo yo con ella.

- Creo que podría hablarte como un pez-espíritu dentro del agua. Cuando ellos usaban sus "transmisiones" , ¿tu podías transmitir también hacia ellos?. Es decir hablabas con ellos, ¿verdad?.

Lo más fácil sería sumergirse para que la tiburona  se sintiera más cómoda.

- Podemos probar en la forma en la que más veces te hayan hablado los peces. ¿Nos sumergimos?

La invito a modo de probar esta teoría , si resultase ser positiva solo por eso ya merecería la pena haber conocido a Mandy .

La afirmación de Francisco, pese a que mostraba también dudas, me dejó un instante pensativa. ¿De verdad era capaz de hablar como un pez-espíritu? ¿Y hablar como ellos cuando hablaban como tiburones? Parecía complicado, al menos para alguien como yo, que necesitaba simplificarlo todo para comprenderlo del todo.

Eh... Sí, cuando los peces-espíritu hablaban como Rokea, yo podía hablarles también. -Compartí, permaneciendo pensativa al rememorar las ocasiones en que los espíritus de Kun habían acudido a mí en busca de ayuda para salvaguardar grutas, o cuando eran enviados con mensajes de otros Rokea. También las aguas de Qyrl me habían hablado, y yo no sólo las había entendido, sino que podía hablar con ellas, negar al principio la ayuda que me ofrecían, pero finalmente aceptar que sólo Qyrl quería salvar mi vida- Mi forma de raza ha sido la más habitual. Vamos.

Era mi forma de nacimiento, como tiburón, la que más conversaciones había protagonizado con espíritus, pues en Mar era la forma que más usaba, y sólo cambiaba cuando mis mandíbulas eran más necesarias. Así que me sumergí en las aguas y giré sobre mí misma con aquel cuerpo no creado para las aguas, y cambié inmediatamente mientras me sumergía hacia las aguas más profundas, esperando que Francisco intentase comunicarse conmigo como un espíritu.

Tardaron unos minutos en descubrir que la comunicación era viable, pero fueron horas las que pasamos charlando hasta llegar al punto de encuentro que había acordado la tarde anterior con Baby.

De camino pescamos  un pez luna que ofreceríamos a modo simbólico a el pequeño.

Durante el camino explico a Mandy como es Baby, que se trata de un antepasado nonato de mi especie, que vive en el plano espiritual y que podría presentarnos a un espíritu que quizás merezca la pena conocer para poder ser capaces de formar una "manda" de varios cambia formas.

Ambos pasaron el tiempo juntos disfrutando de las bellas vistas del fondo marino y de la vida que el mar ofrecía; Mandy tuvo que contenerse bastante para evitar comerse a aquel pez luna que Francisco le pidió. 

Estaban ahora sobre una roca que sobre salía del mar donde ambos se habían sentado en formas humanas junto con el enorme cuerpo del pez atascado entre las rocas aledañas que no tardaría en atraer algún carroñero que podría ser fácilmente espantado por cualquiera de los 2. Allí, un burbujeo salió del agua donde no había nada y dio una vuelta a la roca antes de que las burbujas prosiguieran por el aire como si aún estuvieran por el agua para que en un momento en el que giraron la vista para seguirlo surgió de las burbujas un pequeño cocodrilo, una cría similar a la forma natural de Francisco pero de colores más vivos y a una escala mucho menor.

Ñam ñam. Un pez enorme y delicioso para Baby, se ve que eres cocodrilo de palabra, Baby también es de palabra. El....-Baby paró de hablar un segundo, como si tuviera que pensar las palabras a usar - ...jefe, ha decidido escuchar la petición, os espera al otro lado. Cruzad.

Rápidamente se lanzó de la roca al agua y espantó a un pequeño pez que trataba de tomar parte del pez luna que le pertenecía y que mordisqueó con ganas mostrando una voracidad equivalente a la de una vida entera sin haber comido. Con cada mordisco no solo arrancaba parte de la carne, sino que la hundía en el agua a ritmo lento pero constante mientras esta desaparecía como si la propia agua fuera un portal a otro lado para finalmente desaparecer los 2*.

Pasar tiempo en Mar me causaba una intensa paz, después del tiempo que había tenido que permanecer en no-Mar. Nadar, moverme por las aguas, comunicarme con Francisco, resultaba suficientemente reconfortante a pesar de no ser aguas sucias con energía de no-gruta, esa que me revitalizaba y me daba fuerzas. Cazamos un buen pez para entregar como sacrificio al espíritu, y acudimos a una roca en que cambiamos de nuevo. Sin embargo, aún en forma de humano sentía el contacto de la roca en mi piel y el agua estrellarse contra ésta y salpicarme con su contacto agradable.

Llevaba tiempo sin disfrutar de mi naturaleza auténtica.

Pero el espíritu llegó, una especie de versión diminuta del propio Francisco en su forma de animal. Le agradaba el sacrificio, y se apresuró a devorarlo, pero no sin antes informar a Francisco de que alguien le esperaba al otro lado, en el Alma de Mar. Miré al hombre cocodrilo, preguntándome de qué iba exactamente aquello, pues el que esperaba se hacía llamar jefe.

No puedo acompañarte al otro lado. -Recordé a Francisco, a quien ya había hablado de mis limitaciones respecto al mundo de los espíritus. Y es que había aprendido a viajar al Alma de Mar, pero sólo podía hacerlo en el interior de una Gruta- ¿Quién es ese jefe?

Salude al pequeño baby, parecía que la ofrenda era de su agrado, y que además él también era alguien de palabra.

Mandy me recordó que hasta que podría acompañarme pero no más, la sonrío con gratitud por los momentos tan buenos que hemos compartido. - No te preocupes, iré yo con "baby". Si te parece bien puedes quedarte por aquí , creo que no tardaré mucho. Me pongo a pensar en la pregunta de Mandy, sobre quién era "jefe" una pregunta que aun no podía responder, pero esperaba poderlo hacer a mi vuelta. Espero que sea un aliado que esté dispuesto a ayudarnos. Aun no le conozco. Digo sin perder la sonrisa No te preocupes "baby" me cuidara. Digo casi más bien susurrando.

Confirmo las intenciones de Mandy de si prefiere quedarse o irse y sigo a baby en búsqueda de "el jefe"

Mientras hablabais sobre de que Mandy no podía pasar y Francisco le decía que no pasaba nada, que se encargaría él, visteis como el agua se agitó igual que en una tormenta ascendiendo rauda en un abrir y cerrar de ojos unas olas que parecían estar solo alrededor de la roca en la que os encontrabais os cubrieron. Os sorprendió por lo brusco que fue, pero siendo ambos seres que podían vivir en el agua no os preocupó mucho.

Aún así, tras el embate inicial de esas olas, la calma llegó aún más rápida que como llegó dejándoos ver que ya no estabais sobre la roca, sino que la roca estaba sobre vosotros a vuestros pies a la par que veíais que esta se suspendía sobre el aire, inmóvil, con la densidad submarina abrazándoos y el viento soplando en la capa externa del agua que separaba la roca bajo vosotros del profundo interior de mar.

Por ahí, soltando burbuja mientras devoraba el pez luna se encontraba Baby, y sentado en la nada un hombre corpulento y rollizo de piel oscura y cabello blanco empuñaba un báculo con una calavera.

Así que vosotros sois los amigos de este mequetrefe, sois más inútiles de lo que pensaba si sois incapaces de pasar a la umbra, normal que tengáis que pedir ayuda; aún así me siento generoso, escucharé vuestras súplicas y las sopesaré si vuestras ofrendas me satisfacen.

Soy Papá-Ataúd. Shamán del mas allá, bokor de los espíritus y comerciante de necesidades de vivos y muertos.

Su voz potente y grave sonaba altiva e imperativa, como si esperara que os inclinarais para pedirle lo que necesitarais y esperar a darle las gracias por desperdiciar su tiempo por el mero hecho de escucharos.

Francisco me explicó que aquel a quien va a ver era alguien a quien esperaba tener como aliado, y no le preocupó que no pudiera acompañarle. Él se ocuparía de ello, y yo podía irme o esperar allí a su regreso. Medité un breve instante la respuesta, pero ésta no se hizo esperar.

Me quedaré cerca, pero no aquí. Nadaré por las aguas cercanas hasta tu regreso.

Me apetecía permanecer en mi forma de raza todo el tiempo posible, y disfrutar de las aguas mientras pudiera. Desde luego, era mucho mejor que la alternativa, permanecer sentada sobre una roca en mi forma de caminante del polvo.

Sin embargo, nada de eso tuvo lugar. Las aguas se agitaron y se calmaron, algo que no me preocupaba, pero por la debilidad de aquel cuerpo humano tuve que cerrar los ojos un momento. Al abrirlos, el mundo estaba al revés, en un sinsentido. Arriba era abajo, a roca estaba sobre nosotros, pero a nuestros pies. Estábamos en el agua, cabeza abajo, bajo una rica que flotaba. No, no tenía sentido, nada lo tenía en el Alma de Mar.

¿Cómo...

No estábamos solos, por eso callé. Allí había un hombre, de piel oscura y cuerpo enorme. Mucha carne, mucha grasa sabrosa que devorar, pero estábamos en Alma de Mar, así que podía ser un espíritu. Uno al servicio de Qyrl, posiblemente, por cómo hablaba. Me despreciaba por no estar tan en comunión con el otro lado como otros no-Rokea, algo que arrugó la piel entre mis ojos. Pretendía que suplicasemos, aunque yo no tenía claro lo que eso significaba. Tampoco tenía claro qué tipo de ofrendas requería, si más pescado como el pequeño reptil u otra cosa; o qué podía ofrecer a cambio.

Pero aquello era asunto de Francisco, que era quien entendía lo que hacíamos allí, así que dejé que él se encargase de tratar con aquel Papa-Ataúd.

Parecía que la tiburona se disponía a partir cuando el "mar" vino en nuestra ayuda.

Por un momento parecía como si alguien interfiriese en favor de nosotros para adentrarnos en la umbra, efectivamente al otro lado además de Baby, estaba un gran "hombre" con un báculo, se hacía llamar Papa-ataúd, guiar a otras especies a la umbra quizás sea algo que pueda enseñarme, por lo que postrarse ante el ego de este ser Papa-ataúd parecía un precio que por ahora podría "pagar".

Realizo una reverencia, inclinando mi cabeza hacia abajo en señal de respeto y comienzo a hablar.

- *Un placer conocerte Papá-Ataúd, gran shamán del mas allá, mi nombre es Diente-torcido  y me acompaña Mandíbula-Intrépida. Ahora nos ves con formas hermanas, pero nada más lejos de la realidad. Por eso acudimos a ti, soy capaz de interactuar como ves con seres espirituales en este medio u otro. Digo mientras señalo a Baby al que hace tan solo unos segundos se había referido como mequetrefe Pero a pesar de mis conocimientos, hay cosas que solo los más sabios conocen, por eso recurro a vos ...  hago una pequeña pausa y analizo si complacen mis palabras a Papá, para continuar poco después con el motivo que hasta a él nos había llevado, por ahora no parecía ser uno de esos espíritus que disfrutara de las conversaciones, enigmas, etc así que mejor ir directos al asunto en cuestión. Me gustaría poder conseguir el favor de los espíritus hacía una manada especial, una formada por diferentes razas.

Sonrío para añadir poco después los términos que podrían cerrar el acuerdo.

- Me imagino que tus motivaciones van mas lejos que el alimento. Añado haciendo referencia al pescado que ya casi había devorado el pequeño baby. Sin embargo parece que te interesa tener relaciones con los habitantes de la ciudad, allí podríamos ayudarte, ofrecerte información o ejecutar algún pequeño favor en tu nombre. Seguro que estáis muy ocupado, que menos que pagar la información con información y el tiempo con tiempo. ¿Te parece este un pago justo?

El enorme hombre se mantenía sentado en el aire con báculo en mano, escuchó con paciencia a Francisco y el motivo de su visita. Cerró los ojos un momento y descendió hasta tocar la superficie del agua que en realidad sería el suelo desde la perspectiva en la que estaba todo.

Papa-Ataud escucha y es generoso. No necesita más alimento que el que compro ni de información, para eso tengo a espíritus y muertos. Pero si aceptaría favores y actuación en mi nombre; tal vez pudiera cobrármelo más adelante.

En cuanto a vuestro problema, no tengo la información; pero los muertos hablan, y mucho, solo es cuestión de escuchar.

Habladme de la manda y las razas a unir, y volveré con una solución.

Curiosamente, Francisco no parecía en absoluto molesto por las formas que aquel espíritu mostraba. Al contrario, parecía complacido con él. Hizo un gesto que nunca había visto, y que observé con curiosidad, inclinando su cabeza en dirección al espíritu. No entendía lo que representaba, así que decidí que cuando aquello acabase tendría que preguntarle acerca de ello.

Más me sorprendió descubrir las verdaderas intenciones del reptil. Mis ojos se abrieron como dos bocas a punto de devorar un jugoso trozo de carne, pues lo que Francisco pretendía era obtener información sobre cómo crear una bandada entre desiguales. ¿Era eso posible? Nunca había oído de un hombre tiburón que hubiera formado bandada con no-Rokea de fuera de Mar, pero era mucho lo que yo no conocía.

El espíritu renegaba de sacrificios o información como pago, pero no de otras formas de compensación. Buscaba favores, aunque me incomodaba que no fueran concretos, sino dejados flotando a la deriva hacia un futuro incierto. Tampoco tenía una respuesta inmediata, sino que se comprometía a buscarla, aunque para ello requiriera más información sobre nosotros. Por ello, incapaz de permanecer inmóvil mucho tiempo, me situé junto a Francisco.

Mi nombre es Mandíbula-Intrépida, Mandy entre los caminantes del polvo. -Me presenté, sin imitar aquellas formas de mi compañero que me resultaban tan ajenas- Nací en Mar, como tiburón. Crecí, cacé, nadé y sobreviví como Rokea, hija de Hun. Fui traicionada por Hun, y ahora soy Tiburón Pira de Corrupción gracias a Qyrl. He protegido aguas de no-gruta mucho tiempo, alimentándome de su poder. Hasta que no-Rokea vinieron a llevársela. Una entre ellos me convenció para proteger no-gruta juntas, lejos de Mar. Una no-Rokea con pelo, del pueblo... -Medité la palabra unos instantes, rebuscando en mi memoria- ...lobo. Giselle, se llama, Corrupción-Conspicua. Danzante de la Espiral Negra. -Desvié mi mirada hacia Francisco, a mi lado- Tú puedes presentarte sólo.

Analizo sus comentarios y proceder, observo y escucho con atención. Por su respuesta todo parecía que aun tocaría esperar, pero me agrado saber que estaría dispuesto a colaborar. En el fondo me venía bien que alguien me ayudara con este tema, quizás con algo más de tiempo yo mismo podría dar con algún espíritu colaborador, pero por la seguridad que transmitía Papa, algo me decía que el ya tenía unos cuantos en mente a los que acudir.

Mandy se presenta y resumen de una forma sumamente eficaz quién es ella y quien es otro de los miembros de la "manada", siguiendo con la petición de la tiburona termino de dar la información que faltaba de mi.

- Como bien apunta Mandíbula-Intrépida , no tenemos ninguna raza en común . Pues yo soy un hombre-saurio un posible pariente lejano de "Baby". Pero podría en el futuro requerirse unirse otras razas diferentes a las nuestras, hombres-rata, hombres-cuervo, hombres-araña , hombres-felino ... Tengo una "teoría" que llevo meditando sobre ella ... esta me hace pensar que los seres cambiantes o aquellos afines a los espíritus, pueden formar manada con un o unos espíritus en común. Al final quiero pensar que el vínculo se forma por afinidad al espíritu y aceptación de este con cada uno de los miembros y entre los propios miembros. Y que las razas no son un limitante.

Al igual que Mady hizo al presentarse de manera sincera, creo conveniente hacer lo mismo con las ideas que me habían estado ocupando en las ultimas horas desde que les conocí. Si "baby" había acertado presentándonos a Papá-Ataúd o no, es algo que averiguaríamos tarde o temprano.

Ambos cambiantes hablaron a su manera, Mandy de forma rápida y directa (como el oculto ataque desde abajo de un gran blanco a una foca) y por otra parte una más optimista y diversa (como las familias de saurios que hollaron alguna vez la tierra). Con ese respeto sepulcral con el que escuchaba Papa-Ataúd escuchó ambas versiones antes de profanar su silencio como una tumba abierta.

Osea, sin limitaciones. Es cierto que los espíritus tienen sus caprichos y devenires y al final todo consiste en hallar el adecuado. Yo, Papa-Ataúd soy experto en trato con todos los espíritus, vivos o muertos, jóvenes o ancianos, fuertes o débiles.

Pero aún así, el romper barreras de razas no será fácil por lo que hará falta el saber de viejos y poderosos espíritus para unirlos. Tengo candidatos en mente que podrían hacerlo, o al menos dignarse a enseñar por el precio adecuado si es que lo conocen, pero en un final el trato dependerá de ustedes. Hablaré con ellos y descubriré quien tiene tal conocimiento o si estaría dispuesto a enseñaros.

Nos encontraremos en una semana. El mequetrefe hará de contacto entre nosotros y os indicará donde encontrarnos y sobre como van los negocios.

Finalmente y sin mediar más palabra, golpeó sobre la barrera de agua que hacía de suelo en la superficie del mar 3 poderosas veces con el báculo que en ese momento brilló un destello rojo en las vacías cuencas y abrió la boca carcajeando de manera estridente. Baby se atemorizó y no dudó en correr hacia vuestras espaldas mientras que las tranquilas aguas se embravecía en en grandes olas que lo perseguían y que surgían de todo vuestro alrededor y que acabaron estrellándose contra vosotros y la roca.

En lo que duró un parpadeo, la corriente marina surcó de nuevo vuestra piel y enfrió la sangre. Volvíais a estar sobre la roca, mojados por el pasar de una ola y con el pequeño cocodrilo ahí encaramado como si le diera miedo soltarse.

Baby- El gordo tan borde y arrogante como siempre. Y me deja a mi el trabajo de mensajero.