Partida Rol por web

Miré sorprendido y extrañado tanto a Arthur como a Emily. Pensé que alguno de los dos se arrancaría a hablar con aquel hombre, pero ambos permanecían en silencio.
Me encogí de hombros y me acerqué a él.
Hola. Yo Richard. Yo buscar amigo. Hombre blanco. McCurly. Le dije despacio y vocalizando lo mejor que pude.

No saber -respondió aquel tipo pintado en la mayoría de su cuerpo con adornos y grasa-. Muchos hombres blancos siempre aquí. Matar. Robar. Pocos "comierciar". No saber más.

Apuesto a que sí... -susurró Emily, pensando en las historias que le habían contado de los furtivos que se internaban en los pueblos indígenas para robarles-.

Al ver que entiendo algunas palabras me olvido que el no sabe ingles y me paso directamente a mi idioma.

– Si ha debido pasar por aquí. Es un colega mio de la Universidad de Boston aunque el es geologo y yo soy arqueólogo. ¿Por cierto a unos turistas alemanes no los habrá visto por aquí?

Miré a Arthur sorprendido. ¿Qué haces? Así no te entenderá en la vida... Le susurré.

Yo comerciar si tu ayudar. Le dije despacio al hombre. ¿Que es Mallku?

Algo debía saber, si no conocía a McCurly, si a sus ancestros y sus tradiciones y leyendas.

Después de mi deplorable intervención, menos mal que no me acompañan alumnos, quedo en silencio al estar también interesado en lo que pueda contestar.

Al ver que Emily me mira algo perpleja, bajo la cabeza avergonzado de ese error.

El jefe Pawalchi, que el guía os comunicó que se hacía llamar Hunic, puso una cara de extrañeza a las palabras de Walter. No sabía qué era "alemanes", ni mucho menos "turistas"... ni "arqueólogo" ni "universidad" ni mucho menos "Boston". El guía que iba con vosotros se encogió de hombros sabiendo que, aunque se lo intentara traducir a su dialecto quechua, éstos no tenían palabras para tales conceptos. Luego habló Richard, más brevemente, y pareció que sí lo entendía.

Mallkú... ¡MALLKÚ! -empezó a formular Hunic-. ¡No nombrar a Mallkú! ¡¡No nombrar!! -el tipo empezó a ponerse nervioso, y sus congéneres Pawalchi lo advirtieron. Su rostro era como de asombro y enfado (ambas cosas como por haber pronunciado esa palabra)-. ¡¡Mallkúuuu!! -como incrédulo-.
 

Miro sorprendido al nativo cuando se pone tan nervioso. ¿Tan malo es Mallkú como para ponerse así?

Vale. Vale. Tranquilo. Le digo intentando calmarle un poco. Yo no decir más Mall... eso. Pero tu no repetirlo más.

Me giré hacia Arthur y Emily, les hablé normal, casi susurrante. Señor, si es que lo ha dicho ya cuatro o cinco veces! Menos mal que no se puede decir! Me recuerda a cuando era pequeño y descubría una palabrota. Mis padres me decía "eso no se dice" y yo la repetía hasta que me aburria... Este hace lo mismo, pero sin padres que le digan que hacer o no.

Volví a mirar al nativo. ¿Tan malo ser que no poder decir nombre? le pregunté despacio, ahora si que tenía curiosidad por saber que era Mallkú.

Intentando poner mi cara mas diplomática intento buscar una salida a la situación que estamos provocando.

Mirando hacía el líder con la cabeza levemente inclinada. – Discúlpenos, nos engañaron. Nos dijeron que era una comida típica.

Haber si echándole las culpas a otro se concentra en él y no en nosotros.

Señor, si es que lo ha dicho ya cuatro o cinco veces!

Emily os miró, abrió un poco sus ojos, torció su boca en señal de duda y encogió sus hombros. Lo cierto es que ella tampoco se lo esperaba.

No decir más, no pensar -respondió-. Extranjero ir a Apo. Ir y no volver. El Mallku... llevar. Llevarlo. Comerlo. -lo repitió, pero era como si él sí que tuviera potestad para decirlo, por muy extraño que le pareciese a Castle-. Acto seguido, el tipo de nombre Hunic se giró, se dió medial vuelta y se metió en la cabaña donde habían dejado a vuestros compañero Luke. El resto de Pawalchis seguían interesándose por vosotros, pues se acercaban y os miraban como quien mira algo extraño, y tocaban vuestras prendas.

– ¿Sabéis que es Apo? – Pregunto mirando alternativamente a Emily y nuestro guía. – ¿Un poblado otra población?

El Mal... ese... ¿se come? pregunté desconcertado rascándome la cabeza. Lo siento, parece que en lugar de arreglar las cosas, las he empeorado. Entiendo que ha querido decir que llevo lo que sea eso dentro. Me encogí de hombros. Creo que yo no voy a poder hablar más con él, pero tu si, Arthur. No menciones... ya sabes... y háblale despacio y con palabras sencillas. Le dije a mi colega animándole a entrar en la cabaña detrás del nativo.

Yo os esperaré aquí fuera, donde el hombre no me vea y se enfade de nuevo.

Emily preguntó también al guía si sabía qué era eso de "Apo". El guía, gracias a las historias que había oído de otros clientes a través de la selva (algunos de ellos saqueadores sin moral), creía saber que Apo era un templo no muy lejos de allí, un poco más al norte aún. Nunca fue allí, por lo visto, aunque estuvo estudiando una larga ruta que lo pasaba de largo en uno de sus viajes de guía.

Entonces... alguien fue a ese templo -comentó Emily, repitiendo las palabras del líder Pawalchi- ¿sería John? ¿Se acercaría allí?

Delante de la cabaña se agolparon tres hombres Pawalchi, impidiendo la entrada a nadie.

El gesto de los nativos bloqueando la entrada me sorprendió nuevamente. A punto estuve se correr hacia ellos con las manos levantadas y agitandolas a la par que irles gritando: Mallku!! Mallkuuuu!!!!
Pero no creí que eso nos fuese a ayudar demasiado y menos aún con Luke allí dentro. Así pues apelé al poco sentido común que me quedaba y guardé silencio hasta que Emily habló. ¿Apo un templo? Mallku sería entonces una maldición o un espíritu malingo... Tendría sentido.
Yo estoy dispuesto a ir al templo ese. Pero antes me gustaría saber como evoluciona Luke. Cuanto tiempo estará así y cuanto tardaría en poder venir con nosotros. No me gustaría dejar aquí tirado al hombre que me salvó la vida en Pisco... Dos veces además.

Parece que el líder comienza a estar harto de nosotros. Seguramente si intentamos entrar nos impedirán el paso de una forma mas contundente.

– Tienes razón Richard en las dos cosas. Pero creo que mejor no insistamos en este momento para entrar. Demos una vuelta por el poblado, la acabaremos aquí y preguntamos por Luke.

Extranjero, extranjero…

Mirando a mis compañeros y al guía. – Puede que sea por no acabar de comunicarnos bien al no conocer su idioma ni el nuestro, ¿pero podría ser que se refiriera a alguien que no empleara el ingles? Por aquí han debido pasar bastantes expediciones académicas de nuestras universidades y podría querer indicar que era un poco mas extraño.

No sé a quíen se podrá refereir, señor Arthur -dijo Emily-. En verdad me sabe un poco mal quedar a vuestro compañero aquí solo. Si quieréis puedo quedarme con él -se ofreció-. En realidad no me importa, sólo quiero desentrañar este asunto, pero no a causa de más problemas ni peligros.

¿Dar una vuelta? ¿En serio, Arthur? Miré a mi alrededor, buscando un sitio donde sentarme con algo de sombra. Bien, ve a dar una vuelta. Yo te espero aquí. Llevamos no se cuanto tiempo caminando por la selva, tenemos que continuar a un templo que a saber donde está... ¿Y quieres dar una vuelta? Pregunté frustrado.

Supiré tratando de relajarme un poco. Estaba claro que aquella situación engorrosa me superaba. Y lo de extranjero, podría estarse refiriendo a mi. Podría estarme diciendo que me he comido a la cosa esa innombrable y que ahora he de ir a apo a soltarlo... ¿Sólo me ha sonado mal a mí? pregunté mirando hacia el cielo.

Lo cierto es que no estoy para pensar demasiado. Me gustaría saber cuanto tardaríamos en llegar a nuestro nuevo destino antes de decidirme por algo. Dije a Emily un poco más sereno.