Partida Rol por web

El Charger se acerca velozmente a aquella curva, mano a mano con el Venom.

Chef sabe que la curva es difícil, no solo por las características de esta, si no también por su auto. No es un auto de Drift, no es nada parecido a eso, al contrario, a esos coches no se les dan las curvas. Sabe que va a tener que poner en juego toda su destreza al volante.

Echando un ultimo vistazo por el rabillo del ojo a su perseguidor, Chef se concentra aprieta el acelerador, y se lanza con furia hacia aquella curva. No puede perder, no se lo permite. Aprieta con fuerza el el freno, tratando de mantener la marcha, y cuando el coche comienza a derrapar vuelve a darle con fuerza al acelerador para enderezarlo, para evitar meterse dentro de aquel local.

Aprieta los dientes con fuerza mientras lo hace y tira del volante con ambas manos.

La carrera no tiene color, el Dodge hace una maniobra astuta para tomar aquella curva sin perder velocidad, pero el coche del negro que intenta a la desesperada pasar antes que el tiene que maniobrar finalmente.

Y finalmente acaba para el la carrera.

La carrera es una casa de locos. Saliendo como leones de su jaula los cuatro coches habían arrancado como si la vida se les fuera en ello. Y en algún casi así será.

El callejón sonaba como el túnel del viento. El Dodge corría, volaba, y detrás de si dejaba a un imbécil que había jugado mal sus cartas.
El Venom, un coche demasiado tuneado para correr y donde se había dejado de lado la estabilidad derrapa al intentar cruzarse delante de su competidor.

Viendo en el último segundo que no lo lograría acelera y da un volantazo, pero ya no hay tiempo para eso. La cristalera del Marco`s lo recibe fracturándose en mil pedazos. Cristales de todos los tamaños salpican ahora la esquina mortal de la plaza victoria.

La historia era la de siempre, aquella curva era mortal. Pero no era la única. La otra salida de la calle era un lugar también muy complicado.

El TT que había derretido los corazones de todos los presentes al entrar en el callejón ahora hacia su salida, seguido tan de cerca que le pisaba la sombra del Diablo negro.

Ambos coches entraron en la carretera de tres carriles que debía de llevarlos a la meta una vez más. Pero algo andaba mal, el suelo, las ruedas, no sabían exactamente qué, pero algo fallo en aquel momento.

Una de las ruedas del TT se torció hacia dentro del vehículo, haciendo que este derrapase, el coche estaba fuera de control, había perdido contacto con la tierra y se iba hacia un lado.

La gente empezó a correr como loca. El coche se iba contra la cera. Por suerte para todos, y por desgracia para Jimy y el dueño de aquel monovolumen aparcado, el coche se empotro lateralmente, haciendo que el que estaba aparcado se subiera a la cera, y que otro se le hundiera la puerta del conductor.

El diablo, maligno como era, parecía abocado a acabar de la misma manera. Derrapo por el mismo lugar, siguiendo las mismas marcas de rueda quemada que habían dejado los neumáticos de su compañero.

Parecía que el TT se iba a convertir en la tumba de Jimy cuando Skull, con mucha habilidad y una parte de suerte, consigue frenar el coche en seco a solo unos centímetros de estamparse contra el competidor que estaba fuera de carrera.

Habían sido los centímetros que el TT había desplazado hacia la acera el monovolumen. Por eso se habían salvado.

La cara de Jimy lo decía todo. Le dolía todo. El golpe había sido monumental, pero seguía entero. Skull resoplo, la emoción, la adrenalina le embargaba. Durante una fracción de segundo miro a los ojos a Jimy, pero las luces que incidían en su coche desde la derecha, anunciando la llegada de otro competidor hicieron que ambos reaccionaran.

Vamos, grito Jimy a Skull y este arranco el motor de un diablo testarudo del que aun salía humo de sus llantas.
Las luces del enemigo se acercaban por un costado. La carrera aun no había acabado, no al menos para dos corredores.

Y a pesar de que podían para y conseguir lo que querían ninguno iba a hacerlo. La emoción dominaba sus manos y sus pies. Ahora solo había una salida, y era llegar a la meta.

Todavía no puede relajarse. Ve de reojo como el coche verde se mete de lleno en el local, lo cual le alivia. Simplemente corría ahí por ganarle a aquel tipo, y ahora estaba fuera, ¿Tendría que pararse? No, Chef jamas abandona una carrera, jamas lo ha hecho y esa noche no va a comenzar. Es algo, una de esas manías, que aun tiene de joven. Nunca dejo de ser en el fondo un chiquillo orgulloso y sin algunos tornillos, pese a lo que aparenta.

- A la mierda, me cago en mi orgullo – dice sin bajar la velocidad, apretando con fuerza el volante y tratando de salir de ahí con fuerza, aunque el coche, nuevamente, le vuelve a jugar una mala pasada – vamos, pedazo de mierda... - dice con los dientes apretados, mientras trata de controlar el coche...

Pongo un nuevo "Alma" a Diablo mientras las ruedas chirrian...

 El motor carraspea, pero al final meto la marcha. -Joder! la explosión a debido tocar a Diablo, le tendré que echar un ojo...- Pienso mientras continuo la carrera....

La carrera acabo, si bien el final de la carrera no había sido pura adrenalina, la emoción aun embargaba a los que observaban la carrera. Cuatro coches habían empezado, y solo uno había llegado a la meta.

El peor perjudicad era el coche verde que había entrado contra la famosa y cenicienta peluquería.

Las ruedas hacían de pinceles marcando un asfalto embebido del aceite de los corredores.

Finalmente la gente empezó a movilizarse, de vuelta a sus quehaceres nocturnos, unos buscaban copas, otros mujeres, otras hombres o también mujeres. La noche era una extraña, que tan pronto gritaba embravecida como volvía a su mutismo de coches con música a todo volumen y puertas de discoteca a rebosar.

Después del recuento de daños, el rey del lugar se acerco a vosotros. Cada uno tenía sus propios problemas aquella noche. Gay, el hombre de color que habías retado estaba siendo atendido por una china con minifalda que intentaba en vano cerrar las múltiples heridas que tenia por todo el cuerpo.

El hombre os dejo a salas, tenias unos minutos para llevaros lo que habías venido a buscar, que en este caso eran palabras, palabras que quizás sonasen vacías después de ver como habían quedado algunos vehículos.

Pero tenias la garantía de que saldríais de allí con algo de información, o sino, aquel mal nacido no volvería a hacer ningún tipo de negocio, en aquella y en muchas otras partes de la ciudad, y para alguien de su calaña aquello significaba una sentencia de muerte en vida.

Cansado y dolorido por el golpe que había tenido al mando de su deportivo se encaro si bien sin muchas fuerzas con los tipos que lo habían obligado a perder mucho aquella noche.

Y bien cabrones, que demonios queréis de mi.

Chef respira de manera agitada una vez el auto se detiene. Tiene suerte de seguir vivo, en aquella pista un error como ese le puede costar la vida. Al parecer, y pos suerte, logra sacarla bastante barata.

Toma la medalla con la imagen de una virgen que lleva en el cuello y le da un beso. Se tranquiliza y baja del auto, la carrera puede haber terminado, pero todavía no a resuelto nada.

A paso decidido se dirige en dirección al moreno, con aspecto amenazante. No a ganado la carrera, por lo que no espera que la situación se haga mas sencilla.

Se para a un metro del moreno, y le dice sin quitarle la vista de encima. Mira por sobre el hombro del moreno, hacia el negocio destruido, y vuelve a posar la vista en él

- Ahora es cuando te olvidas de la deuda y dejas a esas chicas en paz.

Me acerco a Gay y Chef. -Eso por descontado. Pero hablanos de los dragones negros y por qué esos hijos de puta han volado nuestro taller.- Le suelto a Gay como una bofetada de realidad en sus oidos, con cara de querer respuestas y rapido, y todas que me agraden.

El negro asiente ante lo de la chica, no esta tan gallito como antes. Y parece haber perdido interes, sea cual sea el interes que pudiera tener en aquellas jovencitas.

En cuanto a lo otro, parece quedarse pensando como escurrir el bulto. Pero al ver a los matones que hay detras vuetra, y saber lo que se juega resopla y empieza a hablar.

No se nada de vuestro negocio. Yo solo se que me pasan mercancia, quieren hacerse gente importante por aqui. Y tienen algun interes enfermizo en controlar todo lo referente a las carreras ilegales. Y supongo que eso implica los talleres donde la gente pone a punto sus maquinas.

Se mueven por el puerto y ChinaTown.

Menea la cabeza como pensando que lo que esta diciendo puede costarle tambien algo importante, quiezas parte de su culo o su cabeza en una bandeja de plata.

El jefe de la vanda es Kio Makoto. Es un hijo de puta criado entre lobos asesinos. Quiere poder y no parara hasta conseguirlo.
No os puedo decir nada mas. Asi que dejadme en paz, ya me habeis jodido bastante.

- Bien... - es lo único que responde Chef ante el gesto de Gay. Ya tiene lo que quiere, aunque aun así el cabreo no se le pasa. No, aun tiene que arreglar el asunto con su “pequeña” hermana, por lo que no espera mas, y mientras Gay aun habla con los demás, da media vuelta y se dirige al coche. Parte a donde todo comenzó, donde aparentemente tendría que estar su hermana, y no va de muy buen humor.

Su hermana ha visto la carrera, casi se desmaya cuando ve que el coche le patino, y que se quedo clavado.
Por lo que puedes ver te espera cerca de tu coche. Los tipos que antes le cortaban el paso ahora simplemente no estan, se han esfumado.

A lo lejos se puede oir el ruido caracteristico de las sirenas de policia. Parece que se acercan, aunque en aquella parte de la ciudad no estas seguro de que aquello valla a suponer un cambio en la gente que hay allli, quizas los polis pasen de largo, quizas se queden, pero habia un coche dentro de una peluqueria, y ese segurametne tendria prioridad ante cualquier cosa.

Tu hermana te mira nerviosa. No sabe si preguntarte como estas, o pedirte disculpas. Sus amigas se han alejado un poco y os miran desde lejos.
Estas seguro de que conoces a uno de ellas, el resto, bueno, o han crecido y les han salido las tetas de golpe, o simplemente no las conocias.

Hunter, yo no sabia que fuera a pasar esto. Te lo juro. Yo, yo, lo siento mucho.

El tono de tu hermana pequeña es sincero, pero parece que sus respuestas no han hecho mas que cabrearte un poco mas. No entiendes como puede ser tan insconciente, no puedes enterder despues de la vida que has llevado que ella se meta en aquellos problemas.

Chef en cuanto sabe que tiene lo que queria se marcha hacia su coche y os deja con el pelanas negro.

Parece que esta preocupado por las jovenes que habia visto al principio de la carrera.

Mike llega donde estais. El no ha corrido, no es de extrañar, su coche ha salido vivo del taller, pero en peor estado que el de Skull, por eso se ha mantenido al margen, pero ahora no puede callarse mas.

Le decis rapidamente lo que sabeis, mientras a lo lejos el ruido caracteristico de unas sirenas de policia empieza a escucharse. Tardara en llegar, y ni siquiera estais seguro de que se valla a parar, pero su musica empieza a metere en vuestros oidos.

Con una cara de pocos amigos, se acerca hasta donde estais, y con el Ruso de por medio, que sabe que lo que podeis ahora es tocarle un pelo, las reglas de la calle lo dicen asi Mike le escupe una amenaza al negro que os ha metido aquella noche en todo aquel follon.

Pues dile ha ese cabron cuando lo veas, que se ha equivocado, que a Mike Donovan no lo putea nadie. Que cuando lo encuentre es hombre muerto.

Unas frases muy grandes para Mike, aunque es posible que lo diga en serio. Su taller era su vida, sus coches eran su comida y sus sueños. Ahora se habia quedado en nada. Al menos sabia que el seguro correria con los gastos, pero habia muchas mas cosas que tener en cuenta. Los clientes, la fama, el tiempo que iba a estar tirado sin trabajar.

Se le veia que ardia de rabia. Y que si el ruso no fuera amigo de el, saltaria por encima y le abriria la cabeza.
La conversacino va tocando a su fin.

El negro cuando lo ve, en el estado en el que esta, prefiere no decir nada y relamerse el labio que tiene sangrando.

Mientras te ibas vistes que Mike Donovan se acercaba echo una furia a la conversacion que tenian con el negro. Su coche se habia llevado la peor parte aquella mañana, y aunque funcionaba no pudo correr.

Los dejas atras mientras te centras en tu hermana. Pero de fondo oyes como Donovan le grita al negro:

Pues dile ha ese cabron cuando lo veas, que se ha equivocado, que a Mike Donovan no lo putea nadie. Que cuando lo encuentre es hombre muerto.

No puedes decir que no tenga motivos. Pero aquello ahora no forma parte de tus problemas.

Chef pone la llave en el encendido del coche y enciende el motor, el cual ruge con fuerza. En parte se encuentra aliviado de que todo aquello termine y de que su hermana se encuentre bien, pero por otro lado también se encuentra molesto. El había frecuentado esos lugares de joven, sabia que clase de gente se encontraba por ellos y, por sobre todo, que podrían querer de muchachas como su hermana. No reniega de su pasado, ni siente vergüenza por ello, pero lo ultimo que desea es que su hermana menor frecuente esos ambientes. Su vida cambió con ese fin, su actitud cambió con tal objetivo, con tal de proteger a su hermana, y ver que eso no sirve de nada no solo le hace enfurecer con Sayuri, si no que le hace enojarse especialmente con él mismo.

- Este mes no tendrás sueldo – le dice mientras le clava la vista, enfurecido y claramente contenido. Solo dice eso, de manera lapidara.

El resto no le importa, los problemas de Donovan y los demás no son los suyos, cosa que ya dejó en claro antes. Solo le importa volver a casa lo antes posible... y con cuidado, luego de escuchar la sirena de la policía lo ultimo que quiere es quedarse en ese lugar.

Aprieta el acelerador y sale rápidamente de ahí, de vuelta a casa.

-Vamos Mike viene la poli, lo matas en otro momento

Dice empujándolo suavemente con la palma en el pecho de Mike, hasta que se de media vuelta y caminar por el solo hasta su bólido.
Hay el ruso vuelve a mirar al negro

-Por cierto... su curva de la muerte es una puta mierda

Dice con bastante caradures, con el TT algo aboyado y quedando fuera de la carrera.
Abre la puerta del TT y desde ella

-Espero que nos hayas contado todo lo que sabes, si no tendremos que volver y hacer que rompas tu coche de nuevo.
Le sonríe y se mete cerrando la puerta, enciende el motor que se queja un poco seguro que algo salio de su lugar luego lo miraría.
Y sale del lugar sin hacer mucho aspavientos

Tu hermana se queda de piedra, sabe que aquellas palabras son un martillazo a su propia vida, no por el dinero, por eso ya lloraria mas tarde. Sino porque sabe que estas mucho mas enfadado de lo que has querido mostrar.

Arrancas, dejandola subir al coche, pero con el alma partida y tirada alli, sabiendo que le has salvado el culo, y que no tiene posibilidad de arreglarlo. Te vas.
Pero para cuando unas lagrimas salen de sus ojos tu ya estas lejos de aquel lugar, camino de casa. Ella en el asiento del copiloto no es capaz de mirarte, solo sabe sollozar, porque quiere llorar, pero lo hace en voz baja para no molestarte.
Aquella situacion la superaba.

Todo parece darte vueltas, quizas la adrenalina, quizas el cabreo, pero la ciudad y sus luces parecen volverte loco. Necesitas algo de calma, algo en lo que concentrate para poder centrarte en ti mismo, pero por el momento no sabes que es o que hacer.

Para cuando conseguis que Donovan vuelva a su coche Chef ya se ha marchado. Como vino se fue. No sabeis que era lo que estaba haciendo alli, no teneis claro que queria, pero tendreis que preguntarselo en otro momento.

El negro sale de la peluqueria rumbo a cualquier lugar, parece que busca con la mirada a alguno de sus colegas, los que antes le seguian como si el fuera el rey del mambo. Sin embargo parece que en la calle nadie quiere nada con el.

Donovan arraca su coche y dice que lo sigais. Parece que tiene un plan. No sabeis si es ir a por el Japones ese que ha dicho o otra cosa. El enfado parece su estado natural y ya no sabeis si sigue rabiando o solo esta como siempre.

Seguis a Donovan por toda la ciudad, hasta la zona de los ricos y richachones. Dais mas de una vuelta para evitar los coches de policia, y tener que evitar dar explicaciones por los daños de los vehiculos.

Al final llegais al puerta de un taller. Se baja a abrir una cadena y luego entra con el coche. En una nave grande, con bastante sitio para aparcar en el parking delante del local. Se trata del InfinityCustoms.

El taller del Señor Pont, que curiosamente es el suegro de Donovan.

El para el coche alli, en el aparcamiento del taller. Y se baja del coche.