Partida Rol por web

Alrededor de una hora después en la que solo veis árboles, adelante, a través de la maleza y la zarza, veis un grupo de personas de aspecto rudo.
Casi claramente son bandidos los que aparecen a lo largo del camino boscoso. Miran algo que parece un camino con determinación. Preocupados y definitivamente molestos. De hecho, la variedad de expresiones en sus caras sugiere que alguien recientemente ha alterado sus vidas con una gran putada.
Hablan entre sí, y mientras os acercáis, podéis distinguir su conversación frustrada.

- Las huellas conducen a este camino. ¿Cuántos carros crees que llegaron por este camino en las pasadas horas?
- Posiblemente dos, señor.
Hay un silencio.
-Te odio, Alan.
Los cinco bandidos se adentran en los bosques espesos, y, como la suerte lo tendría, en vuestra dirección. Parece que están siguiendo el rastro bastante obvio de un carro, probablemente el vuestro, dejado atrás.

Miro a mis compañeras ante la escena que se desarrolla frente a nosotros y saco mis dos espadas, en previsión de un altercado.

Aún así, prefiero esperar a ver cómo reaccionan las demás; no me gustaría que por mi culpa se perdiera una posibilidad de negociación. Así pues, me quedo en tensión preparada para actuar en cualquier momento, pero espero a que las demás decidan un camino a seguir.

- Vaaaya - la pequeñaja se rasca la cabeza tratando de pensar mientras mira alternativamente a las huellas el carro y a los hombres de en frente - Puesss... No se me ocurre ninguna escusa ¿Y a ustedes?

Su siguiente reacción tenía más de instintiva que de consciente. Agujeros, escondrijos, árboles escalables... ¿Cuál podía ser el mejor lugar para meterse si era inevitable pelearse?

—No sé qué diréis, pero yo por hoy ya he tenido bastante con el ogro ese, mejor nos escondemos hasta que pasen y nos largamos para llegar a Frontera cuanto antes. No se cuanto tiempo más podré aguantar a los medios idiotas estos.

Susurraba a sus compañeras buscando también las mejores opciones para esconderse o apartarse del camino.

-Estoy de acuerdo con Hannah, aprovechemos cualquier oportunidad para escondernos, si no se da, pues nos los cargamos, que si el ogro cayo, estos también lo harán- Dice en voz baja.

Esconder un carro tan grande y con tanta gente era un tema bien diferente a esconderse solo ella, pero si existía la posibilidad...

Suspiro viendo como cada una intenta esconderse. Ese no es mi fuerte, pero lo intentaré aunque sin dejar mis espadas por si no se lo tragan y hay que entrar en combate. Miro alrededor y veo un matorral que parece que puede servirme, así que me dirijo hacia él para esconderme detrás. Aunque casi prefiero que no se lo traguen y explicarles lo que les pasa a los bandidos cuando se meten con las Rat Queens.

Hannah reaccionó rápidamente y consiguió un buen lugar en el que ocultarse, pero le preocupaba aquella caterva de medio enanos idiotas, no es fácil esconder un circo en medio del bosque. Si les descubrían no quedaría otra que patear algunos culos. Igual de paso podían enterarse de porque coño les buscaba todo el mundo.

Intenta esconderse. Si no logran esconderse todos, al menos podrá cargarse a unos cuantos desprevenidos.

En el caso de los mediombres, parece que una de sus grandes facultades es la de esconderse, y en menos de cinco segundos todos están bien ocultos allí y allá.

En vuestro caso, os escondéis lo "suficientemente bien" como para que los bandidos se acerquen sin sospechar, y eso os permite ver algo curioso: entre ellos, hay una cara conocida. Ni más ni menos que Drake camina junto a los otros tres hombres, y algo os dice que no se acaban de conocer.

Casi han pasado de largo cuando uno de ellos lanza un grito.

- ¡Eh, eh, eh! ¿Qué es eso? ¡Jefe, jefe, alguien se esconde ahí!

Desgraciadamente, Violet puede observar que el bandido señala en su dirección, y se da cuenta de que aunque el arbusto oculta la mayor parte de su cuerpo de enana, la empuñadura de una de sus armas y el color rojizo e su pelo destacan contra los colores verdes y  marrones del ambiente.

Los bandidos detienen su marcha y sacan sus armas, atentos tanto a la posición de Violet como a sus alrededores.

Salgo de detrás de los arbustos con las espadas en las manos pero manteniéndolas abajo de momento. Oh, vaya, me habéis pillado. Estaba por la zona y os vi y, como no quería problemas, intenté esconderme. Pero en fin, supongo que soy peor escondiéndome que combatiendo.

Pero, como digo, no quiero problemas. ¿Por qué no seguir vuestro camino y yo sigo el mío? Creo que sería lo mejor para todos.

Hannah se dio cuenta de que tenían problemas, decidió mantenerse oculta y alerta, si aquellos imbéciles se confiaban al ver solo a Violet serían un blanco fácil. Sólo tenía que pensar que usaría para freírlos si era necesario, a veces le costaba decidirse entre el fuego y los rayos, pero el resultado siempre era igual de bueno y humeante. 

La verdad era que aquel era un intento divertido. Casi había desenfundado cuando la escuchó intentar hablar y... ¿De veras se lo podían tragar? 

Violet es la caña -  pensó para si. ¿pero Drake ahí en medio? Pufff... a ver si iba a ser verdad al final que este tipo se las quería jugar... De los enanos no desconfiaba tanto. Tenían cada de honestos. Bueno, quizás solo un poco. Pero al menos sabían moverse de forma graciosa. Podría acostumbrarse a tener animadores. Siempre y cuando no hubiese que pagarles...

vale, al parecer habrá pelea- piensa mientras espera al menor movimiento violento hacia violet para atacar, aprovechando su escondite improvisado.

Al darse cuenta de quién es quien se escondía tras los arbustos, y tras las palabras de esta, los bandidos miran a Drake, que tiene muy mala cara, evidentemente enfadado.

- Jefe... - Comienza a decir uno de los bandidos, dirigiéndose a Drake. - Son... son las mismas de anoche. - Tanto su tono de voz como su rostro delatan que está asustado. - Yo... yo prefiero marcharme.

Ese bandido comienza a recular y bajo la sorpresa de Drake los demás le siguen.

- Cobardes... ¡Si solo es una de ellas! - Dice Drake, pero al verse solo, también se marcha.

Pocos instantes después el camino vuelve a estar tranquilo y despejado, aunque esto no dura mucho ya que los mediombres salen de sus escondites regocijándose.

- ¡Parece que anoche les disteis una buena paliza a esos malechores y os tienen miedo!

Para representar ese hecho, comienzan a pelearse entre ellos de broma, y de nuevo parecen más una compañía de teatro que una troupe de circo.

- ¿Pero qué demonios pasó anoche? - Pregunta en voz alta, más desconcertada que enfadada. No era como si Betty fuese de las que se enfadan a menudo, pero en ocasiones como aquella se preguntaba si igual no sería la opción más cómoda. 

- Mm... me apetece una chuche. ¿Quieren, chicas?

Me quedo mirando a los tipos que se alejan completamente desconcertada. Me inclino de hombros y me giro solo para ver a los medio hombres hacer su pantomima.

Miro a mis compañeras y lanzo un bufido. Realmente me gustaría saber qué hicimos anoche. Vete tú a saber si dónde vamos hay alguien más que nos debe alguna cosa o al que hemos hecho algo. Pero todo esto ya no me está pareciendo nada normal. En fin, ¿seguimos?