Partida Rol por web

Despiertas, una estridente alarma se encarga de ello, pero, pero… esto no es todo, estás en un sitio que no reconoces, es como una habitación de cristal o una celda de cristal casi más bien, en ella hay poco más que una cama, un terminal que comienza a escupir una interminable tira de papel continuo.

No hay pantalla, solo el papel que fluye sin cesar y esa maltita alarma, en cada separación parece repetirse el mismo mensaje una y otra vez, te duele la cabeza ¡Maldita alarma!

Más allá de los cristales se ven las paredes metálicas de una habitación en la que está incluida esta más pequeña, sin ventanas, pero hay una puerta que ahora mismo está cerrada, quizás se abre, pero primero a ver que haces con estas cuatro paredes lisas de cristal y con lo que está ocurriendo.

- Pero... ¿que c... es esta escandalera? -pensó Mou en el momento de ser despertado por la insistente alarma. Después de restregarse los ojos para quitarse las legañas, se dio cuenta de lo extraño de la situación.

Mou no bebía, aunque a veces cuando hablaba parecía lo contrario, así que no tuvo que molestarse en descartar que aquello fuese producto de la resaca. Sentado en la cama contempló las paredes de cristal y lo que se entreveía detrás pero enseguida el traqueteo continuo del ordenador vomitando papel llamó su atención.

Lentamente se levantó y tomó la interminable tira entre sus manos para ver si algo de lo que había escrito daba sentido a todo aquello.

Cuando lees una de aquellas hojas se detiene la estridente alarma y también deja de fluir el papel, en legras rojas puedes leer lo siguiente:

¡Alerta misión!
Preséntese INMEDIATAMENTE en la sala de reuniones R7-JK13, máxima prioridad.

Instrucciones breves pero concisas, no tienes ni idea de donde está esa sala, pero tampoco de cómo salir de aquí.

Al menos es un alivio que cesó el estruendo, pero esta “jaula” de cristal no tiene puerta o ranura alguna ¡Hay que pensar algo y ya!

Una vez leída la nota, Mou soltó el papel y se dispuso a buscar con urgencia el modo de salir de allí. Le habían citado de inmediato, y todos sabían cómo se las gastaban si uno no cumplía a rajatabla.

Palpó y empujó una por una las paredes de cristal, en un intento de ver si cedían o encontraba alguna puerta disimulada en ellas. Después contempló la cama ¿habría algo allí que le ayudase a romper la pared? ¿una pata quizás?

Al pasar junto a la terminal se la quedó mirando. Ya había cumplido su misión de avisarle y parecía lo suficiente pesada para hacer lo que estaba pensando, así que, si los planes anteriores fallaban, la lanzaría con todas sus fuerzas contra el cristal.

Mou parecía nervioso, sabía lo que estaba en juego, inspecciona el lugar.

Las paredes no ceden y no tiene puertas, el suelo es metálico, pero tanto las paredes como techo de cristal.

El terminal está anclado al suelo, luego miras la cama, no crees que puedas soltar una pata, pero la cama en sí está suelta y es metálica, quizás con un buen empujón…

- A la de una, a la de dos y a la de...

Tras dar un par de vueltas por la celda a Mou no se le ocurrió otra cosa que intentar romper la pared. El único objeto que parecía poderse mover era la cama, que ademas era metálica y bastante contundente. La arrastró alejándola del centro de la estancia para poder tomar impulso e inició la cuenta atrás, contando hacia adelante.

- ... ¡tres!

Nuestro cautivo protagonista inició una carrerilla de un par de pasos (la habitación no daba para mucho más) y estampó la cama con todas sus fuerzas en la pared opuesta.

Llegas a la conclusión de que no hay muchas maneras de salir, así que te prepara, pones la cama en posición, tomas aire y empujas con todas tus fuerzas la cama contra el cristal que ya se comenzaba a empañar por tus movimientos.

- ¡CLIIIIIINCCCCKKSSSSS! – Un buen trozo de pared de cristal se rompe en pedazos, una ligera corriente de aire fresco llega hasta ti, ahora sin lugar a dudas ya puedes salir fuera.

Tras destrozar la pared, Mou asomó la cabeza por la abertura y, después de comprobar que no había moros en la costa, salió de la celda de cristal.

Desde dentro había podido observar que la habitación exterior tenía una puerta. Mou se dirigió hacia ella mientras contemplaba la nueva estancia, por si había algún detalle que le explicase o le hiciese recordar qué narices hacía él encerrado allí dentro.

Te asomas, no hay nada por ahí fuera, la estancia está vacía, no consigues acordarte de que es lo que hacías aquí, desde luego no recuerdas habar entrado por propia voluntad.

Te acercas a la puerta, se trata de una de esas puestas automáticas que se levanta al detectar tu presencia.

Justo en estos momentos pasa un impresionante Robo-Guardia por delante, parecía caminar de forma distraída paso a paso, al escuchar la puerta se gira y se te queda mirando.

glups...Mou tragó saliva cuando el imponente robo-guardia se giró hacia él y se le quedó mirando, como esperando una explicación de lo que estaba haciendo por allí. Una explicación, que Mou no tenía.
De todos modos se solía llevar bastante bien con los cacharros, así que tampoco se intimidó en exceso.
- Saludos, agente-dijo con el mayor de los aplomos- He sido citado con urgencia en la sala de reuniones R7-JK13. Algo de extremada importancia, ya comprenderá.Hizo una pausa para contemplar la inexpresiva faz del robot.
- Por cierto...¿es por allí? ¿o por allí?-le preguntó señalando a izquierda y derecha, cruzando un brazo por encima del otro. Mou puso la mejor de sus sonrisas, esperando que aquella bestia mecánica le señalase la dirección con una de sus patitas.

Casi podías oír circular los bits por sus circuitos electrónicos, evaluando, sopesando… seguramente estaba haciéndote un escaneado completo de hasta la longitud de los huesos de tu dedo meñique.

Con una de sus “patitas” comenzó a golpear suavemente el suelo impaciente – Identifíquese – Dijo con su electrónica voz.

O, o… eso podía ser bueno o malo

Mou decidió que no tenía nada que esconder. Al menos nada que él recordase, pero, dadas las circunstancias, aquello tampoco era de mucho fiar. Así que dio su nombre al robo-guardia.

- Insisto. -le dijo justo después de haberse identificado- He sido citado en la sala de reuniones R7-JK13 y la situación es urgente. Usted mismo puede encontrar la convocatoria en un papel junto a la terminal de ordenador, si no se fía. No tiene pérdida; aquí dentro, al fondo, junto a los cristales rotos. Y ahora, por favor, si me permite, tengo algo de prisa...

El Robo-Guardia computó durante unos segundos tu nombre, seguramente buscando entre los archivos informáticos – Todo parece estar… en orden

Pero cuando le digiste lo de los cristales rotos el robot movió sus patas hasta entrar dentro de la sala y analizar lo que allí había – Informaré de esto al ordenador – Con aquella voz metálica no sabías si eso era algo bueno o malo.

Giró de nuevo su cabeza para mirar que hacías a continuación.

Mou tenía ganas de perder de vista a aquel guarda mecánico, pero no sabía qué dirección tomar. Por un momento se planteó si valía la pena insistir preguntándole al robot, pero primero echó un vistazo a su alrededor.

El RoboGuardia al verte un poco desorientado decidió pasar de ti y volvió a salir de esta habitación.

Al menos el peligro inminente parecía haber pasado, te asomas de nuevo por la puerta que da a un pasillo, por lo que tienes la opción de ir hacia la izquierda que es por donde de está marchando el Robot moviendo sus patas como una especie de araña y hacia la derecha donde no se ve a nadie, ambos pasillos son largos, lo que si que hay son los típicos confesionarios con consolas de comunicación directa con el ordenador y demás cosas, cada 50 o 100 metros por todas partes, el ordenador siempre está dispuesto para escuchar una traición.

- Bueno, pues puestos a probar... mejor en dirección contraria, no sea que se lo repiense.

Mou tomó el pasillo de la derecha, alejándose del robo-guarda. Mientras caminaba, se iba fijando a ver si veía algún cartel indicador de la dichosa sala de reuniones. A medida que iba dejando atrás los "confesionarios", se preguntó si sería buena idea molestar al SuperOrdenador con una nimiedad de ese estilo.

Te alejas del Roboguardia y sigues caminando, no hay carteles informativos, la sociedad está dominada por el ordenador, la información y desinformación también dominada por él, llegas a mas intersecciones, y luego a una amplia sala con unos vehículos de recreo allí aparcados.

Eso si, te cruzas con algunas personas, y varios confesionarios, parece que sin saber en camino va a ser poco menos que imposible.

Caminas por pasillos, caminas, caminas... ¿te dije que caminas?

Pasa el tiempo y sigues perdido, principalmente porque aunque te encuentres no sabes donde está la sala y ya pudiste observar que no hay carteles, hay gente, confesionarios, salas que no sabes que tienen dentro...

Tras deambular largo rato por los pasillos y convencerse de que así no iba a ir a ninguna parte, Mou consultó la hora. Ya habían pasado varios minutos desde que recibió la orden y temía que fuesen demasiados. Era el momento de tomar una decisión.

- ¿Hola? -le habló torpemente al intercomunicador del "confesionario" más cercano- Estoy tratando de llegar con urgencia a la sala de reuniones R7-JK13, donde he sido citado. En estos momentos me siento desubicado y solicito instrucciones para llegar a esa sala desde las coordenadas de este puesto de comunicación.

Mou hizo una pausa, esperando respuesta, pero, antes de recibirla, decidió extremar la educación.

- Gracias -concluyó.