Partida Rol por web

- Ayayayayay... que venga rápido el masajista!!-suplicaba Mou antes de caer casi inconsciente por el dolor. Su gran disparo había conseguido acabar con el cabecilla, esperaba que el gran ordenador tuviese constancia de ello y le recompensara como era debido, pero el precio había sido alto.

Mientras se retorcía en el suelo pudo ver cómo varios de sus compañeros se preparaban para arremeter contra los traidores vivos.

- Ánimo muchachos... -alcanzó a decir con un último esfuerzo.

-¡¡Mou, no nos dejes!! ¡Imagínate que son árbitros, arremete contra ellos! -le dije, en un intento de darle fuerzas, pero ya ví que era inútil..

Me preparé para un nuevo disparo de mi pistocongelador, después de haberlos refrescado a todos con las latas de mi granadazo.

-¡Saludad de mi parte a Copito de Nieve! -dije, y esperaba que mis palabras fueran seguidas de un aturdidor rayo de frio.

Mire mi brazo, menos mal que tenia puesta la ropa oficial no quiero saber que le hubiera pasado a mi querido brazo si no hubiera llevado esta ropa.

Mire al gorila.-¡ZERAZ MAL PARIO!, chille con furia la gorila que me había atacado,-Te vaz a entera' de lo que vale un peine, apunte hacia él con mi arma y dispare:

-¡Bastardooooooo!

Los enemigos heridos disparan, pero estar herido es lo que tiene y sus disparos no alcanzan a nadie, su estado de salud resulta decisivo.

Danit dispara con su pistolaser al “Armario” sano, sorprendente disparo, no solo lo alcanza sino que comienza a brillar con intensidad todo su cuerpo, tanto que casi resulta cegador, cuando desaparece la luz solo queda un montoncito de ceniza en el suelo.

Garga dispara a uno de los traidores y su cubito de hielo impacta en la cabeza de este dejándolo inconsciente en el acto

Paqui que vio como se volatilizaba su objetivo antes de disparar cambió de objetivo con rapidez y apuntó al gorila herido que era lo que más cerca de su objetivo le pillaba, es un muy buen disparo peso este sale con menos potencia de lo habitual, de todos modos, era lo que le faltaba al pobre para caer al suelo sin conocimiento.

Y esto era lo que colmaba el vaso, solo quedaba uno sano, el resto heridos o fuera de combate - ¡Nos rendimos! ¡Nos rendimos! – Comienzan a levantar sus manos con timidez esperando un alto el fuego

-Tiren las armas al suelo, traidores.

En cuanto las tiran, les digo a los compañeros:

-Estoy orgulloso de ustedes señores, han hecho un trabajo excelente. Señor Mou y señor Paqui, arresten a ese traidor sano y al herido, y escolten a Mac como prisioneros de guerra. Utilicen los cinturones para atarlos.

Luego le susurro a Graga para que no nos oigan los traidores:

-Nosotros remataremos a los traidores heridos e inconscientes en cuanto los otros estén inmobilizados.

No podía negarme a la petición de un superior, así que me dispuse a cumplir su orden, pero..

-Oiga, señor CS-naranja.. ya vió que mi arma no es lo que se dice... letal. ¿Con qué quiere que los remate?

Un cubitazo de hielo en un ojo no iba a ser de mucha ayuda para eliminar a los traidores.

Escuclo la petición de Garga, y le digo:

-Pues muy fácil, con la pistola homologada que debería llevar, o a golpes en la cabeza contra el suelo o algún objeto improvisado.

- Cumpliría sus órdenes gustoso pero... ay, ay, ay... -se retorcía de dolor con la pierna herida. Aún así intentó recoger su fusil y levantarse- ...no sé si voy a poder... hasta que alguien me cure esta rodilla... ¿nadie tiene un botiquín de urgencias? ay, ay, ay...

Al incorporarse, Mou vio que tampoco estaba tan mal, pero continuó quejándose, que es lo que mejor sabe hacer.

- Ay, ay , ay... Todo sea para la mayor gloria del Gran ordenador.

Fusil en mano, apuntando a quienes le había ordenado Danit, se dirigió a ellos.

- Eso es, las manos en la espalda, y mirando de cara a la pared. Y cuidadito de hacer tonterías. Listo, Paqui. Átalos con los cinturones como dijo el jefe.

Me dispongo pues a cumplir la orden de mi superior. Con esto de ser un clon casi recién reclutado no sabía ni el equipamiento que llevaba. Lo mismo soy especialista en taekwondo y lo desconocía.

Menos mal que tenía un superior atento que me lo recordaba.

Comencé a mirar mal a una de mis futuras víctimas, para ir mentalizándola de su inminente final..

-Por zupuezto, conteste a Danit. 

Fui hacia los traidores apuntando con el arma. No deje de apuntar hasta que Mou me pidió que los atara. -Mou, apuntales que yo de ezta xuzma que zon los traidorez no me fío ni un pelo.

Me quite el cinturón, por suerte un tipo como yo con un tipin como el mio llevaba el cinturón por que me sientan muy bien. Primero ate al traidor aturdido, después de atarlo le quite el cinturón como pude y ate al traidor sano. -Eztoz doz eztan atadoz, agarre mi arma y apunte a los traidores por si tenían malas intenciones 

Los dos traidores que quedaban conscientes (uno herido y uno sano) tiraron las armas, y por lo demás fueron cachorritos obedientes que se dejaron atar por Paqui-R, ahora ya estaban en vuestras manos – No nos hagan daño, pediremos clemencia al ordenador… - suplicaba el traidor herido

Nadie del local se atrevió a asomarse a este almacén, seguramente los niños de papá habían salido todos por patas, pero por la lejanía se comenzaban a escuchar las sirenas de los Robo-Policías, en pocos segundos estarían aquí, de querer hacer algo que no tuviesen que ver tenía que ser ya.

Me dispuse a acatar la orden, y a uno de los que quedaban le apunté con mi pistola congeladora, y disparé.

-¡Toma, traidor al Ordenador! ¡Así servirás de ejemplo para que todos sepan a dónde llevan las traiciones!

Esperaba que esta vez no me fallase, no tenia ganas de estampar cabezas contra el suelo, ni tampoco habia tiempo para eso.

Observo el trabajo hecho por todos, y les digo:

-Excelente trabajo caballeros, lo que Paqui, al decir que los ataseis con los cinturones, me refería al de ellos, no al nuestro. Espero que no se os caigan los pantalones, ya que en cuanto acabemos de ejecutar a los traidores, iremos a un confesionario a dar el informe.

-Amigo mio, miro a Danit, ezte pantalon que llevo me queda que ni pintaó no nesesito sinturon ni na y por ezo me he quitado el mio, no pienze que zoy una perzona a la que le gusta enzeñar sus atributoz como el que enzeña una mano. Ezte cuerpaso, me señalo, zolo lo ven laz privilegiadaz