Partida Rol por web

"Bienvenido a nuestro hotel"
Desde el Red Victorian queremos agradecerle que comparta parte de su tiempo con nosotros. Nos sentimos orgullosos de que dentro del conjunto de ofertas que seguro se le han presentado, nos haya escogido como primera opción para formar parte de sus nuevas experiencias. Creemos que las cosas materiales caducan con el tiempo, siendo los buenos momentos los únicos que perduran. Reciban un cordial saludo de parte de la dirección del hotel y todo el personal de servicio. Estamos a su entera disposición.

Recorrí la habitación de punta a punta, mirando cada detalle. Era perfecta, el lugar ideal parta tomarse un bien merecido respiro. Los criados traían nuestro equipaje, mas que nada el de Dorian, dado que yo siempre acostumbro a viajar ligera. Me senté en el sillón, muy cómodo por cierto. Y con una sonrisa dulce, le dije a mi esposo:

-  Es hermosa ¿No crees?

Me mantenía de pie, junto a la puerta, mirando el reloj de bolsillo mientras el servicio traía el equipaje. Necesitaba saber que todo estaba listo y el ceño fruncido denotaba mi nerviosismo. Solo cuando mi mujer me llamo la atención, cambie el gesto a uno mas sereno y alegre. Camine hasta ella y sostuve su mano.
-Todo palidece a tu lado querida.-Bese su mano. -Pero si tu eres feliz eso me basta. Ya lo veras esto sera perfecto, yo me encargare de que así sea-Mantuve mi mirada con la suya, sin duda era hermosa.

Miré a Dorian y me sonrojé por el gesto. Llevábamos tan poco tiempo casados que aun no me acostumbraba a su cercanía, aunque era sumamente atento y cariñoso.

Mi madre siempre se empeñaba en buscarme pretendientes, pero yo siempre los rechazaba educadamente, decía constantemente que estaba ya casada con al ciencia... Claro eso fue antes de conocer a Dorian, el hombre que hizo que el corazón de hielo del "ángel de la muerte" se derritiera. 

- Ah... Claro que si, mi cielo - le dije tímidamente - Con solo estar juntos, ya me siento completamente feliz... Este será un bien merecido descanso para ambos...

La armoniosa voz de aquella mujer tranquilizaba mi mente, era la mejor medicina que podía tener frente a mi estresante trabajo y me recordaba constantemente que necesito mas tiempo para mi, para ella, por eso esto era genial. Lejos de responsabilidades durante un largo viaje, todo dejado en manos de mi padre. Por supuesto tendría a mi regreso una soberana reprimenda, pero bien se que nada puede hacer sin mi carisma. Ademas el también estuvo casado.

Mi mente divagaba en el pasado una vez mas hasta que ella me llamara.
-Me alegro escuchar eso, querida. ¿Ven has visto las vistas? Es la razón de coger esta habitación.-Ofrecí mi mano.

Paseaba nervioso.
-Esto empieza a ponerse peligroso cariño. Siento haberte arrastrado a este hotel de chalados.-Busque su mirada, mis ojos denotaban mi nerviosismo.-A parte de lo dicho en la biblioteca, tu has estado mas en contacto con todos ellos que yo. ¿Alguno goza de tu confianza real?-Dorian casi siempre escuchaba a su mujer antes de tomar una decisión, en el oficio como en la vida, siempre eran necesarias segundas opiniones.

- No te angusties, amor, no tenias la menor idea que este era un hotel de locos... En fin, si queremos salir los dos con vida de este averno, debemos comportarnos como ellos. A ti te pido encarecidamente que llegues puntual a todas las asambleas, hice lo que pude para desviar la atencion de la gente de ti, pero puede que en otra ocación no tenga tanta suerte, eso si te recomiendo que cada uno vote por candidatos diferentes, o si es el mismo, jamas uno despues del otro, es solo una pequeña medida para salvaguardanos - me acerco a el y le acaricio suavemente la mejilla - No quiero que mueras, mi cielo. SI salimos de este desastre, lo haremos JUNTOS.

- por otro lado, conviene no confiar mucho en nadie todavia...

Mis piernas me temblaban como gelatina mientras me sentaba ligeramente en la cama. En el pasado, habia estado en contacto con la muerte de todas las maneras posibles, pero jamás había presenciado un asesinato en vivo y peor aún; en parte tenía yo la culpa.

- Ese... ese... ese hombre ha... muerto ¡Muerto! le han disparado a sangre fría... Dios mio, no puede ser - Miré a Dorian totalmente fuera de mi, no esperaba su apoyo porque sabia que no me lo merecía, el había obrado de una manera mucho mas sabia dandole su voto a una persona al azar que no tenia la menor posibilidad de ser elegido. En cambio yo me deje llevar por la mayoria y el miedo que sentía en ese momento - Creo... Creo que no te deben quedar ganas de mirarme a la cara... Soy un verdadero monstruo...

Sonriente en parte por la ebriedad y en parte, porque adorable la faceta débil de mi mujer, tan difícil de ver como la de cualquier hombre. No dude un segundo en sentarme a su lado, muslo con muslo, para que supiera que permanecería siempre a su lado y recoger sus manos con delicadeza, estaban frías.

-Como puedes pensar algo tan tonto.-La miraba directamente a los ojos.-Yo siempre voy a desearte y mirarte es el mas bello pecado que mis ojos pueden sufrir.-Ella siempre dudaba cuando hablaba de esa manera y eso me gustaba.

-Ambos sabemos que ninguno de nosotros es un monstruo, solo una pareja de tórtolos que han tenido la mala suerte de quedarse en el peor hotel del mundo. Donde nos obligan a ocultar nuestro cariño en publico, a tomar decisiones que no deseamos y permanecer cerca de los mismos asesinos.-Le di un beso casto en el nacimiento de sus labios.

-No vuelvas a decir que eres un monstruo, no lo eres. Ninguno lo somos y mientras estemos juntos seremos los mas fuertes de este hotel, saldremos adelante ya lo veras.-Palabras de animo que bien valían también para mi. Y en las que confiaba ciegamente.

Me sentí ruborizada de repente, en realidad no estaba aun acostumbrada a la cercanía de Dorian, si bien era mi esposo, nos habiamos casado hace tan poco tiempo... Me arrojé a sus brazos y lloré, lloré como nunca en mi vida habia hecho, era casi tan fuerte como cualquier hombre pero en ese momento no podía evitarlo.

Correspondí al abrazo instantáneamente, tenerla cerca y sentir su respiración entrecortada en mi pecho era suficiente, un claro síntoma de estar ambos vivos. Con una sonrisa de oreja a oreja, sin saber exactamente la razón, deje que mi esposa llorara cuanto necesitara, en silencio. Solo ofreciendo mi pañuelo grabado al final de su llanto o limpiando yo mismo su cara, si quedara exhausta.

- Escu... chame bien - le dije ya un poco mas calmada pero aun con los espasmos propios de mi ataque de llanto - Tengo la ligera impresion de que seras el proximo en ser ajusticiado en al.... asamblea... Ten mucho cuidado con... lo que dices... ese tal Siral no me da buena espina. Yo lo capearé lo mejor que pueda... pero te lo suplico, ten cuidado

Sentí una puntada de celos cuando recordé el baile anterior, Dorian habia estado muy cariñoso con Liebe. Se que lo hacia para protegerme, para disimular, pero igual me sentí ardiendo de celos

- ... Creo que... coquetear... con otras mujeres es un punto bastante acertado, asi nos protegeremos, pero... por favor, se bastante discreto... no vaya a ser que pueda ser usado en tu contra.

-¿Pero cariño los has visto? Son inmorales, falta total de respeto mutuo a ellos a sus mujeres y maridos. Son poco mas que...-No soportaba a ese tipo de gente.

Observe como las mejillas de mi esposa se sonrojaron y eso me daba una idea de lo que estaba pensando al comunicarme su ultima frase. Sonriente le acaricie la mejilla, olvidando por un momento el malestar que me habían provocado el francés y sus amigos.
-No te preocupes querida, no haría nada que pusiera en duda a tu marido. Yo soy un caballero, no como el resto. Pero me temo que sus prejuicios contra los que son mejores que ellos les nubla el juicio.

-Ahora, me podrías decir ¿El por que de la duda frente a Siral? Después de todo la Condesa aun no se ha defendido de mi acusacion.

- Bueno tenia dudas con respecto a el, ahora ya no estoy  tan segura... He sugerido empezar por los hombres dado que hay mas posibilidades de acertar. Francamente yo iria descartando a Siral y al abogado... Pero con respecto al frances y a Novotny creo que uno de ellos ajuro tiene que ser uno de los vampiros... Y con respecto a Morley aun no lo tengo del todo claro... Solo te digo, amor mio, cuidado con lo que dices, cuidado con lo que haces, porque en dado caso de que las sospechas caigan sobre ti no se si te pueda defender.

Dudé por un momento, era sumamente tímida, pero decidida le di un beso largo y romantico en los labios. No le queria perder por nada en el mundo.

Por fin una caricia de su parte que no desaprovecharía un largo y cálido beso, al menos tendría una recompensa por permanecer a su lado. Ella era lo mejor, lo único bueno de este hotel ¿Y ahora los demás querían alejarme de ella? Al menos debía sentirla una ultima vez tanto como pudiera por lo que la rodee con mis brazos mientras ella así lo quisiera.

-Creo que ya no importa lo que haga, si me disculpo me acusan de hacerme la victima, cosa que me desagrada enormemente como ya sabes. Si acuso, es una artimaña para evitar miradas. Son estúpidos y ciegos querida, les nublan sus perjuicios, no soportan que una estrella como la mía les ofrezca sombra.-Le susurraba al oído, mientras su pulso se aceleraba.