Partida Rol por web

Keira buscó el contacto de su arma. Había estado practicando para desenfundarla con mas velocidad y fluidez, aun no podía compararse con la destreza de Orday, pero si había lugar un tiroteo lamentaría haberla dejado con vida.

 -Amigos, tenemos el objetivo a las 10:30 en direccion norte, al lado del puesto rojo. -Dijo la maniquí, algo que era obvio.

-Joder, tenemos ojos en la cara, sabes. El único que no tiene del grupo se quedó en la capa superior de la colmena. -Dijo, refiriéndose a Quintos. Sin embargo hizo lo que dijo, bien porque pensaba igual o simplemente por evitar la tentación de matar a Orday si se le ponía a tiro.

     -# Vamos allá.# Dijo Lyra mientras caminaba hacia la zona disimuladamente con su típica actitud despreocupada. Se quedaría cerca sin intentar espiar al hombre, simulando ojear los puestos del ajetreo simplemente esperando a que sus compañeros le diesen una orden o notase alboroto. Cuanto menos interés mostrase en lo que pasaba allí, menos probabilidades habría de que fuese descubierta.

A pesar de que ya esta decidido quien se acercara a realizar el intercambio, los acólitos deciden disimular un poco alargando la conversación, dando tiempo a Lyra a que disimuladamente se mueva entre los puestos hasta estar lo suficientemente cerca de la posición de Orday.

Cuando se cercioran de que la chica está en posición es cuando el Devi se dirige hacia la estatua, donde se realizara el intercambio, cuando llega hasta la misma del otro extremo de la plaza aparece Orday que cumpliendo con su promesa lleva un maletín en el que debería estar la placa de datos.

Pero el viejo lobo jamas llega hasta la estatua, sin aviso previo su cabeza revienta en una lluvia de vísceras y unos cuantos disparos atraviesan su cuerpo para asegurarse. Y los acolitos ni siquiera son capaces de determinar del lugar que han venido los disparos, excepto Sengwall al cual no parece escaparsele naday puede ver que los disparos provienen de justo arriba de la posición en la que estaba la victima. Los restos del cadaver de Orday se desploman sobre la calle en un amasijo sanguilonento y algo cae del techo, junto al cadaver.

O mejor dicho alguien. Una figura ataviada con ropas oscuros cae desde el techo justo al lado del cadáver. En una mano empuña una pistola automática hecha a medida de color negro mate, mientras que con la otra le arrebata el maletín a Orday. Sus pies tienen un brillo metálico y están claramente potenciados biomecánicamente. Sus oscuros ropajes están divididos por la mitad de forma que la parte superior de su cuerpo, así como su rostro, quedan ocultos por una especie de poncho. Los acólitos parecen totalmente conmocionados por lo que acaba de ocurrir, no por la muerte de un mercenario como Orday, pero si por la sorpresa de un suceso que desmonta sus planes.

En cuanto tiene el maletín, el tecnohereje, da media vuelta y comienza a huir alejándose del punto de reunión, del cadaver y de los acólitos tan rápidamente como le permiten sus piernas potenciadas y la densidad de la gente, que a estas alturas corre de un lado para otro intentando alejarse de la zona formando un frenesí de empujones, codazos y pisotones.

Pero para sorpresa de todos, la parte superior del torso del heerje, gira 180º y su pistola abre fuego contra el grueso del grupo de acólitos. La mayoría de impactos hieren a civiles que rápidamente caen al suelo, los que tienen mas suerte retorciéndose de dolor. Pero uno pasa silbando peligrosamente junto al adepto y otro de los proyectiles impacta en la pierna derecha de Raven, que sin entender muy bien aun la situación observa como la bala no atraviesa su armadura limpiamente y sale por el otro lado, causando una grave herida en el muslo.

El enemigo se alejaba y la densidad de población se iba a encargar perfectamente de cubrirle, tanto la retirada, como de devolverle el fuego... ¿o no?

Mientras observaba la zona donde se realizaria el intercambio a Sengwall le parecio ver un destello en el techo que solo podia pertener a una mira telescopica asi que con cierto disimulo fue acercando su mano hacia al pistola laser que llevaba oculta en su cartuchera pero antes de poder siquiera rozarla los acontecimientos se desataron y la cabeza del objetivo volo en pedazos mientras el culpable se abalanzaba a por el malentin. En ese momento entraron en acción los reflejos de tantas horas de entrenamiento y con un fluido movimiento desenfundo, apunto y disparo.

- ¡Alto en nombre del Emperador! ¡Todo el mundo al Suelo! -

Disparas sin preocuparte por el gentío, pero tu fría lógica se impone ese maletín puede tener la clave para terminar con la misión en un plumazo, ¿que son unas pocas vidas anónimas comparadas con la voluntad del Emperador?

El joven acólito ordena a los civiles echarse al suelo, los mas cercanos obedecen, pero con el alboroto que hay ahora mismo en el Ajetreo cada cual busca únicamente la manera de poner su pescuezo a salvo y corren de un lado para otro. Y por supuesto el asesino no se detiene ante el nombre del Emperador, el muy hereje.

El disparo de Sengwall parece mas un disparo de advertencia que otra cosa, pasa varios metros por encima del objetivo pero por suerte tampoco impacta en ningún civil.

Una vez mas el tecnohereje, cuyas partes superior e inferior del cuerpo parecen funcionar a la perfección independientemente una de la otra, vuelve a abrir fuego contra el grueso del grupo con asombrosa precisión. Esta vez el guardia imperial esta lo suficientemente atento como para rodar por el suelo y apartarse de los disparos. Sin embargo, una bala pasa rozando el rostro de la soronita, un impacto superficial pero doloroso y otro de los proyectiles impacta de refilón en su brazo dejando tan solo una muesca en la armadura.

Sengwall no tiene tanta suerte, las balas del hereje atraviesan su armadura como si de cartulina se tratase, una apenas le roza el hombro izquierdo pero el segundo impacto le da de lleno en el pecho, dejando una herida de lo mas fea que deja sin respiración al muchacho por un instante.

La única buena noticia es que podéis ver como el arma del tecnohereje, a quedado descargada, eso puede daros algo de tiempo antes de que vuelva a abrir fuego.

El fortachón salió enseguida corriendo tras el sospechoso, librando a su arma de la funda que la guardaba en un rápido movimiento. Apuntó mientras corría y disparó, esperando dar en el objetivo.

Se nota que el Guardia Imperial trata de no herir a ningún civil, el disparo pasa muy de lejos de su objetivo, pero si se quieren minimizar las bajas, es el único medio.

Devi saca las pistolas, no podia dejar escapar a ese cabron que se ha cargado a su compatriota con decisión mientras dice justo antes de disparar: - TODOS AL SUELO SI NO QUEREIS MORIR!!!!. Tu, hijo puta!, a donde crees que vas?

- Me ha matado - penso el acolito mientras recuperaba la respiración tras el golpe recibido en el pecho. Pero al comprobar que todavia podia levantar su arma y de que a pesar del dolor aun podia apuntar volvio a disparar al maldito tecnohereje que intentaba robarles el maletin. - ¡Maldita sea quedate aqui quieto! -intento gritar pero de sus garaganta salio mas bien un murmullo.

El adepto se recupera como puede del impacto en el pecho, y abre fuego una vez mas, el fogonazo se cruza entre la gente aunque sin dar a nadie hasta golpear en el brazo derecho al tecnohereje donde una marca negruzca y humeante confirma el acierto del joven acólito.

El hecho de que hayas encontrado el momento justo para disparar sin llegar a herir a nadie en el proceso y ademas alcanzar a tu objetivo, te da mas confianza sobre lo acertado de tu decisión. Puede que incluso no haya victimas civiles, y sin necesidad de ser tan remilgado.

Tecnohereje 17/18
Pistola automática de buena calidad 0/18

Devi 10/10
Pistola automatica 18/18
Pistola automatica 18/18

Raven 9/14
?? -1 bala

Keira 16/16

Lyra 9/9

Sengwall 2/10
Pistola laser compacta 13/15

Turno de iniciativa/distancia de separación

1º Asalto

Tecnnohereje 13
Raven 13 (18,5 m)
Devi 10 (15 m)
Sengwall 8 (20 m)
Lyra 5 (12 m)
Keira 5 (20 m)

dude, no sabia si apuntar para evitar bajas civiles o no, pero que coño, aquel cabronazo había acabado con la vida de un compatriota, quizás en infernis fuéramos enemigos, quizás no, pero aquí fuera, era un compatriota y ese cabrón no se iba a ir de rositas, así que mirando por donde iba el cabronazo dijo: - Hijo Puta!!!! estas muerto!!!!! y apretó los dos gatillos hasta que las doce balas salen disparadas hacia el cabrón sin mucha esperanza de no herir a nadie en el proceso.